MARDOQUEO – Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología

MARDOQUEO

Aconseja a Ester, Est 2:5-20; informa a Ester de una conspiración, Est 2:21-23; se niega a reverenciar a Amán, Est 3:3-6; ataviado con ropas reales, Est 6:1-11; hecho segundo del rey, Est 8:1-15; 10:3


Mardoqueo (heb. Mordekay y Mordekây, “hombre pequeño [hombrecito]” o “siervo de Merodac”; de un nombre bab., Mardukâ , que llevaron varios judí­os que vivieron en tiempos de Artajerjes, de acuerdo con los registros cun. bab.). 1. Dirigente judí­o que regresó con Zorobabel (Ezr 2:2; Neh 7:7). 2. Benjamita, hijo o descendiente de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis (Est 2:5). Se presenta a Mardoqueo como un oficial a la puerta del palacio en Susa (vs 5, 21) que habí­a criado a Hadasa,* o Ester,* hija de su tí­o (v 7). Cuando el rey Asuero (Jerjes) depuso a la reina Vasti y se buscaba alguien que la sustituyera, Ester fue elegida para la vacante (vs 8-20). Cuando Mardoqueo supo de un complot contra la vida del rey, le avisó por medio de Ester, y los conspiradores fueron ejecutados (Est 2:21-23). Por rehusar inclinarse ante Amán,* el Primer Ministro, incurrió en la enemistad de éste. Algunos creen que posiblemente fuera el hecho de que Aman era descendiente de antiguos reyes amalecitas lo que indujo a Mardoqueo a observar esa conducta. Como venganza, Aman hizo planes para destruirlo, no sólo a él, sino también a toda la nación judí­a, y obtuvo permiso del rey para llevar adelante su proyecto (3:1-15). Cuando Mardoqueo lo supo, le pidió a Ester que hablara al rey, lo que ella prometió hacer después de un perí­odo de ayuno (4:1-17). Cuando fue a ver al rey lo invitó a un banquete junto con Aman, y en el banquete Ester repitió la invitación para el dí­a siguiente, postergando su pedido hasta entonces (5:1-8). Al salir del palacio para regresar a casa después del 1er banquete, con sentimientos de importancia por el alto honor que se le habí­a otorgado, Aman se enfureció el ver que Mardoqueo rehusó honrarlo. Inmediatamente se puso a preparar un gran mástil para empalarlo al dí­a siguiente (vs 9-14). Esa noche el rey, no pudiendo dormirse, para entretenerse pidió a un oficial que le leyera las crónicas reales. Allí­ se encontró el registro de la conspiración contra su vida, que habí­a fracasado por el informe de Mardoqueo. El monarca descubrió que este fiel siervo no habí­a recibido ninguna recompensa. A la mañana siguiente le preguntó a Amán qué deberí­a hacerse con quien el rey deseaba honrar. Pensando que se trataba de él mismo, sugirió que la persona fuera vestido con ropas regias, se lo paseara por las calles en el caballo del rey y se proclaman delante de él que así­ se hací­a a quien este querí­a honrar. El rey aceptó la sugerencia y ordenó a Aman que él mismo se encargara de hacerlo con Mardoqueo, sin omitir detalles (6:1 -14). Durante el 2º banquete, Ester reveló al rey la conspiración de Amán que pretendí­a eliminar a su propia nación, y el plan recibió de él una decisión favorable: Amán fue ejecutado, Mardoque fue nombrado en su lugar y el rey firmó un decreto que permití­a que los judí­os se defendieran de quienes deseaban destruirlos (7:1-9:16). Durante la Segunda Guerra Mundial, el Prof. A. Ungnad encontró una tableta cuneiforme 752 en el Museo de Berlí­n en la que cierto hombre, de nombre Mardukâ, el equivalente de Mardoqueo, aparece como uno de los oficiales del estado en Susa durante el reinado de Jerjes. Su tí­tulo, sipîr, indica que era un consejero influyente. El descubrimiento de este texto ha sido aceptado como una prueba de que Mardoqueo fue una figura histórica, lo que muchos eruditos habí­an puesto en duda. Que Mardoqueo llegó a ser muy popular y honrado por su pueblo en sus dí­as (Est 10:3) está corroborado por el hecho de que muchos judí­os de la generación siguiente llevaron su nombre, como lo revelan los archivos de la antigua empresa de negocios “Hijos de Murashu” de Nippur. Véase Agagueo. 337. El supuesto sarcófago de la reina Ester y Mardoqueo en la tradicional tumba de Ester, en Hamadán (véase también la fig. 212).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

perteneciente al dios Marduk. Nombre de dos hombres en el A. T. 1. Nombre de uno de los que volvieron del cautiverio en Babilonia con Zorobabel, Esd 2, 2; Ne 7, 7. 2. Hijo de Yaí­r, de la tribu de Benjamí­n, deportado a Babilonia, en el año 597 a. C., junto con Jeconí­as, rey de Judá, por Nabucodonosor, rey de Babilonia, Est 2, 6. Viví­a en la ciudad de Susa con Ester, su sobrina huérfana de padre y madre, a quien adoptó como hija, Est 2, 5-7. Tras las maquinaciones de Amán, primero del reino de Asuero, después del rey, contra los judí­os, y estando Ester en el harén del soberano persa, M. se convierte el hombre que libra a los judí­os de la masacre, pues le dice a su sobrina lo que debe hacer ante el rey para salvar a su pueblo perseguido. Amán es descubierto y sus crí­menes conocidos por el rey, tras lo cual M. se convierte en el hombre más poderoso, después del rey Asuero, y los judí­os se libran de ser muertos. En conmemoración de la liberación del pueblo judí­o, M. y Ester establecieron la fiesta de los Purim, o de las suertes, que también recibe el nombre de †œDí­a de Mardoqueo†, Est 9, 24-26.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(heb., mordekhay, de Marduk, dios principal de Babilonia).
1. Un jefe del pueblo de Judá durante el retorno del destierro con Zorobabel (Ezr 2:2; Neh 7:7).
2. El libertador de los judí­os en el libro de Ester. El era un benjamita que habí­a sido deportado durante el reino de Joaquí­n (Est 2:5-6). Moraba en Susa, la capital persa, y crió a su prima Ester porque sus padres estaban muertos (Est 2:7). Cuando se llevaron a Ester al harén real, Mardoqueo le prohibió revelar su nacionalidad (Est 2:20); pero se mantuvo en contacto con ella. Sentado junto a la puerta real Mardoqueo descubrió un complot en contra del rey. Al informar a Ester del complot, consiguió la ejecución de los dos eunucos responsables (Est 2:19-23). Cuando Amán fue nombrado magistrado principal, Mardoqueo provocó su ira por rehusar arrodillarse ante él. Para vengarse del desaire, Amán obtuvo un decreto del rey para destruir a los judí­os (cap. 3). Mardoqueo entonces envió a Ester a ver al rey y a pedirle protección para su pueblo (cap. 4). Mientras tanto, Amán preparó una horca altí­sima en la cual pensaba colgar a Mardoqueo (cap. 5).

Debido a una serie de acontecimientos únicos y dramáticos, Amán perdió su popularidad y fue colgado en la horca que habí­a preparado para Mardoqueo (cap. 7). Mardoqueo lo sucedió como magistrado principal del rey (cap. 8). El libro de Ester termina con el relato de la fama y dignidad de Mardoqueo (cap. 10).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(Relativo a Marduc). Nombre de personas del AT.

1. Uno de los lí­deres de aquellos que volvieron del exilio con Zorobabel (Esd 2:2).

. Primo de Ester. Pertenecí­a a una familia de los transportados por Nabucodonosor desde Jerusalén. Como mayormente fueron exiliados personas importantes y en vista de que uno de sus antepasados se llamaba †¢Cis, se piensa que era un benjamita de la familia de Saúl. Viví­a en Susa en dí­as del rey Asuero (486-465 a.C.). Cuando murieron los padres de Ester él †œla adoptó como hija suya† (Est 2:7). Cuando Ester fue llevada al palacio del rey Asuero, M. le indicó que no dijera su procedencia, pero todos los dí­as †œse paseaba delante del patio de la casa de las mujeres, para saber cómo le iba a Ester† (Est 2:11). Allí­ se enteró de un complot contra la vida del rey y lo dijo a su prima, y salvó la vida del soberano (Est 2:21-23). Al enterarse de la conspiración de Amán contra los judí­os hizo saber a Ester lo que acontecí­a y le sugiere que interceda con Asuero (Est 4:1-14). M. se negaba a inclinarse delante de Amán (Est 5:9). Luego Asuero recordó el servicio de M. y ordenó a Amán honrarle (Est 6:1-11). Cuando Ester hizo que se descubriera el complot de Amán éste fue ahorcado y los judí­os pudieron defender sus vidas (Est 7:1-10). Ester declaró al rey su relación con M. y éste fue honrado como segundo en el reino y puesto †œsobre la casa de Amán† (Est 8:1-2).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG HOMB HOAT

ver, ESTER

vet, (posiblemente un término persa, “hombre pequeño”, o acádico, de “Marduk”, el principal dios de Babilonia. Véase también ESTER). (a) Benjamita, hijo o descendiente de Jair, hijo de Simei, hijo de Cis, de la tribu de Benjamí­n (Est. 2:5). El término relativo “el cual” en el v. 6 puede referirse al último nombre de la genealogí­a (cfr. 2 Cr. 22:9), indicando que Cis benjamita fue deportado junto con el rey Jeconí­as a Babilonia en el año 597 a.C., a menos que el relativo se refiera a un nombre anterior, como Jair. En tal caso, Mardoqueo descenderí­a de Jair, benjamita deportado a Babilonia al mismo tiempo que Jeconí­as. Crió a Hadasa (Ester), hija de su tí­o. Mardoqueo la adoptó cuando ella quedó huérfana de padre y madre. Ester siguió sus instrucciones durante los acontecimientos que la llevaron al trono de Persia como reina, una de las esposas de Asuero (Jerjes; Est. 2:7-20), que reinó del año 486 al 464 a. C. Mardoqueo informó al rey, por medio de Ester, de la inminencia de un atentado, los dos conspiradores fueron ejecutados (Est. 2:21-23). El padre adoptivo de Ester rehusó prosternarse ante Amán (se trataba de una señal normal de deferencia ante un superior). El motivo del rechazo a esta sumisión fue evidentemente la ascendencia amalecita de Amán (amalecita, descendiente de Agag). El menospreciado dignatario decidió vengarse de Mardoqueo y de todos los judí­os. El rey le dio permiso para ello (Est. 3:5-11). Durante una noche de insomnio, el soberano hizo que le leyeran los anales del reino, y supo que Mardoqueo, que le habí­a salvado la vida durante la conspiración de los dos eunucos, no habí­a sido recompensado. Por la mañana, el monarca ordenó a Amán que llevara de paseo a Mardoqueo, vestido de los ropajes reales y montado sobre el caballo del rey, a través de Susa, y que proclamara delante de él: “Así­ se hará al varón cuya honra desea el rey”. Esta orden le fue dada a Amán precisamente en la audiencia en la que él querí­a pedir al rey permiso para colgar a Mardoqueo de la horca. La exaltación de Mardoqueo señaló el principio de la caí­da en desgracia del agagueo, que perdió la vida junto con sus hijos. Mardoqueo llegó después a ocupar el segundo lugar en el Imperio (Est. 6-10). (b) Judí­o que volvió de Babilonia con Zorobabel (Esd. 2:2; Neh. 7:7).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

1. Exiliado que regresó a Jerusalén y a Judá en 537 a. E.C. después de los setenta años de exilio en Babilonia. (Esd 2:1, 2.) Era un caudillo israelita que colaboró con Zorobabel y que figura en el primer registro genealógico de la comunidad repatriada en Judá. (Ne 7:5-7.)

2. El †œhijo de Jaí­r hijo de Simeí­ hijo de Quis un benjaminita†. (Est 2:5.) Primo de Ester, bastante mayor que ella, que fue su †œcuidador†. (Est 2:7.) Solo se habla de Mardoqueo en el libro bí­blico de Ester, donde se relata el importante papel que desempeñó en el Imperio persa a principios del siglo V a. E.C. Todo indica que fue el escritor del libro de Ester.
Hay quien duda de la autenticidad del libro o de que Mardoqueo fuese una persona real. Su objeción es que habí­a de tener por lo menos ciento veinte años de edad y su hermosa prima ser cien años más joven. Esta objeción se basa en la suposición errónea de que Ester 2:5, 6 indica que Nabucodonosor llevó al cautiverio a Mardoqueo junto con el rey Jeconí­as. Sin embargo, en este texto la Biblia no trata de relatar la historia de Mardoqueo, sino de dar su linaje. Es posible que Quis fuese el bisabuelo de Mardoqueo, o incluso un antepasado anterior que fue †œllevado al destierro†. Otra explicación que se atiene a la expresión bí­blica es que si bien Mardoqueo nació en el exilio, podí­a decirse que fue llevado al exilio en 617 a. E.C. en el sentido de que iba †œen los lomos† de sus antepasados. (Compárese con Heb 7:9, 10.)

Leal servidor del rey. En el relato se indica que aunque Mardoqueo era un exiliado judí­o, estaba al servicio del rey. Se enteró de que el rey Asuero de Persia habí­a depuesto a la reina Vasti y de que se estaba reuniendo a todas las ví­rgenes jóvenes y hermosas de todo el imperio para escoger de entre ellas a la nueva reina. Entre estas se contaba Ester, la prima de Mardoqueo, una muchacha †œde bonita figura y hermosa apariencia†, que no reveló sus antecedentes judí­os. (Est 2:7, 8.) Ella fue la escogida. Mardoqueo continuó atendiendo sus responsabilidades, †œsentado en la puerta del rey†, cuando le informaron que dos de los oficiales de la corte, Bigtán y Teres, estaban conspirando contra el rey Asuero. Advirtió al rey por medio de Ester, y este acto de lealtad se registró en †œel libro de los asuntos de los dí­as†. (Est 2:21-23.)

Se niega a inclinarse ante Hamán. Después Asuero nombró primer ministro a Hamán el agaguita y ordenó que todos los que estaban en la puerta del rey se postrasen ante él en reconocimiento del elevado puesto que acababa de recibir. Mardoqueo rehusó firmemente hacerlo y adujo como razón que era judí­o. (Est 3:1-4.) Esto prueba que su negativa obedecí­a a la relación que como judí­o dedicado tení­a con su Dios Jehová. Reconoció que postrarse ante Hamán significaba más que solo inclinarse con el rostro a tierra ante un personaje eminente, como habí­an hecho los israelitas en el pasado, simplemente en reconocimiento de la posición superior de esa persona como gobernante. (2Sa 14:4; 18:28; 1Re 1:16.) En este caso Mardoqueo tení­a buena razón para no inclinarse. Hamán probablemente era amalequita, y Jehová habí­a indicado que estaba en guerra con Amaleq †œde generación en generación†. (Ex 17:16; véase HAMíN.) Era una cuestión de integridad a Dios por parte de Mardoqueo.
Hamán se enfureció, sobre todo cuando se enteró de que Mardoqueo era judí­o. Su odio era tan grande que no podí­a disfrutar de su poder y sus privilegios mientras Mardoqueo siguiese sentado a la puerta y se negara a inclinarse ante él. Hamán no limitó su espí­ritu de venganza a Mardoqueo, sino que consiguió hacer que el rey proclamase un decreto para aniquilar a todo el pueblo de Mardoqueo en el reino de Persia. (Est 3:5-12.)

Se le usó para librar a Israel. Ante el edicto de aniquilar a todos los judí­os del imperio, Mardoqueo manifestó su fe en que Ester habí­a ascendido a su puesto de dignidad real precisamente en ese tiempo para librar a los judí­os. Hizo que Ester tomara conciencia de su seria responsabilidad y le dijo que implorase el favor y la ayuda del rey. Aunque esto poní­a en peligro su propia vida, Ester concordó en asumir su responsabilidad. (Est 4:7–5:2.)
En el momento más oportuno para Mardoqueo y los judí­os (pues lo que se descubrió mostró la lealtad de Mardoqueo al rey), durante una noche en la que el rey Asuero no podí­a conciliar el sueño, su atención se dirigió providencialmente al registro oficial del Estado. En el transcurso de la lectura se le recordó que no se habí­a recompensado a Mardoqueo por el servicio que habí­a prestado en el pasado, cuando descubrió el plan sedicioso de Bigtán y Teres. Ante esto el rey deseó honrar a Mardoqueo espléndidamente, para humillación de Hamán, quien además recibió la orden de hacer los preparativos y anunciar públicamente este honor. (Est 6:1-12.)
Ester consiguió acusar a Hamán de haber calumniado y presentado una falsa imagen de los judí­os, y, además, de tramar contra los propios intereses del rey. Asuero, enfurecido, decretó la sentencia de muerte para Hamán, quien fue colgado en el madero de unos 22 m. de altura que habí­a hecho levantar para Mardoqueo. (Est 7:1-10.)
Mardoqueo reemplazó a Hamán como primer ministro y recibió el anillo de sellar del rey para sellar los documentos de Estado. Ester colocó a Mardoqueo sobre la casa de Hamán, que el rey le habí­a dado a ella. Luego Mardoqueo usó la autorización del rey para promulgar un decreto que diera a los judí­os el derecho de defenderse, y así­ contrarrestó el anterior. Aquello supuso para los judí­os una señal de liberación y gozo. Muchos del Imperio persa se aliaron con los judí­os, y cuando llegó el 13 de Adar, el dí­a en que las leyes entraban en vigor, los judí­os estaban preparados. Las autoridades se pusieron de parte de ellos debido al puesto elevado de Mardoqueo. En Susa la lucha se prolongó un dí­a más. Por todo el Imperio persa se dio muerte a más de 75.000 enemigos de los judí­os, entre los que estuvieron los diez hijos de Hamán. (Est 8:1–9:18.) Con la aprobación de Ester, Mardoqueo mandó que se celebrara anualmente la fiesta de los dí­as 14 y 15 de Adar, los †œdí­as de Purim†, para regocijarse, banquetear y darse regalos unos a otros y también a los pobres. Los judí­os aceptaron esa fiesta y la impusieron a su prole y a todos los que se uní­an a ellos. En calidad de segundo gobernante del imperio, Mardoqueo tuvo el respeto del pueblo dedicado de Dios, los judí­os, y continuó trabajando por el bien de ellos. (Est 9:19-22, 27-32; 10:2, 3.)

Hombre de fe. Mardoqueo era un hombre de fe como aquellos de los que el apóstol Pablo habló en el capí­tulo 11 de Hebreos, aunque no se le menciona por nombre en esos textos. Mostró valor, resolución, integridad y lealtad a Dios y su pueblo, y siguió el principio que más tarde expresó Jesús: †œPor lo tanto, paguen a César las cosas de César, pero a Dios las cosas de Dios†. (Mt 22:21.) Tanto él como Ester eran de la tribu de Benjamí­n, sobre quien el patriarca Jacob habí­a profetizado: †œBenjamí­n seguirá desgarrando como lobo. Por la mañana se comerá el animal prendido, y al atardecer dividirá el despojo†. (Gé 49:27.) Estos benjamitas actuaron al atardecer de la nación de Israel, cuando ya no habí­a reyes sobre el trono y la nación habí­a llegado a estar bajo dominio gentil. Es posible que Mardoqueo y Ester tuviesen el privilegio de dar muerte al último de los odiados amalequitas. El interés de Mardoqueo en el bienestar de sus compatriotas indica que tení­a fe en que de entre los hijos de Israel vendrí­a la descendencia de Abrahán para bendecir a todas las familias de la Tierra. (Gé 12:2; 22:18.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

(heb. mordeḵay; mord°ḵay; Esd. 2.2).

1. Uno de los jefes de los exiliados que retornaron con Zorobabel (Esd. 2.2; Neh. 7.7; 1 Esdras 5.8).

2. Exiliado judío que se había trasladado a la capital persa, *Susa, donde trabajaba en el palacio. Era benjamita, hijo de Jair y descendiente de Cis, que fue hecho prisionero por Nabucodonosor y llevado a Babilonia (Est. 2.5–6). Crió a su prima huérfana Hadasa (* Ester) y fue premiado, con su mención en las crónicas reales, por haber revelado un complot contra el rey Jerjes (2.7, 21–23). (Mardoqueo ha sido identificado por algunos con un funcionario encargado de las finanzas en Susa bajo Jerjes.)

Se opuso al visir Amán, que intrigó para matar a los judíos (Est. 3). Cuando Amán sufrió las consecuencias de este vil hecho Mardoqueo lo sucedió en el cargo, con lo cual pasó a ser el segundo en rango después del rey (5–6; 10). Aprovechó su posición para estimular a los judíos a que se defendieran contra la matanza inspirada por Amán. Por respeto a Mardoqueo los funcionarios provinciales persas a quienes escribió ayudaron a proteger a los judíos. La celebración de este acontecimiento en la fiesta anual de *Purim se relacionó más tarde con el “día de Mardoqueo” (2 Mac. 15.36).

Mardoqueo es, probablemente, traducción heb. de un nombre personal común en Babilonia, Mardukaya. Se lo encuentra en textos, incluido uno de ca. 485 a.C. (AfO 19, 1959–60, pp. 79–81) y otro relativo a un funcionario de Ustannu, sátrapa de Babilonia (ZAW 58, 1940–41, pp. 243ss; cf. S. H. Horn, BibRes 9, 1964, pp. 14–25).

D.J.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico