SANTO DE ISRAEL (EL)

tip, DOCT CRIT

ver, DIVINIDADES PAGANAS, PENTATEUCO, EJERCITO DE LOS CIELOS

vet, En el libro de Isaí­as, Dios es frecuentemente llamado el Santo de Israel, o solamente el Santo, para denotar el Dios de Israel, o el Verdadero Dios (Is. 1:4; 5:19, 24:6; 40:25, etc.). En Ezequiel, Dios se hace conocer como Jehová, como el Dios poderoso y verdadero, al manifestar Su santidad (Ez. 20:41 ss; 28:22; 36:23 etc.). Es preciso señalar que Dios jura por Su santidad, como jura por Sí­ mismo (Am. 4:2; Sal. 89:36; Gn. 22:16; Ex. 32:13; Is. 45:23; Jer. 22:5). La santidad parece ser sinónima con la divinidad. La lectura de un libro como Leví­tico deja al lector convencido de ello. La santidad, considerada en Dios, no resulta ser tanto uno de Sus atributos como Su mismo carácter. A través del AT, los textos en los que se trata la santidad divina expresan a la vez Su inefable pureza, Su horror al mal, Su aborrecimiento contra el pecado, al igual que Su gloria, majestad, elevación y Su grandeza supremas. La santidad de Dios está en estrecha relación con Sus celos, Su ira y Su venganza. Su naturaleza celosa (Ex. 20:15) no es nada más que Su santidad en acción (Oehler). En Ez. 38:18, 23 leemos que en Sus celos e ira Jehová ejercerá Sus juicios sobre Israel y que así­ El se glorificará y santificará. La venganza de Dios es una consecuencia de Sus celos y de Su ira (Nah. 1:2; Ez. 25:14, 17). Los celos, la ira, y la venganza estallan cada vez que la voluntad de Dios se enfrenta a la oposición de los hombres, cada vez que es menospreciada y desobedecida. Al revelarse como “santo”, Dios intimaba a Israel que ellos debí­an ser también santos (Lv. 11:44; 19:2; 20:7, 27; cp. 1 P. 1:16). Esta orden queda, como vemos en la cita de 1ª Pedro, reafirmada para los creyentes del Nuevo Pacto. (Véase DIOS (Nombres)).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado