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Estadio de la vida humana también denominado senectud. En él se entra corporalmente en proceso de degeneración por desgaste natural del organismo. Psicológicamente se acusa lentitud e incorrección en las reacciones psíquicas y cierta propensión a la fatiga nerviosa y convivencial.
La senilidad no es una enfermedad, sino una situación de todo ser vivo. Por lo tanto hay que asumirla con la misma alegría de la juventud y el mismo equilibrio de la madurez.
Se precisa en el hombre una preparación adecuada para cuando se llega a esta situación y por eso son buenos los cursos, encuentros, reflexiones y apoyos que se ofrecen con esta intención. En el terreno religioso también es conveniente disponer el ánimo y la mente para asumir el último estadio de la vida con amor a Dios y con servicios a los hijos de Dios en la medida de las propias posibilidades espirituales y materiales.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa