SUMO SACERDOTE – Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología

SUMO SACERDOTE

Concordancia

Lev 21:10 el s s entre .. no descubrirá su cabeza…
Zec 3:1 me mostró el s s Josué, el cual estaba…
Mat 26:3 se reunieron en el patio del s s llamado…
Mat 26:57; Mar 14:53; Luk 22:54 le llevaron al s s …
Joh 11:49 Caifás, uno de ellos, s s aquel año, les…
Joh 18:19 el s s preguntó a Jesús acerca de sus…
Joh 18:22 le dio .. diciendo: ¿Así respondes al s s?…
Act 5:17 entonces levantándose el s s y todos los…
Act 7:1 el s s dijo entonces: ¿Es esto así?…
Act 9:1 Saulo, respirando .. amenazas .. vino al s s …
Act 23:4 dijeron: ¿Al s s de Dios injurias?…
Heb 2:17 misericordioso y fiel s s en lo que a Dios…
Heb 3:1 considerad al apóstol y s s de nuestra…
Heb 4:14 teniendo un gran s s que traspasó los…
Heb 5:1 todo s s tomado de entre los hombres es…
Heb 5:10 declarado por Dios s s según el orden de…
Heb 6:20 donde Jesús entró .. s s para siempre…
Heb 7:26 tal s s nos convenía: santo, inocente, sin…
Heb 7:28 la ley constituye s s a débiles hombres…
Heb 8:1 que tenemos tal s s, el cual se sentó a la…
Heb 9:7 sólo el s s una vez al año, no sin sangre…
Heb 9:11 ya presente Cristo, s s de los bienes…
Heb 9:25 entra el s s en el Lugar Santísimo…


Definiciones

El sumo sacerdote era el más alto dignatario religioso, representante de la nación ante el Señor. Aarón fue designado para este cargo después de la proclamación del pacto en el Sinaí­ y de la orden de construir el Tabernáculo (Ex. 27:21; 28). Al principio, Aarón habí­a sido sólo el portavoz, el “profeta” de Moisés (Ex. 4:14-16; 7:1); cumplió la orden acerca del vaso de maná seguramente más tarde (Ex. 16:33-34); subió al Sinaí­ con sus hijos y los ancianos de Israel (Ex. 24:1, 9). Moisés, en este momento, era el único admitido ante la misma presencia de Dios, bien en el monte, bien en el tabernáculo de testimonio (Ex. 19:3, 19; 20:21; 24:12-18; 33:7-11; 40:35). Pero una vez que estuvo el tabernáculo levantado y listo para recibir los sacrificios se hizo necesario un sacerdocio permanente. Entonces fue consagrado Aarón, junto con sus hijos, purificado, ungido y revestido de las vestiduras sacerdotales (Lv. 8). Habiendo ofrecido los primeros sacrificios por sí­ mismo, por su casa y por Israel, Aarón bendijo solemnemente al pueblo (Lv. 9). El Señor expresó su aprobación manifestando Su gloria y consumiendo las ofrendas mediante fuego del cielo (Lv. 9:23-24). El hecho de la asociación de los hijos de Aarón con su padre hací­a prever que el cargo de este último se harí­a hereditario (Ex. 28:43). Eleazar, hijo de Aarón, vino efectivamente a sucederle (Nm. 20:25-26). A partir de entonces, el jefe legal de la casa de Aarón quedaba investido del sumo sacerdocio. En la casa de Aarón es posible que el derecho de sucesión fuera dado por el derecho de primogenitura, excepto si el derechohabiente quedaba descartado por una enfermedad o mutilación previstas por la Ley (Lv. 21:16-23). También, con frecuencia, las consideraciones teocrático-polí­ticas tuvieron una gran influencia en la elección (1 R. 2:26, 27, 35). La tradición habí­a fijado la edad del inicio de funciones en los 20 años; sin embargo, Aristóbulo accedió al sumo sacerdocio a los 17 años (Ant. 15:3, 3). Habí­a leyes especiales que determinaban cuál habí­a de ser la conducta del sumo sacerdote (Lv. 21:1-15). (a) Función. La función más importante del sumo sacerdote era hacer una vez al año expiación de todos los pecados del pueblo (véanse EXPIACIí“N, EXPIACIí“N [DíA DE LA]). Portando la sangre expiatoria, protegido por la nube de perfume alrededor de él, atravesaba el velo que separaba el lugar Santo del Santí­simo, y se poní­a ante el propiciatorio (véase PROPICIATORIO). Hací­a la expiación por sí­ mismo, por su casa, por el santuario y por todo el pueblo (Lv. 16:11-19). Después salí­a y confesaba sobre la cabeza del macho cabrí­o de escape todas las iniquidades de Israel, y el animal era conducido al desierto, llevando los pecados lejos de la presencia de Jehová (Lv. 16:20-22). En todo esto, Aarón actuaba como tipo de Cristo (véase al final de este artí­culo). A cargo del sumo sacerdote estaba también la supervisión general del santuario, de los que ejercí­an el servicio, y del tesoro (2 R. 12:7 ss.; 22:4). Era él quien debí­a consultar a Dios por medio del Urim y del Tumim (Ex. 28:30; Nm. 27:21; Dt. 33:8). Además de ello, tení­a el derecho de ejercer cualquier función sacerdotal. Solí­a ofrecer los sacrificios en dí­a de sábado, de luna nueva y en las fiestas anuales (Guerras 5:5, 7). Presidí­a el sanedrí­n cuando este consejo debí­a debatir cuestiones religiosas (Mt. 26:57; Hch. 5:21). (b) Sus vestiduras. Además de la túnica de lino fino blanco, vestidura de todos los sacerdotes, tení­a una vestimenta oficial formada por: (A) El pectoral; cuadrado, hecho de oro, de hilo azul, púrpura, carmesí­, y de lino fino retorcido; tení­a cuatro hileras de tres piedras preciosas cada una, grabadas, llevando el nombre de cada tribu. El Urim y el Tumim se hallaban en el interior del pectoral (véase URIM). (B) El efod, vestidura bordada con hilos de colores, y hecha del mismo tejido precioso que el pectoral. Sus dos piezas, que cubrí­an la espalda y el pecho, se uní­an en los hombros mediante dos piedras de ónice, llevando cada una de ellas los nombres de seis tribus. El efod, que llevaba el pectoral delante, se ceñí­a a la cintura con un cinto tejido con los mismos materiales. (C) El manto del efod era más largo que el efod, y se llevaba debajo, todo azul, sin mangas, adornado en su orilla inferior con granadas de azul, púrpura, carmesí­ y lino torcido que alternaban con campanillas de oro puro (véase CAMPANILLAS). (D) La mitra era un turbante de lino fino. En una época tardí­a habí­a otro tocado blanco encima de este último, coronado todo ello por una triple corona de oro. Con un cordón azul se fijaba la placa de oro en la que iba grabada: SANTIDAD A JEHOVí (Ex. 28; cfr. Eclo. 45:8-13; Ant. 3:7, 1-6; 1 Mac. 10:20). (Véase MITRA). El sumo sacerdote se revestí­a de esta vestimenta oficial para el cumplimiento de sus obligaciones particulares. (c) Consagración. Para la consagración del sumo sacerdote, entre otras ceremonias se echaba el aceite de la unción sobre su cabeza (Ex. 29:7; Lv. 8:12; Sal. 133:2); para caracterizarlo, se le llama “sacerdote ungido” (Lv. 4:3, 4, 16; 21:10; Nm. 35:25). La diferencia entre la consagración de los sumos sacerdotes y la de los sacerdotes ordinarios no está totalmente precisada (Ex. 29:21; Lv. 8:30); pero la tradición de los rabinos hace residir esta distinción en la cantidad de aceite que se empleaba. En tanto que se vertí­a abundantemente sobre la cabeza del sumo sacerdote, era vertido con moderación sobre la de un sacerdote ordinario. Al principio, la función del sumo sacerdote era vitalicia, pero Herodes, y después de él los romanos, celosos de la autoridad que podí­a otorgar un cargo de por vida, los designaban y destituí­an a voluntad. (d) Tipologí­a. Aarón era el tipo de Jesús en su oficio como sumo sacerdote de la fe que profesamos (He. 3:1-3). Aarón, y sus sucesores, eran hombres pecadores, y se veí­an obligados a hacer primero expiación por sus propios pecados. Además, sólo podí­an ofrecer sacrificios de animales, incapaces de borrar los pecados. Finalmente, eran mortales, y su sacerdocio se veí­a constantemente interrumpido. En intenso contraste, Cristo es eterno a la manera de Melquisedec; absolutamente sin tacha, ofreció un solo sacrificio eficaz, viviendo desde entonces eternamente, de manera que Su sacerdocio intransmisible nos es suficiente para salvarnos perfectamente (He. 4:14-5:6; 7:21-8:6; 9:11-14; 10:11-14). Jesús, habiendo traspasado el velo y entrado en el mismo cielo con Su propia sangre, intercede ahora por nosotros ante el Padre. De allí­ volverá para darnos la bendición eterna (He. 9:24-28). (Véase HEBREOS (EPíSTOLA A LOS].) Para la expresión “principales sacerdotes”, véase al final del artí­culo SACERDOTE. Bibliografí­a: Véanse las bibliografí­as bajo LEVíTICO, HEBREOS, SACERDOCIO. Véase también: Saphir, A.: “Epistle to the Hebrews” (Kregel Pub., Grand Rapids, 1983); Soltau, H. W.: “The Tabernacle, the Priesthood, and the Offerings” (Bible Truth Publishers, Oak Park, Illinois).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

sumo sacerdote

Véase Sumo Sacerdote de Israel: Requisitos y Vestiduras

Figura sagrada, o consagrada, en el Templo de Jerusalén,que ya existió en el Santuario que acompañó a los Israelitas en el desierto, en el cual se depositó el Arca de la Alianza. (Lev. 21.20; Ex. 30. 22.25; Ex. 29.30). La elección primero recayó sobre Aaron, el hermano de Moisés. Luego fue designado su primogénito Eleazar y luego Sadoq, de quien descendieron los “saduceos”.

Su capacidad representativa se incrementó al inaugurar Salomón el Templo y diseñar una casta sacerdotal concorde con sus pretensiones cultuales. Entonces su figura se completó con ricos vestidos, con solemnes rituales y con altas atribuciones, derechos y privilegios cultuales y sociales, de los que no eran ajenos los beneficios materiales de los oferentes religiosos en el Templo.

Su misión era ofrecer el Sacrificio diario por el pueblo, ser la cabeza de toda la clase sacerdotal, tener la primera parte de los sacrificios y en los tributos religiosos y presidir y nombrar a los otros sacerdotes y levitas con sus funciones.

Con la llegada de los Macabeos, con Simón en concreto, la jefatura salió de las castas sacerdotales y se depositó, o se usurpó, en las figuras guerreras de los Macabeos y de sus descendientes que, al fin u al cabo, eran sólo levitas.

En tiempo de Jesús, el sumo sacerdote nombrado por los romanos, que siguieron la costumbre establecida por Herodes de ser él el que designaba a tal figura y recibí­a a cambio de fuertes tributos, fue José Caifás (lo fue del 18 al 36), quien sustituyo al destituido Anás (que lo fue de 6 al 15) y del cual era yerno. El último Sumo Sacerdote, que murió en la rebelión judí­a contra los romanos, fue Pinjas. Desde entonces el linaje de los sumos sacerdotes desapareció.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Véase Aarón

Principal representante del pueblo ante Dios que tenía a su cargo la supervisión de los demás sacerdotes.

En la Biblia se usan diversos términos para designar al sumo sacerdote: “el sumo [literalmente, “gran”] sacerdote” (Nú 35:25, 28; Jos 20:6, nota), “el sacerdote, el ungido” (Le 4:3), “el sacerdote principal [o sumo; literalmente, “cabeza”]” (2Cr 26:20, nota; 2Re 25:18, nota), “el cabeza” (2Cr 24:6) o, simplemente, “el sacerdote” (2Cr 26:17). En este último caso, el contexto determina si se trata del sumo sacerdote o de otro. En las Escrituras Griegas Cristianas se usa la expresión “sacerdotes principales” para referirse a los hombres principales del sacerdocio, entre los que podían estar anteriores sumos sacerdotes ya depuestos y, posiblemente, también los cabezas de las 24 divisiones sacerdotales. (Mt 2:4; Mr 8:31.)

Jehová nombró a Aarón, el primer sumo sacerdote de Israel. (Heb 5:4.) El sumo sacerdocio de Israel empezó con Aarón, y se pasaba del padre al hijo primogénito, a menos que ese hijo muriese o se le inhabilitase, como sucedió en el caso de los dos hijos mayores de Aarón, que pecaron contra Jehová y murieron. (Le 10:1, 2; véaseINSTALACIÓN.) El rey Salomón depuso a un sumo sacerdote en cumplimiento de la profecía divina, y colocó en su lugar a otro hombre cualificado de la línea de Aarón. (1Re 2:26, 27, 35.) Más adelante, cuando la nación estaba bajo la dominación gentil, los gobernantes gentiles destituían y nombraban sumos sacerdotes a voluntad. Sin embargo, parece ser que a lo largo de toda la historia de la nación, hasta la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., los sumos sacerdotes fueron descendientes de Aarón, con pocas excepciones, como, por ejemplo, Menelao, llamado también Onías (véaseAntigüedades Judías, libro XII, cap. V, sec. 1), de quien en 2 Macabeos 3:4, 5 y 4:23 se indica que era benjamita.

Aptitudes y requisitos. Los requisitos para desempeñar ese cargo eran muy rígidos, en vista de la dignidad de ese puesto, la intimidad de que disfrutaba el sumo sacerdote con Jehová al representar a la nación ante Él y también del significado típico del sumo sacerdocio.

En Levítico 21:16-23 se halla una lista de defectos físicos que inhabilitaban para el sacerdocio. El sumo sacerdote tenía otras restricciones: solo podía casarse con una virgen de Israel, no con una viuda. (Le 21:13-15.) Además, no se le permitía contaminarse con los muertos, es decir, tocar un cadáver humano, aunque fuese su padre o su madre, pues se haría inmundo. Tampoco debía dejar su cabello desaseado ni rasgar las vestiduras por causa de los muertos. (Le 21:10-12.)

La Biblia no especifica a qué edad se podía empezar a servir de sumo sacerdote. Dice que los levitas tenían que retirarse a los cincuenta años, pero no comenta nada en cuanto a los sacerdotes, a excepción del sumo sacerdote, de quien se dice que su nombramiento era vitalicio. (Nú 8:24, 25.) Aarón tenía ochenta y tres años cuando fue con Moisés ante Faraón, y al parecer fue ungido por sumo sacerdote al año siguiente. (Éx 7:7.) Tenía ciento veintitrés años cuando murió, y había permanecido en su puesto hasta el momento de su muerte. (Nú 20:28; 33:39.) La reglamentación de las ciudades de refugio mostraba que el sumo sacerdote ejercía sus funciones de por vida, pues se decía que el homicida involuntario tenía que permanecer en la ciudad hasta la muerte del sumo sacerdote. (Nú 35:25.)

Instalación. Un examen de los privilegios que le fueron conferidos a Aarón poco después de la salida de Egipto ofrece una idea del papel que Jehová tenía pensado asignarle. En el desierto, camino del Sinaí, se le mandó a Aarón que llenase una jarra con maná y la depositase delante del Testimonio como algo que debería guardarse. Por ese entonces aún no existían la tienda de reunión ni el arca del pacto. (Éx 16:33, 34, nota.) Posteriormente, a Aarón se le puso al cargo de la tienda sagrada y del Arca. Se dice específicamente que a Aarón y a sus hijos, además de a los 70 ancianos de Israel, se les concedió el privilegio de acercarse al monte Horeb, donde tuvieron una visión de Dios. (Éx 24:1-11.)

Jehová hizo la primera referencia a su intención de apartar a Aarón y a sus hijos para el sacerdocio cuando dio instrucciones a Moisés para confeccionar las prendas sacerdotales. (Éx 28.) Después de comunicarle estas instrucciones, Jehová le explicó el procedimiento que debería seguir para la instalación del sacerdocio y luego dio a conocer claramente su propósito: “El sacerdocio tiene que venir a ser de ellos como estatuto hasta tiempo indefinido”. (Éx 29:9.)

De acuerdo con la majestad y pureza de Jehová, Aarón y sus hijos no podían realizar función sacerdotal alguna hasta que fuesen santificados y facultados mediante la ceremonia de la instalación (Éx 29), que ofició Moisés en calidad de mediador del pacto de la Ley. La ceremonia de santificación duró siete días, del 1 al 7 de Nisán de 1512 a. E.C., a cuyo término el sacerdocio quedó instalado y las manos de los sacerdotes se llenaron de poder para actuar como tales. (Le 8.) Al día siguiente, el 8 de Nisán, tuvo lugar un sacrificio de expiación a favor del pueblo (muy similar al Día de Expiación anual que se mandó celebrar el 10 de Tisri; la narración de este primer servicio sacerdotal se halla en Levítico 9). Esta primera actuación era conveniente y necesaria, pues el pueblo de Israel tenía que limpiarse de sus pecados, entre los que se hallaba su reciente transgresión relacionada con el becerro de oro. (Éx 32.)

Uno de los aspectos más significativos de la ceremonia de la instalación del sumo sacerdote fue la unción de Aarón al derramar sobre su cabeza el aceite santo, cuya preparación se hizo de acuerdo con las instrucciones dadas por Dios. (Le 8:1, 2, 12; Éx 30:22-25, 30-33; Sl 133:2.) A los sumos sacerdotes que sucedieron a Aarón se les llama “ungidos”. Aunque la Biblia no menciona directamente ningún caso más de unción con aceite literal, enuncia la siguiente ley: “Y las prendas de vestir santas que son de Aarón servirán para sus hijos después de él para ungirlos en ellas y para llenarles la mano de poder en ellas. Siete días las llevará puestas el sacerdote que le suceda de entre sus hijos y que entre en la tienda de reunión para ministrar en el lugar santo”. (Éx 29:29, 30.)

Las prendas de vestir oficiales. Además de las prendas de vestir de lino que llevaba regularmente, similares a las de los sacerdotes (Le 16:4), el sumo sacerdote tenía para ciertas ocasiones otras prendas de vestir especiales de mayor gloria y belleza. Loscapítulos 28 y 39 de Éxodo describen el diseño y la confección de estas bajo la dirección de Moisés según el mandato de Dios. La prenda más interior (aparte de los calzoncillos de lino, que iban “desde las caderas hasta los muslos” y que todos los sacerdotes llevaban “para cubrir la carne desnuda”; Éx 28:42) era el traje talar (heb. kut·tó·neth),hecho de lino fino (probablemente blanco) tejido en obra escaqueada. Al parecer, este traje talar tenía mangas largas, llegaba hasta los tobillos y estaba tejido en una sola pieza. Alrededor del cuerpo, probablemente por encima de la cintura, llevaba una banda de lino fino torcido tejido con hilo azul, púrpura rojiza y fibra escarlata carmesí. (Éx 28:39;39:29.)

El turbante, que era diferente de las prendas para la cabeza que llevaban los sacerdotes, también era de lino fino. (Éx 28:39.) Tenía adherida a la parte delantera una lámina resplandeciente de oro puro, sobre la que estaban grabadas las palabras: “La santidad pertenece a Jehová”. (Éx 28:36.) Esta lámina se llamaba “la santa señal de dedicación”. (Éx 29:6; 39:30.)

Encima del traje talar de lino llevaban la vestidura azul sin mangas (heb. meʽíl). Parece ser que también estaba tejida en una sola pieza, con un borde fuerte alrededor de la apertura de la parte superior a fin de evitar que se rasgase; para ponérsela se la pasaban por la cabeza. Era más corta que el traje talar de lino, y alrededor de su dobladillo inferior llevaba campanillas de oro y granadas alternadas, hechas de hilo azul, púrpura rojiza y fibra escarlata. Cuando el sumo sacerdote se ocupaba de su trabajo en el santuario, se podía oír el tintineo de esas campanillas. (Éx 28:31-35.)

El efod era una prenda de vestir parecida a un delantal que constaba de una parte delantera y una trasera y que llegaba hasta la mitad del muslo. Lo llevaban todos los sacerdotes y, a veces, también otras personas no vinculadas al sacerdocio. (1Sa 2:18;2Sa 6:14.) No obstante, el efod de la hermosa indumentaria de los sumos sacerdotes era una obra de bordado especial. Estaba hecho de lino fino torcido con lana teñida de púrpura rojiza, fibra escarlata carmesí e hilos de oro (para hacerlos batían el oro en hojas delgadas y, después, las cortaban en hilos). (Éx 39:2, 3.) El efod tenía dos hombreras, ‘que se unían en sus dos extremos’. Las dos partes del efod se mantenían juntas en los hombros por medio de broches de oro engastados con dos piedras de ónice, cada una de las cuales tenía grabada sobre ella seis nombres de los hijos de Israel (Jacob) según el orden de sus nacimientos. Un cinturón del mismo material ataba el efod alrededor de la cintura; el cinturón estaba “sobre” el efod, posiblemente sujeto al efod como parte de él. (Éx 28:6-14.)

El pectoral de juicio era sin duda la parte más costosa y gloriosa de la vestidura del sumo sacerdote. Estaba hecho del mismo material que el efod, su forma era rectangular y su longitud, doble que su anchura, pero estaba doblado de manera que formaba un cuadro de algo más de 22 cm. de lado. El doblez formaba una especie de bolsillo o bolsa. (Véase PECTORAL.) Lo adornaban doce piedras preciosas engastadas en oro, cada una de las cuales tenía grabado el nombre de uno de los hijos de Israel. El rubí, el topacio, la esmeralda y las otras piedras preciosas estaban ordenadas en cuatro filas. En cada una de las cuatro esquinas había un anillo de oro. Los dos anillos de la parte superior estaban unidos a las hombreras del efod por medio de unas cadenillas de oro enroscadas en forma de cordel, y los dos anillos de la parte inferior estaban unidos con cuerdecitas azules al efod, por encima del cinturón. (Éx 28:15-28.)

Moisés puso el Urim y el Tumim “en el pectoral”. (Le 8:8.) No se sabe exactamente qué eran el Urim y el Tumim. Algunos eruditos creen que eran unas suertes que se echaban o se sacaban del pectoral por mandato de Jehová, y que, básicamente, daban un “sí” o un “no” como respuesta a una pregunta. De ser así, puede que hayan estado colocadas dentro de la “bolsa” que formaba el doblez del pectoral. (Éx 28:30; CJ, comentario; NC,nota.) Quizás este sea el procedimiento que se indica en 1 Samuel 14:41, 42. No obstante, también se ha dicho que el Urim y el Tumim tenían que ver de alguna manera con las piedras del pectoral, aunque este punto de vista parece menos probable. Otras referencias al Urim y Tumim se hallan en Números 27:21; Deuteronomio 33:8;1 Samuel 28:6; Esdras 2:63 y Nehemías 7:65; véase URIM Y TUMIM.

El sumo sacerdote llevaba estas hermosas vestiduras cuando se acercaba a Jehová para inquirir sobre algún asunto importante. (Nú 27:21; Jue 1:1; 20:18, 27, 28.) Además, después de terminar las ofrendas por el pecado en el Día de Expiación, se cambiaba las vestiduras de lino blanco y se ponía las vestiduras de gloria y hermosura. (Le 16:23, 24.) Al parecer también llevaba estas prendas en otras ocasiones.

Las instrucciones sobre el Día de Expiación registradas en el capítulo 16 de Levíticono especifican que el sumo sacerdote tuviera que levantar sus manos y bendecir al pueblo después de ponerse su indumentaria gloriosa. Sin embargo, cuando se llevó a cabo el servicio de expiación el día después de la instalación del sacerdocio, de manera muy similar a como se haría en el Día de Expiación, el registro dice: “Entonces Aarón alzó sus manos hacia el pueblo y lo bendijo”. (Le 9:22.) Jehová había indicado lo que se debería solicitar con esa bendición cuando le dijo a Moisés: “Habla a Aarón y sus hijos, diciendo: ‘De esta manera deben bendecir a los hijos de Israel, diciéndoles: “Jehová te bendiga y te guarde. Jehová haga brillar su rostro hacia ti, y te favorezca. Jehová alce su rostro hacia ti y te asigne paz”’”. (Nú 6:23-27.)

Su responsabilidad y sus deberes. El hecho de que los pecados del sumo sacerdote pudieran acarrear culpabilidad sobre todo el pueblo, destacaba la dignidad, seriedad y responsabilidad de su puesto. (Le 4:3.) Solo el sumo sacerdote podía entrar en el compartimiento Santísimo del santuario, y debía hacerlo exclusivamente un día al año, el Día de Expiación. (Le 16:2.) Ese día, no podía haber en la tienda de reunión ningún otro sacerdote cuando él entraba en ella. (Le 16:17.) Oficiaba todos los servicios del Día de Expiación. Hacía expiación por su casa y por el pueblo en ocasiones especiales (Le 9:7), e intervenía ante Jehová a favor del pueblo cuando la cólera de Jehová ardía contra ellos. (Nú 15:25, 26; 16:43-50.) Cuando surgían asuntos de importancia nacional, él era el que se dirigía a Jehová con el Urim y el Tumim (Nú 27:21), y también era quien oficiaba cuando se degollaba y quemaba la vaca roja, cuyas cenizas se empleaban para el agua de limpieza. (Nú 19:1-5, 9.)

El sumo sacerdote podía participar en cualquier deber o ceremonia sacerdotal si lo deseaba. La cantidad de sacerdotes había aumentado mucho para el tiempo del rey David, y con el fin de que todos pudieran servir, este rey ordenó a los sacerdotes en 24 divisiones. (1Cr 24:1-18.) Este sistema continuó mientras duró el sacerdocio. Sin embargo, el sumo sacerdote no estaba restringido a ciertos períodos de servicio en el santuario, como era el caso de los sacerdotes. Su servicio era ininterrumpido. (Los sacerdotes podían ayudar en cualquier momento, pero ciertos deberes estaban reservados como privilegio exclusivo de la división de sacerdotes que estuviese desempeñando sus funciones ese día.) Al igual que en el caso de los sacerdotes, las temporadas de las fiestas eran las épocas de más ocupación para el sumo sacerdote.

El santuario, sus trabajos y la tesorería estaban bajo la supervisión del sumo sacerdote. (2Re 12:7-16; 22:4.) Parece ser que para atender esta tarea había un “segundo sacerdote”, que era su principal ayudante. (2Re 25:18.) En tiempos posteriores, el ayudante, llamado el “Sagán”, ejercía las funciones de sumo sacerdote cuando por alguna razón este no podía atender sus deberes. (El Templo: Su ministerio y servicios en tiempos de Cristo, de A. Edersheim, 1990, pág. 112.) A Eleazar, el hijo de Aarón, se le asignó una superintendencia especial. (Nú 4:16.)

El sumo sacerdote también llevaba la delantera en la instrucción religiosa de la nación. (Le 10:8-11; Dt 17:9-11.)

Él y los que gobernaban (Josué, los jueces y, durante la monarquía, el rey) constituían el tribunal supremo de la nación. (Dt 17:9, 12; 2Cr 19:10, 11.) Después que se formó el Sanedrín (en tiempos posteriores), el sumo sacerdote era el que presidía este consejo de ancianos. No obstante, según algunas tradiciones, solo lo hacía en algunas ocasiones. (Mt 26:57; Hch 5:21.) El sumo sacerdote Eleazar participó con Josué en dividir la tierra entre las doce tribus. (Jos 14:1; 21:1-3.)

La muerte del sumo sacerdote tenía que comunicarse a todas las ciudades de refugio, pues significaba la liberación de todos los homicidas involuntarios que estaban confinados dentro de sus límites. (Nú 35:25-29.)

La línea de los sumos sacerdotes. En el cuadro adjunto se muestra la línea de descendencia del sumo sacerdote y los nombres de los que sirvieron en ese puesto. La Biblia solo nombra específicamente a unos cuantos sumos sacerdotes, pero incluye los registros genealógicos de la línea de Aarón. Probablemente buena parte de los que se incluyen en las tablas genealógicas fueron sumos sacerdotes, aunque la Biblia no contenga un registro de sus actos ni los mencione específicamente como tales. Los pocos sumos sacerdotes de los que habla la Biblia son insuficientes para cubrir el lapso de tiempo particularmente entre el principio del sacerdocio, en 1512 a. E.C., y la destrucción de Jerusalén, en 607 a. E.C. Además, en las tablas genealógicas suelen pasarse por alto algunos nombres, de manera que puede que haya habido otros sumos sacerdotes cuyos nombres no se mencionan. El cuadro, por lo tanto, no intenta dar una lista completa y precisa, pero puede ayudar al lector a formarse una mejor idea de la línea de los sumos sacerdotes.

El sacerdocio de Melquisedec. El primer sacerdote que se menciona en la Biblia es Melquisedec, quien fue “sacerdote del Dios Altísimo” y rey de Salem (Jerusalén). Abrahán se encontró con este rey-sacerdote cuando volvió de derrotar a los tres reyes que se habían aliado con el rey elamita Kedorlaomer. Abrahán reconoció el origen divino de la autoridad de Melquisedec, pues aceptó su bendición y le dio el décimo del botín. En la Biblia no aparece el registro de los antepasados de Melquisedec ni tampoco se dice nada de su nacimiento ni de su muerte. No tuvo ni predecesores ni sucesores. (Gé 14:17-24; véase MELQUISEDEC.)

El sumo sacerdocio de Jesucristo. El libro bíblico de Hebreos dice que desde que Jesucristo resucitó y entró en el cielo, es un “sumo sacerdote a la manera de Melquisedec para siempre”. (Heb 6:20; 7:17, 21.) Para indicar la grandeza del sacerdocio de Cristo y su superioridad en contraste con el sacerdocio aarónico, el escritor muestra que Melquisedec ocupaba los puestos de rey y sacerdote por designación del Dios Altísimo, no por herencia. Cristo Jesús, que no era de la tribu de Leví, sino de la de Judá, y de la línea de David, no heredó su puesto por ser descendiente de Aarón, sino por nombramiento directo de Dios, como en el caso de Melquisedec. (Heb 5:10.) La promesa registrada en el Salmo 110:4: “Jehová ha jurado (y no sentirá pesar): ‘¡Tú eres sacerdote hasta tiempo indefinido a la manera de Melquisedec!’”, convierte a Cristo en un Rey-Sacerdote celestial. Pero Cristo, además, posee la autoridad del Reino debido a ser descendiente de David, el heredero del Reino prometido en el pacto davídico. (2Sa 7:11-16.) De manera que Jesucristo ejerce las funciones combinadas de rey y sacerdote al igual que Melquisedec.

La sobrepujante excelencia del sumo sacerdocio de Cristo se muestra también por el hecho de que Leví, el progenitor del sacerdocio judío, presentó diezmos a Melquisedec, pues estaba en los lomos de Abrahán cuando el patriarca dio un diezmo al rey-sacerdote de Salem. Además, según ese razonamiento, Leví también fue bendecido por Melquisedec, y la regla es que el menor es bendecido por el mayor. (Heb 7:4-10.) El apóstol también subraya con respecto a Melquisedec que estuvo “sin padre, sin madre, sin genealogía, sin tener principio de días ni fin de vida”, por lo que pudo representar el sacerdocio eterno de Jesucristo, quien ha sido resucitado a “una vida indestructible”. (Heb 7:3, 15-17.)

Sin embargo, aunque Cristo no recibe su sacerdocio por ser descendiente carnal de Aarón ni tiene ningún predecesor ni sucesor en su puesto, cumple con el modelo ejemplificado por el sumo sacerdote Aarón. El apóstol deja este hecho muy claro cuando muestra que el tabernáculo en forma de tienda que se construyó en el desierto era un modelo de “la tienda verdadera, que Jehová levantó, y no el hombre”, y que los sacerdotes levíticos rendían “servicio sagrado en una representación típica y sombra de las cosas celestiales”. (Heb 8:1-6; 9:11.) También dice que Jesucristo, quien ofreció su propio cuerpo perfecto en lugar de ofrecer sacrificios animales, abolió la validez o la necesidad de aquellos sacrificios y luego “[pasó] por los cielos”, “no con la sangre de machos cabríos y de torillos, sino con su propia sangre[,] una vez para siempre en el lugar santo, y obtuvo liberación eterna para nosotros”. (Heb 4:14; 9:12; 10:5, 6, 9.) Él entró en el lugar santo tipificado por el Santísimo en el que entraba Aarón, a saber, “el cielo mismo, para comparecer ahora delante de la persona de Dios a favor de nosotros”. (Heb 9:24.)

No era necesario repetir el sacrificio de Jesús como el sumo sacerdote antitípico, como ocurría con los sacrificios de los sacerdotes aarónicos, porque el de Jesús quitó definitivamente el pecado. (Heb 9:13, 14, 25, 26.) Además, en el tipo o sombra, ningún sacerdote del sacerdocio aarónico podía vivir suficiente tiempo para salvar completamente, es decir, llevar a una salvación y perfección completas a aquellos a quienes ministraba, pero Cristo “puede salvar completamente a los que están acercándose a Dios mediante él, porque siempre está vivo para abogar por ellos”. (Heb 7:23-25.)

Además de su responsabilidad de ofrecer los sacrificios, el sumo sacerdote también bendecía al pueblo y lo instruía en las justas leyes de Dios. En Jesucristo también se combinan estas tres funciones. Al comparecer ante su Padre en los cielos, “ofreció un solo sacrificio por los pecados perpetuamente, y se sentó a la diestra de Dios, esperando desde entonces hasta que se coloque a sus enemigos como banquillo para sus pies”. (Heb 10:12, 13; 8:1.) Además, “la segunda vez que aparece será aparte del pecado y a los que lo están esperando con intenso anhelo para la salvación de ellos”. (Heb 9:28.)

La superioridad de Jesucristo como Sumo Sacerdote se ve también en otro sentido. Llegó a ser un hombre de carne y sangre como sus “hermanos” (Heb 2:14-17), y fue probado completamente; sufrió toda clase de oposición, persecución y finalmente una muerte ignominiosa. Como dice el registro bíblico, “aunque era Hijo, aprendió la obediencia por las cosas que sufrió; y después de haber sido perfeccionado vino a ser responsable de la salvación eterna para todos los que le obedecen”. (Heb 5:8, 9.) El apóstol Pablo explica cuál es uno de los beneficios que se deriva del hecho de que Jesús haya sido probado, al decir: “Pues por cuanto él mismo ha sufrido al ser puesto a prueba, puede ir en socorro de los que están siendo puestos a prueba”. (Heb 2:18.) Todo aquel que lo invoque puede tener la seguridad de que recibirá un trato misericordioso y considerado, pues, como Pablo dice: “No tenemos como sumo sacerdote a uno que no pueda condolerse de nuestras debilidades, sino a uno que ha sido probado en todo sentido igual que nosotros, pero sin pecado”. (Heb 4:15, 16.)

Los sacerdotes cristianos. Jesucristo es el único sacerdote “a la manera de Melquisedec” (Heb 7:17), pero, al igual que Aarón, el sumo sacerdote de Israel, Jesucristo tiene un cuerpo de sacerdotes que su Padre Jehová le ha proporcionado. A estos se les ha prometido que serán coherederos con él en los cielos y participarán como reyes asociados en su Reino. (Ro 8:17.) Se les conoce como “un sacerdocio real” (1Pe 2:9), y en la visión del libro bíblico de Revelación se les presenta cantando una canción nueva, en la que dicen que Cristo los ha comprado con su sangre y los ha hecho “un reino y sacerdotes para nuestro Dios, y han de reinar sobre la tierra”. (Rev 5:9, 10.) Después, la misma visión revela que la cantidad total asciende a 144.000 personas. También se dice que estos han “sido comprados de la tierra”, como seguidores del Cordero, “comprados de entre la humanidad como primicias para Dios y para el Cordero”. (Rev 14:1-4; compárese con Snt 1:18.) En este capítulo de Revelación (14) se da la advertencia con respecto a la marca de la bestia y se muestra que el evitar esta marca “significa aguante para los santos”. (Rev 14:9-12.) Estos 144.000 comprados son los que aguantan fielmente y llegan a vivir y reinar con Cristo, pues se dice que “serán sacerdotes de Dios y del Cristo, y reinarán con él por los mil años”. (Rev 20:4, 6.) Son los servicios de Jesús como sumo sacerdote lo que los introduce en esta posición gloriosa.

Beneficiarios del sacerdocio celestial. La visión de la Nueva Jerusalén que se da en Revelación ofrece información en cuanto a los que se beneficiarán de los servicios del Sumo Sacerdote, Jesucristo, y de su cuerpo de sacerdotes celestiales que colabora con él. Tal como Aarón, su familia y la tribu sacerdotal de Leví ministraron a las doce tribus de Israel en la tierra de Palestina, se dice de la Nueva Jerusalén que “las naciones andarán por medio de su luz”. (Véase Rev 21:2, 22-24.)

LÍNEA DE SUMOS SACERDOTES DE ISRAEL

Las genealogías de los sumos sacerdotes se hallan en 1 Crónicas 6:1-15, 50-53 yEsdras 7:1-5. Debido a que no contienen todos los nombres, faltan algunos eslabones, algo común en las tablas genealógicas hebreas. Josefo y los rabinos judíos insertan otros nombres, pero su exactitud es discutible. Los signos de interrogación que siguen a los nombres en negrita indican que estos pueden haber sido sumos sacerdotes (como muy probablemente ocurrió en algunos casos), pero que en la Biblia solo se incluyen en la línea de descendencia de los sumos sacerdotes y no se dice específicamente que lo fueran.

Leví (Hijo de Jacob [Gé 29:34])

Qohat(Gé 46:11; Éx 6:16; 1Cr 6:1)

Amram (Éx 6:18; 1Cr 6:2)

Izhar

Hebrón

Uziel

Guersón

Merarí

1512 A. E.C.: EMPIEZA EL SACERDOCIO DE ISRAEL

Moisés

AARÓN (Éx 6:20; 1Cr 23:13)

ELEAZAR (Éx 6:23; Le 10:1-7; Nú 20:25-28; 1Cr 6:3)

Nadab (murió)

Abihú (murió)

Itamar (Éx 6:23; 1Cr 24:1, 2)

(El arca del pacto se ubicó en Siló desde el tiempo en que la tierra fue sojuzgada [c. 1467 a. E.C.] hasta el tiempo de Elí, con una estancia temporal en Betel. [Jos 18:1; Jue 20:18,26-28])

FINEHÁS (Jehová da el pacto para el sacerdocio en su línea. [Éx 6:25; Nú 25:10-13; Jos 22:13; Jue 20:27, 28])

ABISÚA(?) (1Cr 6:4, 5; Esd 7:5)

BUQUÍ(?) (1Cr 6:5; Esd 7:4)

UZÍ(?) (1Cr 6:5, 6; Esd 7:4)

Zerahías (1Cr 6:6; Esd 7:4)

Merayot (1Cr 6:6, 7; Esd 7:3, 4)

Amarías (1Cr 6:7)

Ahitub (2Sa 8:17; 1Cr 6:7, 8; 18:16)

(Parece ser que durante este período oficiaba la línea de Itamar)

ELÍ (Primer sumo sacerdote de la línea de Itamar; según Josefo, sucedió a Abisúa o a Uzí (Ozis). [Antigüedades Judías, libro V, cap. XI, sec. 5; libro VIII, cap. I, sec. 3 (según el texto inglés de la Loeb Classical Library); compárese con 1Cr 24:3])

Hofní

Finehás

(Los filisteos tomaron el Arca. Muerte de Elí y de sus hijos. El Arca permaneció siete meses en territorio filisteo. [1Sa 4:17, 18; 6:1.] Se recuperó y ubicó temporalmente en Bet-semes, después, en Quiryat-jearim [Baale-judá], en la casa de Abinadab, por muchos años, hasta que David tomó Sión. [1Sa 6:14, 15; 7:2; 2Sa 6:2, 3])

Icabod (1Sa 4:19-22)

AHITUB(?) (1Sa 14:3; 22:9)

AHÍYA (Probablemente, el hermano de Ahimélec. Sirvió en el tabernáculo de Siló. [1Sa 14:3])

(David intentó llevar el Arca a Jerusalén; ejecución de Uzah. David llevó el Arca a la casa de Obed-edom el guitita; el Arca estuvo allí tres meses; luego David la trasladó a Jerusalén. [2Sa 6:1-11])

AHIMÉLEC (Ayudó a David; lo mataron cuando 85 sacerdotes de Nob fueron asesinados por orden de Saúl. [1Sa 21:1-6; 22:9-18])

ABIATAR (Escapó y se unió a David. [1Sa 22:20-23; 23:6, 9; 30:7.] Sin embargo, más tarde apoyó a Adonías y fue depuesto por Salomón. La casa de Elí perdió el sumo sacerdocio; se cumplieron así las palabras de Jehová registradas en 1 Samuel 2:30-36. [1Re 2:27, 35])

El sumo sacerdocio vuelve a la línea de Eleazar

SADOC (Puede que haya sido “segundo” sacerdote durante el reinado de David. [Véanse 2Re 25:18; Jer 52:24.] Fue leal a David cuando Adonías intentó tomar el trono. Salomón lo hizo sumo sacerdote en lugar de Abiatar. [2Sa 8:17; 15:24-29; 19:11; 1Re 1:7, 8, 32-45; 2:27, 35; 1Cr 24:3])

(Colocación del Arca en el templo recién edificado por Salomón. [1Re 8:1-6])

AHIMÁAZ(?) (2Sa 15:27, 36; 17:20; 1Cr 6:8)

AZARÍAS (I)(?) (1Re 4:2; 1Cr 6:9)

(Los siguientes tres nombres —Amarías, Jehoiadá y Zacarías— probablemente son eslabones pasados por alto en 1Cr 6:1-15)

AMARÍAS (En el tiempo del rey Jehosafat. [2Cr 19:11])

JEHOIADÁ (En el tiempo de los reyes Ocozías, Atalía y Jehoás. [2Re 11:4–12:9; 2Cr 22:10–24:15])

ZACARÍAS(?) (Lapidado con la aprobación del rey Jehoás. [2Cr 24:20-22])

JOHANÁN(?) (1Cr 6:10)

AZARÍAS (II) (Probablemente, el sacerdote que reprendió al rey Uzías debido a su acto presuntuoso. [1Cr 6:10; 2Cr 26:17-20])

(Los siguientes dos nombres —Uriya y Azarías— puede que sean eslabones que se omiten en 1Cr 6:1-15)

URIYA(?) (El sacerdote que por orden del rey Acaz edificó un altar semejante al altar pagano de Damasco. [2Re 16:10-16])

AZARÍAS (II o III) (De la línea de Sadoc; sirvió en el tiempo del rey Ezequías. Puede que sea el mismo Azarías II mencionado anteriormente u otro con el mismo nombre. [2Cr 31:10-13])

AMARÍAS(?) (1Cr 6:11; Esd 7:3)

AHITUB (Ne 11:11; 1Cr 6:11, 12; 9:11; Esd 7:2)

MERAYOT(?) (Era un sacerdote, un descendiente de Ahitub, pero es posible que no haya servido de sumo sacerdote. [1Cr 9:11; Ne 11:11])

SADOC(?) (1Cr 6:12; 9:11; Esd 7:2; Ne 11:11)

SALUM(?) (Mesulam) (1Cr 6:12, 13; 9:11; Esd 7:2; Ne 11:11)

HILQUÍAS (En el tiempo del rey Josías. [2Re 22:4-14; 23:4; 1Cr 6:13; 2Cr 34:9-22])

AZARÍAS (III o IV)(?) (1Cr 6:13, 14)

SERAYA (Ejecutado por Nabucodonosor en Riblá después de la caída de Jerusalén en 607 a. E.C. [2Re 25:18-21; 1Cr 6:14; Esd 7:1; Jer 52:24-27])

JEHOZADAQ(?) (Llevado cautivo a Babilonia por Nabucodonosor en 607 a. E.C. Durante el exilio, nacieron su hijo Jesúa [Josué] y posiblemente otros hijos. Por supuesto, no pudo oficiar en el templo. [1Cr 6:14, 15; Esd 3:2])

(El arca del pacto desapareció; ya no estuvo en los templos posteriores edificados en Jerusalén)

DESPUÉS DEL REGRESO DEL EXILIO

JOSUÉ (Jesúa) (Regresó en 537 a. E.C. con Zorobabel. [Esd 2:2; 3:2; Ne 12:10; Ag 1:1;Zac 3:1; 6:11])

JOIAQUIM(?) (Ne 12:10, 12; según Josefo —Antigüedades Judías, libro XI, cap. V, sec. 1—, Joiaquim [Joacim] ofició en el tiempo del regreso de Esdras a Jerusalén)

ELIASIB (En el tiempo de Nehemías. [Ne 3:20; 12:10, 22; 13:4, 6, 7])

JOIADÁ(?) (Ne 12:10, 11, 22; 13:28)

JOHANÁN (Jonatán[?]) (Ne 12:11, 22, 23)

JADÚA(?) (Probablemente, en los días de Darío el persa o “hasta” esos días. [Ne 12:11, 22])

DESDE EL TIEMPO DE DARÍO (II) EL PERSA

(Desde este punto hasta el tiempo de los macabeos, la lista de los sumos sacerdotes se basa en el libro apócrifo de Primero de los Macabeos y en Antigüedades Judías, de Josefo, libros XI–XX. Josefo menciona a más sumos sacerdotes que Primero de los Macabeos. Desde los macabeos hasta la destrucción de Jerusalén en 70 E.C., la principal fuente de información es Josefo. La Biblia solo da tres nombres [Anás, José Caifás y Ananías]. Parece ser que, al menos en la mayoría de los casos, se respetaba la línea sumo sacerdotal, aunque los gobernantes paganos deponían y nombraban los sumos sacerdotes a voluntad.)

ONÍAS I

SIMÓN I

ELEAZAR

MANASÉS

ONÍAS II (Continúa en la columna de la derecha)

SIMÓN II

ONÍAS III

JOSUÉ (gr. Jesús); también, Jasón

ONÍAS (También llamado Menelao)

JAQUIM (Llamado en griego Alcimo); también, Jacimo

LOS SACERDOTES-REYES MACABEOS

JONATÁN

SIMÓN (Hermano de Jonatán)

JUAN HIRCANO

ARISTÓBULO I

ALEJANDRO JANEO

HIRCANO II (Aristóbulo II se apoderó temporalmente de la gobernación)

ANTÍGONO

DESPUÉS DE QUE HERODES EL GRANDE LLEGÓ A SER REY (Mt 2:1)

(Nombrados por Herodes)

HANANEL (Forma latinizada del gr. Ananel)

ARISTÓBULO III

HANANEL (Por segunda vez)

JESÚS (Hijo de Fabes)

SIMÓN (Hijo de Boet)

MATÍAS (Matatías) (Yerno de Boet)

JOAZAR (Hijo de Boet)

(Nombrados por Arquelao, rey de Judea [Mt 2:22])

ELEAZAR (Hijo de Boet)

JESÚS (Hijo de Sié) (Joazar restablecido por la multitud)

(Nombrados por Quirinio, gobernador de Siria [Lu 2:2])

ANÁS (Anán) (Hijo de Set) (Nombrado por Quirinio; depuesto por

Valerio Grato, gobernador de Judea, alrededor del año

15 E.C. Era suegro de Caifás. Continuó ejerciendo gran

influencia después de ser depuesto. [Lu 3:2; Jn 18:13, 24;

Hch 4:6])

(Nombrados por Valerio Grato, gobernador de Judea)

ISMAEL (Hijo de Fab)

ELEAZAR (Hijo de Anás)

SIMÓN (Hijo de Camit)

JOSÉ CAIFÁS (Ofició durante el ministerio terrestre de Jesús y

durante los comienzos del ministerio de los

apóstoles. En compañía de su suegro, Anás, presidió

el juicio de Jesús ante el Sanedrín como sumo

sacerdote. [Mt 26:3, 57; Lu 3:2; Jn 11:49, 51;

18:13, 14, 24, 28.] Él y Anás llamaron a Pedro

y Juan ante su presencia y les mandaron que dejaran

de predicar. [Hch 4:6, 18.] Fue el sumo sacerdote

que autorizó que Saulo recibiera cartas dirigidas a

las sinagogas de Damasco para detener a los

cristianos. [Hch 9:1, 2, 14])

(Nombrados por Vitelio, gobernador de Siria)

JONATÁS (Hijo de Anás)

TEÓFILO (Hijo de Anás)

(Nombrados por Herodes Agripa I)

SIMÓN (Cantera) (Hijo de Boet)

MATÍAS (Matatías) (Hijo de Anás)

ELIONEO (Hijo de Cantera)

(Nombrados por Herodes, rey de Calcis)

JOSÉ (Hijo de Camid)

ANANÍAS (Hijo de Zebedeo) (Presidió el Sanedrín en el juicio de Pablo. [Hch 23:2;24:1])

(Nombrados por Herodes Agripa II)

ISMAEL (Hijo de Fab)

JOSÉ (Cabi) (Hijo de Simón, ex sumo sacerdote)

ANÁS (Anán) (Hijo de Anás)

JESÚS (Hijo de Damneo)

JESÚS (Hijo de Gamaliel)

MATÍAS (Matatías) (Hijo de Teófilo)

FANÁS (Fanías; hijo de Samuel) (Hecho sumo sacerdote, no por Herodes Agripa, sino por el pueblo durante la guerra contra Roma)

Fuente: Diccionario de la Biblia

Ésta es una traducción aproximada de ha-kōhēn ha-gāḏôl, literalmente, «el gran sacerdote», cf. Heb. 10:21.

Melquisedec, sumo sacerdote de Jerusalén (Gn. 14:18), representaba la norma para la mayoría de los vecinos de Israel durante el período del AT. El rey era jefe supremo de la vida religiosa y civil; otros sacerdotes ejercían el oficio como representantes. En Israel, por la voluntad de Dios, estaban separados la autoridad religiosa y la autoridad civil. En conformidad con el patrón establecido, los hijos de Aarón solamente eran representantes suyos. Esto lo muestra el efod y el pectoral que contenía el Urim y Tummim (Ex. 28:6–30), por medio del cual sólo el sumo sacerdote podía descubrir la voluntad de Dios. El carácter único de su posición lo sugiere Nm. 35:25 y la imposibilidad que él pudiese delegar su función para el Día de la Expiación. La falta de información arqueológica llevó a la escuela de Wellhausen a mal interpretar el que casi no se use la palabra en la historia preexílica y, entonces, decir que era una invención del exilio. La frecuente mención de individuos como «el sacerdote» (p. ej., Jos. 19:51; 1 S. 1:9; 2 R. 11:9) bastaba para quienes vivían en medio del trasfondo preexílico.

Es claro que el oficio era estrictamente hereditario. El problema de dos sacerdotes contemporáneos, Abiatar y Sadoc, bajo David, quizás sea explicado en mejor forma por la tradición samaritana que afirma que Elí robo el oficio (cf. E. Robertson, The Old Testament Problem, p. 176s.). La oposición de los pactantes del Qumrán a los sacerdotes Asmoneos se debió mayormente a que Onías III dejó un heredero legal.

El sacerdocio real de Cristo según el orden de Melquisedec implica que se había realizado el ideal de un solo hombre como único representante de Dios.

H.L. Ellison

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (588). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología

Sumo Sacerdote con pectopral y joyasEn el Antiguo Testamento al sumo sacerdote se le llamaba por varios nombres:

  • el sacerdote (Números 3,6);
  • el sumo sacerdote (Levítico 21,10);
  • primer sacerdote (2 Reyes 25,18);
  • el sacerdote ungido (Lev. 4,3): Gr., Arhiereus (Lev. 4,3), también en libros posteriores y el Nuevo Testamento.

Las formas comunes en el Antiguo Testamento son ho hiereus (Núm. 3,6); hiereus ho protos (2 Reyes 25,18); ho hiereus ho megas (Lev. 21,10). En 2 Reyes 25,18 se menciona un coadjutor o segundo sacerdote.

Aarón y sus hijos fueron escogidos por Dios para ser sacerdotes, siendo Aarón el primer sumo sacerdote y Eleazar su sucesor; de modo que, aunque la Escritura no lo dice explícitamente, se convirtió en ley la sucesión del hijo mayor al oficio de sumo sacerdote. En los capítulos 28 y 29 del libro del Éxodo se describen la consagración de Aarón y sus hijos durante siete días y sus vestimentas (Cf. Lev. 8,12; Sirácides 45,7 ss.). Aarón fue ungido con aceite derramado sobre su cabeza (Cf. Lev. 8,12); de ahí que fue llamado “el sacerdote ungido” (Lev. 4,3). Algunos textos parecen requerir la unción para todos (Ex. 30,30; Lev. 10,7; Núm. 3,3), pero Aarón fue ungido con aceite en gran profusión, incluso sobre la cabeza (Ex. 29,7), a lo cual se hace referencia en el Salmo 133(132),2, donde se dice que el ungüento fino baja por la barba y “hasta la orla de sus vestiduras”. El ungüento se hacía de mirra, canela, cálamo, casia y aceite de oliva, compuesto por el perfumero o boticario (Ex. 30,23-25; Josefo, (Ant.”, III, VIII, 3), y no debía ser imitado o dedicado a usos profanos (Ex. 30,31-33).

Luego del Exilio la unción cayó en desuso: tanto los sacerdotes como los sumos sacerdotes eran consagrados con la simple investidura. Los rabinos afirmaban que incluso antes del Exilio sólo el sumo sacerdote era ungido al derramarle el aceite sagrado “sobre él” y al aplicarlo a su frente sobre los ojos “en forma de una X griega” (Edersheim, “The Temple, Its Ministry and Service at the Time of Jesus Christ”, 71). No se especificaba edad, y así la juventud no fue impedimento para que Herodes nombrara a Aristóbulo al sumo sacerdocio, aunque éste tenía sólo diesisite años de edad (Josefo, “Antiq.”, XV, III, 3). Josefo da una lista de ochenta y tres sumos sacerdotes desde Aarón hasta la destrucción del Templo por los romanos (Ant., XX, X). Al principio eran elegidos para un cargo vitalicio, pero luego fueron removidos a voluntad por el [[autoridad civil|poder secular) (Jos., “Ant.”, XV, III, 1; XX, X), de modo que “el número de los sumos sacerdotes desde los días de Herodes hasta el día que Tito tomó y quemó el Templo y la ciudad fueron en total veintiocho; también el tiempo que duraron fue de ciento siete años” (Jos., “Ant.”, XX, X).

Así una tercera parte de los sumos sacerdotes de quince siglos vivieron dentro del último siglo de su historia: se habían convertido en marionetas de los gobernantes temporales. San Juan (11,51) insinúa la frecuencia del cambio en el oficio al decir que Caifás era “el sumo sacerdote de ese año”. Salomón depuso a Abiatar por haber apoyado la causa de Adonías, y le dio el sumo sacerdocio a Sadoc (1 Reyes 2,27.35); entonces fue expulsado el último de la familia de Elí, según le había dicho el Señor a Elí mucho antes (1 Sam. 2,32). Parece extraño, por lo tanto, que Josefo (Ant., XV, III, 1) establece que Antíoco Epífanes fue el primero en deponer a un sumo sacerdote. Puede ser que él considerara a Abiatar y a Sadoq como titulares conjuntos del oficio, puesto que Abiatar “el sacerdote” y Sadoq “el sacerdote” eran ambos muy prominentes durante el reinado de David (1 Reyes 1,34; 1 Crón. 16,39.40). Puede ser que Josefo considerara el acto de Salomón como un medio para volver a la unidad; además, en la misma sección que menciona el cambio, dice que Sadoq era sumo sacerdote durante el reinado de David (Ant., VIII, I, 3), y añade “el rey [Salomón] también nombró a Sadoq como sumo sacerdote único” (Ant., VIII, I, 4). Poco antes de que los romanos destruyesen el Templo, los celotes escogieron por suertes a un mero rústico llamado Fanías como el último sumo sacerdote: así el sumo sacerdote, la ciudad y el Templo perecieron juntos (Josefo, “Bell. Jud.”, IV, III, 8).

La prominencia de Salomón en la dedicación del Templo no necesariamente lleva a la conclusión de que el rey ofició también como sacerdote en esa ocasión. Smith (“Ency. Bib.”, s.v. Priest) afirma esto, y que los reyes de Judá ofrecieron sacrificios hasta el Exilio, alegando como prueba pasajes tales como 1 Reyes 9,25; pero aunque en ese mismo Libro se menciona a los sacerdotes, por ejemplo en 8,10-11, tal inferencia no es razonable. Como demuestra Van Hoonacker, la prominencia del poder secular en la historia temprana del pueblo y la aparente ausencia de incluso el sumo sacerdote durante las funciones más sagradas, así como la autoridad que poseía luego del Exilio, no garantizan la conclusión de Wellhausen de que el sumo sacerdocio fue conocido sólo en tiempos post-exílicos. Es muy poco probable que tal cambio se pudiese realizar y se hubiese introducido en la vida de la nación y fuese tan fácilmente aceptado. Tenemos, sin embargo, referencias certeras del sumo sacerdocio en los textos pre-exílicos (2 Reyes 11; 12; 16,10; 22; 23; etc.), los cuales Buhl (“The New Schaff-Herzog Ency. of Religious Knowledge”, s.v. High Priest) admite como auténticas, no interpolaciones, como piensan algunos, mediante las cuales el “oficio posterior puede haber tenido una prefiguración histórica”. Vemos en ellas las pruebas de la existencia del sumo sacerdocio, no meramente su “prefiguración”. Entonces también el título “el segundo sacerdote” en Jeremías 52,24, donde se menciona también al sumo sacerdote, es un testigo doble de la misma verdad; de modo que aunque, como dice Josefo (Ant., XX, X), en los últimos años de la historia de la nación “a los sumos sacerdotes se les confiaba el dominio sobre la nación” y así se convirtieron, como en tiempo de los Macabeos, más conspicuos que en tiempos primitivos, aun así esto fue sólo un lustre accidental añadido a un oficio antiguo y sagrado.

En el Nuevo Testamento (Mateo 2,4; Marcos 14,1, etc.), donde se hace referencia a los sumos sacerdotes, algunos piensan que todos esos habían sido sumos sacerdotes, quienes al haber sido depuestos constituían una clase distinta y tenían gran influencia en el Sanedrín. En Juan 18,13 es claro que Anás, incluso cuando fue privado del pontificado, desempeñó un rol importante en las deliberaciones de dicho tribunal. Shürer afirma que los sumos sacerdotes en el Nuevo Testamento eran ex sumos sacerdotes y también aquellos que se sentaban en el consejo como miembros y representantes de las familias privilegiadas de entre las cuales se escogía a los sumos sacerdotes (The Jewish People, Div. II, V. I, 204-7), y Juan Maldonado en Mat. 2,6, cita a 2 Crón. 36,14, mostrando que también se le llamaba así a los que ocupaban puestos en el Sanedrín como jefes de las familias sacerdotales.

Sólo el sumo sacerdote podía entrar al Santo de los Santos en el día de la expiación, e incluso él sólo una vez al año, podía asperjar la sangre del sacrificio expiatorio y ofrecer incienso: oraba y sacrificaba por sí mismo así como por el pueblo (Lev. 16). Además oficiaba “en los séptimos días y en los novilunios” y festividades anuales (Jos., “Bell. Jud.”, V, V, 7). Sólo podía casarse con una virgen “de su propio pueblo”, aunque a otros sacerdotes se les permitía casarse con una viuda; ni era legal para él rasgarse las vestiduras ni acercarse a los muertos incluso si eran parientes cercanos (Lev. 21,10-14; Cf. Josefo, “Ant.”, III, XII, 2). Le correspondía también expresar la voluntad Divina manifestada a él por medio del Urim y Tummim, un método de consultar al Señor sobre el que tenemos muy poco conocimiento. Puesto que la muerte del sumo sacerdote marcaba una época en la historia de los israelitas, a los homicidas se les permitía regresar a su casa de la ciudad donde habían hallado refugio de la venganza (Nüm. 35,25,28) (vea ciudades de refugio).

San Pablo explica el carácter típico del sumo sacerdote (Heb. 9), donde el Apóstol muestra que mientras el sumo sacerdote entraba al “Santo de los Santos” una vez al año con la sangre de las víctimas, Cristo el gran sumo sacerdote, ofrecía su propia Sangre y entraba al cielo mismo, donde Él “intercede por nosotros” (Rom. 8,34; vea Piconio, “Trip. Expos. In Heb.”, 9).

En adición a lo que usaban los demás sacerdotes al ejercer sus funciones sagradas, el sumo sacerdote usaba unas batas doradas especiales, llamadas así por el rico material del que estaban hechas. Aparecen descritas en el Cap. 28 del Éxodo, y cada sumo sacerdote se las legaba a su sucesor. Sobre la túnica se ponía una bata violeta de una sola pieza, adornada con borlas de violeta, púrpura y escarlata (Josefo, III, VII, 4), entre las dos borlas había campanas que sonaban según ellos entraban y salían del santuario. Sus mitras diferían de los turbantes de los sacerdotes ordinarios, y tenían al frente una placa dorada con la inscripción “Consagrado a Yahveh” (Ex. 28,36). Josefo dice que la mitra tenía una triple corona de oro, y añade que la lámina con el nombre de Dios que Moisés había escrito en caracteres sagrados “ha permanecido hasta nuestros días” (Ant., VIII, III, 8; III, VII, 6). En una nota a Whiston Josefo (Ant., III, VII, 6) da la historia posterior de la placa, pero no se sabe cuál fue su paradero final. Las preciosas vestimentas del sumo sacerdote eran conservadas por Herodes y por los romanos, pero siete días antes de un festival le eran devueltas y purificadas antes de usarse en cualquier función sagrada (Jos., “Ant.”, XVIII, IV, 3). En el día de la expiación, según Lev. 16,4, el sumo sacerdote usaba vestimentas de lino puro, pero Josefo dice que usaba sus vestimentas doradas (Bel. Jud., V, V, 7), y para reconciliar los dos puntos Edersheim piensa que las ricas batas eran usadas a comienzos de la ceremonia y se cambiaba por las vestimentas de lino antes que el sumo sacerdote entrara al Santo de los Santos. (The Temple, pág. 270). Para información adicional respecto a las vestimentas y ornamentos del sumo sacerdote vea efod, oráculo, pectoral, Urim y Tummim.

Bibliografía: SCHÜRER, The Jewish People in the Time of Jesus Christ, II, I 195-207; also GRÄTZ and other historians; JOSEFO, passim; SMITH, Dict. of the Bible, s.v. High-Priest; EDERSHEIM, The Temple, Its Ministry and Service at the Time of Jesus Christ, 57-79; VAN HOONACKER, Le sacerdoce lévitique (1899), 317-83; SMITH in Ency. Bib., s.v., Priest, da la opinión radical; ORR, The Problem of the Old Testament (1906), 180-90, refuta a Wellhausen y otros de la escuela radical.

Fuente: Tierney, John. “The High Priest.” The Catholic Encyclopedia. Vol. 12. New York: Robert Appleton Company, 1911.

http://www.newadvent.org/cathen/12407b.htm

Traducido por Luz María Hernández Medina.

Fuente: Enciclopedia Católica