NICOLAITAS

Nicolaí­tas (gr. nikolaí­tes, “seguidores [secuaces] de Nicolás”). Secta herética en la iglesia apostólica. Se la menciona sólo en las cartas de Juan el revelador a las “siete iglesias que están en Asia”. Cristo alabó a la iglesia de Efeso por “odiar” las obras de los nicolaí­tas (Rev 2:6), y censuró a la de Pérgamo por aceptar algunas de sus enseñanzas (v 15). El autor cristiano extrabí­blico más temprano que los menciona es Ireneo (c 185 d.C.), que los identifica como una secta gnóstica: “Juan, el discí­pulo del Señor, predica esta fe [la divinidad de Cristo], y procura, por la proclamación del evangelio, eliminar ese error que Cerinto ha diseminado entre los hombres, y mucho antes los llamados nicolaí­tas, que son una rama del falsamente llamado ‘conocimiento’, para confundirlos, y persuadirlos de que hay sólo un Dios que hizo todas las cosas por su Palabra”. Hay también evidencias de una secta gnóstica en el s III d.C. que lleva el mismo nombre. Pero Ireneo -seguido por Hipólito y otros-, presenta la teorí­a de que esta secta se originó en las enseñanzas de Nicolás, uno de los 7 primeros diáconos ordenados por los apóstoles, un “prosélito de Antioquí­a” (Act 6:1-3, 5). No hay evidencia de que esta tradición sea digna de confianza. Se ha postulado la teorí­a, basada en parte en la supuesta semejanza de significado de los nombres Nicolás (“conquistador del pueblo”) y Balaam (probablemente “devorador”), que la “doctrina de Balaam” (Rev 2:14) sea idéntica a la de los nicolaí­tas (v 15; sin embargo, la estructura de los pasajes se opone a esta idea). La enseñanza de éstos parece haber sido una forma de antinomianismo (véase CBA 7:968). Los nicolaí­tas del s II d.C. aparentemente continuaron y extendieron los conceptos de sus adherentes del s I: aferrarse a la libertad de la carne y enseñar que las obras de ella no tienen efecto sobre la salud del alma y, en consecuencia, ninguna relación con la salvación. Bib.: I-AH iii.11.1; ANF 1:426; I-AH i.26.3; Hipólito, La refutación de todas las herejí­as, vii.24.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

seguidores de Nicolás, quien profesaba una falsa doctrina. Se mencionan en la carta dirigida a Efeso, Ap 2, 6, y a Pérgamo, Ap 2, 14-15.

Jezabel la profetisa de la Iglesia de Tiatira, también sostení­a la misma tesis de los n. al decir a los demás cristianos de Tiatira que no conocí­an las profundidades de Satanás, Ap 2, 24, dando a entender la existencia de influencias gnósticas; por lo que se le ataca duramente en la carta dirigida a dicha Iglesia.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Un grupo de personas cuyas obras fueron aborrecidas tanto por el Señor como por la iglesia en Efeso (Rev 2:6), y cuya doctrina era defendida por algunos dentro de la iglesia en Pérgamo (Rev 2:15).

Su doctrina era similar a la de Balaam, a través de cuya influencia los israelitas comieron cosas sacrificadas a los í­dolos y cometieron fornicación (Rev 2:14-15). En el siglo III, existió una secta de los nicolaí­tas entre los gnósticos.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(También se les vincula con los gnósticos.)
Secta de la antigüedad. Grupo del primer siglo de la era cristiana mencionado en el libro de Apocalipsis. Los cristianos más ortodoxos acusaron a sus miembros de promiscuidad y de orgí­as. Otros entienden que se trataba probablemente de fornicación en el sentido de idolatrí­a. Se les identifica con un “Nicolás, prosélito de Antioquí­a” mencionado en los Hechos de los Apóstoles.

Fuente: Diccionario de Religiones Denominaciones y Sectas

Miembros de una secta de presuntos cristianos mencionados en Apo 2:6, Apo 2:15. Dios dice que aborrece †œlas obras de los n.†, no a las personas. No se sabe a ciencia cierta cuáles eran sus prácticas religiosas. Ireneo dice que eran seguidores de †¢Nicolás, uno de los siete diáconos, pero Clemente de Alejandrí­a defiende a éste diciendo que sus seguidores lo malinterpretaron. En el comentario de Apocalipsis más antiguo que se conoce, escrito por Victorino de Pettau en el siglo II, éste habla de los n. como †œhombres falsos y turbadores que ministrando bajo el nombre de Nicolás crearon para ellos una herejí­a diciendo que las viandas ofrecidas a los í­dolos podí­an ser exorcizadas y luego comidas, y que cualquiera que cometiera fornicación podí­a recibir la paz al octavo dí­a†. Esta descripción posiblemente sea otra especulación. Lo más conveniente parece ser que se tomen a los n. en conjunto con las otras doctrinas falsas denunciadas en Ap., como la de los seguidores de Jezabel y de Balaam, como representativos de las malas influencias que se presentaron dentro de la iglesia misma en los principios de su historia.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, RELI

vet, Adeptos de doctrinas perniciosas que se introdujeron en las iglesias de Efeso y de Pérgamo. Siguiendo la doctrina de Balaam, enseñaban a los cristianos que a causa del principio de la libertad podí­an consumir carnes ofrecidas a los í­dolos, y permitirse actos inmorales como los paganos (Ap. 2:6, 14, 15). Así­, los nicolaí­tas instigaban a los cristianos a no observar las prescripciones del concilio de Jerusalén, que se habí­a reunido el año 50 d.C. (Hch. 15:29). Se supone que se trataba de discí­pulos de un hereje llamado Nicolás, pero nada da base para afirmar que fuera el diácono de este nombre (Hch. 6:5). La primera alusión a esta hipótesis se halla en los escritos de Ireneo, hacia el año 175 d.C. (Contra herejí­as, 1:26, 3). Entre los gnósticos del siglo III habí­a una secta de nicolaí­tas que enseñaban asimismo “la libertad de la carne”; es posible que ellos fueran los herederos de la corrompida doctrina de los primeros nicolaí­tas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[919]
Grupo muy primitivo de herejes cristianos, que ya son citados en el Apocalipsis (Ap. 2. 6 y 15). Parece que eran gnósticos de Efeso y de Pérgamo, que defendí­an cierto misticismo en las doctrinas. Atribuí­an a los principales personajes bí­blicos, incluido Cristo, un carácter de seres espirituales (eones) encarnados en figuras humanas.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Seguidores de un posible Nicolás (= pueblo vencedor en griego), partidarios de la doctrina de Balaam ( = pueblo vencedor, o también no pueblo, en hebreo), que alude quizá a una persona concreta (Nicolás-Balaam), iniciadora de la doctrina condenada por el Apocalipsis. Pero esa palabra (nicolaí­tas) puede aludir, quizá más probablemente, a un movimiento cristiano, sin lí­der o fundador personal conocido. Parece que sus miembros pertenecen, con Jezabel*, a la rama gnóstica del cristianismo: ellos permiten los idolocitos* y la prostitución*. Son por tanto enemigos del profeta Juan* del Apocalipsis (cf. Ap 2,6.14-15.20).

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

Secta herética, pre-gnóstica, señalada en el Apocalipsis como activa en algunas Iglesias del Asia Menor: pérgamo, Efeso y Tiatira. No se sabe nada concreto sobre el nombre de la herejí­a y su fundador. Los Padres de la Iglesia que hablan de la secta (Ireneo, Tertuliano y otros) atribuyen su paternidad al diácono helenista Nicolás, que se menciona en Hch 6,5. Acusado de ser demasiado celoso de su mujer, para justificarse o humillarse (2). la habrí­a llevado a la asamblea de los creyentes diciendo: “Puede casarse con ella quien la quiera, porque parachrésthai te sarki dei”, expresión griega que significa: hay que abusar de la carne, o bien: hay que maltratar o despreciar la carne.

Esto, que quizás fue un acto de renuncia al estado conyugal, fue interpretado más bien como un principio de libertinaje: usar del propio cuerpo como uno quiera e incluso de la mujer de otro; en efecto, la fornicación y el adulterio deben considerarse como realidades de poca importancia. Esta hipótesis sobre la identidad del fundador de la secta, que no compartí­an ya Clemente de Alejandrí­a ni otros Padres, no tiene ningún valor probatorio.

Una explicación distinta es la que ve en el nombre Nikólaos (en griego = vencedor o dominador del pueblo) la traducción griega del hebreo Bala’am (dominador del pueblo), del nombre del profeta-adivino que provocó, según algunas interpretaciones judí­as, la desviación moral y religiosa de Israel, que comió de los idolotitos y pecó de fornicación (Nm 25,1-9; 3l,~.16; Jos 13,22). En este sentido, nicolaí­ta serí­a sinónimo de persona que pervierte las costumbres morales y religiosas. El ambiente eclesial de la comunidad de Juan combate esta herejí­a por sus caracterí­sticas peculiares : tendencia a la gnosis, falta de valores morales, libre desahogo de las pasiones, desórdenes sexuales, etc. Las cartas de Ap 2 (Ap 2, 6.14-15.20-24) presentan la herejí­a como un cúmulo de horrores y definen las doctrinas nicolaí­tas como profundidades de Satanás (Ap 2,24). A pesar de esta fuerte polémica, la herejí­a sobrevivió hasta finales del siglo 11, cuando fue absorbida por la primitiva herejí­a gnóstica, la ofita, nombre que alude al culto de la serpiente (en griego ophis).

Muchos siglos más tarde, durante la Edad Media y más adelante todaví­a, el término nicolaí­ta se usó para indicar a los que se oponí­an al celibato eclesiástico.

T . Stancati

BibI.: Nicolaí­tas, en ERC, y 809-810: E, Peretto, Nicolaí­tas, en DPAC, 11, 15345: Nicolaites, en DTC, 11, 499-506; EB, Y, 514-515.

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico

(Llamados también nicolaitanos). Secta mencionada en el Apocalipsis (2,6.15) que existía en Éfeso, Pérgamo y otras ciudades de Asia Menor, acerca de cuyo carácter y existencia hay poca certeza. San Ireneo (Contra Her. I.26.3 y III.11.1) habla sobre ellas pero no añade nada al Apocalipsis excepto que “llevaban vidas de desenfrenada satisfacción de las pasiones.” Tertuliano se refiere a ellos, pero aparentemente sólo conoce lo que se halla en San Juan (Sobre Prescripción contra Herejes 33; Contra Marción I.29; Sobre el Pudor 17). San Hipólito basó su narrativa en la de Ireneo aunque afirma que el diácono Nicolás fue el autor de la herejía y la secta (Philosph., VII, XXVI).

Clemente de Alejandría (Stromata III.4) exonera a Nicolás, y atribuye la doctrina de la promiscuidad, que la secta reclama que derivó de él, a una distorsión maliciosa de palabras inofensivas en sí mismas. Con la excepción de la declaración en Eusebio (Hist. Ecl. III.29) que la secta tuvo corta duración, ninguna de las referencias en Epifanio, Teodoreto etc. merecen mencionarse, pues fueron tomadas de Ireneo. No ha sido probada la afirmación común de que los nicolaítas sostenían la herejía antinomiana de Corinto. Otra opinión, favorecida por cierto número de autores, es que, debido al carácter alegórico del Apocalipsis, la referencia a los nicolaítas es meramente una forma simbólica de referencia, basada en el significado idéntico de los nombres, a los bileamitas o balaamitas (Ap. 2,14) que se mencionan justo antes como que profesan las mismas doctrinas.

Fuente: Healy, Patrick. “Nicolaites.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 11. New York: Robert Appleton Company, 1911.

http://www.newadvent.org/cathen/11067a.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Fuente: Enciclopedia Católica