MORADA

v. Casa, Habitación, Templo
Lev 26:11 y pondré mi m en medio de vosotros
Deu 26:15 mira desde tu m santa, desde el cielo
Ezr 7:15 al Dios de .. cuya m está en Jerusalén
Psa 43:3 me conducirán a tu .. monte, y a tus m
Psa 84:1 ¡cuán amables son tus m, oh Jehová de
Psa 84:10 antes .. que habitar en las m de maldad
Psa 91:10 sobrevendrá mal, ni plaga tocará tu m
Psa 132:5 que halle .. m para el Fuerte de Jacob
Ecc 12:5 porque el hombre va a su m eterna, y los
Isa 38:12 mi m ha sido movida y traspasada de
Isa 63:15 contempla desde tu santa y gloriosa m
Jer 23:3 mis ovejas .. las haré volver a sus m
Joh 14:2 en la casa de mi Padre muchas m hay
Joh 14:23 vendremos a él, y haremos m con él
2Co 5:1 si nuestra m terrestre .. se deshiciere
Jud 1:6. ángeles .. que abandonaron su propia m


(gr., mone, un lugar estable). Una expresión que ocurre sólo en Joh 14:2, donde aparece en plural.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

Indica permanencia y estabilidad frente a todo lo pasajero y caduco. Una morada estable era el ideal del israelita nómada o hijos de nómadas. Dios puso su morada entre los suyos, primero en el tabernáculo (Ex 33, 7-11) y en el templo después (2 Re 8,10-11), como señal de su presencia y como apoyo inconmovible de la fe en que sólo en El, el Eterno, se realiza el ideal de permanencia. Esta idea se acentúa en el N. T. En la persona de Jesucristo vino Dios a habitar entre nosotros, es decir, literalmente a poner su tienda o su morada (Jn 1,14), para arrancarnos de este mundo que pasa. Por la fe en Jesucristo y por la acción del Espí­ritu Santo, que derrama la caridad en los corazones, el cristiano mora en Dios, cumpliendo sus mandamientos, y Dios mora en él, como un anticipo de su morada eterna con Dios en el cielo. ->.

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret