SANAR, SANIDAD

La sanidad en el NT es de dos tipos. (a) sanidad física (por ejemplo, Mt. 4:24; 10:8; Lc. 5:17; Jn. 4:47) y (b) sanidad espiritual (p. ej., Heb. 12:13). Las dos palabras principales que se usan son zerapeuō (que se usa diez veces con referencia a los milagros de nuestro Señor) y iaomai, y ambas palabras contienen la idea de restauración. En la mayoría de los casos de las sanidades de nuestro Señor, había una demanda implícita de fe de parte del paciente (Mt. 9:29; Mr. 10:52; Lc. 17:19), aunque hay excepciones (p. ej., Jn. 5:1–9). Es importante observar que las sanidades de nuestro Señor jamás se presentan como simples maravillas. Mientras los Evangelios Sinópticos presentan la compasión como el motivo, el cuarto Evangelio las presenta específicamente como «señales». En la iglesia de los primeros tiempos este ministerio de sanidad fue continuado por los apóstoles, a la vez que en 1 Co. se enumera entre los dones carismáticos (12:9, 28, 30).

Tanto en el AT como en el NT, la idea de la sanidad física fácilmente se prestó para una aplicación en un sentido espiritual y, por lo tanto, más pleno (cf. Jn. 12:40; 1 P. 2:24).

Véase también Sanidad por la Fe.

Donald Guthrie

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (555). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología