LEVADURA

Exo 12:17; Exo 23:15; Exo 34:18 la fiesta de los panes sin l
Exo 12:19; Deu 16:4 por siete días no se hallará l
Exo 12:39 cocieron tortas sin l de la masa que
Deu 16:8 seis días comerás pan sin l, y el séptimo
Mat 13:33; Luk 13:21 el reino .. es semejante a la l
Mat 16:6; Mar 8:15; Luk 12:1 de la l de los fariseos
Mat 26:17; Mar 14:1; Luk 22:7 fiesta .. panes sin l
1Co 5:6; Gal 5:9 un poco de l leuda toda la masa?
1Co 5:7 para que seáis nueva masa, sin l como sois
1Co 5:8 no con la vieja l, ni con la l de malicia


Levadura (heb. jâmêts y í‘e’ôr; gr. zúm’). Sustancia productora de fermentación que se usaba/usa para levantar diversos tipos de masa. La primera referencia bí­blica a la levadura está relacionada con la institución de la fiesta de los Panes* sin Levadura, en ví­speras de la partida de los hebreos de Egipto. Durante esta fiesta no se la debí­a hallar en los hogares (Exo 12:15-20; 13:3-7). No se habí­a de presentar ninguna ofrenda de cereales hecha con ella (Lev 2:11); debí­a ser comida sin este fermento en un lugar santo (6:15-17). El profeta Amós, irónicamente, invitaba a los israelitas apóstatas a ofrecer sacrificios que contuvieran levadura (Amo 4:5), una práctica prohibida. Sin embargo, se debí­an ofrecer panes leudados con ciertas ofrendas (Lev 7:13; 23:17). Jesús comparó la cualidad penetrante de sus enseñanzas con la acción de la levadura sobre la masa (Mat 13:33; Luk 13:20, 21). Lo mismo hizo para ilustrar la influencia persuasiva de las doctrinas de los fariseos y saduceos, y la mala de Herodes (Mat 16:6, 12; Mar 8:15). Pablo, al referirse a la de los judaizantes en su medio, advirtió a los cristianos gálatas que “un poco de levadura leuda toda la masa” (Gá. 5:9), y aconsejó a los corintios a limpiarse de la vieja levadura y llegar a ser una masa nueva (1Co 5:6, 7).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

hongos microscópicos que tienen la capacidad para realizar la fermentación de hidratos de carbono. La mayorí­a de la l. que se cultiva pertenece al género Saccharomyces, como la l. del pan que son especies de la Saccharomyces cerevisiae. Se reproduce mediante un proceso llamado gemación. Esta l. hace que el pan crezca liberando dióxido de carbono, que queda incluido en la masa. Los egipcios fueron los primeros en descubrir que dejando fermentar la masa se producí­an gases, que hací­an al pan más ligero. Antiguamente la l. se extraí­a de la misma masa una vez reposada y se guardaba hasta el momento de amasar de nuevo, con lo cual se conservaba el hongo. Cuando a la masa fresca se le añadí­a la l., toda ella se volví­a agria.

Se utiliza la l. en la Biblia en sentido figurado: Jesús dice a sus discí­pulos que se guarden de la l. de los fariseos y saduceos, queriendo decir que se cuidaran de la doctrina de los fariseos y saduceos, Mt 16, 5-12.

Jesús compara el Reino de los Cielos con la l. Lc 13, 20-21.

Leví­, mi marido se aficionará a mí­, ya que le he dado tres hijos, Gn 29, 34. 1. Tercer hijo de Jacob y de Lí­a, su primera mujer, nacido en Padán Aram, epónimo de los levitas. Vengó la violación de su hermana Dina por Siquem, atacando, junto con su hermano Simón, a la ciudad Siquem matando a todo varón, Gn 34, 25. A consecuencia de ese acto, L. y Simón fueron maldecidos por Jacob, vaticinándoles que su descendencia serí­a dispersada en Israel, Gn 49, 7; sus tribus fueron absorbidas más tarde por otras tribus. L. tuvo tres hijos: Guersón, Quehat y Merarí­, Gn 46, 11. Vivió en Egipto con Jacob, donde murió a los ciento treinta y siete años, Ex 6, 16. 2. L., hijo de Alfeo, nombre hebreo del apóstol Mateo.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

La levadura era excluida rigurosamente de las ofrendas de comidas (Exo 29:2, Exo 29:23, Exo 29:32; Lev 2:1-16; Lev 6:14-23; Lev 7:9-10; Lev 8:2, Lev 8:26, Lev 8:31; Lev 10:12; Num 15:1-9, Num 15:17-21; Num 18:9, comparar Exo 23:18; Exo 34:15). Representaba corrupción y por lo tanto era simbólica del pecado. Se la permití­a en algunas otras ofrendas (Exo 23:15; Exo 34:22-23; Lev 2:11; Lev 7:13-14; Lev 23:17-18; Num 15:20), quizás para indicar que la levadura como parte de la comida diaria simboliza el pecado que está todaví­a inherente al que se postra a adorar. La levadura fue excluida de la Pascua (Exo 12:14-20; Exo 23:15; Exo 34:18; Deu 16:2-4) debido a la manera urgente en que Israel huyó de Egipto (Exo 12:11, Exo 12:29; Deu 16:3) y por el hecho de que la levadura era un tipo de Cristo el cual era completamente libre de corrupción (comparar 1Co 5:7-8). El pecaminoso reino del norte (Amo 4:5) mezclaba lo permitido (Lev 7:13; Lev 23:17) con lo prohibido (Exo 23:18; Exo 34:25; Lev 2:11). En el NT la levadura simboliza o el legalismo judí­o (Mat 16:6, Mat 16:12; Gal 5:9) o la corrupción moral (1Co 5:6 ss.).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Masa con microorganismos, que actúan fermentando, Exo 12:34
– No podí­a figurar en alimentos ofrecidos a Dios, ni en la Pascua, Lev 2:11, Ex. 12.

– Sí­mbolo de influencia moral, buena o mala, Mat 13:33, Mat 16:6, 1Co 5:7-8.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Substancia que se introduce en la masa de harina para producir la fermentación de ésta. En la fiesta de la Pascua se comí­an panes sin l. (Exo 12:8, Exo 12:39). Durante siete dí­as se comerí­an panes no leudados. Muchos eruditos piensan que el simbolismo de esto reside en que en ese dí­a, cuando ocurrió el éxodo, los israelitas tení­an que comer la Pascua con la actitud de uno que está a punto de salir de viaje (†œceñidos vuestros lomos, vuestro calzado en vuestros pies, y vuestro bordón en vuestra mano; y lo comeréis apresuradamente: es la Pascua de Jehovᆝ). Por eso los panes tení­an que ser sin l., pues no habí­a tiempo para esperar por el proceso de fermentación. Cuando Abraham recibió la visita de los tres varones †œcoció panes sin l.† para ellos (Gen 19:3). Buena cantidad de las ofrendas prescritas incluí­an panes o tortas sin l. (Exo 29:2, Exo 29:23; Lev 2:4), porque †œninguna ofrenda que ofreciereis a Jehová será con l.† (Lev 2:11).

En el NT, la l. es usada metafóricamente tanto en sentido positivo como en negativo. Por un lado, †œel reino de los cielos es semejante a la l. que tomó una mujer y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado† (Mat 13:33). En esta parábola la l. sirve para mostrar la forma como crecerí­a el reino y su influencia en el mundo. Por otra parte, el Señor Jesús dijo a sus discí­pulos: †œGuardaos de la l. de los fariseos, que es la hipocresí­a† (Luc 12:1), señalando la actitud inflada de éstos, que no correspondí­a con la realidad de su interior pecaminoso. También Pablo usa la l. para advertir contra la infiltración de ideas y costumbres malsanas entre los creyentes (1Co 5:6-8).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, ALIM LEYE TIPO

vet, Sustancia usada para fermentar y levantar la masa (Ex. 12:15, 19; 13:7). En épocas bí­blicas se usaba para ello un trozo de masa agriada. La levadura estaba prohibida en las ofrendas que debí­an ser consumidas sobre el altar; aquellas de las que se participaba podí­an tenerla (Ex. 7:13; 23:17). La levadura, agente de corrupción, es el emblema de las doctrinas perniciosas (Mt. 16:11; Mr. 8:15), de la maldad (1 Co. 5:6-8; Gá. 5:9), de la que nos tenemos que guardar totalmente. Durante la Pascua, los israelitas no debí­an ni consumir pan con levadura, ni aun tener levadura en sus casas, bajo pena de ser cortados de su pueblo (Ex. 12:15, 19). La ausencia de levadura simbolizaba la pureza que Dios demanda de sus servidores. Ello era también un recuerdo de su salida de Egipto, por cuanto los israelitas se llevaron la masa sin fermentar. La insipidez de este pan sin levadura les servirí­a de recordatorio de las aflicciones de Egipto (Ex. 12:34, 39; Dt. 16:3; 1 Co. 5:7, 8). La parábola de la levadura (Mt. 13:33) ha sido diversamente interpretada. Ciertos comentaristas han creí­do ver en ella una imagen de la influencia saturadora del Evangelio que, de una manera quizás escondida, penetra en todos los medios y por la tierra entera (cfr. Col. 1:16). Sin embargo, se ha de tener en cuenta que en todos los otros pasajes bí­blicos la levadura es consistentemente un sí­mbolo de iniquidad. De la misma manera que la cizaña se mezcla con el trigo hasta la siega (Mt. 13:24-30), así­ la levadura introducida en la harina produce un fermento de corrupción que irá en aumento hasta la apostasí­a y el juicio que ha de caer sobre ella (Mt. 24:12; 2 Ts. 2:3). En este sentido es usada por Pablo en 1 Co. 5:6-8 y Gá. 5:9, por lo que es inválida la interpretación optimista. La parábola de la cizaña y la de la levadura muestran diferentes aspectos de la misma realidad: el proceso de corrupción conducente a la apostasí­a en el seno del testimonio de la Iglesia en la tierra hasta la intervención del Señor en juicio sobre una cristiandad apóstata (cfr. Lc. 18:8; 1 Ti. 4:1; 2 Ti. 3:1-5, etcétera). Así­, “hasta que todo fue leudado”, en lugar de significar que todo el mundo será ganado para el Evangelio, tiene un significado diametralmente opuesto.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[471]
Hongo microscópico que hace fermentar la masa del pan, o de otros productos, y adquirir mejor sabor y presentación para presentar los alimentos.

Los israelitas, como la mayor parte de los pueblos primitivos, conocieron el uso de estos fermentos de la levadura y los usaron, incluso con carácter ritual, como al elaborar el pan ázimo con que conmemoraban la precipitación de la salida de Egipto (Num. 9.11).

En el Nuevo Testamento hasta 26 veces se habla de la levadura (“dsyme”, o “adsymos”), lo cual indica no sólo su uso alusivo al producto, sino el valor simbólico que se la atribuyó siempre.

En los tiempos en que se escribieron los textos, la simbologí­a de la levadura es clara: Es el sí­mbolo del Reino de los cielos (Mt. 13.33; Lc. 13.21); lo es del buen ejemplo y de la buena doctrina (1 Cor. 5.6; Gal. 5.9) Lo es también del mal que afecta a los que imitan a los malos. (Lc. 12.1; Mc 8.15)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Masa fermentada, que se aplica a la nueva y fresca para hacerla fermentar y poder hacer el pan. Basado en este quehacer de la vida diaria, Jesucristo elabora una parábola para ilustrar la naturaleza del reino (Mt 13,33; Lc 13,21). La levadura, materia fermentada, y, por tanto, de alguna manera corrompida, se emplea también en sentido peyorativo, como elemento de corrupción moral, que debe ser evitado y desechado (Mt 16,6. 11. 12; Mc 8,15; Lc 12,1). > fermento, parábola del.

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

(-> Azimos, Pascua). A lo largo de la tradición bí­blica, la levadura tiene un sentido ambiguo: ciertamente es buena para fermentar el pan, pero, al mismo tiempo, está vinculada con un tipo de impureza (relacionada con la desintegración) que la vuelve peligrosa. Por eso, los panes para la ofrenda de Dios son ázimos*, sin levadura, como recuerdan las leyes del Antiguo Testamento cuando dicen que no pueden estar fermentados, lo mismo que el pan de la fiesta pascual de cada año, que no podí­a mezclarse con la levadura del año anterior (cf. Gn 19,3; Ex 12,8-20; 23,15; Lv 2,4; 8,26; Dt 16,3; Jos 5,11; etc.). En ese último sentido emplea Pablo el sí­mbolo de la levadura cuando, en un contexto de pascua, pide a los creyentes que dejen “la vieja levadura de la malicia y maldad, para celebrar la fiesta de los Panes ázimos, de la sinceridad y la verdad” (1 Cor 5,9). A partir de aquí­ se entiende el doble sentido de la levadura en el mensaje de Jesús.

(1) Levadura buena. En un texto que proviene sin duda de la tradición más antigua de sus dichos, Mateo habla de la levadura buena, propia de mujer que amasa el pan: “El reino de los cielos se parece a la levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo quedó fermentado” (Mt 13,33; Lc 13,21). Esta es una de las imágenes más atrevidas y audaces del Nuevo Testamento, pues separa el reino de Dios del contexto sagrado del templo (donde se come sin levadura) y de la misma fiesta de la pascua (pan sin levadura) para introducirlo en la masa ambigua y concreta de la vida humana. Más aún, en este contexto, el reino de Dios se relaciona con una levadura que pertenece al campo del trabajo y experiencia de las mujeres que amasan el pan y aparecen por su biologí­a (ritmos de menstruación) más vinculadas a la visión judí­a de la levadura; ellas se mueven en el campo de una vida que parece propensa a la impureza. Pues bien, Jesús compara el Reino con una levadura de mujer que puede fermentar la masa del pan, no para un servicio litúrgico (panes ázimos), sino para la vida concreta y para la comida de los panes normales de cada dí­a (multiplicación*), que se supone que no son ázimos.

(2) Levadura mala. Hay una levadura mala, vinculada a los herodianos y a los fariseos, como recuerda un texto enigmático de Marcos, vinculado a la tradición de las multiplicaciones*: “Habí­an olvidado los panes, y sólo tení­an un pan en la barca. Y se puso a advertirles: Mirad, cuidaos de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes. Ellos comentaban entre sí­: ¡Si no tenemos panes! Jesús lo advirtió y les dijo: ¿Por qué comentáis: no tenemos panes? ¿Aún no entendéis ni comprendéis? ¿Tenéis embotada vuestra mente? Tenéis ojos y no veis; oí­dos y no oí­s. ¿Ya no recordáis?” (Mc 8,14-21). Los discí­pulos navegan en la barca de la Iglesia, dispuestos a llegar a todo el mundo: no llevan panes y, por tanto, no pueden llevar levadura mala. Pero Jesús les advierte que lo que deben dejar es otra levadura, no la del pan (¡que no es mala!), sino la de Herodes y los fariseos. La levadura de Herodes está relacionada con el banquete de mentira y muerte en el que ha sido asesinado Juan* Bautista (cf. Mc 6,14-29). La levadura de los fariseos aparece vinculada a la comida exclusivista de los judí­os que se aí­slan precisamente para no contaminarse con las impurezas de los paganos (cf. Mc 7,1-23); pues bien, en contra de eso, los fariseos son los impuros por separarse de los otros. Frente a esa doble levadura mala está el buen pan de las multiplicaciones, es decir, el pan compartido (cf. Mc 8,21). Siguiendo en esa lí­nea, Mt 16,11 identifica la mala levadura con “la doctrina de los fariseos y de los saduceos”. Por su parte, Lc 12,1 compara la levadura con la hipocresí­a de los fariseos.

