BUENA NUEVA

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La expresión se ha hecho clásica para referirse al anuncio de salvación que Cristo ofrece con su vida y con su Palabra a los hombres de buena voluntad. El ha traí­do a la tierra ese anuncio en beneficio de los hombres pecadores.

Es idea que quedó grabada profundamente y frecuentemente expresada en los textos del Nuevo Testamento. De las casi 450 veces que se emplea el término verbal de “anunciar” (angellô), unas 133 va acompañado del prefijo “bueno” (Eu), ofreciendo el concepto de noticia o anuncio alegre, bueno, excelente, alegre y magní­fico, es decir Evangelio (Euangellô).

Es normal que en el Ascética y en la Teologí­a cristianas más primitivas se hayan multiplicado los comentarios, patrí­sticos y posteriores, sobre la “Buena Noticia”, el buen anuncio, el Evangelio.

Por eso en la catequesis se debe recoger con fruición ese término y el concepto correspondiente. La misma acción catequética se debe convertir en una forma de colaborar en la difusión de la buena noticia de la salvación.

La expresión posee una dimensión personal en cuanto el mismo Cristo es la Buena Nueva por excelencia. Pero tiene también un sentido de anuncio doctrinal, moral y espiritual, ya que se proclama una nueva forma de vida en la tierra, siempre bajo la inspiración del mensaje cristiano de la redención.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

(v. evangelio)

(ESQUERDA BIFET, Juan, Diccionario de la Evangelización, BAC, Madrid, 1998)

Fuente: Diccionario de Evangelización