FILACTERIAS

griego phulactêrion, amuleto. Estuches pequeños en que los judí­os colocan las palabras esenciales de la Ley, escritas en pergamino, y que los usan atados en la frente o en sus brazos, para recordar constantemente su cumplimiento, Ex 13, 9 y 16; Dt 6, 8; 11, 18. Cristo criticó los formalismos y la hipocresí­a de los escribas y fariseos, que llevaban las f. sólo para ser vistos, Mt 23, 5.

Filadelfia, griego philadelphos, amante hermano. Ciudad en el Asia menor, fundada, en el siglo II a. C., por Eumenes, rey de Pérgamo, llamada así­ en honor de su hermano ítalo II, conocido como Filadelfo, por su fidelidad a Eumenes. F. fue una de las siete iglesias del Asia a las cuales dirige cartas Juan, en la cual existí­a una sinagoga, llamada por el apóstol †œsinagoga de Satanás†, cuyos miembros se oponí­an a los cristianos, Ap 1, 11; 3, 7.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(señal, recuerdo).

Escribí­an algunos preceptos de la Ley en pergaminos, los metí­an en cajitas, y se los ataban en el brazo izquierdo o en la frente con filacterias o lazos, para recordárselos.

(Ver “Vestidos”). Con el tiempo vinieron a ser como amuletos, y por eso Jesus los criticó: (Mat 23:5).

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

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Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

tip, LEYE CERE COST

vet, (hebreo, “señal”, “recuerdo”). Interpretando literalmente Ex. 13:9, 16; Dt. 6:8; 11:18, se escribí­an en tiras de pergamino algunos preceptos de la ley; estos preceptos se encerraban en cajitas que eran atadas al brazo izquierdo o a la frente con filacterias o lazos. Jesús criticó que los fariseos hicieran las filacterias llamativamente anchas (Mt. 23:5). Mucha gente piadosa de su tiempo llevaba las filacterias no sólo para la oración, sino durante todo el dí­a. La palabra “filacterias” (Mt. 23:5) deriva de la palabra griega “filakterion” (“medio de protección”), aunque dicha idea no se halla en la palabra hebrea “totafat” que, traducida literalmente, quiere decir señal, recuerdo, memoria. Las filacterias aparecen por la época intertestamentaria, cuando el pueblo judí­o necesitaba una buena dosis de defensa frente a las ideologí­as sincretizantes de aquel perí­odo. En la época tardí­a llegaron a convertirse en una especie de amuletos contra toda clase de amenazas y por ello Cristo echa en cara a los fariseos el hecho de que “ensanchen tanto sus filacterias” (Mt. 23:5), o sea, que extreman la celebración externa de los actos de piedad.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

Este nombre es transliteración del gr. fylaktērion, que significa “medio de protección” o *“amuleto”. Aunque algunos judíos las han considerado supersticiosamente, esta actitud ha sido siempre marginal, de modo que el nombre gr. probablemente se deriva de falsas interpretaciones paganas. El judío habla de tefillâ (lit. ‘plegaria’), pl. tefillı̂n. Representan la interpretación, por parte de los piadosos, de Ex. 13.9, 16; Dt. 6.8; 11.18. La forma actual adquirió estabilidad ya en los primeros años del ss. II d.C., y consiste en dos cubos huecos hechos de la piel de animales limpios. Varían entre 1, 25 cm. y 4 cm. de lado. La que se usa en la cabeza está dividida en cuatro compartimientos iguales; la que es para la mano no tiene divisiones. En ellas se colocan los cuatro pasajes de Ex. 13.1–10; 13.11–16; Dt. 6.4–9; 11.13–21 escritos a mano sobre pergamino (en cuatro pedazos para la cabeza, en un solo pedazo para la mano). Las filacterias tienen correas de cuero mediante las que los hombres se las atan a la mano izquierda y el centro de la frente antes de las plegarias matutinas, ya sea en la casa o en la sinagoga, excepto en el día de reposo y en las grandes fiestas. Se las ponen después del chal para las oraciones (ṭallı̂ṯ), en primer lugar la de la mano. Tanto las filacterias mismas como las correas son invariablemente de color negro. La filacteria para la cabeza puede reconocerse por un šin de tres y cuatro brazos en los lados derecho e izquierdo.

En los hallazgos de *Qumrán se han encontrado porciones de filacterias, las que demuestran que no estaban absolutamente estandarizadas antes de la destrucción del templo. La diferencia principal, sin embargo, era la inclusión de los Diez Mandamientos en el pergamino. Su exclusión posteriormente, así como su exclusión de los servicios diarios, fue una reacción contra los judíos cristianos.

Aun cuando la exégesis cristiana siempre ha entendido los pasajes mencionados en forma metafórica, el creciente conocimiento que poseemos acerca del antiguo Cercano Oriente hace que no sea posible eliminar totalmente una posible intención literal (como tampoco de Dt. 6.9; 11.20, para el caso, que el judío cumple colocando un pergamino que contiene Dt. 6.4–9; 11.13–21 en una caja llamada mezûzâ y fijándola en el marco de la puerta de su casa). Todos los testimonios disponibles sugieren, sin embargo, que constituyen una innovación posterior iniciada por los hası̂ḏı̂m (* Asideos), cuya función era responder vigorosamente a la creciente influencia helenística. No hay mención de ellas en el AT, y parece que los samaritanos no las conocieron. La LXX toma los pasajes en que se basa esta costumbre como claramente metafóricos. Al parecer la Carta de Aristeas menciona solamente la del brazo, y Filón la de la cabeza.

Tanto la aclaración talmúdica un tanto posterior de que no las usaba la gente común (˓am hā-˒āreṣ), como el hecho de que no las mencionan los escritores paganos, indican que en la época de Cristo todavía las usaba una minoría de las personas. Podemos estar seguros de que todos los fariseos las usaban, no meramente durante la plegaria matutina sino durante las horas de luz. Su posterior restricción al momento de las plegarias se debió al hecho de que ofrecían una indicación demasiado evidente para el reconocimiento de los judíos en tiempos de persecución. No hay razón para pensar que hayan sido usadas ya sea por Cristo o sus discípulos. Hasta la condenación de Mt. 23.5 sugiere la tentación para los ultra piadosos de recalcar su adhesión a una costumbre que sólo lentamente fue ganándose un lugar. Su uso se hizo universal antes de la finalización del ss. II d.C.

El judío ortodoxo interpreta su uso de un modo altamente espiritual. Esto lo demuestra la meditación que debe hacerse mientras se las pone, meditación que aparece muy al comienzo del servicio matutino en cualquier libro de oraciones judaico corriente.

Bibliografía. M. Balagué, “Filacterias”, °EBDM, t(t). III, col. 536; F. Stolz, “Signo, señal”, °DTMAT, t(t). I, cols. 156ss; “Filacterias”, °db, col. 702.

Véanse los artículos en JewE, EJ, 1971, y SB, 4, Excursus 11.

H.L.E.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico

(Phulachterion — salvaguardia, amuleto o hechizo).

La palabra aparece sólo una vez en el Nuevo Testamento (Mateo 23,5), en el gran discurso de Nuestro Señor contra los fariseos, a quienes le reprocha su ostentación en el descargo de sus deberes religiosos y sociales: “se hacen bien anchas las filacterias y bien largos los flecos del manto.” Los judíos llaman a las filacterias tephillin, plural de la palabra tephillah, “una oración”, y consiste de dos pequeños estuches cuadrados de cuero, uno de los cuales se fijaba en su frente y el otro en el brazo izquierdo. El estuche para la frente contenía cuatro distintos compartimientos; el del brazo, sólo uno. Contenían estrechas franjas de pergamino con pasajes del Pentateuco, es decir, Éxodo 13,1-10 y Deuteronomio 6,4-9; 11,13-21. Los judíos ortodoxos todavía consideran un deber religioso sagrado la práctica de usar las filacterias en ciertos momentos.

Bibliografía: KLEIN, Die Totaphoth nach Bibel und Tradition in Jahrbuecher f. Prot. Theol. (Berlin, 1881), 666-689; VIGOUROUX, Dict. de la Bible, s.v. Phylacteres.

Fuente: Driscoll, James F. “Phylacteries.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911.

http://www.newadvent.org/cathen/12046a.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Fuente: Enciclopedia Católica