Cf. R. M. Fowler, Loaves and Fisches: The Function of the Feeding Stories in the Cospel of Mark, Scholars, Chico CA 1981.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

Sustancia que se añade a la masa o a ciertos lí­quidos para que fermenten; en particular, una porción de masa leudada de una amasadura anterior que se emplea en la fermentación de nuevas amasaduras. Este tipo de agente leudante se designa con la palabra hebrea se´ór (†œmasa fermentada†, Ex 12:15) y con la palabra griega zý·me (†œlevadura†, Lu 13:21), mientras que para designar algo leudado se emplea la palabra hebrea ja·méts. (Le 2:11.)
El vino, conocido desde la antigüedad, es el jugo fermentado de la uva u otros frutos, si bien fermenta sin necesidad de levadura.
Los antiguos egipcios elaboraban cerveza, que se prepara con un fermento, y asimismo cocí­an tanto pan leudado como ácimo. Probablemente, los hebreos también estaban familiarizados con la †œcerveza de trigo†. (Isa 1:22; Os 4:18, NM; Lexicon in Veteris Testamenti Libros, de L. Koehler y W. Baumgartner, Leiden, 1958, pág. 646.) En estos productos podrí­an haber utilizado como fermento levadura natural obtenida de las esporas que producen algunas clases de hongos. Excavaciones efectuadas en Egipto han sacado a la luz pan poroso que contení­a células muertas de levadura. También se sabe que los egipcios utilizaban natrón (carbonato sódico) en la elaboración del pan. El carbonato sódico no realizarí­a el proceso de fermentación de la misma manera que la masa fermentada, pero producirí­a burbujas de gas que harí­an subir el pan. No obstante, la forma principal de elaborar el pan tanto en Egipto como en Israel parece haber sido guardando algo de masa de una hornada, dejarla fermentar y usar la masa fermentada resultante como levadura para la partida siguiente.

En la Ley que Dios dio a Israel. Ninguna de las ofrendas de grano que los israelitas presentaban como ofrendas hechas por fuego a Jehová debí­a ser †œcosa hecha con masa fermentada†. (Le 2:11.) No obstante, se podí­a utilizar levadura en las ofrendas de comunión por acción de gracias, en las que el que presentaba la ofrenda lo hací­a de manera voluntaria y como muestra de su gratitud por las muchas bendiciones de Jehová. Aquella comida tení­a que ser una ocasión de alegrí­a, y el pan leudado normalmente se comí­a en ocasiones felices. La persona debí­a presentar tortas anulares de pan leudo junto con la carne (es decir, el animal) para el sacrificio y las tortas ácimas, que no se colocaban sobre el altar, sino que eran para que las comieran el que presentaba la ofrenda y el sacerdote que oficiaba. (Le 7:11-15.)
El dí­a del Pentecostés, cuando se presentaban las primicias de la cosecha del trigo, el sumo sacerdote mecí­a delante de Jehová dos panes de harina de trigo con levadura. (Le 23:15-21.) Es digno de mención que el dí­a del Pentecostés del año 33 E.C. se ungió con espí­ritu santo a los primeros miembros de la congregación cristiana, los discí­pulos de Jesucristo escogidos de entre los judí­os. Jesucristo, en calidad de gran Sumo Sacerdote de Jehová, pudo presentarlos delante de Dios como los primeros de sus hermanos engendrados por espí­ritu. A estos se les tomó de entre la humanidad pecaminosa. (Hch 2:1-4, 41.) Unos tres años y cuatro meses después se ungió con espí­ritu santo a Cornelio y su casa, los primeros gentiles incircuncisos conversos al cristianismo, y así­ se les presentó delante de Dios. Ellos también procedí­an de la humanidad pecaminosa. (Hch 10:24, 44-48; Ro 5:12.)
La fiesta de las tortas no fermentadas abarcaba los siete dí­as siguientes al dí­a de la Pascua, es decir, los dí­as 15 al 21 de Abib o Nisán. Durante aquellos dí­as no debí­a hallarse, ni siquiera †œverse†, en las casas israelitas nada leudado ni ninguna masa fermentada. (Ex 12:14-20; 13:6, 7; 23:15.) Esto sirvió para recordarles su apresurada liberación de Egipto por la mano de Jehová, cuando no tuvieron tiempo de esperar a que su masa leudara, sino que, con las prisas, se la llevaron junto con sus artesas. (Ex 12:34.)

Significado simbólico. La palabra †œlevadura† se utiliza a menudo en la Biblia para referirse a pecado o corrupción. Jesucristo dijo a sus discí­pulos: †œGuárdense de la levadura de los fariseos y saduceos† y †œguárdense de la levadura de los fariseos, que es la hipocresí­a†. Al principio, los discí­pulos no entendí­an que Jesús estaba utilizando un simbolismo, pero finalmente discernieron que les estaba advirtiendo que se guardaran de las doctrinas falsas y de las prácticas hipócritas, †œla enseñanza de los fariseos y saduceos†, que tení­a un efecto corruptor. (Mt 16:6, 11, 12; Lu 12:1.) En una de sus advertencias, también mencionó a Herodes (incluyendo por lo visto a sus partidarios): †œMantengan los ojos abiertos, cuí­dense de la levadura de los fariseos y de la levadura de Herodes†. (Mr 8:15.) Jesús condenó a los fariseos por su hipocresí­a y afán de ostentación. (Mt 23:25-28.) Puso al descubierto el punto de vista doctrinal equivocado de los saduceos, su hipocresí­a y la traición polí­tica de los partidarios de Herodes. (Mt 22:15-21; Mr 3:6.)
El apóstol Pablo utilizó el mismo simbolismo cuando mandó a la congregación cristiana de Corinto que expulsase a un hombre inmoral de la congregación. Dijo: †œ¿No saben que un poco de levadura hace fermentar toda la masa? Quiten la levadura vieja, para que sean una masa nueva, según estén libres de fermento. Porque, en realidad, Cristo nuestra pascua ha sido sacrificado†. A continuación indicó claramente a qué se referí­a con la palabra †œlevadura†: †œPor consiguiente, guardemos la fiesta, no con levadura vieja, ni con levadura de maldad e iniquidad, sino con tortas no fermentadas de sinceridad y verdad†. (1Co 5:6-8.) Pablo recurrió en este texto al significado alegórico de la fiesta judí­a de las tortas no fermentadas, que vení­a inmediatamente después de la celebración de la Pascua. Así­ como un poco de levadura hace fermentar pronto toda la masa de pan, toda la congregación llegarí­a a estar inmunda a los ojos de Jehová si no eliminaba la influencia corrupta de aquel hombre inmoral. Tal como los israelitas no podí­an tener levadura en sus casas durante la fiesta, ellos tení­an que quitar la †œlevadura† de en medio de la congregación.
Además de los hebreos, otros pueblos de la antigüedad también relacionaban la levadura con la corrupción. Por ejemplo, Plutarco, un biógrafo griego, dijo que †œla levadura también es producto de corrupción y corrompe la masa con la que se mezcla†. (Obras morales y de costumbres [Moralia], †œCuestiones romanas†, 109F.)
Debido a la connotación negativa de la levadura, puede ser que Jesús estuviese pensando en su efecto corruptor cuando dijo: †œEl reino de los cielos es semejante a la levadura, que una mujer tomó y escondió en tres grandes medidas de harina, hasta que toda la masa quedó fermentada†. (Mt 13:33; Lu 13:20, 21.) De hecho, las Escrituras muestran que personas que profesarí­an ser miembros del Reino celestial llegarí­an a corromper la verdad. (Hch 20:29, 30; 1Ti 4:1-3.)
En los dí­as de Amós, Jehová dijo con ironí­a a los transgresores israelitas: †œDe lo que esté leudado hagan humear un sacrificio de acción de gracias, y proclamen ofrendas voluntarias†. (Am 4:5.) De esa manera les informó que la adoración que le rendí­an en Betel y en Guilgal era una transgresión contra El, de modo que no importaba que junto con el pan ácimo también ofreciesen sobre el altar pan leudado si lo deseaban. De todas formas, todo lo que hicieran serí­a en vano debido a su idolatrí­a.

Fuente: Diccionario de la Biblia

La palabra levadura representa dos palabras hebreas, ḥāmāṣ y śәʾōr, y la palabra griega dsumē. Presumiblemente, la levadura se guardaba como un bollo de masa reservado entre hornadas. La fiesta de los panes sin levadura (maṣṣāh) en la Pascua se instituyó debido a que los israelitas, marchándose apuradamente de Egipto, no tendrían tiempo para que la masa se leudase (cf. también 1 S. 28:24). Otra palabra, ḥōmeṣ, se traduce «vinagre de vino». No era alcohólico, sino ácido, lo que se demuestra por el hecho que ponía los dientes irritados (Pr. 10:26) y por su reacción ácida sobre el nitro (soda impura, el antiguo natron, Pr. 25:20). Era un verdadero vinagre de uva.

El pan leudado se usaba en el sacrificio sólo con la ofrenda de paz, en la que el adorador y el sacerdote lo comían con gozo (Lv. 7:13), y también se usaba en los panes de la fiesta de las semanas (Lv. 23:17). No se quemaría pan leudado sobre el altar, ni se ofrecería con un sacrificio de sangre (Ex. 23:18; Lv. 2:11).

El NT la menciona en la parábola de la levadura (Mt. 13:33ss.); en la advertencia de Jesús contra la mala doctrina y la hipocresía (Mt. 16:6ss. y paralelos); y en la advertencia de Pablo contra la levadura de maldad (1 Co. 5:6ss.; Gá. 5:9). Muchos (p. ej. Scofield) han afirmado que debido a que la levadura representa sin duda algunas veces a la maldad, por eso la parábola de la levadura significa la expansión del mal en la iglesia. Otros (p. ej. Alford) sostienen que el punto de esta parábola es, más bien, el penetrante poder del evangelio.

  1. Laird Harris

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (354). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

(heb. śe˒ōr, ‘levadura’, ‘pan leudado’ en Dt. 16.4; ḥāmēṣ, ‘lo que ha sido leudado o fermentado’; cf. maṣṣâ, ‘sin levadura’, Lv. 10.12; gr. zymē, ‘levadura’; cf. lat. levare, ‘elevar’).

En la vida de los hebreos la levadura llegó a desempeñar un papel importante, no solamente en la preparación del pan, sino también en la ley, el ritual, y la enseñanza religiosa. Originalmente se preparaba de salvado fino blanco amasado con mosto; de la harina de ciertas plantas como la vicia o la arveja; o de cebada mezclada con agua, que luego se dejaba hasta que se pusiera agria. A medida que avanzaron los métodos de preparación del pan, se comenzó a preparar la levadura con la harína para el pan amasada sin sal, que se dejaba hasta que pasara a un estado de fermentación.

a. En la preparación del pan.

La levadura que se utilizaba en la preparación del pan probablemente era un trozo de masa que se guardaba de una hornada anterior, y que fermentaba y se volvía ácida. Luego se disolvía en agua en la artesa antes de añadir la harina, o se “escondía” en la harina (Mt. 13.33) y se amasaba junto con esta. El *pan preparado de esta manera se conocía como “leudo”, y se distinguía del que se preparaba “sin levadura” (Ex. 12.15, etc.). No hay indicios claros del uso de otros tipos de levadura, aunque a menudo se ha sugerido que los judíos también emplearon la borra de vino como levadura.

b. En la ley y el ritual

La primitiva legislación mosaica (Ex. 23.18; 34.25) prohibía el uso de levadura durante la *pascua y la “fiesta del pan sin levadura” (gr. azymos) (Ex. 23.15; Mt. 26.17, etc.). Esto servía para recordar a los israelitas su apresurada partida de Egipto, en la que sin tiempo a esperar que se preparara pan con levadura, llevaron masa y artesas consigo para preparar el pan a medida que peregrinaban (Ex. 12.34ss; Dt. 16.3, etc.), en forma muy similar a la que emplean los beduinos en la actualidad.

Posiblemente se prohibió la levadura, al igual que la miel (Lv. 2.11), porque la fermentación representaba desintegración y corrupción, y a los hebreos todo lo que se descompusiera les sugería impureza. A menudo los escritores rabínicos emplean la levadura como símbolo del mal y de la corrupción hereditaria del hombre (cf. tamb. Ex. 12.8, 15–20). Plutarco adopta este antiguo punto de vista cuando describe a la levadura como “la criatura misma de la corrupción, que además corrompe la masa con la cual se mezcla”. Persio usa fermentum (Sat. 1.24) para “corrupción”.

Sin duda por esto también se la excluía de las ofrendas que se colocaban sobre el altar de Yahvéh, en el que sólo se permitía el uso de tortas de harina sin levadura (maṣṣôṯ, Lv. 10.12) (* Pan de la proposición) .

Dos excepciones a esta regla deben tenerse en cuenta, sin embargo (Lv. 7.13; cf. Am. 4.5). El “pan leudo” formaba parte de la ofrenda para el sacrificio de acción de gracias, y también se usaban panes fermentados en las ofrendas mecidas, e. d. en la fiesta de Pentecostés.

c. En la enseñanza religiosa

Los usos figurados de la levadura en el NT reflejan en buena medida el antiguo concepto de algo “corrupto y fuente de corrupción”. Jesús advierte contra la levadura de los fariseos, saduceos, y herodianos (Mt. 16.6; Mr. 8.15): la hipocresía de los fariseos y su preocupación por la ostentación (Mt. 23.14, 16; Lc. 12.1); el escepticismo de los saduceos y su ignorancia culpable (Mt. 22.23, 29), y la malicia y la astucia política de los herodianos (Mt. 22.16–21; Mr. 3.6).

Los dos pasajes paulinos en los que aparece el término apoyan este punto de vista (1 Co. 5.6ss; Gá. 5.9), el primero de los cuales contrasta la “levadura de malicia y maldad” con “la levadura de sinceridad y verdad”, al recordar el nuevo significado de la antigua festividad: “porque nuestra Pascua, que es Cristo, ya fue sacrificada por nosotros”.

Este significado está ausente, sin embargo, en la breve pero profundamente significativa parábola de Jesús que (precedida por la de la semilla de mostaza de lento crecimiento) compara el reino de Dios con “levadura que tomó una mujer, y escondió en tres medidas de harina, hasta que todo fue leudado” (Mt. 13.33; Lc. 13.21), clara alusión a “la acción oculta, silenciosa, misteriosa, pero total y transformadora en la … harina” (ISBE, 3, pp. 1862).

Bibliografía. J. Jeremias, Las parábolas de Jesús, 1970; R. de Vaux, Instituciones del Antiguo Testamento, 1985.

ISBE; J. Lightfoot, Horae Hebraicae, 1959, pp. 232–233; O. T. Allis, “The Parable of the Leaven ’, EQ 19, 1947, pp. 254–273; R. S. Wallace, Many Things in Parables, 1955, pp. 22–25; H. Windisch, TDNT 2, pp. 902–906; G. T. D. Angel, NIDNTT 2, pp. 461–463.

J.D.D.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico