FALTA

v. Culpa, Defecto, Delito, Error, Necesidad, Yerro
Lev 5:15 persona cometiere f, y pecare por yerro
Deu 17:1 no ofrecerás .. cordero en el cual haya f
Jdg 18:10 lugar donde no hay f de cosa alguna
1Sa 29:3 no he hallado f en él desde el día que
Dan 6:4 no podían hallar .. f, porque él era fiel
1Co 6:7 es ya una f en vosotros que tengáis
Gal 6:1 si alguno fuere sorprendido en alguna f
Jam 1:5 si alguno de vosotros tiene f de sabiduría


Defecto, imperfección, cualidad o circunstancia que quita perfección a una cosa. También puede significar acción, dicho u omisión censurable. (Ex 5:16; Sl 50:20; Mt 18:15.)

La expresión †˜hallar (encontrar, señalar) falta†™. Esta expresión aparece por todas las Escrituras, tanto en las griegas como en las hebreas. Traduce el verbo hebreo riv, que significa †œcontender†, bien en sentido fí­sico o verbal, bien en sentido jurí­dico, de manera que se puede traducir †œreñir†, †˜contender†™ y †˜conducir una causa judicial†™ (Gé 26:20; Dt 33:7; 1Sa 24:15) o también, †˜señalar falta†™. (Ne 5:7; 13:11, 17, 25; Sl 103:9; véase RIí‘A.)
El sustantivo griego ai·tí­Â·a, que forma parte de la expresión †˜hallar falta†™, también se traduce †œcausa†, †œcargo†, †œmotivo†. (Hch 13:28; 25:18; Mt 19:3.) Pilato interrogó a Jesucristo con relación a los cargos que habí­an aducido en su contra los judí­os, pero no halló pruebas de su culpabilidad, de forma que en tres ocasiones les comunicó a los judí­os: †œYo no hallo en él ninguna falta†. (Jn 18:38; 19:4, 6.) La expresión †˜señalar (encontrar) falta†™ traduce el verbo griego mém·fo·mai, que significa †œacusar; inculpar†.

Los tratos de Jehová con la humanidad imperfecta. Todas las obras de Jehová, así­ como sus palabras y acciones, son perfectas, no tienen falta alguna (heb. ta·mí­m, que se refiere a algo sano, perfecto, intachable). (Dt 32:4, nota.) Por esta razón, y debido a su omnipotencia, El puede decir, como cuando corrigió a Job: †œ¿Debiera contender de manera alguna un señalador de faltas [literalmente, †œcastigador; corrector; alguien que disciplina†] con el Todopoderoso?†. (Job 40:1, 2.) El apóstol Pablo escribió que es prerrogativa de Dios tratar con sus criaturas como le place, tal como un alfarero que produce la clase de vasijas que su voluntad le dicta. En consecuencia, Dios ha tolerado la existencia de †œvasos de ira† con un propósito —como en el caso de Faraón—, mientras que ha sido indulgente con los †œvasos de misericordia†, sin que nadie tenga el derecho de cuestionar la actuación divina. (Ro 9:14-24.)
Por otra parte, las obras del hombre suelen ser imperfectas, y sus caminos, defectuosos; ha recibido de Adán un legado de pecado y error. (Ro 5:12; Sl 51:5.) Pero Jehová, en quien no existe tacha, es misericordioso, †œconoce bien la formación de nosotros, y se acuerda de que somos polvo†. (Sl 103:13, 14.) Consideró al fiel y obediente Noé hombre †œexento de falta entre sus contemporáneos† (Gé 6:9), y a Abrahán le dijo: †œAnda delante de mí­ y resulta exento de falta†. (Gé 17:1.) Aunque ambos, Noé y Abrahán, eran imperfectos y murieron, Jehová, que †œve lo que es el corazón†, no les imputó falta alguna. (1Sa 16:7; compárese con 2Re 20:3; 2Cr 16:9.) A Israel le mandó: †œDebes resultar exento de falta con Jehová tu Dios†. (Dt 18:13; 2Sa 22:24.) Ofreció en sacrificio redentor a su Hijo perfecto (Heb 7:26), y sobre esa base puede declarar †œjustos† o perfectos a los que ejercen fe en dicho sacrificio y le son obedientes, sin que por ello se vea afectada su posición de Juez justo e í­ntegro. (Ro 3:25, 26; véanse INTEGRIDAD; PERFECCIí“N.)

El pacto de la Ley. El apóstol Pablo dijo que la Ley era †œespiritual† y †œexcelente† (Ro 7:14; 1Ti 1:8), y después de comentar el décimo mandamiento, añadió: †œLa Ley es santa, y el mandamiento es santo y justo y bueno†. (Ro 7:7-12.) Luego, ¿por qué dijo también que †œsi aquel primer pacto hubiera estado exento de falta [o intachable], no se habrí­a buscado lugar para uno segundo†? (Heb 8:7.) Pablo prosiguió su explicación, y añadió: †œPorque él [Jehová, mediante Jeremí­as] encuentra falta [o tacha] en el pueblo†. (Heb 8:8, 9; compárese con Jer 31:31, 32.) En lí­nea con lo anterior, Pablo habí­a dicho en otra de sus cartas que en la Ley habí­a cierta †œincapacidad† debido a que †œera débil a causa de la carne†. (Ro 8:3.) En consecuencia, demostró lógicamente que la perfección no se consigue por mediación del sacerdocio leví­tico, el cual, como la Ley misma que lo sustentaba, tení­a que ser cambiado; que †œla Ley no llevó nada a la perfección†, y, finalmente, que sus dádivas y sacrificios no podí­an †œperfeccionar [al hombre] en cuanto a su conciencia†. (Heb 7:11, 12, 19; 9:9.)

Cómo actuar cuando otros cometen faltas. La Biblia nos aconseja: †œContinúen soportándose unos a otros y perdonándose liberalmente unos a otros si alguno tiene causa de queja contra otro†. (Col 3:13.) Si se tuvieran en cuenta todas nuestras faltas al ser juzgados, todos serí­amos condenados. Son muchas las faltas que se pueden pasar por alto, y, por supuesto, un cristiano no deberí­a publicar las faltas de sus hermanos. Las Escrituras dicen tocante a la persona inicua: †œTe sientas y hablas contra tu propio hermano, contra el hijo de tu madre divulgas una falta†. (Sl 50:16, 20.)
Por otra parte, Jesucristo dio instrucciones a sus discí­pulos sobre qué hacer cuando la falta cometida era un pecado serio. Como primer paso, aconsejó: †œSi tu hermano comete un pecado, ve y pon al descubierto su falta [literalmente, †œcensúralo†] entre tú y él a solas. Si te escucha, has ganado a tu hermano†. A continuación menciona los pasos que deben darse si este primero fracasa. (Mt 18:15-17; véase también Gál 6:1.)

Un ministerio intachable. El profundo agradecimiento y aprecio que Pablo tuvo por el glorioso tesoro del ministerio cristiano le impulsaron a glorificar su ministerio, observando un cuidado exquisito en todo aspecto de su vida y comportamiento. En su carta a la congregación de Corinto dijo: †œDe ninguna manera estamos dando causa alguna para tropiezo, para que no se encuentre falta en nuestro ministerio†. (2Co 6:3.) Habí­a en aquella congregación un grupo de hombres que cuestionaba el apostolado de Pablo, le criticaba con dureza y hasta le calumniaba, a fin de rebajarle y erosionar su autoridad apostólica sobre la congregación. Consciente de esta situación y del peligro que encerraba la crí­tica y las disputas sobre cuestiones relacionadas con dinero, Pablo informó a la congregación que les enviarí­a a Tito y a otro hermano de confianza nombrado por las congregaciones, para encargarse de las contribuciones. †œAsí­ —dijo Pablo— evitamos que hombre alguno encuentre falta en nosotros respecto a esta contribución liberal que ha de ser administrada por nosotros.† (2Co 8:16-21.)

Fuente: Diccionario de la Biblia