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En general es la palabra que alguien ofrece como orientación de vida y como pista de comportamiento evangélico y ético personal y social. El sentido del “buen consejo” ha sido recogido y promocionado por la tradición de la Iglesia, quien ha viso en la buena inspiración oportuna y sugestiva un don del Espíritu Santo, ofrecido para las almas que se dejan guiar por él. Ese sentido del consejo fue preanunciado por los profetas, de forma singular por Isaías (Is. 11.2) en cuanto se profetiza la acción salvadora del Mesías.
En la piedad cristiana también se ha tributado el título de Consejera a la Santa madre de Dios, sobre todo extendiendo esa advocación en algunas advocaciones, como la de “Señora del Buen Consejo” en el santuario italiano de Genazano.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa