Significado Bíblico de ESPIRITU
Significado de Espiritu
Ver Concordancia
(heb. y aram. rúaj, «aliento», «viento», «elemento vital», «mente»; gr. pnéuma
[del verbo pnéÇ, «soplar», «respirar»], «aliento», «viento», «espíritu»).
Energía divina o principio de vida que anima a los seres humanos. Mientras la
palabra heb. nefesh, «alma», denota individualidad o personalidad, rûaj ,
«espíritu», se refiere a la chispa de energía vital que es esencial para la
existencia individual. Rûaj aparece 377 veces en el AT, y en la mayoría de los
casos se traduce como «espíritu»,»viento» o «aliento» (Gn. 8:1; etc.). También
se lo usa para indicar vitalidad (Jue. 15:19), valor (Jos. 2:11), mal genio o
ira (Jue. 8:3), disposición (Is. 54:6), carácter moral (Ez. 11:19) y el asiento
de las emociones (1 S. 1:15). En el sentido de aliento, el rûaj de los hombres
es idéntico al de los animales (Ec. 3:19). El rûaj de los hombres deja el
cuerpo en ocasión de la muerte (Sal. 146:4) y vuelve a Dios (Ec. 12:7; cf Job
34:14). Con frecuencia rûaj se usa para designar al Espíritu de Dios (Is.
63:10). Pero con referencia al hombre, nunca se la usa para denotar una
entidad inteligente y consciente capaz de existir separada de un cuerpo físico.
El equivalente de rûaj en el NT es pnéuma. Como ocurre con rûaj , no hay nada
inherente a la palabra pnéuma que indique una entidad en el hombre que pueda
tener una existencia consciente fuera del cuerpo, ni que el uso del NT con
respecto al hombre de alguna manera implique tal concepto. En pasajes como Ro.
8:15, 1 Co. 4:21, 2 Ti. 1:7 y 1 Jn. 4:6, pnéuma describe «actitud»,
«disposición de ánimo» o «estado de sentimientos». También se usa para varios
aspectos de la personalidad (Gá. 6:1; Ro. 12:11; etc.). Como ocurre con rûaj,
el pnéuma vuelve al Señor al morir (Lc. 23:46; Hch. 7:59). Como rûaj, pnéuma
también se usa para designar al Espíritu de Dios (1 Co. 2:11, 14; Ef. 4:30; He.
2:4; 1 P 1:12; 2 P. 1:21; etc.). De Mt. 14:26 y Mr. 6:49 se suele extraer el
concepto erróneo de ser espiritual, cuando en realidad el vocablo gr. fántasma,
«fantasma», «espectro», claramente se refiere a lo que se cree ver -soñando o
despierto- ya sea real o imaginario. Véase Alma.
Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: ESPIRITU
ESPÍRITU según la Biblia: El hombre está compuesto por cuerpo y alma, aunque en ciertos pasajes se añade «espíritu». Tanto el alma como el espíritu se ponen en contraste con el cuerpo, significando el componente incorpóreo del hombre; sin embargo, hay una distinción entre alma y espíritu.
El hombre está compuesto por cuerpo y alma, aunque en ciertos pasajes se añade «espíritu». Tanto el alma como el espíritu se ponen en contraste con el cuerpo, significando el componente incorpóreo del hombre; sin embargo, hay una distinción entre alma y espíritu.
Con frecuencia, se emplea el término alma para expresar la parte inmortal del ser humano, y en ocasiones se usa para denotar la persona, como en el pasaje de Gn. 46:26: «Todas las personas (heb.: «nephesh»: alma) que vinieron con Jacob a Egipto»; «ocho almas» (gr.: «psuchë») fueron salvadas en el arca (1 P. 3:20); «el alma que pecare, esa morirá» (Éx. 18:4, 20).
Como ya se ha indicado antes, el término hebreo generalmente traducido como «alma» es «nephesh»; en muchos casos se traduce como «vida», como en Jon. 1:14: «No perezcamos por la vida [alma] de este hombre.» En el NT, el término «psuchë», también mencionado antes, se usa tanto de la vida como del alma. Cp. Mt. 16:25, 26.
El alma, cuando es distinguida del espíritu, lo es como el asiento de los apetitos y deseos. El rico dijo: «Alma, muchos bienes tienes guardados para muchos años; repósate, bebe, regocíjate» (Lc. 12:19). Aquella noche le fue pedida su alma. La salvación del alma no puede ser distinguida de la salvación de la persona.
El espíritu es, característicamente, la parte más elevada del hombre, marca la individualidad consciente, y así distingue al hombre de la creación. Dios sopló en la nariz del hombre el aliento de la vida, y por ello el hombre fue puesto en relación con Dios, y no puede realmente ser feliz separado de Él, ni en su existencia presente ni en la eternidad.
Los términos usados son, respectivamente, el heb. «ruach» y el gr. «pneuma», y son los mismos que se usan constantemente para denotar el Espíritu de Dios o Espíritu Santo, y los ángeles como espíritus, así como los espíritus malos. La palabra de Dios es cortante y penetra hasta partir el alma y el espíritu del hombre (He. 4:12), aunque pueda no ser fácil para el hombre ver esta división.
El apóstol oraba por los tesalonicenses para que el espíritu (que probablemente es contemplado como el asiento de la obra de Dios), así como el alma y cuerpo, fueran santificados (1 Ts. 5:23). En la Epístola a los Hebreos leemos de los «espíritus» de los justos hechos perfectos: su puesto es con Dios por medio de la redención.
Aquí, es evidente que «espíritus» significa las personas fuera de sus cuerpos. Al haber sido dado el Espíritu Santo al cristiano, como la energía en él de la vida en Cristo, es exhortado a orar con el espíritu, a cantar con el espíritu, a andar en el espíritu, de forma que en algunos casos es difícil distinguir en estos pasajes entre el Espíritu de Dios y el espíritu del cristiano.