NARIZ

2Sa 22:9; Psa 18:8 humo subió de su n, y de su boca
Job 39:20 el resoplido de su n es formidable
Pro 30:33 el que recio se suena las n sacará sangre


Nariz (heb. generalmente zaf , “nariz”; también zappayim). Además de su significado corriente, “nariz”, la palabra aparece en ciertas expresiones figuradas o técnicas: 1. “Humo en mi nariz” (Isa 65:5, BJ), que denota irritación. 2. “Un garfio* en tu nariz” (2Ki 19:28), que se refiere a la humillación, a la pérdida de la libertad, etc. 3. “Quitar la nariz” (Eze 23:25), que refleja una cruel práctica asirio-babilónica de mutilar a los prisioneros de guerra. 4. “Joyas en la nariz” (16:12), que describe una antigua forma de adorno personal que todaví­a practican las mujeres de ciertas tribus del Cercano Oriente. 5. Poner el “ramo a las narices” (8:17), que se refiere a alguna práctica pagana o supersticiosa de significado desconocido; en este pasaje significarí­a una burla a Dios.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Debido a que las ventanas de la nariz tiemblan cuando una persona está enojada, el término equivalente a nariz, o ventana de la nariz, se traduce muchí­simas veces como ira o furor, algo así­ como la acción de resoplar; esto se aplica no solamente al caso de Jacob (Gen 27:45) sino también a Moisés (Exo 32:19) y hasta al Señor (Num 11:1, Num 11:10). En referencia a Dios, se dice de un viento recio que es el soplo de su aliento (Exo 15:8; 2Sa 22:16). Una nariz larga era considerada un signo de belleza (Cantar de los Son 7:4) y a menudo la nariz se ornamentaba con un anillo (Eze 16:12, comparar Isa 3:21). Sin embargo, un gancho en la nariz era un medio de sometimiento (Isa 37:29).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

El término hebreo ap, equivalente a n., se usa para señalar esa parte de la cara, especialmente las ventanas por donde se respira (†œEntonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su n. aliento de vida† [Gen 2:7]). El †¢aliento, entonces, es sí­mbolo de vida (†œTodo lo que tení­a aliento de espí­ritu de vida en sus n., todo lo que habí­a en la tierra, murió† [Gen 7:22]). En una figura poética se habla del soplo de la n. de Dios (Sal 18:15). Como en el momento de la ira las n. suelen dilatarse, a veces se construyen con este mismo término expresiones que significan cólera o furia. Era costumbre de las mujeres usar un pendiente en la n. como adorno (Isa 3:21; Eze 16:12). El siervo de Abraham le dio uno a Rebeca (Gen 24:47). Para poder manejarlos fácilmente, se horadaban las n. de los animales (y de los prisioneros de guerra), pasando por ellas garfios. De éstos se amarraban sogas con las cuales se obligaba al animal a caminar por donde quisiera su amo. Dios pregunta a Job si acaso podrí­a poner soga en las n. del †¢leviatán (Job 41:2).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

í“rgano de la cara en el que están los orificios que comunican con el sentido del olfato y el aparato respiratorio.
Cuando Dios creó a Adán, procedió a †œsoplar en sus narices el aliento [forma de nescha·máh] de vida, y el hombre vino a ser alma viviente†. (Gé 2:7.) Este †œaliento de vida† no solo llenó de aire sus pulmones, sino que también impartió al cuerpo la fuerza de vida mantenida mediante la respiración. El aliento que llega al cuerpo a través de la nariz es esencial para la subsistencia, pues sostiene la fuerza de vida. Durante el Diluvio, †œtodo lo que tení­a activo en sus narices el aliento de la fuerza de vida, a saber, cuanto habí­a en el suelo seco, murió†. (Gé 7:22.)
La palabra hebrea que se traduce nariz (´af) se usa con frecuencia para referirse al rostro: Adán fue sentenciado a ganarse el sustento del suelo †˜con el sudor de su rostro [literalmente, †œnariz†]†™ (Gé 3:19); Lot se inclinó con su rostro (nariz) a tierra delante de los ángeles que le visitaron. (Gé 19:1.)

Sensibilidad para oler y gustar. El sentido del olfato está situado en la parte superior de la cavidad nasal, donde se encuentran los nervios olfatorios, terminados en pequeños cilios, y el nervio trigémino. Los humanos poseen un sentido del olfato muy desarrollado. Un artí­culo aparecido en el Scientific American (febrero 1964, pág. 42) comentó: †œEs obvio que el sentido del olfato tiene un fundamento quí­mico y su sensibilidad es proverbial; tanto, que para un quí­mico casi resulta increí­ble la capacidad que tiene la nariz para clasificar y definir sustancias. La nariz distingue compuestos tan complejos, que a un quí­mico le llevarí­a meses analizarlos en un laboratorio, y además los identifica de inmediato hasta en el caso de cantidades tan pequeñas (como un microdecí­gramo, la diezmillonésima parte de un gramo), que los instrumentos de laboratorio más modernos y sensibles a menudo son incapaces de detectar, y mucho menos de analizar e identificar†.
La nariz también desempeña una función importante en el sentido del gusto. Existen cuatro sabores principales que las papilas gustativas reconocen: dulce, salado, ácido y amargo. No obstante, disfrutamos de gran parte del sabor de la comida gracias al sentido del olfato. Por eso, a una persona que tenga la nariz obstruida todo le sabe más o menos igual y le es difí­cil distinguir entre dos clases de alimentos.

Belleza. Debido a su posición, una nariz bien formada contribuye notablemente a la belleza del rostro. El que en El Cantar de los Cantares (7:4) se compare la nariz de la muchacha sulamita a †œla torre del Lí­bano† puede deberse a la simetrí­a de su nariz, que contribuí­a a la dignidad y belleza de su cara. Dios requerí­a que los sacerdotes de Israel, por ser sus representantes delante del pueblo, no tuvieran ningún defecto, como, por ejemplo, la nariz hendida o mutilada. (Le 21:18.)

Usos ilustrativo y figurado. La palabra nariz (´af) se usa a menudo de manera figurada para referirse a la cólera, debido al aspirar violento o al bufido de una persona enfurecida. (Véase Cí“LERA.) También se emplea con referencia a la acción que toma Jehová en razón de su cólera (Sl 18:8, 15), o cuando despliega su poderosa fuerza activa. (Ex 14:21; 15:8.)
La detestable idolatrí­a en la que cayó Israel fue la causa de la cólera ardiente de Jehová en contra de ellos, que expresó por medio del profeta Isaí­as, diciendo: †œEstos son un humo en mis narices, un fuego que arde todo el dí­a†. (Isa 65:5.)
Proverbios 30:32, 33 dice: †œSi has actuado insensatamente al elevarte, y si has fijado tu pensamiento en ello, pon la mano a la boca. Porque el batir la leche es lo que produce mantequilla, y el apretar la nariz es lo que produce sangre, y el apretar la cólera es lo que produce riña†. Con estas palabras se pone de relieve enfáticamente la dificultad que puede causar alguien que no se reprime al hablar, que abriga cólera o que la deja salir desenfrenadamente. En este texto hay un juego de palabras, en el que el término †œcólera† es la forma dual de la palabra para †œnariz†.

Fuente: Diccionario de la Biblia

A. Nombre Fuente: Diccionario Vine Antiguo Testamento

(heb. ˒af, ‘nariz’ o ‘ventana (de la nariz)’). El órgano de la respiración, que se usa también para el rostro, tal vez por sinécdoque, especialmente en la expresión rostro a tierra” (°vm) en actitud de adoración u homenaje. Aparentemente los hebreos no se dedicaron a pensar en la fisiología de la respiración, y no aparece ninguna palabra para los pulmones en la Biblia. La presencia del aliento en las narices se relaciona con la *vida (Gn. 2.7; Job 27.3), y el carácter temporario de la misma (Is. 2.22). Esta palabra denota también la nariz como órgano del olfato (Sal. 115.6; Am. 4.10). Cuando el aliento se emitía visiblemente (llamado “humo”, Sal. 18.8) se lo relacionaba con la expresión de las emociones interiores, principalmente la ira. Por metonimia la palabra ˒af adquiere con frecuencia el significado de “ira” (Gn. 27.45; Job 4.9), y se usa figuradamente así en el AT con mucha más frecuencia que en el sentido literal. Resulta evidente sobre la base de lenguas emparentadas (p. ej. el ac. appu, ‘rostro’) que la designación física es la original. Esta palabra no se encuentra en el NT.

Bibliografía. G. Sauer, “Ira”, °DTMAT, t(t). I, cols. 333–339.

B.O.B.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico