NUZI

Las excavaciones en Yorghan Tepe, 19 kms. al suroeste de la moderna Kirkuk, se llevaron a cabo por el Museo Universitario (Universidad de Pensilvania) en cooperación con las Escuelas Americanas de Investigaciones Orientales, el museo Semí­tico de Harvard y el museo de Iraq desde 1925 hasta 1931 bajo la dirección de Edward Chiera. Algunos documentos de negocios y un mapa de arcilla descubierto por Chiera datan del perí­odo de Acadia (véase Sargón de Acad) cuando la ciudad era conocida como Gasur. Los descubrimientos de mayor importancia, sin embargo, datan de la mitad del segundo milenio a. de J.C. , cuando el lugar estaba bajo el dominio *hurriano y llevaba el nombre de Nuzi (o Nuzu). Más de 20.000 documentos cuneiformes de este perí­odo nos dan un conocimiento de cuatro o cinco generaciones de vida nuzi durante los siglos XV y XIV a. de J.C. y nos ayudan a trazar las fortunas de sus ciudadanos más prominentes.
Las tabletas de Nuzi están escritas en *acadio que era la lingua franca del Cercano Oriente durante la *edad de Amarna. Los escribas hurrianos, sin embargo, ocasionalmente usaban palabras hurrianas con las cuales estaban más familiarizados. Como resultado, las tabletas de Nuzi son una fuente de información en cuanto a los idiomas hurriano y acadio.
El estudioso de la Biblia está interesado en las tabletas de Nuzi porque son una fuente primaria de información concerniente a la vida en el norte de Mesopotamia, un distrito donde los patriarcas bí­blicos vivieron por un tiempo y al cual ellos enviaron emisarios para encontrar esposas adecuadas para sus hijos. Las costumbres y los valores del área de Nuzi, no lejos del Padán-Aram bí­blico, se reflejan en los relatos bí­blicos de los patriarcas.
La mente moderna encontrarí­a dificultad para entender la acción de Sara al sugerir que Abraham tuviera relaciones sexuales con Agar, su esclava. Las tabletas de Nuzi presentan paralelos sorprendentes. Los contratos de matrimonio especificaban que ningún matrimonio se consideraba satisfactorio si no se tení­an hijos. Los textos de Nuzi especifican que una esposa estéril debí­a proveer al esposo de una muchacha esclava con la cual él podrí­a tener hijos. Varios de los contratos especifican que la esposa debe venir de Lulluland, en las montañas del norte, donde se conseguí­an las mejores esclavas.
La Biblia relata cómo Sara le ofreció a Abraham su esclava egipcia, Agar, con la esperanza de que él pudiera tener hijos de ella (Gn. 16:1, 2). Que este no fue un evento aislado está señalado por el hecho de que Raquel, preocupada por su propia falta de fertilidad, le ofreció su esclava Bilha a Jacob (Gn. 30:1-4). Lea posteriormente ofreció a su esclava Zilpa a causa de su deseo de tener más hijos (Gn. 30:9). Los hijos en cada caso pertenecí­an a su ama.
Las tabletas de Nuzi indican un reconocimiento de los problemas que surgí­an cuando la esposa se poní­a celosa de la muchacha esclava y sus hijos. La ley protegí­a a la esclava y a sus hijos bajo tales circunstancias al insistir en que el hijo no podrí­a ser expulsado de la casa de su padre. Fue con gran renuencia que Abraham accedió a la demanda de Sara de que Ismael fuera echado de la casa (Gn. 21:9-14).
Uno de los textos contiene un paralelo interesante con la venta de parte de Esaú de su derecho de primogenitura a Jacob (Gn. 25:29-34). En Nuzi, un hermano vendió su derecho de primogenitura por tres ovejas.
La adopción era una práctica común en Nuzi, donde una pareja sin hijos podrí­a adoptar a una persona nacida libre o un esclavo para que cuidara de ellos en la vejez, para que les diera un entierro debido, y, eventualmente, para que heredara la propiedad familiar. Abraham parece haber adoptado a su siervo Eliezer de Damasco (Gn. 15:1-4) , aunque él todaví­a esperaba tener un hijo propio.
A veces le nací­a a la pareja un hijo legí­timo después de que hubieran adoptado un niño. Las costumbres de Nuzi anticipaban esta eventualidad al determinar que un hijo adoptivo serí­a subordinado al hijo legí­timo en tales circunstancias. El nacimiento de Ismael quitó a Eliezer de su posición de principal heredero; y más tarde el nacimiento de Isaac a la esposa de Abraham le daba prioridad sobre Ismael, el hijo de la esclava.
Un hombre con hijas pero sin hijos frecuentemente adoptaba al esposo de la hija. Cuando Jacob primero apareció en el hogar de Labán no hay indicación de que Labán tuviera hijos. Veinte años más tarde, sin embargo, los hijos de Labán se enojaron con Jacob (Gn. 31:1) con el resultado de que Jacob decidió salir con su familia y posesiones y regresar a Canaán. Labán evidentemente habí­a adoptado a Jacob y durante los primeros años de su asociación, los servicios de Jacob habí­an sido indispensables a Labán. Después Labán tuvo hijos propios, y la fricción empezó a surgir.
Cuando Jacob huyó de la casa de Labán, su esposa Raquel le robó a su padre el terafim o los í­dolos de la casa (Gn. 31:34). En Nuzi los í­dolos de la casa eran la posesión por derecho del jefe de la familia. Serví­an como una clase de escritura y evidencia de prioridad. Una de las tabletas dice:
La tableta de adopción de Nashwi, hijo de Arshenni. El adoptó a Wullu, hijo de Puhishenni. Mientras Nashwi viva, Wullu será su heredero. Si Nashwi tuviera un hijo, el último dividirá en partes iguales con Wullu, pero sólo el hijo de Nashwi tomará los í­dolos de Nashwi. Pero si no hay hijo de Nashwi, entonces Wullu tomará los dioses de Nashwi. Y Nashwi habí­a dado a su hija Nuhuya como esposa a Wullu. Y si Wullu toma otra esposa, perderá el derecho al territorio y edificios de Nashwi. Quienquiera que rompa este contrato pagará una mina de plata y una mina de oro.
El relato bí­blico paralelo indica que Raquel, la hija de Labán y esposa de Jacob, deseaba preservar para su esposo la posición de cabeza de la casa, una posición legitimada por los í­dolos de la casa. Sabiendo que sus hermanos reclamarí­an ser cabeza sobre la casa de Labán, Raquel se robó el terafim para asegurar la herencia principal para su esposo.
En Nuzi, como en muchas sociedades antiguas, el patriarca de la familia podrí­a declarar sus deseos concernientes a la división de su propiedad cuando estaba a punto de morir. Una tableta de Nuzi cuenta de un joven llamado Tarmiya quien buscó retener sus derechos contra dos hermanos que trataron de evitar su matrimonio. Tarmiya informa:
Mi padre, Huya, estaba enfermo y yací­a en cama y mi padre tomó mi mano y me habló así­: †œMis otros hijos mayores han tomado esposas pero tú no has tomado esposa. Y yo te doy a Zuluishtar como esposa.†
Cyrus H. Gordon observa que esto sigue el modelo de las bendiciones bí­blicas en que (a) es un testamento oral (b) tiene validez legal (c) es hecho a un hijo por un padre moribundo.
En la Biblia se le asignaba la santidad más profunda a la palabra hablada. Aun cuando Jacob habí­a asegurado su bendición por medio de un engaño, Isaac se consideró a sí­ mismo impotente para efectuar cualquier cambio (Gn. 27:35-37). Esaú fue privado de la bendición que normalmente hubiera sido suya porque Isaac ya habí­a dado su palabra de bendición a Jacob. Más tarde, Jacob especí­ficamente designó a Judá como su principal heredero con las palabras: †œJudá, te alabarán tus hermanos †¦ los hijos de tu padre se inclinarán a ti† (Gn. 49:8).
Las costumbres de adopción fueron a menudo empleadas en Nuzi como medios de pasar por encima de la ley. En Nuzi, como en Israel, la transferencia de propiedad tení­a que realizarse dentro de la unidad familiar. Israel también tení­a una provisión por la cual las ventas de propiedad eran hechas condicionalmente debiendo devolverse a su dueño original en el año del Jubileo, el cual ocurrí­a cada cincuenta años (Lv. 25:13-17). Un individuo rico de Nuzi usaba la adopción como una manera de asegurarse grandes cantidades de propiedad. Por un precio establecido, el dueño de la tierra adoptarí­a a la persona que deseaba la tierra y por lo tanto, ésta llegarí­a a ser la heredera legal del propietario. La propiedad, entonces, podí­a ser transferida dentro de la familia.
La práctica del matrimonio del *levirato era puesta en vigencia en Nuzi tanto como en la Biblia (Dt. 25:5-10). En una tableta de Nuzi el padre especificaba, al comprar una esposa para su hijo, que en el evento de que su hijo muriera, la muchacha deberí­a casarse con otro de sus hijos.
Las infracciones de la ley moral se sometí­an a la justicia estricta en Nuzi, como en la Biblia. Oseas (2:4, 5) habla del tratamiento dado a la esposa infiel: †œNi tendré misericordia de sus hijos, porque son hijos de prostitución. Porque su madre se prostituyó, la que los dio a luz se deshonró, porque dijo: †¦† Una tableta de Nuzi afirma: †œSi (mi esposa) Wishirwi va con (otro) esposo y vive (con él), mis hijos la desnudarán y la enviarán fuera de mi casa.† La expresión bí­blica: †œElla no es mi esposa y yo no soy su marido† es una fórmula de divorcio, que equivale a decir †œyo la repudio.†
Varios de los textos de Nuzi mencionan un pueblo llamado *Habiru. El habiru en Nuzi era una gente que entró al servicio del rey o voluntariamente se vendieron a sí­ mismos en esclavitud a otro individuo. Un texto lee: †œMaridiglat, un habiru de la tierra de Asiria, por su propia iniciativa ha entrado (en la casa de) Tehiptilla, el hijo de Puhishenni, como esclavo.†
Una mujer habiru se menciona en otro texto:
Sin-balti, una mujer habiru, por su propia iniciativa ha entrado a la casa de Tehiptilla como esclava. Ahora si Sin-balti falla y va a la casa de otro, Tehiptilla le sacará los ojos de Sin-balti y la venderá.
Tanto la Biblia como los textos de Nuzi mencionan dos clases de esclavitud. Un esclavo podrí­a contratarse para servir a su maestro por un perí­odo determinado de tiempo. Este era un medio de escapar de la pobreza (véase Lv. 25:39-46). Un esclavo podrí­a, sin embargo, elegir servir a su dueño o maestro durante toda la vida (Ex. 21:1-6). En los textos de Nuzi, un hombre que se vendí­a a sí­ mismo para esclavitud temporal, tení­a que proveer un reemplazante y pagar al substituto cuando el tiempo llegara para abandonar el servicio de su amo.
BIBLIOGRAFIA: Richard F. S. Starr, Nuzi, Vol. 1., Text. Harvard University Press, Cambridge, 1939. Richard F. S. Starr, Nuzi, Vol. 2., Plates and Plans, Harvard University Press, Cambridge, 1937. Francis Rue Steele, Nuzi Real Estate Transactions, American Oriental Society, New Haven, 1943. E. A. Speiser, †œNotes on Recently Discovered Nuzi Texts†, JAOS . LV, 1935, págs. 432–443. C. H. Gordon, †œNuzi Tablets Relating to Women†, Miscellanea Orientalia Dedicata Antonio Deimel. Pontifical Biblical Institute, Rome, 1935. C. H. Gordon, †œNuzi Tablets Relating to Theft†, Orientalia, V. 1936, págs. 305–330. C. H. Gordon, †œBiblical Customs in the Nuzu Tablets†, BA III (1940).

Fuente: Diccionario Bíblico Arqueológico

En las cercaní­as de la ciudad de Kirkuk, en Irak, se realizaron excavaciones arqueológicas en las cuales se encontraron unos veinte mil documentos en forma de tablillas con escritura cuneiforme. En ellos se habla de una ciudad llamada N., o Nuzu. Estos documentos permiten conocer muchos detalles sobre la vida y las costumbres de los tiempos de los patriarcas. N. quedaba en el N de Mesopotamia y formaba parte del imperio hurrita. La familia de Abraham era de esa región, lo cual hace que el conocimiento de las costumbres hurritas sea de mucho interés para el estudioso de las Escrituras.

Por ejemplo, se indica en algunos de estos documentos que un matrimonio no se consideraba perfecto si no habí­a hijos. Y que en ese caso la esposa debí­a proporcionar una esclava al esposo para que tuviera prole. Eso explicarí­a varios incidentes en la vida de los patriarcas, especialmente el caso de Sara y Agar. Raquel hizo lo mismo entregando su sierva Bilha a Jacob (Gen 30:1-4). También se encuentra en las tablillas de N. referencias a las costumbres relacionadas con la herencia. Un hombre de aquel lugar vendió su primogenitura a su hermano menor a cambio de tres ovejas, lo cual hace a los eruditos establecer un paralelismo con el caso de Esaú y Jacob. En estos y otros asuntos, las costumbres hurritas descritas por los documentos de N. son, se reitera, de mucho interés para los estudiosos de la Biblia. †¢Hammurabi.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

Las excavaciones llevadas a cabo en Nuzi (Yorghan Tepe) y montículos adyacentes cerca de Kirkuk, Irak, estuvieron a cargo de E. Chiera y otros en 1925 y 1931, mediante la cooperación de las escuelas norteamericanas de investigación orientalista, el Museo de Irak y el Museo semítico de Harvard. El más primitivo nivel de ocupación se determinó en el período ubaidano, mientras que los más tardíos resultaron ser de la época de los romanos. Los dos principales períodos de ocupación fueron los del 3º milenio a.C., cuando el sitio se conocía como Gasur, y en los ss. XV-XIV a.C., época en que la ciudad se encontraba bajo influencia hurrita y se conocía como Nuzi. En el palacio y en casas particulares se encontraron más de 4.000 tablillas de arcilla escritas en el dialecto hurrita local del acádico. Las tablillas incluían varios archivos, entre los que el de Tehiptila (unas 1.000 tablillas), el del príncipe Silwatesub, y una exitosa mujer de negocios, Tulpunnaya, son los más conocidos. Los textos abarcan aproximadamente cinco generaciones, lo que ofrece un cuadro detallado de la vida en una antigua comunidad mesopotámica en un período relativamente corto.

Las tablillas de Nuzi contienen principalmente contratos privados y registros públicos. Aparte de las listas de diferentes tipos de mercancías y otros elementos, cubren una amplia variedad de temas, entre los que se incluyen cosas como la tierra, los precios, legislación sobre la familia, las mujeres, la ley y el orden público, y los esclavos. De particular importancia son los documentos relacionados con diversos tipos de adopción, testamentos, matrimonio, pleitos, seguridad anticrética, y el intercambio de personas, mercancías y tierras. Hasta hace relativamente poco tiempo varios de los textos de Nuzi estaban escasamente representados en otras partes, pero las excavaciones en Tell al-Fikhar (Kurruhanni, unos 30 km al SO de Nuzi, revelaron material similar de fechas parecidas, aunque en general no ha sido publicado.

En contraste, poco se sabe de la historia política y la vida religiosa. Nuzi parece haber estado situada dentro del reino hurrita de Mitanni, aunque los textos existentes hacen poca referencia a esto o al creciente poderío de Asiria. También está pobremente representada la literatura, incluidos mitos, piezas épicas, textos de sabiduría, y documentos académicos.

Los textos de Nuzi contienen un número significativo de puntos de contacto con el AT, especialmente con los relatos de los patriarcas. Estos vínculos entre las costumbres y las condiciones sociales del pueblo de Nuzi y los patriarcas bíblicos han hecho que algunos eruditos fijen una fecha similar en el ss. XV para Abraham y sus descendientes, aunque hay indicaciones de que muchas de estas costumbres ya existían siglos antes. Más recientemente se ha tratado de reducir considerablemente cualquier relación entre Nuzi y los patriarcas (Thompson, van Seters). Los ejemplos que se mencionan a continuación, sin embargo, indican la existencia de varios paralelos significativos, y algunas de las costumbres mencionadas también se encuentran en otras partes de la Mesopotamia. En realidad las prácticas que imperaban en Nuzi seguían un modelo mesopotámico antes que hurrita.

Un buen grupo de documentos se ocupa de la herencia. En todo el Cercano Oriente de la antigüedad el hijo mayor recibía una mayor porción de herencia que sus hermanos, si bien variaba la proporción exacta. La porción doble, que era la más evidente en Nuzi, y que también aparece en otros textos cuneiformes del 2º milenio, tiene un paralelo cercano en Dt. 21.17, aunque parecería que los patriarcas siguieron una práctica diferente (Gn. 25.5–6). La descripción más frecuente del hijo mayor en Nuzi (rabû, ‘mayor’), que también se encuentra en Ugarit, Alalak, y en los textos asirios del período medio, aparece en heb. (raḇ) en Gn. 25.23 en lugar de la voz usual beḵôr.

Lo que no se ha podido determinar es si era posible cambiar el derecho de primogenitura en Nuzi, como en el caso de Jacob y Esaú (Gn. 25.29–34). Aunque se conocen varios ejemplos en los que por lo menos parte de la herencia cambió de manos entre hermanos, en ningún caso se puede identificar definitivamente a un hermano mayor en estas transacciones. De todos modos, en Asiria y Babilonia se presentan ejemplos similares de transferencia de la herencia, y no se limitan a Nuzi.

El heredero podía, sin embargo, ser desheredado. Una medida tan drástica se permitía solamente por ofensas contra la familia, y las referencias a “falta de respeto” y “desobediencia” a los padres proporcionan un fondo útil para explicar la degradación de Rubén (Gn. 35.22; 49.3–4), aunque sobre esto también podemos encontrar ejemplos similares en otras partes.

Se ha sugerido que la posesión de dioses caseros en Nuzi constituía título efectivo para recibir una herencia, y que quizás se pueda explicar de este modo el robo por Raquel de los ídolos de Labán, posiblemente obrando en beneficio de Jacob (Gn. 31.19ss). Es más probable, sin embargo, que solamente el padre pudiera transferir las deidades familiares, normalmente al primogénito, y que su robo no mejoraba la posición del heredero.

La adopción también ocupa un lugar importante en los textos de Nuzi. El hombre que no tuviese heredero podía adoptar a un extraño, que tendría ciertas responsabilidades hacia sus padres adoptivos, aunque se conocen costumbres similares por otros textos mesopotámicos. Los deberes incluían la provisión de alimentos y vestido, particularmente en la ancianidad, sepultura adecuada, y el cumplimiento de los ritos de duelo, mientras que a su vez el hijo adoptivo recibía una herencia. Es muy posible que Abraham haya adoptado así a Eliezer antes del nacimiento de Isaac (Gn. 15.2–4), especialmente dado que en Nuzi un hijo nacido posteriormente en general recibía una mayor porción de herencia que el adoptado, y que ocasionalmente se menciona la adopción de esclavos. El método de la adopción se utilizaba, también, en Nuzi en forma fingida, a fin de poder vender propiedades, aparentemente inalienables legalmente. Tehiptila, por ejemplo, fue “adoptado” en esta forma alrededor de 150 veces(!)

Además de la adopción, los textos de Nuzi mencionan otras tres soluciones para un matrimonio sin hijos. El marido podía volver a casarse o tomar una concubina, o la esposa podía presentar su propia esclava al marido. Esta última costumbre, que daba cierta protección a la esposa estéril, se ve reflejada en la acción de Sara, Raquel, y Lea (Gn. 16.1–4; 30.1–13), y aunque solamente encontramos un ejemplo en Nuzi (HSS 5.67), conocemos otros por Babilonia y Asiria. Un hijo nacido de esta manera de una esclava normalmente tenía que ser adoptado o legitimado por el padre según la costumbre mesopotámica, aunque el texto de Nuzi no es claro sobre este punto. HSS 5.67 indica, sin embargo, que la esposa mantenía su autoridad sobre los hijos de la esclava, y hay indicaciones de que Sara, Raquel, y Lea se responsabilizaron de los hijos de sus esclavas comenzando por el hecho de ponerles nombre.

Aunque los textos de Nuzi no se refieren a una bendición paterna como la de Gn. 27.29, 33; 48.1ss, en cambio ocasionalmente contienen testimonios orales que evidentemente tenían validez legal. Uno de estos lo hizo un padre a su hijo cuando aquel se encontraba enfermo en cama (cf. Isaac). Tanto en Nuzi como en Génesis estos testimonios orales eran apoyados por salvaguardas legales o consuetudinarias, y frecuentemente se empleaban acciones simbólicas con las manos.

A menudo se menciona a las mujeres en los documentos de Nuzi. Se comprueba el derecho de las hijas a heredar propiedad, generalmente cuando no había hijos varones, como en los contratos babilónicos (cf. Nm. 27.8). A veces los contratos matrimoniales incluían una cláusula que prohibía al esposo casarse con otra mujer, salvaguarda que Labán buscó para Raquel (Gn. 31.50). No todas las mujeres eran tan afortunadas, sin embargo. Un hombre podía adquirir una niña para un matrimonio opcional para él mismo o para su hijo (cf. Ex. 21.7–11); la queja de las hijas de Labán de que el padre no les entregaba su dote (Gn. 31.15) encuentra su paralelo en una frase idéntica (kaspa akālu) en cinco textos de Nuzi.

Varias referencias de Nuzi a transacciones comerciales adquieren cierta pertinencia para el AT. Ocasionalmente se asignaba la tierra echando suertes (Nm. 26.55s; Jos. 18.2–10), y había una “remisión” periódica de las deudas (Dt. 15). A veces se confirmaba la venta de tierras levantando el vendedor su pie y colocando en el suelo el del comprador; los zapatos hacían a veces de símbolos legales en algunas transacciones (cf. Rt. 4.7–8; 1 S. 12.3, LXX; Am. 2.6; 8.6). Se ha reinterpretado 1 S. 1.24 a la luz del testimonio de Nuzi a fin de leer “un buey de tres años” (cf. °vrv2 mg, eds. Caribe).

Finalmente, las referencias de Nuzi a ˒apiru (habiru) que indican a diversas personas, muchas de ellas aparentemente extranjeras, que habían aceptado servidumbre voluntaria, nos recuerda la frase “esclavo hebreo” y el uso despectivo de “hebreos” por egipcios y filisteos cuando se referían a los israelitas (Gn. 39.14; Ex. 1.15; 21.1–6; 1 S. 14.21).

Bibliografía. A. Rolla, “Nuzi”, °EBDM, t(t). V, cols. 563–564; C. F. Pfeiffer, “Nuzi”, °DBA, pp. 494–497; J. Bright, La historia de Israel, 1960; R. de Vaux, Historia antigua de Israel, 1975, t(t). I.

Arqueología: R. F. S. Starr, Nuzi, Report on the Excavations at Yorghan Tepe, 2 t(t). 939. Textos: E. Chiera et al., Joint Expedition at Nuzi, 6 t(t). 1927–39; E. R. Lacheman et al., Excavations at Nuzi, 8 t(t). 1929–62. General: C. H. Gordon, BA 3, 1940, pp. 1–12; H. H. Rowley, The Servant of the Lord², 1965, pp. 312–317; C. J. Mullo Weir, en AOTS, pp. 73–86; M. Dietrich et al., Nuzi-Bibliographie, 1972; T. L. Thompson, The Historicity of the Patriarchal Narratives, 1974, pp. 196–297; J. van Seters, Abraham in History and Tradition; 1975, pp. 65–103; M. J. Selman, TynB 27, 1976, pp. 114–136.

M.J.S.

 

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico