LATIN

Luk 23:38; Joh 19:20 escrito .. en griego y en l


dialecto de los latinos, habitantes del valle del Tí­ber. Se hablaba Roma principalmente y por las conquistas logradas se habló la zona al rededor del Mediterráneo. En el N. T. se menciona la utilización de esta lengua, Jn 19, 20.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

El idioma de los romanos y, en Palestina, utilizado principalmente por los romanos. El grabado oficial en la cruz fue escrito en heb., gr. y lat. (Joh 19:20). El NT contiene cerca de 25
términos lat. administrativos y militares que han sido traducidos al gr. Laurel.

ver PLANTAS

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Idioma de los romanos, Jua 19:20. La versión en latí­n de la Vulgata de San Jerónimo, fue aprobada oficialmente por la Iglesia, como Biblia verdadera, en el Concilio de Trento.

(“Vulgata”).

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Idioma que hablaban los romanos. El tí­tulo que pusieron sobre la cabeza del Señor Jesús en la cruz estaba †œen letras griegas, l. y hebreas† rezaba: †œJesús Nazareno, Rey de los Judí­os† (Luc 23:38; Jua 19:20). En l. se lee: Iesus Nazarenus, Rex Iudaeorum, cuyas iniciales (INRI) son las que se ponen en los llamados crucifijos y las representaciones de Jesús crucificado. El establecimiento del Imperio Romano hizo que el l. viniese a ser la segunda lengua, después del griego, en todos los paí­ses mediterráneos. Es muy posible que Pablo hablara latí­n, pero no consta. En el NT se pueden identificar muchos nombres propios que surgen de este idioma, así­ como algunos términos, tales como censo, centurión, colonia, cuadrante, denario, foro, flagelo, legión, pretorio, sudario, taberna, etcétera.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, ABEC

vet, Lengua de los romanos, que ejercí­an la autoridad suprema en Palestina desde el siglo I a.C. El latí­n no fue admitido por los judí­os como lengua franca, y sólo admitieron unas pocas palabras de esta lengua. Pretorio y centurión figuran en caracteres gr. en Mr. 15:16, 39, 45. Siendo el latí­n la lengua de las autoridades romanas, el escrito fijado a la cruz de Cristo estaba escrito en latí­n además de en griego y hebreo.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Lengua indoeuropea hablada por los antiguos habitantes de la región del Lacio, en cuyo centro se hallaba Roma. Al conquistar el mundo mediterráneo el Imperio romano, el latí­n se fue imponiendo poco a poco. Pero hasta el siglo III no predominó sobre el griego común (koine), que se habló en todo lo que fue el imperio de Alejandro y de sus generales convertidos en reyes (diadocos) de los imperios helení­sticos.

En Occidente fue desde finales del siglo II y se impone en el III la lengua normal. Su forma elegante, o latí­n clásico, sólo se habló por gente culta en la región de Roma. En el resto del Imperio se difundió un latí­n vulgar o dialectal que en cada rincón del imperio se fue empleando y mezclando con la lengua propia del lugar.

Así­ se gestaron las lenguas “romances”, que se convirtieron con el tiempo en las lenguas europeas. No fue sólo la evolución fonética, sintáctica y morfológica la que originó el proceso transformador, sino que contó con igual peso la influencia de los lenguajes de los diversos pueblos que fueron invadiendo el Imperio: suevos, alanos, hunos, al principio; y sobre todo los más estables y fuertes, francos, alamanes, ostrogodos, visigodos.

La Iglesia adoptó espontáneamente el latí­n como lengua natural en sus escritos, documentos, cantos litúrgicos y formas de comunicación. En oriente se mantuvo el griego, por la í­ndole de la cultura y el peso insoslayable de Grecia. Pero en Roma y en todo Occidente, desde el II, en que disminuye el número de esclavos grecoparlantes traí­dos de Oriente, se impuso prácticamente como lengua social y oficial.

Esa lengua se mantiene hasta el presente, aunque en la segunda parte del siglo XX y probablemente en el porvenir el pragmatismo de occidente y arrollador empuje de lo tecnológico sobre lo humaní­stico hace difí­cil su uso y comprensión, incluso en los estamentos eclesiásticos.

La conveniencia de que la Iglesia tenga una lengua oficial salta a la vista, estando sus miembros extendidos por el universo entero. En el consorcio de los miles de lenguas que se hablan (6.000?) y de los alfabetos escritos que se emplean (300?) la existencia de una lengua unitaria de referencia es obligada.

En la educación de los creyentes, la mí­nima comprensión y expresión en la lengua parece obligado. Poder recitar el credo o elevar a Dios el Padrenuestro en una reunión internacional, tan frecuentes hoy, en una forma expresiva común es un deber, una necesidad y un signo de unidad católica eclesial. Ni las leguas internacionales (inglés, chino mandarí­n o español) ni las lenguas artificiales (esperanto o spanglish) podrí­an ejercer las mismas funciones unitivas que una lengua culta desde hace dos milenios, de la que se derivan varias docenas de lenguas vivas actuales y en la que están expresados los documentos oficiales católicos.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Lenguaje que pertenece a la familia indoeuropea y del que se derivan las lenguas romances, como el italiano, el español, el francés, el portugués y el rumano. En la última mitad del siglo II E.C., los poderes religiosos de Roma intentaron reemplazar el griego por el latí­n como lenguaje del obispado romano. Uno de los resultados fue la Vulgata latina, de Jerónimo, perteneciente al siglo IV E.C. La única traducción bí­blica famosa que la precede es la Septuaginta griega.
El latí­n era la lengua de la Roma imperial y, por lo tanto, el idioma oficial en Palestina cuando Jesucristo estuvo en la Tierra, aunque no la lengua popular. Por eso no es sorprendente hallar latinismos en las Escrituras Griegas Cristianas. La propia palabra †œlatí­n† aparece solo una vez en la Biblia, en Juan 19:20, donde se nos dice que la inscripción que se colocó sobre el madero de tormento al que fue clavado Jesús estaba escrita en hebreo, griego y latí­n.
En las Escrituras Griegas Cristianas el latí­n aparece de diversas formas, como, por ejemplo, en más de 40 nombres propios de personas y lugares: íquila, Lucas, Marcos, Pablo, Cesarea y Tiberí­ades. En esta parte de la Biblia se hallan equivalentes griegos de unas 30 palabras latinas de naturaleza militar, judicial, monetaria y doméstica, como centurio (Mr 15:39, oficial del ejército), denarius (Mt 20:2, moneda romana de plata) y speculator (Mr 6:27, guardia). También aparecen ciertas expresiones o modismos latinos: †œdeseando satisfacer a la muchedumbre† (Mr 15:15) y †œtomar suficiente fianza†. (Hch 17:9.) La sintaxis o el patrón de ciertas locuciones y oraciones a veces dejan entrever la influencia latina, a pesar de que los eruditos no se ponen de acuerdo en cuanto al grado de esta influencia.
Los latinismos aparecen de manera especial en los libros de Mateo y Marcos; este último los usó más que el resto de los escritores bí­blicos. Este hecho da peso a la creencia de que Marcos escribió su evangelio en Roma, principalmente para los gentiles y en particular para los romanos. Pablo usó poco los latinismos. No aparece ninguno en la Septuaginta griega.
El que se encuentren latinismos en las Escrituras tiene un interés para los amantes de la Biblia aparte del exclusivamente académico. Está en armoní­a con lo que la Biblia muestra en cuanto a que Palestina estaba ocupada por Roma cuando Jesucristo estuvo en la Tierra. Además, el que los mejores escritores griegos seglares del mismo perí­odo usen estos latinismos arguye a favor de que las Escrituras Cristianas en efecto se produjeron en la época sobre la que tratan. De modo que este hecho es un testimonio más de la autenticidad de las Escrituras Griegas Cristianas.

Fuente: Diccionario de la Biblia

romaisti (rJwmai>Ÿstiv, 4515), adverbio, “en latí­n”. Aparece en Joh 19:20; lit.: “en romano”.¶ Nota: En TR aparece en Luk 23:38 el adjetivo romaikos, “de latí­n”, concordando con “letras”.¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

Sólo dos veces se menciona esta palabra en el NT (Lc. 23.38; Jn. 19.20). Se trata de una lengua indoeuropea, que hablaban primeramente en Roma y la llanura contigua del Lacio elementos raciales que entraron en Italia, probablemente desde el N, antes del 900 a.C. El latín estaba limitado al territorio del Lacio por una lengua foránea, el etrusco, en el N, y por lenguas relacionadas con el mismo hacia el E y el S, el osco y el umbro, que llegaron posteriormente debido a una oleada de inmigración, posiblemente a través del Adriático. El laún se expandió junto con Roma, llegó a ser la segunda lengua del Mediterráneo occidental, produjo los idiomas romances, y aportó importantes elementos al vocabulario de las lenguas teutónicas y eslavas. Términos latinos que aparecen en el NT son: as, charta, census, centurio, colonia, custodia, denarius, forum, flagellum, practorium, quadrans, macellum, membrana, modius, raeda, semi-cinctium, sicarius, speculator, sudarium, taberna, titulus, zizanium.

E.M.B.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico