AMORREOS

amurru, occidentales. Pueblo nómada, preisraelita, de antes de Abraham, llamados así­ por estar al noroeste de Mesopotamia.

Descendiente de Canaán Gn 10 15-16. Se encuentran al oeste del mar Muerto, en las montañas Gn 14, 7; Nm 13, 29; Jos 11, 3. Aliados con Abraham en Mambré Gn 14, 13. Los a. son uno de los pueblos que Dios dio a la descendencia de Abraham Gn 15, 21; al norte del Arnón existió un reino amorreo, cuya capital era Hesbón y su rey Sijón, el cual se posesionó de Moab; a Sijón pidieron los israelitas paso por su reino, camino de la tierra prometida, pero el rey amorreo lo negó y atacó a Israel. Los a. fueron entonces vencidos e Israel se estableció en la tierra de aquéllos, Nm 21, 21-32; después, se devolvieron por el camino de Basán y vencieron a su rey Og Nm 21, 32-35. Por el pecado de Akán, tras la toma de Jericó, Israel fue derrotado en Hai, pero después los israelitas tomaron a Hai, tras lo cual vino la batalla de Josué con los cinco reyes amorreos coligados Jos 10, cuando el Señor detuvo el sol. Grande fue la oposición que hicieron los a. a Israel, así­ como la influencia cultural en él, pues a ellos se deben las caí­das en idolatrí­a del pueblo de Dios Gn 15, 16; 1 R 21, 26; 2 R 21, 11. En Ez 16, 3, se habla del origen amorreo del pueblo hebreo.

Los a. o amurru, tomaron Babilonia, siglo XXI a. C., y fundaron la primera dinastí­a real babilónica. Un amorreo fue rey de Babilonia, ® Hammurabi, y con él se inició la grandeza de este imperio.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Los amorreos se mencionan por primera vez en las inscripciones sumerias y acadias que datan de la última parte del tercer milenio a. de J.C. En ese tiempo eran un pueblo semí­tico y nómada de las regiones de Siria al norte de Palmira. Los pueblos más adelantados de la baja Mesopotamia les consideraban como bárbaros e incivilizados.
Alrededor del año 2000 a. de J.C. , grupos de amorreos emigraron hacia el sur del valle del Tigris-Eufrates y poco después se encuentran nombres amorreos entre los gobernantes de importantes ciudades-estados. Los gobernantes sumerios de la tercera dinastí­a de Ur perdieron su poder ca. 1960 a. de J.C. Larsa llegó a ser un estado amorreo y después del 1800 a. de J.C. un amorreo gobernó Asur, la más antigua capital de Asiria.
Las pinturas en tumbas de *Beni-Hasan de Egipto ( ca. 1900 a. de J.C. ) representan a amorreos barbados con labios afeitados que traen sus mercancí­as a Egipto. Están vestidos con tejidos elaborados. Los hombres usaban simples taparrabos y las mujeres batas completas que llegaban debajo de la robilla. El asno serví­a como animal de carga y los amorreos cargaban sus instrumentos musicales (la lira), lanzas, arcos y odres de cuero.
Durante la segunda parte del siglo XVIII a. de J.C. el estado más importante de los amorreos era *Mari, en la mitad del Eufrates. Entre las 20.000 tabletas cuneiformes descubiertas desde 1936 hay una colección bastante grande de correspondencia diplomática entre el rey de Mari y sus vasallos en Mesopotamia y Siria. Una de las referencias escritas más antiguas a carros de guerra aparece en esta correspondencia.
La primera dinastí­a de *Babilonia era también de origen amorreo. Su ilustre sexto rey, Hamurabi, conquistó su compañero amorreo, Zimri-lim, el último rey de Mari. Samsiadad l (1748–1716 a. de J.C. ) de Asiria, otro contemporáneo de Hamurabi, también era amorreo.
El perí­odo del control amorreo del sur de Mesopotamia fue simultáneo con las incursiones amorreas en Palestina. La evidencia arqueológica indica una interrupción en la ocupación de numerosas ciudades palestinas en el perí­odo entre 2100 y 1800 a. de J.C. El pueblo nómada que ocupó la tierra durante esta época dejó muy pocos artefactos. Su cerámica era similar a la usada en Siria y parece tener afinidades amorreas. Los viajes de Abraham pueden entenderse como parte del movimiento migratorio amorreo de ese perí­odo.
Los amorreos estuvieron en Canaán durante la edad de los patriarcas (véase Ex. 33:2). Ellos se encontraban entre los aliados de Abraham en la época de la huida de los 4 reyes de oriente que habí­an saqueado sodoma y capturado a Lot (Gn. 14:1–16). Los amorreos abundaban tanto en Palestina que las *Cartas de Amarna usan el término amurru para referirse a la totalidad del territorio siro-palestino. Más tarde, sin embargo, el uso egipcio tendió a restringir el término amurru para la parte de más al norte de Palestina, el área que tení­a como su capital a Cades-en-el-Orontes.
En la época de la invasión israelita a Canaán, los gobernantes amorreos (Sihón de Hesbón y Og de Basán) controlaban la Transjordania (Jos. 12:1-6; Jue. 1:36). Una victoria significativa sobre estos amorreos marcó el preludio de la conquista de Palestina propiamente dicha. Al oeste del Jordán, sin embargo, hubo otros amorreos con quienes Israel guerreó. A los hombres de Ai se les llama amorreos (Jos. 7:7) y la confederación de las ciudadesestados del sur (Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis y Eglón) que desafiaron a Josué en Gabaón era dirigida por los †œcinco reyes de los amorreos† (Jos. 10:5). Los amorreos también tomaron parte en la alianza del norte bajo Jabí­n de Hazor quien confrontó a Josué en las aguas del Merom (Jos. 11:3-5).
El término amorreo parece haber sido un término usado en general para designar a los habitantes de Amurru, y no siempre implica una connotación especí­ficamente étnica. A veces parece haber sido usado como un sinónimo para *canaanita, pero frecuentemente los dos pueblos son claramente distinguidos (véanse Jos. 11:3; Jue. 3:5). Para la época del reino unido ( ca. 1000 a. de J.C. ) los amorreos perdieron todo significado para Israel (véase 1 R. 9:20, 21). Al mismo tiempo fueron desplazados en otras áreas por los *casitas, *horreos y *arameos.
BIBLIOGRAFIA: George A. Barton, †œThe Place of the Amorites in the Civilization of Western Asia†, JAOS , XLV, 1925, págs. 1–38. E. Dhorme, †œLes Amorrhéens†, RB , XXXVII, 1928, págs. 161–180; XXXIX, 1930, págs. 161; 178; L, 1931, págs. 161–184. W. F. Albright, †œWestern Asia in the 20th Century B. C.: the Archives of Mari†, BASOR , LXVII, 1937, págs. 26–30. Martin North, North, Die Ursprunge des alten Israel in Lichte neuer Quellen, Westdeutecher Verlag, Koln, 1961.

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

(Acadio: Del O., Occidentales). De manera general se llamaba así­ a los pueblos semitas que habitaban al O de la Mesopotamia como nómadas en el desierto en el tercer milenio a.C. Otra teorí­a señala que su nombre proviene del dios que adoraban, †œmartu† (en sumerio). Parte de esas tribus se expandieron hacia Mesopotamia, la conquistaron y establecieron una dinastí­a de la cual †¢Hammurabi fue uno de sus más famosos gobernantes. Algunos piensan que fue en esa época cuando Abraham emigró.

Otra parte fue más al S, y ocupó lo que serí­a la Tierra Prometida. Las Cartas de el-†¢Amarna mencionan varias veces pueblos de a. y sus relaciones con los †œabiru† (hebreos). El término a. es usado para señalar, entre los descendientes de Canaán, o cananeos, a un grupo particular (Gen 10:15-18). Pero a veces es también utilizado como equivalente a †œcananeo†, pues se dice los †œa. en cuya tierra habitáis† (Jos 24:15; Jue 6:10; Amo 2:9). Abraham vivió entre los a. e hizo amistad con algunos de ellos (Gen 14:13). Pero eran pueblo de muy malas costumbres, cuyo pecado iba en aumento (Gen 15:16), por lo cual Dios decidió eliminarlos, junto con otros pueblos de Canaán (Gen 15:18-21) y dar su tierra a los israelitas (Exo 3:8, Exo 3:17; Exo 23:23; Exo 33:2; Exo 34:11). Jacob luchó contra los a., y les tomó tierras (†œcon mi espada y con mi arco† [Gen 48:22]).
principales reyes a. hicieron resistencia y pelearon contra Israel (Num 21:21-23), pero fueron vencidos (Num 21:24-25). Estos hechos tuvieron amplia resonancia e influyeron en las subsecuentes victorias contra los otros pueblos, pues Dios harí­a †œcon ellos como hizo con Sehón y con Og, reyes de los a., y con su tierra, a quienes destruyó† (Deu 31:4-5). Josué derrotó a los a. en una famosa batalla en la cual cayeron piedras del cielo, cuando †œel sol se detuvo y la luna se paró† (Jos 10:6-13). Pero los israelitas no los destruyeron totalmente y éstos se quedaron viviendo entre ellos (Jue 3:4-6) e indujeron al pueblo de Israel a la idolatrí­a, que era una práctica por la cual los a. fueron famosos (1Re 21:26; 2Re 21:11). En tiempos de Salomón, a los †œque quedaban de los a.† se les aplicó trabajo forzado en obras públicas (1Re 9:17-21).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, TRIB (heb. “emori” = montañés). Una tribu o nación que descendí­a de Canaán, cuarto hijo de Cam, el más joven hijo de Noé (Gn. 10:16). Grupos de ellos moraban en Hazezontamar, o En-gadí­, al oeste del mar Muerto, y fueron atacados por Quedorlaomer en los dí­as de Abraham (Gn. 14:7). En aquel entonces, la iniquidad de los amorreos no habí­a llegado aún a su colmo (Gn. 15:16, 21). Siendo la tribu más dominante y la gente más corrompida, algunas veces son tomados como representantes de los cananeos en general (Gn. 15:16; 1 R. 21:26). Estando Abraham en Hebrón, algunos se confederaron con él (Gn. 14:13). Así­ vemos a un remanente de entre las naciones asociado con el heredero de la promesa, aunque Lot (un tipo del Israel en la carne) se habí­a separado de él. Cuando Israel, después del éxodo, se acercaba a la tierra prometida, ellos habí­an extendido sus dominios hacia el Este, y rehusaron dejar paso a los israelitas; fueron vencidos, sus ciudades tomadas, y el pueblo pasado a cuchillo, juntamente con Sehón, el rey de ellos (Nm. 21:21-26; Dt. 2:24; Am. 2:9, 10). Algunos deben haber escapado, porque leemos más tarde acerca de ellos; una de las controversias de Jehová con Israel fue debido a que adoraban a sus falsos dioses (Esd. 9:1, 2). Salomón los hizo tributarios (1 R. 9:20, 21; 2 Cr. 8:7, 8). Los gabaonitas eran un resto de los amorreos (2 S. 21:2). Después de esto, nada más se oye de ellos. Se describe la baja posición de Jerusalén (Judá) por naturaleza presentando su origen, habiendo sido su padre amorreo, y su madre hetea, pero en Su gracia Dios tuvo compasión de ella en su degradación, y la levantó a gran gloria; dolorosamente, ella se mostró vergonzosamente infiel (Ez. 16:3-43).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Un pueblo de Canaán (Gn. 10.16), que con frecuencia se menciona juntamente con los heteos, ferezeos, etc., como opositors de Israel (Ex. 33.2). Estaban desamparados por toda la zona montañosa a ambos lados del Jordán (Nm. 13.29). Abraham hizo una alianza con los amorreos de Hebrón, y con su ayuda desbarató a los cuatro reyes que habían atacado la llanura del mar Muerto, incluyendo la ciudad amorrea de Hazezon-tamar (Gn. 14.5–7). Esta designación se usaba también en sentido general para todos los habitantes de Canaán (Gn. 48.22; Jos. 24.15). Ezequiel indica acertadamente la población mezclada de Palestina (causada principalmente por continuas infiltraciones de las estepas orientales), al describir a Jerusalén como producto de la unión de amorreos y heteos (Ez. 16.3, 45).

Durante la segunda mitad del 3º milenio a.C. hay inscripciones sumerias y acadias que hacen referencia a los amorreos (sumerio mar-tu, ac. amurru) como un pueblo del desierto sin contacto con la vida civilizada, y sin cereales, casas, ciudades, o gobierno. Su centro estaba en la montaña de Basar, probablemente Jebel Bishri, al N de Palmira. Alrededor del 2000 a.C. este pueblo, que hacía siglos que venía infiltrándose, entró en Babilonia en grandes cantidades. Fueron parcialmente responsables del colapso de la poderosa 3ª dinastía de Ur, y se hicieron cargo del gobierno de varias ciudades (por ej. Larsa). Se estableció una dinastía “amorrea” en *Babilonia (la ciudad), y su poderosísimo rey, Hamurapi, conquistó los otros dos estados “amorreos” importantes de Asur y Mari (ca. 1750 a.C.). Se puede rastrear a los amorreos por medio de elementos lingüísticos, y principalmente onomásticos. Estos elementos no son siempre fidedignos o concluyentes, pero estas dinastías eran claramente de origen occidental, y a Hamurapi se lo menciona como amorreo en un texto de la época. Los 20.000 textos encontrados en *Mari están escritos principalmente en acádico, con muchos rasgos semíticos occidentales. Las formas de los nombres de personas comunes en estos textos demuestran que los nombres de los patriarcas seguían estilos muy conocidos. Los textos de Mari proporcionan información acerca de las tribus nómades en Siria, especialmente la de los mare-yamina (o posiblemente (bene-yamina) relacionados con la zona del mte. Basar. Otro grupo se asentó en el Líbano y se dedicó al comercio de caballos. Este reino sobrevivió hasta el período de las cartas de Amarna y la dinastía 19ª de Egipto cuando se registra el envío de tributos por el estado de Amor. La capital parece haber sido el puerto de Sumur (la moderna Tell Kazel) al S de Arvad. Este es el territorio que se menciona en Jos. 13.4.

La intranquilidad general de los años 2100–1800 a.C. aprox., tanto en Mesopotamia como en Palestina, estaba íntimamente relacionada con el aumento de los movimientos de los amorreos. La discontinuidad en la ocupación de varias ciudades palestinas entre el período temprano y medio de la edad del bronce fue provocada por el ingreso de pueblos nómades que dejaron muchos sepulcros tras sí, pero pocas señales de edificios. La alfarería de estos pueblos tiene claras afinidades con la alfarería procedente de Siria, lo cual podría indicar que se trataba de “amorreos” relacionados entre sí (véase K. M. Kenyon, Amorites and Canaanites, 1966; W. G. Dever, HTR 64, 1971, pp. 197–226). Los viajes de Abraham quizá estén asociados con la última parte de este período.

En la época de la invasión de Palestina por los israelitas, reyes amorreos (Sehón de Hesbón y Og de Basán) gobernaban la mayor parte de la Transjordania (Jos. 12.1–6; Jue. 1.36). La derrota de estos dos reyes fue la primera etapa de la posesión de la tierra prometida, y se consideraba como un acontecimiento sumamente importante en la historia de Israel (Am. 2.9; Sal. 135.11; 136.19). Gad, Rubén, y la mitad de Manasés ocuparon este territorio (Nm. 32.33), y posteriormente integró una de las doce regiones que apoyaban la corte de Salomón (1 R. 4.19). A los hombres de Hai se los llama amorreos (Jos. 7.7), y Jerusalén, Hebrón, Jarmut, Laquis, y Eglón eran principados amorreos a los que Israel venció (Jos. 10.1–27). Amorreos del N auxiliaron al rey de *Hazor (Jos. 11.1–14). Después que la tierra fue poblada por los israelitas los amorreos hicieron de sirvientes, y fueron gradualmente absorbidos (1 R. 9.20). El recuerdo de sus atrocidades permaneció, y sirvió de punto de comparación para la idolatría de Acab y Manasés (1 R. 21.26; 2 R. 21.11; cf. Gn. 15.16).

Las invasiones realizadas por otros pueblos, los casita, los hurritas y los indoeuropeos, en Mesopotamia, los israelitas en Palestina, y los arameos en Siria, debilitaron a los amorreos como potencia ya para el 1000 a.C. El hombre se siguió usando en acádico como designación para Siro-palestina, hasta que fue remplazado por ḫatti (hititas), y se usó también como término para hacer referencia al “oeste”.

Bibliografía. °DBA; °EBDM, t(t). I.

S. Moscati, The Semites in Ancient History, 1959; J. R. Kupper, Les Nomades en Mésopotamie au temps des Rois de Mari, 1957; reseña de A. Goetze, JSS 4, 1959, pp. 142–147; I. J. Gelb, JCS 15, 1961, pp. 24–47; M. Liverani en POTT, pp. 100–133.

A.R.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico

Contenido

  • 1 Introducción
  • 2 Alcance
  • 3 Raza
  • 4 Amorreos e Israel

Introducción

Un nombre de origen y significado dudosos, usado para designar un antiguo pueblo mencionado a menudo en el Antiguo Testamento. Muchos suponen que es derivado de la palabra emparentada con la hebrea Amîr y que significa “montañeses”, “hombres de las tierras altas”, pero Amîr es “cumbre”, no “montaña”. El nombre es mucho más antiguo que cualquier parte de la Biblia y aún más antiguo que el pueblo hebreo mismo; el intento, pues, de establecer su significado por el uso hebreo y la localización de los amorreos en los tiempos hebreos solamente puede ser considerado como un esfuerzo mal orientado. Que algunos de los amorreos, miles de años después de que el nombre comenzara a usarse, moraran en montañas no puede ser ya considerado como una prueba seria de que amorreo signifique “habitante de las tierras altas”; su significado todavía permanece oscuro. Es digno de hacer notar, sin embargo, que los amorreos de los tiempos bíblicos y pre-bíblicos se encontraban usualmente en distritos montañosos, aunque los más conocidos son los amorreos del valle del Jordán, cuya influencia, sin embargo, se extendía a las montañas al este del Jordán.

Alcance

En su aplicación en la Biblia, el nombre tiene un alcance amplio y uno restringido, variando de una manera cuya razón muchas veces no puede ser descubierta. (1) A veces parece contérmino con cananeo y designa todos los habitantes de la tierra de Canaán antes del advenimiento de Israel. Así el profeta Amós llama Palestina a la tierra del amorreo, y la raza que Israel expulsó fue la amorrea (Amós 2,9-10); este uso prevalece también en el Génesis 48,22 y Josué 24;15.18. Lo mismo se puede deducir de varios pasajes donde ciertas razas o tribus cananeas tienen a veces un nombre específico y en otro son clasificados como amorreos; así, los habitantes de Gabaón son llamados indistintamente jivitas y amorreos (Josué 11,19; 2 Samuel 21,2), y los de Jerusalén, tanto jebusitas o amorreos (Josué 15,63; 18,28; Jueces 1,21, y Josué 10,5-6 y Ezequiel 16,3). Los amorreos del Génesis 14,13 son hititas en el Génesis 23, y los filisteos son igualmente considerados amorreos (1 Samuel 7,14). Mientras el nombre parece por tanto aplicable a todos los pueblos no israelitas de Canaán, debe destacarse que tiene generalmente una menor extensión que cananeo, y los amorreos mismos son a veces considerados solamente como una rama de la familia cananea (Génesis 10,16). (2) Otro uso distingue claramente entre cananeo y amorreo, ubicándolos en el nivel de tribus habitando en Palestina con varias otras, los amorreos, cuando se asentaron, habitando las montañas de la Palestina central y sur (Deuteronomio 1,7.19.27.44; Génesis 14,7.13; 15,21; Josué 10,5.12; 24,8; Éxodo 3,8, etc.) No hay evidencia de que los amorreos en ninguna etapa de su historia, ocuparan tierras costeras. (3) Nuevamente, el nombre es aplicado a la raza que moraba al este del Mar Muerto y el Jordán, desde el Arnón al Monte Hermon, y que se extiende hacia el este hasta Yazer y Hesbon (Números 21,13.24.32; Deuteronomio 3,8-9), comprendiendo el territorio de Sebon, Rey de Hesebon, y Og, Rey de Basan (Bashan), los que más tarde constituyeron las posesiones completas de los hebreos al este del Jordán.

Estas variaciones en el uso bíblico del término amorreo—designando a todos los antiguos habitantes de Palestina, o solamente una parte o tribu que habitaba en los distritos montañosos del centro y sur, o finalmente, aquellos al este del Jordán—son encontradas a menudo una junto a otra, y no pueden ser fácilmente explicadas; es para señalar, sin embargo, que su aplicación a todos los habitantes de Palestina generalmente ocurre cuando se trata de cuestiones de ritos idólatras de los antiguos habitantes, o cuando son considerados en conjunto como un pueblo condenado por sus iniquidades a ser suplantado por los israelitas, casos en los cuales los amorreos pueden ser tomados como el tipo más apropiado, aunque no son sino parte de la población y en realidad confinados a los distritos implicados por los otros usos del término. El nombre de los amorreos también perdura en la tradición hebrea como representativa de estatura gigante y carácter guerrero, y se estila su empleo cuando el escritor está pensando sobre los enemigos en batalla de los antiguos habitantes de Israel (Deut. 2,11-20; 3,11-13), mientras que precisamente la misma población bajo condiciones pacíficas es llamada cananea. Los defensores de la teoría documental han observado que el escritor del documento elohísta parece usar ambos términos como extensivos. Esta es la explicación usual de las variaciones, y es digna de destacar por la opinión de la historia Amorreo que implica, sin embargo puede ser que el nombre, en lugar de ser primero el nombre de una tribu sureña o Transjordania y extenderse con el tiempo a muchos otros pueblos, sea por el contrario sobreviviente de un antiguo uso para todos los habitantes de Palestina y países limítrofes.

Algunos creen, que tan tempranamente como en 3800 a.C., los
babilonios llamaban a Siria y Palestina la tierra de los amorreos. Siglos más tarde (1400 a.C.), en las Tablas de Tell el-Amarna, el nombre es aplicado a un territorio interior al norte y noreste de Palestina; las inscripciones egipcias usan el término para el mismo territorio, pero lo extienden a los territorios orientales hasta el Orontes. En las inscripciones asirias del siglo IX la Palestina septentrional y meridional están incluidas bajo este nombre. El término, entonces, puede que originariamente o desde muy antiguo, haya sido aplicado a todo este territorio, o más probablemente fue primero usado para designar el territorio norte de Palestina y más tarde extendido al sur y al este. Si esos amorreos del norte, sin embargo, deben ser considerados de una misma raza con los amorreos de la Biblia no puede saberse, ya que no ha sido derramada ninguna luz aún sobre sus migraciones hacia la Palestina central o sur o más allá del Jordán. Por el momento, esa parte de su historia permanece en la oscuridad, aunque las conjeturas son abundantes.

Raza

La estrecha relación de los amorreos con las razas o tribus usualmente clasificadas como cananeas es aseverada en el Génesis 10,15-16, e implícita en numerosos pasajes en que amorreo es usado en lugar de cananeo, jebusita o un nombre afín. Muchos dudan que esas tribus sean originariamente semitas, pero su lengua, religión e instituciones son incuestionablemente semitas. Los amorreos son representados por el cuarto hijo de Canaán, hijo de Ham. Sayce trata de conectarlos con una raza hamítica nor africana, los libios, principalmente debido al fuerte parecido facial que descubre entre ellos en una escultura egipcia del tiempo de Ramses III. Este parecido no aparece en ningún otro lado y en todo caso debe ser considerado un precario fundamento para tal hipótesis. No han llegado detalles que nos permitan distinguir a los amorreos de su parentesco, excepto de que parecen haber sido destacables por su estatura, fortaleza y maldad. Habitaban en ciudades amuralladas y eran de espíritu guerrero.

Amorreos e Israel

Aunque una raza muy antigua, los amorreos no han dejado más que una leve marca en la historia en tiempos pre-bíblicos. No eran los habitantes originales de Palestina, aunque el momento y las circunstancias de su advenimiento son desconocidos. Ellos primero aparecen en la Biblia como habitantes de la Palestina meridional, donde son derrotados por Kedorlaomere y sus aliados (Génesis 14,7). Los israelitas los encuentran en la misma región, donde ellos intentan, contrariando las órdenes divinas, de entrar a la Palestina desde el sur y son repelidos (Números 13 y 14). Alrededor de este período ciertas tribus de amorreos ganaron posesión de la tierra al este del Jordán; por eso allí los israelitas cercanos entraron en contacto con los amorreos y pidieron permiso de Sehon, su rey, para pasar atravesar de sus dominios, prometiendo no dañar y pagar por cualquier cosa que tomaran en su camino. Siendo el pedido rechazado, siguió la guerra. Sehon es derrotado y matado, y los israelitas toman posesión de su territorio, desde Arnon al Jeboc. Cruzando el Jeboc infligen el mismo destino a Og, Rey de Basán, y su territorio (Núm. 21, Deut. 2 y 3). Estas tierras atribuidas a las tribus de Rubén y Gad y la media tribu de Manasés se extendían desde el Arnon hacia el norte hasta el Monte Hermon (Deut. 4,46-49). Cuando Josué había cruzado el Jordán y con la divina ayuda había ganado diversas victorias notables, el miedo cayó sobre los vecinos amorreos. Los habitantes de Gabaon (Gibeon), una ciudad amorrea, se rindieron a Josué, quien enfureció a sus hermanos. Ellos fueron consecuentemente atacados y sitiados por una confederación de reyes amorreos (los cinco reyes de Jerusalén, Hebrón, Jerimoth, Lachis y Eglon), y llamaron a Josué por ayuda. Josué, viniendo en su rescate, puso a la fuga a los amorreos, los redujo en gran número, capturó y mató a los cinco reyes amorreos y colgó sus cuerpos sobre árboles hasta la tarde (Josué 10). Fue en esta ocasión que Josué ordenó al mar y a la luna detenerse (para varias opiniones sobre este pasaje, ver Josué). Esta victoria aseguró a Israel la posesión de Palestina. Los amorreos no fueron expulsados de Palestina ni exterminados. Muchos de ellos se casaron con hebreos y los contaminaron con sus idolatrías y vicios (Jueces 3; Esdras 9). En tiempo de Salomón, y aún en los de Esdras y Nehemías, ellos todavía se distinguen de sus conquistadores, pero son finalmente mezclados entre la población general de Palestina.

Bibliografía: SAYCE en HAST., Dicc. de la Biblia, s. v. Amorrhites and Chanaan ; JASTROW, ibid., V, 72, s. v. Races of the Old Testament ; Jewish Encyclopedia, s. v.; SAYCE, Races of the Old Testament ; LEGENDRE in VIG., Dict. de la Bible .

Fuente: Fenlon, John Francis. “Amorrhites.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 1. New York: Robert Appleton Company, 1907.
http://www.newadvent.org/cathen/01433c.htm

Traducido por Luis Alberto Alvarez Bianchi. L H M.

Fuente: Enciclopedia Católica