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Juntas o reuniones políticas y religiosas del reino visigodo tenidas en Toledo con asistencia de nobles, prelados y generales militares. Tuvieron lugar en la ciudad de Toledo desde el 589 (III Concilio) hasta el 702 (XVIII y último).
Antes parece que hubo otros encuentros: hacia el 400, todavía bajo dominación romana, se celebró el I Concilio y se condenó la herejía de Prisciliano. En el 527, cuando dominaba el arrianismo, tuvo lugar el II Concilio.
En el reinado de Recaredo (586-601) se convocó el III Concilio toledano, que comenzó el 8 de Mayo. Se decidió el rechazo del arrianismo y se determinó la conversión de todo el reino al catolicismo, bajo la presidencia de S. Leandro, arzobispo de Sevilla y se estableció la base jurídica del Reino.
Desde el VI (633) los concilios toledanos pasaron a ser verdaderas cortes. En éste, bajo la dirección de Isidoro, arzobispo de Sevilla, el 5 de diciembre del 633 se reguló la sucesión al trono por elección de nobles y del Obispado.
El convocado por Recesvinto en el 653 (VIII Concilio) restauró el carácter electivo en la sucesión regia. El reunido en Enero del 681 por Ervigio (XII Concilio) se decidió que la sede de Toledo tuviera el primado del Reino. Y el XVII en Noviembre del 694) se tomaron medidas antijudías a petición del rey Egica.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa