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Imposibilidad de poder pecar por una gracia divina que Dios puede conceder o por una carencia natural (deficientes).
En el sentido de gracia, no tiene explicación natural. Tal vez Dios se la haya concedido a algún santo como don misterioso. La tuvo Jesús hombre, por su unión hipostática. Se cree piadosamente que Dios se la concedió a su santa Madre María. Los salvados en el cielo, unidos a Dios y gozosos con la visión divina, serán ya impecables. (Ver. Santísima. María 4)
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa