TEOLOGIA ORTODOXA GRIEGA

Cuando hablamos de ” teologí­a griega” intentamos distinguir a la teologí­a patrí­stica griega de la posbizantina, deteniéndonos luego en la producción teológica de lengua griega de los dos últimos siglos.

La teologí­a ortodoxa tiene sus grandes representantes en los teólogos de la nación griega contemporánea, que son los herederos directos de la tradición bizantina, tanto por la lengua común como por la continuidad de la historia.

La historia de la teologí­a griega camina a la par con la historia de la nación neo-griega. Una historia dolorosa y a veces fascinante de liberación, de toma de autoconciencia, pero también de contradicciones, de incertidumbres, de áridas polémicas contra el cristianismo occidental. Todo esto puede explicarse por el hecho de que Grecia, como nación, es relativamente joven; su autonomí­a del yugo otomano comenzó a hacerse realidad sólo después del 1821; por eso su autoconciencia como realidad nacional ha tenido un lento desarrollo que perdura hasta nuestros dí­as.

Podemos presentar esquemáticamente la historia de la teologí­a neogriega de la manera siguiente:

1. Perí­odo posbizantino.- Después de la caí­da de Constantinopla (1453) hubo una auténtica ” fuga de cerebros ” a Occidente. Hubo también entonces en el campo teológico, al menos en la forma de hacer teologí­a, una especie de adaptación de la teologí­a bizantina a los prototipos occidentales. Podemos dividir en tres categorí­as a los teólogos del perí­odo de la turcocracia: los teólogos no influidos por el Occidente, los que pensaban al modo de los latinos (latinófrones) y los que se inclinaban por el protestantismo.

El perí­odo más rico de la teologí­a griega posbizantina, antes de la formación del Estado griego, es el comprendido entre la primera mitad del siglo XVlll y el primer cuarto del XIX. En este espacio de tiempo vivieron algunos de los más ilustres teólogos griegos. Sus obras y su enseñanza prepararon y alimentaron durante mucho tiempo a la teologí­a neogriega. Estos teólogos no pueden etiquetarse sin más como “escolásticos” o “ilustrados”, como hacen hoy algunos autores. Aunque viven en esta atmósfera intelectual y adoptan cierto lenguaje de la misma, no consiguen, sin embargo, o no quieren salir de su hábitat teológico bizantino. En este perí­odo encontramos a numerosos teólogos que dejaron una gran cantidad de obras, algunas todaví­a inéditas, pero que denotan una preparación teológica extraordinaria. Recordemos algunos de estos nombres.

Theófilos Koridaleus (por el 1600 después de 1693), Anastasios Gorgios (1654-1729), Eustratios Argentis (por el 1685/1690-1756/1760), Antonios Moschopoulos (1728-1788), que publicó una dogmática titulada: Compendio y ética (Cefalode teologí­a dogmática 1851), Athanasios Parios (17211824), Nikí­foros Theotokis (17361800), Eugenio Vulgaris (1716-1806).

Este último compuso la primera dogmática impresa en griego titulada Theologikon, o sea Sacra Theologia (Venecia 1872): esta obra hizo escuela: de hecho, dependerán de ella los dos Compendios teológicos de Parios y de Moschopoulos.

2. La teologí­a escolástica neogriega. En 1837 en el nuevo Estado griego liberado del yugo turco, se fundó la Universidad de Atenas, entre cuyas cuatro facultades figuraba la de teologí­a. Esta se convertirá en el centro más importante de la teologí­a griega moderna. Las caracterí­sticas de la teologí­a que nace en esta facultad son las siguientes:
a) La teologí­a se hace académica. El hecho de que la teologí­a en el nuevo Estado griego nazca dentro de una universidad civil, como una facultad entre las demás, tiene como primera consecuencia la adopción de tendencias “académicas” muy marcadas. Ya no está informada ni vivificada por la larga experiencia monástico-eclesial, sino que obedece más bien a criterios cientí­ficos que a eclesiales.

b) Es una teologí­a tradicionalista. Aunque casi todos los profesores de teologí­a de la universidad de Atenas habí­an estudiado en universidades protestantes o católicas de Alemania, no se advierte en ellos el fenómeno de la interpretación liberal del dogma. Estos teólogos permanecen fieles a la “tradición”.

c) Es una teologí­a de profesores laicos. En Grecia asistimos a un fenómeno único no sólo en el ambiente ortodoxo sino en todo el mundo cristiano, exceptuando quizás al mundo protestante: la casi totalidad de los teólogos (profesores y estudiantes) son laicos.

Los primeros sesenta años del siglo XIX son los más productivos de la Facultad teológica de Atenas. En este perí­odo, sobe todo entre los años 1830 y 1860, se publicaron una serie de mánuales relativos a todas las ramas de la teologí­a. Intentan hacer una sí­ntesis de todo el saber teológico de la época.

Es famosí­simo el manual de dogmática de Christos Andruzzos (lS67-1935), titulado Dogmática de la Iglesia ortodoxa oriental (Atenas 1907). La importancia de esta obra consiste, dejando aparte su valor objetivo, en el hecho de que constituyó el alimento de millares de teólogos griegos durante más de cincuenta años y estableció por largo tiempo el estilo de hacer teologí­a en Grecia.

En este perí­odo (1936) tiene lugar en Atenas el Congreso intemacional de las Escuelas teológicas ortodoxas. Este hecho representa una piedra miliar para la teologí­a ortodoxa en general y para la griega en particular ya que allí­ se toma conciencia de su originalidad y se hace una autocrí­tica en contra de 1~ influencia sufrida de fuentes extrañas a su tradición. El mensaje transmitido en este Congreso, que todaví­a se repite continuamente hoy es: †œHay que volver a la doctrina de los santos Padres”.

3. La renovación de la teologí­a neogriega.- El perí­odo que cubre los años 1950- 1970 representa una de las etapas más ricas de la teologí­a neogriega. En ella asistimos a algunos fenómenos palpables:
a) La teologí­a griega sale de los estrechos confines nacionales y es conocida también en el extranjero. Esto se debe no sólo al valor indudable de los teólogos que actúan en este perí­odo, sino también al renovado interés por la teologí­a ortodoxa, especialmente en el campo católico. La preparación y los trabajos del concilio Vaticano II -contribuyeron a este conocimiento.

b) En este perí­odo nace una nueva generación de teólogos que sustituye a la de la escuela precedente. Estos, después de haber hecho sus estudios teológicos en la Universidad de Atenas, los continúan no sólo en Alemania, sino también en Francia, en Inglaterra y en los Estados Unidos.

c) En este perí­odo la producción teológica es más rica que nunca, tanto en cantidad como en calidad. Más que manuales, se prefiere escribir monografí­as especializadas, muchas de las cuales son temas teológicos vistos en su desarrollo patrí­stico en general o en uno de los Padres en particular. Esto nos lleva a aludir a otra caracterí­stica de este perí­odo.

d) La teologí­a comienza a salir del túnel de la ” escolástica ” occidental y se hace más “oriental†. A ello contribuye la recuperación del pensamiento patrí­stico.

De este perí­odo recordamos los nombres de 1. Panaghiotis Trembelas (1886-1977), Ioannis Karmiris (1903), que renovó los estudios eclesiológicos, Panaghiotis Nellas (1939- 1986), que aplicó el pensamiento de los Padres a la problemática moderna.

4. La teologí­a hoy.- Hoy la teologí­a griega se debate entre dos corrientes.

La primera se caracteriza por un integrismo nacionalista con fuertes recelos contra Occidente: su ideólogo es el sacerdote teólogo Ioannis Romanidis (1927), seguido por Christos Iannaras (1935). La segunda está representada por grandes teólogos de la renovación de la teologí­a griega, como Nikos Nissiotis (1925-1986), el teólogo de los grandes alientos ecuménicos que dejó espléndidos estudios en donde recobra su puesto la pneumatologí­a, y luego Ioannis Zizioulas (1931), el teólogo del personalismo cristiano. Inspira grandes esperanzas la Facultad teológica de Tesalónica, fundada en 1942. Se ve aquí­ un intento de renovación de las diversas materias de la teologí­a. Así­ Savvas Agouridis (1921) ha renovado los estudios bí­blicos, Iannis Fountoulis (1927) los estudios litúrgicos, Georgios Mantzaridis (1935) basa la moral en las exigencias de la radicalidad cristiana, y finalmente Nikos Matzoukas (1934) -escribe y enseña teologí­a dogmática teniendo presente las exigencias del hombre de hoy Hombres como éstos abren las puertas a un futuro espléndido en la teologí­a griega.

Y Spiteris

Bibl.: Y Spiteris, La teologí­a ortodossa neogreca, Bolonia 1992; R, Winling, Voces ortodoxas. en La teologí­a del siglo xx Sí­gueme, Salamanca 1987, 46-49; J Paganopoulos, Iglesias y teologí­a ortodoxas, en DCT 1, 524535; M, M. Garijo GUembe, Ortodoxia, en DCDT 994- 1001; íd” Bibliografí­a sobre la Trinidad en la teologí­a ortodoxa, en Estudios Trinitarios 11 (1977) 369-441 ; íd., Bibliografí­a ortodoxa sobre la Trinidad, y la pneumatologia, en Estudios Trinitanos 25 (1991) 221-245.

PACOMIO, Luciano [et al.], Diccionario Teológico Enciclopédico, Verbo Divino, Navarra, 1995

Fuente: Diccionario Teológico Enciclopédico