EXPIACION, DIA DE LA

La fiesta judí­a de Yom Kippur, el décimo dí­a del séptimo mes (Sept.), el único dí­a que el sumo sacerdote entraba en el lugar santí­simo. Era un dí­a de ayuno, penitencia, sacrificio por la nación toda y abstinencia de trabajo (Leví­tico 16; Heb 9:1—Heb 10:25).

El propósito del dí­a de la Expiación parece haber sido cuando menos cuatripartito: primero, mostrar el odio de Dios por el pecado; segundo, mostrar la naturaleza contagiosa del pecado; tercero, mirar hacia adelante por medio de tres tipos a la muerte del Cordero de Dios, nuestro bendito Salvador; cuarto, por su repetición año tras año para significar que el camino a la propia presencia de Dios no habí­a sido manifiestado antes de la muerte de Cristo (Heb 9:7-9). Cuando nuestro Señor se ofreció a sí­ mismo en el Calvario, el velo del templo se rasgó (Mar 15:38), significando que desde ese momento en adelante estamos bajo un nuevo pacto, un pacto de gracia. Las ceremonias del AT eran meros sí­mbolos y tipos y sombras; el NT registra las realidades. Hoy, bajo la gracia, miramos hacia atrás al Calvario, cuando el gran dí­a de la Expiación ocurrió una vez y para siempre.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano