Significado de Piedra
Ver Concordancia
(heb. y aram. generalmente eben ; gr. generalmente líthos; también se usan las
heb. tsûr y sela{, y la gr. pétra).
En la antigüedad se usaban las piedras como material para edificar, y en los
países donde la madera de construcción era escasa los artesanos de la 930
piedra eran de más valor que los carpinteros. Los monumentos, los templos, los
altares. los edificios públicos y las casas particulares de las clases altas
eran de ese material (Ex. 20:25; Lv. 14:40; 2 S. 18:17; 1 R. 5:17; 2 R. 22:6; 2
Cr. 16:6; etc.). Los constructores de Egipto desarrollaron la habilidad de
levantar sus edificios sin mortero, bastándoles la fricción y el peso de las
estructuras para lograr la cohesión. Sorprende a los ingenieros actuales cómo
las enormes piedras que se ven en las ruinas de Egipto, Siria y Judea pudieron
ser exactamente labradas y transportadas desde las carteras hasta los lugares
de edificación (Mr. 13:1).
Un agricultor que comenzaba a trabajar un terreno que no había sido cultivado
antes primero tenía que despedregarlo (Is. 5:2). Las piedras se usaban para
levantar cercas para los viñeros (cf Pr. 24:30, 31) y rediles para las ovejas,
montículos o pilares para conmemorar eventos notables (Gn. 28:18; 35:14; Jos.
4:9; 1 S. 7:12) y como recordativos de un tratado o pacto (Gn. 31:45-47).
Además, se las empleaba para la construcción de acueductos, estanques y
puentes, para tapar bocas de pozos (29:2), cubrir o señalar tumbas (Jos. 7:26;
2 S. 18:17; Mt. 27:60; Jn. 11:38) y como hitos a lo largo de los caminos (cf
Jer. 31:21). Los paganos adoraban las piedras (Is. 37:19; Ez. 20:32; etc.).
Los meteoritos o aerolitos eran venerados en forma especial por haber caído del
cielo. Las más comunes en Palestina eran la caliza y la arenisca. Las piedras
fueron usadas en forma figurada para representar el corazón carnal (Ez. 11:19),
al pueblo de Dios (1 P. 2:5), a Cristo (Lc. 20:17: 1 R 2:6-8; etc.) y
simbólicamente para el reino de Dios (Dn. 2:43-45). Véanse Palestina (IV);
Piedras preciosas.
Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: PIEDRA
PIEDRA según la Biblia: El suelo rocoso de Palestina exigía frecuentemente sacar las piedras de los campos antes de poderlos cultivar (Is. 5:2). En la guerra se destruían los campos y pozos de los enemigos echando piedras en ellos (2 R. 3:19, 25). Usos diversos de las piedras:
El suelo rocoso de Palestina exigía frecuentemente sacar las piedras de los campos antes de poderlos cultivar (Is. 5:2). En la guerra se destruían los campos y pozos de los enemigos echando piedras en ellos (2 R. 3:19, 25). Usos diversos de las piedras:
(A) Construcción: en diques, muelles (Guerras 1:21, 6); fortificaciones (1 R. 15:22; Neh. 4:3); casas (Lv. 14:45; Am. 5:11); palacios (1 R. 7:1, 9); fortalezas, templos (1 R. 6:7); enlosados de patios, columnas (Est. 1:6).
Bajo Herodes, y también en otras épocas, se pavimentaban las calles. De piedra se hacían los acueductos, depósitos, puentes, paredes de protección para los viñedos (Pr. 24:30, 31). Las piedras de los altares (Éx. 20:25), de los muros y de los majanos conmemorativos no debían ser talladas (Gn. 31:46).
Montones de piedras brutas eran las tumbas de las personas votadas al anatema (Jos. 7:26; 8:29; 2 S. 18:17). Esta forma de sepultura sigue siendo costumbre en Siria y Arabia, incluso si no se trata de criminales.
Ciertos edificios precisaban de piedras serradas, talladas (1 P. 7:9-11), en ocasiones de gran tamaño; éste era el caso para la construcción de los muros del Templo (1 P. 7:10) y para el muelle de Cesarea, construido por Herodes (Guerras 1:21, 6).
(B) Bloques aislados. Utilizados para tapar las cisternas, pozos, la entrada de las tumbas (Gn. 29:2; Mt. 27:60; Jn. 11:38), como mojones para las lindes de campos (Dt. 19:14) y, probablemente, a guisa de indicadores (Jer. 31:21).
En la época romana se hallaban piedras militares a lo largo de las principales vías de comunicación; las había entre Tiro y Sidón, entre Pella y Gerasa; algunas de ellas siguen estando en su sitio. Se levantaban piedras para recordar a ciertas personas
o acontecimientos (Gn. 31:45; 35:14, 20; 2 S. 18:18).
Se inscribían anales en ciertos de estos monumentos (véase MESA [ESTELA DE)). Con piedras se hacían ídolos (Lv. 26:1; Dt. 29:17; 2 R. 19:18; cfr. Is. 57:6). Ciertas piedras, casi siempre aerolitos, vinieron a ser sagradas para los paganos. En gr. recibían el nombre de «baituloi» y «baitulia».
Se pretendía que se podían mover, hablar, y proteger a los hombres del mal. Su nombre gr., muy probablemente de origen semita, está emparentado con el término «beth’êl» e indica, posiblemente, que se consideraba que la piedra era la morada de un poder sobrenatural, espíritu o divinidad.
Los semitas empleaban este término para designar las rudimentarias estelas erigidas allí donde se celebraba un culto (Dt. 12:3). (Véase LUGARES ALTOS.) Los israelitas erigían, en ocasiones, una piedra conmemorativa en el lugar en que Dios se les había revelado (Gn. 28:18-22; 35:14; 1 S. 7:12; Is. 19:9), y le daban un nombre religioso a este lugar (Gn. 28:19; 35:7), o incluso a la piedra (1 S. 7:12).
De la misma manera, daban en ocasiones a un altar uno de los nombres de Dios (Gn. 33:20; Éx. 17:15; cfr. Gn. 35:7). Sin embargo, los mismos pasajes muestran que no atribuían poder alguno ni a la piedra ni al altar, Constituían un simple recuerdo religioso; la adoración que ellos rendían a Dios era totalmente independiente de ello (Gn. 31:54; 35:1, 7; 1 S. 7:9).
(C) Piedras para diversos usos: proyectiles de hondas y de catapultas (Jue. 20:16; 1 S. 17:40; 2 Cr. 26:15; Sab. 5:22; 1 Mac. 6:51); piedras que se tiraban en caso de lapidación. Se conseguían chispas a base de golpear piedras de pedernal, para encender fuego (2 Mac. 10:3).
Unas piedras conformadas adecuadamente servían de cuchillos (Jos. 5:2). Los pesos se hacían frecuentemente de piedras talladas (Dt. 25:13). (Véase PESAS Y MEDIDAS.) Las tablas de piedra, inscritas, se usaban a guisa de documentos (Éx. 24:12). Se guardaba agua en vasos de piedra (Éx. 7:19; Jn. 2:6). Los animales destinados a los holocaustos eran degollados sobre mesas de piedra (Ez. 40:42).
Para moler grano y reducirlo a harina, se hacía girar una piedra redonda de alrededor de 15 kg. de peso; también se molía el grano en medio de dos piedras superpuestas que servían de muelas (Dt. 24:6). La piedra, símbolo de dureza, de insensibilidad (1 S. 25:37; Ez. 36:26), representa asimismo la fuerza moral (Jb. 6:12; 42:15).
Los discípulos de Cristo son comparados con piedras vivas que forman un templo espiritual, del que Cristo es la piedra angular (Ef. 2:20-22; 1 P. 2:4-8).