Significado de Higuera
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(heb. pag, «higo inmaduro [verde]»; teênâh, «higuera (o su fruto tardío)»;
bikkûrâh, «breva»; debêlâh, «torta de higos prensados»; gr. ólunthos, «higo
verde» o «higo tardío»; súkon, «higo»; súke, «higuera»).
Árbol muy común en las tierras bíblicas desde tiempos remotos (Dt. 8:8); se
cree que era originario del sudoeste de Asia. Puede crecer como un arbusto en
terreno rocoso y áspero, o tomar la forma de árbol en terreno fértil y alcanzar
una altura de 6 a 9 m. Está ampliamente difundido por toda Palestina y es una
de las pocas plantas silvestres que se encuentra en todo el país. La fruta
cónica o casi esférica cuelga de la rama por su extremo más delgado. La
higuera es la primera planta mencionada por nombre en la Biblia (Gn. 3:7) y
está entre las últimas (Ap. 6:13). En Palestina el árbol da fruto 2 veces por
año: en junio y en agosto o setiembre. Los higos de junio o «primeros frutos»
(Os. 9:10; «brevas» en BJ) crecen en las ramas viejas y se consideran un bocado
especial. La cosecha de agosto aparece en las ramas nuevas, y a menudo es
desecada al sol y moldeada en tortas o colgadas de hilos para su consumo en
invierno. Se consideraba que los higos tenían valor medicinal, y se usaban en
forma de tortas como cataplasmas para forúnculos o erupciones de la piel (2 R.
20:7). Sentarse bajo su parra y su higuera era un símbolo de prosperidad (1 R.
4:25; Mi. 4:4; Zac. 3:10). En la primavera, la fruta aparece antes de las
hojas. Una de las parábolas más llamativas de Jesús se refiere a la higuera
estéril que aparentaba tener frutos, pero que no los tenía (Mr. 11:12-14, 20).
Por cuanto los higos y las uvas eran tan importantes en la agricultura judía,
los profetas, al reprender el pecado, advertían al pueblo que las viñas y las
higueras serían destruidas. Cuando señalaban la prosperidad por la obediencia,
prometían una cosecha abundante de las 2 especies (Is. 36:16; Jl. 1:7; Am.
4:9).
258. Típica higuera palestina en su condición normal, llena de hojas.
259. La misma higuera después que las langostas comieron todas sus hojas en
sólo 15 minutos.
Bib.: PB 103-106.
Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: HIGUERA
HIGUERA según la Biblia: Dicotiledónea de la familia de las moráceas.
Árbol que da un delicioso fruto (véase HIGO; cfr. Jue. 9:10; Nm. 13:23).
Dicotiledónea de la familia de las moráceas.
Árbol que da un delicioso fruto (véase HIGO; cfr. Jue. 9:10; Nm. 13:23).
En heb. se usa el mismo término para denotar el árbol y el fruto, t’ënãh, en tanto que en gr. el árbol se llama «syke» y el fruto es «sykon».
La higuera es originaria de Asia occidental. Cuando es joven, sólo lleva fruto si está en un suelo rico (Lc. 13:6-9).
Al envejecer, la higuera degenera rápidamente; descuidada, no produce mucho (Pr. 27:18). En primavera, la higuera da sus higos tempranos antes de cubrirse de hojas, sobre las ramas crecidas el año anterior, y reciben el nombre de «pag» (higos verdes, cfr. Cnt. 2:13).
Si el árbol no tiene higos verdes cuando aparece el follaje, no habrá higos.
La higuera es un árbol muy apreciado; la Biblia lo menciona en muchas ocasiones junto a la vid (Dt. 8:8; Sal. 105:33; Jer. 5:17; Jl. 1:12). La expresión «debajo de su parra y debajo de su higuera» es sinónimo de prosperidad y seguridad (1 R. 4:25; Mi. 4:4; Zac. 3:10).
La altura de la higuera cultivada («Ficus carica») varía entre 6 y 9 m. Las hojas, que aparecen al final de la primavera y que caen al aproximarse el invierno, miden frecuentemente de 20 a 25 cm. de longitud.
La higuera es usada por el Señor como emblema de Israel, y la maldición de la higuera estéril (Mr. 11:12-17) constituye una parábola: el pueblo no había respondido al llamamiento del Señor, que por ello anuncia su juicio.
Este árbol tenía las hojas que vienen con los primeros frutos; aunque, como señala Marcos, «no era tiempo de higos» (del verano, la verdadera cosecha), hubiera debido tener al menos los higos verdes de la primavera.
La presencia de las hojas sin el fruto es indicación de la profesión religiosa de Israel sin fruto, y constituye una solemne advertencia acerca del peligro del nominalismo religioso en general.
Según la profecía, la higuera de Israel deberá reverdecer al final de los tiempos. Es en este sentido que muchos intérpretes entienden Mt. 24:32-33.