RIZPA

Rizpa (heb. Ritspâh, tal vez “carbón [pirita] encendido/a” o “piedra candente”). sConcubina de Saúl. Después de la muerte de éste, Is-boset acusó a Abner de haberla tomado, y lo reprendió por ello, temiendo que hiciera planes de usurpar el poder real. Como Abner se ofendió, se pasó a David, pero luego perdió su vida por la traición de Joab (2Sa 3:6-28). Durante el reinado de David, los hijos de Rizpa, Armoni y Mefiboset, fueron ejecutados, con otros 5 descendientes de Saúl, para expiar un crimen cometido por éste contra los gabaonitas. Rizpa cuidó los cuerpos muertos y los protegió de las bestias y las aves de rapiña hasta que David, al oí­r de su acto de amor, hizo que se juntaran los restos y recibieran honrosa sepultura en la tumba familiar de la casa de Saúl (21:1, 8-14). Robador. Véase Ladrón. Roble. Véase Encina/o.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(heb., ritspah, piedra caliente). Una hija de Ayí­as, un horeo (1Ch 1:40, llamada Aja en Gen 36:24 RVR-1960). Saúl la tomó como una concubina (2Sa 3:7). Isboset, un hijo de Saúl, acusó a Abner, un primo, de cometer incesto con ella (2Sa 3:7). La acusación enfureció a Abner, quien transfirió su lealtad de Saúl a David (2Sa 3:8-21). En su celo por establecer a Israel, Saúl habí­a matado a una multitud de gabaonitas y, por consiguiente, sobrevino una seria hambruna sobre Israel. Al consultar a los gabaonitas acerca de la indemnización por dicho mal, David supo que solamente la muerte de los hijos de Saúl harí­a expiación. Entre los que fueron entregados a los gabaonitas se encontraban dos hijos de Rizpa (2Sa 21:1-8). Debido a la devoción de Rizpa por sus hijos, David mandó a que los huesos de sus hijos y los de Saúl y Jonatán fuesen enterrados en la tumba del padre de Saúl, Quis (2Sa 21:14).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(Piedra brillante). Concubina de Saúl que le dio varios hijos, entre ellos †¢Armoni y †¢Mefi-boset. †¢Is-boset, sucesor de su padre Saúl, acusó a †¢Abner, general de su ejército, de haber tenido relaciones sexuales con R. Abner negó el hecho, pero se enfureció tanto por la acusación que decidió cambiar su lealtad a David, con quien hizo pacto (2Sa 3:7-15). Muchos piensan que Abner realmente aspiraba al trono y que su relación con R. tení­a la intención de acreditar esas aspiraciones, pues el harén de un rey muerto pasaba a su heredero. Más tarde, cuando †œhubo hambre en los dí­as de David por tres años consecutivos†, los hijos de R. fueron entregados a los gabaonitas, que los ahorcaron junto con varios nietos de Saúl. R. hizo una vigilia sobre los cadáveres de sus hijos durante varios meses. Cuando David se enteró de eso ordenó que sus hijos fueran enterrados (2Sa 21:8-14).

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG MUJE MUAT

vet, = “carbón encendido”. Concubina de Saúl, causa de un extrañamiento entre Is-boset y el ambiciosos Abner. Dos de sus hijos fueron ahorcados y sus cuerpos expuestos a la intemperie para vengar los males que Saúl habí­a hecho a los gabaonitas. Rizpa vigiló los cadáveres de dí­a y de noche, según parece, desde abril hasta octubre (2 S. 3:7-11; 21:1-14).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

“Entonces Rizpa, hija de Aja, tomó una tela de cilicio y la tendió para sí­ sobre el peñasco, desde el principio de la siega hasta que llovió sobre ellos agua del cielo; y no dejó que ninguna ave del cielo se posase sobre ellos de dí­a, ni fieras del campo de noche.”
Léase: 2 Samuel 3:7; 21:8-14. La historia es bastante macabra, y refleja las costumbres brutales y las venganzas personales comunes en las historias de este perí­odo. Por desgracia, el barniz de civilización que hemos conseguido poner en nuestras costumbres es muy delgado. La Biblia nos cuenta simplemente lo que pasó, sin tratar de disimular u ocultar los hechos por reprobables que sean. En toda esta historia descuella la entereza de una mujer, que con su noble conducta hizo dar cuenta al rey David de una falta de respeto a los cadáveres de varios miembros de la familia de su enemigo Saúl. Vamos a contar la historia.

En primer lugar Rizpa habí­a sido una concubina de Saúl y, por tanto, una mujer prominente en el reino de Israel. Dejando aparte el hecho de que más adelante cediera ilegí­timamente a los deseos de uno de los hijos de Saúl, Abner, vamos a considerar el episodio de los cadáveres de sus propios hijos, Armoni y Mefiboset, y los de los cinco hijos de Merab, la hermana de Mical (estas dos eran hijas de Saúl).

El episodio consiste en el hecho que los gabaonitas reclamaron, para vengarse de una matanza que habí­a realizado Saúl entre su pueblo, a siete descendientes de Saúl. Los gabaonitas habí­an hecho un pacto con Josué, mediante un engaño, de que los israelitas no tomarí­an su vida, y servirí­an en Israel como leñadores y aguadores. El pacto debí­a ser mantenido, a pesar del engaño. Sin embargo, al llegar Saúl al trono suplantó las ideas de Dios por las suyas (pretendiendo que las dos eran idénticas) y decidió destruir a los gabaonitas. No los exterminó a todos, pero el juramento que Josué habí­a hecho quedaba profanado.

David averiguó después de consultar a Jehová que la causa de un hambre que sufrí­a Israel era la matanza de gabaonitas. Llamados, éstos requirieron siete varones descendientes de Saúl para ahorcarlos. David les entregó a los dos hijos de Rizpa y los cinco de Merab (por Adreiel uno de sus maridos).

Los siete fueron ahorcados, pero Rizpa, según vimos en el versí­culo del texto, cubrió los cadáveres que habí­an sido abandonados sobre la peña, para evitar que fueran devorados por los animales silvestres con una manta, y veló sobre la manta dí­a y noche para impedir, que los cadáveres fueran descuartizados por las fieras, “desde el principio de la siega hasta que llovió”. David recibió nuevas de la conducta de Rizpa y entonces, avergonzado, sin duda, ordenó que fueran juntados los huesos de estos siete ahorcados a los de Saúl, de Jonatán y otros y los mandó enterrar. Con ello terminó el hambre en la tierra.

Dejemos todos los aspectos sangrientos de esta historia y hagamos sólo mención a la entereza de esta mujer que desafió las inclemencias de los elementos naturales, la hostilidad de las fieras, el antagonismo de personas poderosas y acabó dando una lección de humanidad al mismo rey David. Su historia nos conmueve incluso hoy. No podemos dudar que las oraciones de Rizpa, para que se diera el respeto debido a los muertos, fueron escuchadas por el Señor.

Preguntas Sugeridas Para Estudio Y Discusión:.

1. ¿Qué podemos aprender de este estudio respecto a las promesas de Dios, en cualquier circunstancia en que sean hechas?
2. ¿ Qué rasgo hermoso hallamos en el carácter de Rizpa?
3. ¿ Cómo fueron premiadas sus acciones?

Fuente: Mujeres de la Biblia

(Piedra Calentada; Brasa).
Concubina del rey Saúl e hija de Ayá. (2Sa 3:7; 21:11.) Después de la muerte de Saúl, su hijo Is-bóset se ganó la enemistad del general Abner al pedirle cuentas por haber tenido relaciones con Rizpá, acto que interpretó como un intento de usurpar el trono. Como consecuencia, Abner se pasó al bando de David. (2Sa 3:7-21.)
Rizpá le habí­a dado a luz a Saúl dos hijos: Armoní­ y Mefibóset. Bastante después de la muerte de Saúl, David tomó a esos dos hijos de Rizpá junto con otros cinco descendientes de Saúl y los entregó a los gabaonitas para que los matasen, a fin de eliminar del paí­s la culpa por derramamiento de sangre. El relato dice: †œProcedieron a exponerlos en la montaña delante de Jehová, de modo que los siete cayeron juntos; y ellos mismos fueron muertos†. Rizpá protegió sus cadáveres de las aves y de las bestias salvajes †œdesde el comienzo de la siega hasta que el agua llovió a cántaros sobre ellos desde los cielos†. (2Sa 21:1-10.) Puede que este perí­odo indeterminado fuese de cinco o seis meses, a menos que hubiera habido un excepcional aguacero fuera de temporada, tal como algunos opinan. No obstante, una lluvia de esas caracterí­sticas hubiera sido muy extraña antes del mes de octubre. (1Sa 12:17, 18; Pr 26:1.) Cuando David finalmente se enteró, ordenó enterrar los cadáveres para que Rizpá no los velara más. (2Sa 21:11-14.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

(heb. riṣpâ, ‘piedra caliente’, ‘brasa viva’). Hija de un tal Aja, y concubina de Saúl. Al morir Saúl, Abner, sin duda queriendo obtener alguna ventaja, y siguiendo la costumbre de los que ocupaban el trono de un rey al morir este, tomó a Rizpa para sí (2 S. 3.7). Cuando fue censurado por Is-boset, le recordó al hijo del rey que él se había quedado a fin de prestarle apoyo, en lugar de desertar para unirse con David, y así lo silenció (2 S. 3.8–11).

Rizpa le dio dos hijos a Saúl, Mefi-boset y Armoni (2 S. 21.8). En años posteriores el rey David comprendió que una tremenda hambre en la tierra era un judío sobre el pueblo por los hechos sangrientos de Saúl entre los gabaonitas (2 S. 21.1). Cuando supo que los gabaonitas pedían la muerte de siete hijos de Saúl como expiación, entregó los dos hijos de Rizpa, junto con los hijos de Mical (2 S. 21.1ss). Todos fueron ahorcados, y quedaron sin sepultura, y Rizpa, sumida en la congoja, cuidó los cuerpos durante varios meses. Esta devoción llevó a David a ocuparse de sepultar adecuadamente los huesos de Jonatán y Saúl, junto con los de los hombres que habían sido ahorcados.

J.A.T.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico