DEUTEROISAIAS

griego deuteros, segundo. Segundo Isaí­as. El libro de Isaí­as alcanzó la forma en que se le conoce hoy, antes del año 180 a. C. Los expertos lo dividen en tres partes, de las cuales la primera es considerada obra del Isaí­as histórico, y la segunda y la tercera, de otros autores. El D. es el nombre con que se conoce la segunda sección del libro del profeta Isaí­as, que comprende del capí­tulo 40 al 55. El D. tiene el tí­tulo general de Libro de la consolación de Israel, cuyo primer verso dice: †œConsolad, consolad a mi pueblo —dice vuestro Dios†, Is 40, 1. Esta segunda parte de Isaí­as fue redactada por un profeta anónimo de fines del destierro del pueblo israelita en Babilonia, seguidor y gran profeta como aquél. Ejerció su ministerio en Babilonia en un perí­odo que va desde las primeras victorias de Ciro, rey persa, año 550 a. C., hasta el decreto del mismo soberano, por el cual se permitió la vuelta de los primeros judí­os del destierro en Babilonia a su tierra, año 538, lapso éste durante el cual, posiblemente, se escribió este texto. Estas fechas y acontecimientos están lejos del profeta Isaí­as, quien vivió en el siglo VIII a. C.

El tema general del Segundo Isaí­as a diferencia del histórico, primera parte del libro, lleno de amenazas, es el consuelo, pues ya pasó la ruina de Jerusalén y ahora está próxima la restauración. Habrá un nuevo éxodo, cuando Dios mostrará de nuevo el amor por su pueblo, tras el castigo que le impuso desterrándolo; habrá una nueva Jerusalén más bella y esplendorosa que la primera.

En el D. se encuentran cuatro textos lí­ricos Cantos del Siervo, 42, 1-9; 49, 1-6; 50, 4-11; 52, 13; 53, 12; acerca de estos cantos, existe controversia sobre la autorí­a y diversas interpretaciones sobre quién es el Siervo. Algunos afirman que los tres primeros textos son del Segundo Isaí­as, y el cuarto, de un discí­pulo suyo. En cuanto al Siervo, se ha identificado con el pueblo de Israel, al que en algunos apartes se le da ese tí­tulo. Otros ven en él al mismo Segundo Isaí­as. Entre algunos de los judí­os se le da un carácter mesiánico al Siervo, excluyendo los textos que se refieren al Siervo doliente, que son los que Jesucristo se aplica a sí­ mismo, Mt 12, 17-21; Lc 22, 37; Jn 1, 29.

El D. consta de dieciséis capí­tulos con los siguientes temas: 1. Anuncio de la liberación, 40, 1-11. La grandeza divina, 40, 12-31. 2. Ciro, instrumento de Yahvéh, 41, 1 -7. Dios está con Israel, 41, 8-20.

Sólo Yahvéh es Dios 41, 21 -29. 3. Canto primero del Siervo de Yahvéh, 42, 1-9. Himno de victoria, 42, 10-17. La ceguera de Israel, 42, 18-25. 4. Liberación de Israel, 43, 1-13. Babilonia será destruida, 43, 14-15.

Prodigios del nuevo Exodo 43, 16-21. La ingratitud de Israel, 43, 22-28. 5. Bendición de Israel, 44, 1-5. No hay más que un Dios, 44, 6-8. Sátira contra la idolatrí­a, 44, 9-20. Fidelidad a Yahvéh, 44, 21-23. Dios creador del mundo y dueño de la historia, 44, 24-28. 6. Ciro, instrumento de Dios, 45, 1-7. Plegaria, 45, 8-13. Poder soberano de Yahvéh, 45, 9-13. Conversión de las naciones paganas, 45, 14-19.

Yahvéh es el Dios universal 45, 20-25. 7. Caí­da de Babilonia, 46. 8. Lamentaciones sobre Babilonia, 47. 9. Yahvéh lo habí­a predicho todo, 48, 1-11. Ciro es el amado de Yahvéh, 48, 12-15. El destino de Israel, 48, 16-19. El fin del destierro, 48, 20-22. 10. Segundo canto del Siervo, 49, 1-7. La alegrí­a del retorno, 49, 8-26. 11. El castigo de Israel, 50, 1-3. Tercer canto del Siervo, 50, 4-11. 12. Elección y bendición de Israel, 51, 1-3. El reino de la justicia de Dios, 51, 4-8. El despertar de Yahvéh, 51, 9-11. Yahvéh, consolador, 51, 12-16.

El despertar de Jerusalén 51, 17-23. 13. Liberación de Jerusalén, 52, 1-6. Anuncio de salvación, 52, 7-12.

Cuarto canto del Siervo 52, 13-15. 14. Continuación del Cuarto canto del Siervo, 53. 15. La revancha de Jerusalén, 54, 1-10. La nueva Jerusalén, 54, 11-17. 16. Invitación final, 55, 1-11. Conclusión del libro, 55, 12-13.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital