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Significado Bíblico de JUSTICIA

Significado Bíblico de JUSTICIA

Significado de Justicia

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(heb. tsedeq y tsedâqâh, que significan «[lo] correcto», «rectitud»,
«justicia», «equidad», «piedad»; gr. dikaiosún, «justicia». rectitud»; dík;
estos vocablos se refieren tanto a la norma recta como a la acción ordenada y
justa).

Otros términos para «justicia» son el heb. mishpât (del verbo shâfat,
«juzgar»), que compren de tanto el derecho establecido como el acto justo, la
norma jurídica y su recto uso; heb. jesed y gr. éleos, que acentúan los
sentimientos de humanidad en las relaciones humanas; heb. jôq o juqqâh (de la
raíz verbal jqq, «grabar») y gr. dikáiÇma («regla», «exigencia», «mandamiento»,
«acto justo»), que de la ley escrita pasan a designar el derecho derivado de
dicha ley. 687

Estado en el que existe una correcta relación entre el hombre y Dios, dentro de
los límites de la comprensión finita del hombre de la voluntad y del propósito
divino. La justicia de Dios es absoluta, y equivale a la plenitud e infinita
perfección del carácter divino. Pero el hombre no tiene absolutamente ninguna
justicia por sí mismo. «Todas nuestras justicias [son] como trapos de
inmundicia» (ls. 64:6), y Pablo declara que «en mí… no mora el bien» (Ro.
7:18). En consecuencia, cualquier justicia que el hombre tenga es de Dios, en
virtud de su relación con él, porque procede de Dios. El pecador arrepentido
entra en este estado de justicia cuando por fe la acepta como don gratuito del
Cielo. Tal fue el caso de Abrahán (4:3, 20-23), quien estuvo listo para
recibir con gozo lo que Dios pudiera revelarle como su deber y hacía con
alegría todo lo que Dios le ordenaba.

El estado de justicia en el que entra el pecador arrepentido cuando es
justificado por fe es de «paz para con Dios» (Ro. 5:1). Fue la obediencia de
Cristo a los justos requerimientos de la ley lo que le permitió justificar o
declarar justos a los que vienen a él por la fe (vs 16-19). En virtud de esta
correcta relación en la que entra el cristiano, éste puede llevar los «frutos
de justicia» (Fil. 1:11; cf Ro. 7:19-8:4; Gá. 2:20). Sin embargo, una vida
justa que siga a la justificación no nos produce méritos ante Dios, porque
ningun acto humano puede ser meritorio a su vista. Pero sin los frutos
exteriores de justicia (Gá. 5:22, 23) no puede existir en el corazón un estado
de relación correcta con Dios. Una fe no acompañada por las «obras» que la fe
produce, es «muerta en sí misma» (Stg. 2:17); es espuria.

Los judíos llegaron a creer que la justicia se podía obtener por una
observancia puntillosa de la ley. La conformidad mecánica con la norma de
justicia prescripta por ella era considerada como suficiente para que el hombre
fuera hecho justo, sin fe en la gracia de Dios. Antes de su conversión, Pablo
era irreprensible» «en cuanto a la justicia que es en la ley» (Fil. 3:6). Esta
justicia legal no dejaba lugar para el ejercicio de la fe, Porque «si por la
ley fuese la justicia, entonces por demás murió Cristo», declaró enfáticamente
Pablo (Gá. 2:21 ). «Por las obras de la ley ningún ser humano será justificado
delante de él» (Ro. 3:20). Véanse Justificación; Santificación.

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: JUSTICIA

JUSTICIA según la Biblia: Término que aparece con gran frecuencia en las Escrituras, expresando un atributo de Dios que mantiene lo que es coherente con su propio carácter, y que necesariamente juzga lo que está opuesto a Él: el pecado.

Término que aparece con gran frecuencia en las Escrituras, expresando un atributo de Dios que mantiene lo que es coherente con su propio carácter, y que necesariamente juzga lo que está opuesto a Él: el pecado.

En el hombre es también lo opuesto a la «anomia» o pecado (1 Jn. 3:4-7). Se debe tener presente que, por lo que al hombre se refiere, aparte de una obra de gracia en él, «no hay justo, ni aun uno» (Sal. 14:1-3; Ro. 3:10).

Con independencia del hombre, Dios ha revelado su justicia en el juicio exhaustivo y eliminación del pecado, y del estado con el que estaba conectado el pecado en el hombre.

Esto se realizó asumiendo el Hijo de Dios naturaleza de hombre, viniendo a formar parte de la raza humana, aunque sin pecado alguno en Él, y tomando en la cruz, vicariamente, el lugar del hombre bajo la maldición de la ley, siendo hecho pecado y glorificando a Dios al llevar el juicio del pecado (Ro. 3:21-26; Gá. 3:13; Fil. 2:5-8 ss.).

Así, la justicia de Dios, declarada y expresada en los santos en Cristo, es la respuesta divina al hecho de que Cristo fue hecho pecado. Por otra parte, el lago de fuego (véase CASTIGO ETERNO) es la expresión eterna del justo juicio de Dios. En la actualidad la justicia de Dios es revelada en el Evangelio y apropiada por la fe.

Éste es un principio enteramente diferente de aquel mediante el que actuaba el judío, esto es, el de intentar establecer su propia justicia, sin someterse a la justicia de Dios (Ro. 10:3). Su padre Abraham creyó a Dios, y le fue contado por justicia; y la fe del creyente le es contada como justicia, aparte de las obras (Ro. 4:3, 5).

Cristo Jesús nos es hecho justicia de Dios (1 Co. 1:30). Él es el fin de la ley para justicia a todos aquellos que creen.

Hay también la justicia práctica que caracteriza a cada cristiano. El conocer la justicia de Dios, viene a ser siervo de justicia (Ro. 6:13, 19, 22).

La esposa del Cordero es presentada vestida «de lino fino, limpio y resplandeciente; porque el lino fino es las acciones justas de los santos» (Ap. 19:8).

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: JUSTICIA