VID

v. Viña
Gen 40:9 yo soñaba que veía una v delante de mí
Deu 8:8 tierra de trigo y cebada, de v, higueras
Jdg 9:12 dijeron luego los árboles a la v: Pues
Psa 80:8 hiciste venir una v de Egipto; echaste
Psa 128:3 tu mujer será como v que lleva fruto
Son 2:13 sus higos, y las v en cierne dieron olor
Isa 5:2 despedregado y plantado de v escogidas
Jer 2:21 planté de v escogida, simiente verdadera
Eze 15:2 ¿qué es la madera de la v más que
Eze 17:6 brotó, y se hizo una v de mucho ramaje
Eze 19:10 tu madre fue como una v en medio de
Joe 1:7 asoló mi v, y descortezó mi higuera; del
Mic 4:4 se sentará cada uno debajo de su v y
Hab 3:17 no florezca, ni en las v haya frutos
Zec 3:10 convidará a su .. debajo de su v y
Mat 26:29; Mar 14:25; Luk 22:18 no beberé más de este fruto de la v
Joh 15:1 yo soy la v verdadera, y mi Padre es el


Vid (heb. gefen; gr. ámpelos). Una planta, una cepa de vid; la planta productora de uvas. Su aspecto, tal como se la cultiva en Tierra Santa, se asemeja mucho a un arbolito, con un tronco de unos 50 cm de diámetro. Las ramas, que suelen llegar al suelo y que se unen unas con otras por medio de los pámpanos, llegan a dar racimos (heb. zeshkôl) que pesan hasta 5 y 6 kg. Algunas echaban sarmientos de hasta 3 m de largo, que los cultivadores sostení­an sobre piedras y trenzándolos de cepa a cepa o apoyándolos en las higueras. Cuando la vid era escogida se llamaba í‘ôrêq tal vez por el lugar de origen (valle de Sorec) o por el color de su fruto (rojo o rosado). Aun cuando el texto bí­blico habla de la vid silvestre (2Ki 4:39), no parece que fuera frecuente la existencia de tales plantas. Véanse Vino; Viña.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

(planta que da la uva).

La Iglesia de Cristo es tan “una” y “única” como esta planta: Cristo es la vid: (el tronco), los cristianos somos los “sarmientos”: (las ramas) de esa única vid, Jn.15.

– Gen 40:9, Deu 8:8, Jue 9:122, Sal 80:8, Sal 128:3, Can 2:13, Isa 5:2, Eze 17:6, J12Cr 1:7 Miq 4:4, Zac 3:10.

– No beberé más de este fruto de la vid, Mat 26:29, Mar 14:25, Luc 22:18.

Ver “Vina”.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

tip, FLOR ALIM TIPO

ver, VINO, SIERVO DE JEHOVí

vet, Este término designa generalmente la verdadera vid (“Vitis vinifera”), originaria de Asia occidental (del sur del mar Caspio) (cfr. Gn. 9:20, 21). Los egipcios la cultivaban (Gn. 40:9-11; Sal. 78:47). Existen esculturas del Imperio Antiguo en las que se representan vides, uvas y prensas, así­ como la elaboración del vino. La tierra y el clima de Palestina son adecuadas para su cultivo, que fue practicado desde el principio en Canaán (Gn. 14:18). La vid crecí­a en las llanuras de Filistea, Jezreel, Genesaret (1 R. 21:1; Guerras 3:10, 8) y prosperaba en las regiones accidentadas cercanas a Hebrón, Silo, Siquem (Nm. 13:23; Jue. 9:27; 21:20; Jer. 31:5), En-gadi (Cnt. 1:14), Hesbón, Eleale, Sibma al este del Jordán (Is. 16:8-10; Jer. 48:32) y en el Lí­bano (Os. 14.7). Hay una enorme diferencia entre las plantas buenas y las silvestres (Is. 5:2; Jer. 2:21). Las viñas se hallaban, frecuentemente, bien en las cumbres o bien en las laderas de las colinas, en ocasiones descendiendo en terrazas artificiales (Is. 5:1; Jl. 3:18). Estaba protegida con un vallado o un muro (Nm. 22:24; Sal. 80:8-12; Pr. 24:30, 31; Cnt. 2:15; Is. 5:5). Se despedregaba el terreno, se erigí­a una cabaña o una torre para el guardián, y se tallaba un lagar en la roca (Is. 1:8; 5:1-7; Mt. 21:33-41). Estos antiguos lagares siguen existiendo en gran cantidad en Palestina. De todas las plantas cultivadas, es la vid la que requiere más cuidados (Mt. 20:1-16; Lv. 25:3; Pr. 24:30, 31; Is. 5:6; Jn. 15.2). Se dejaba que la vid se extendiera por el suelo, sólo elevando los sarmientos que llevan fruto (Is. 16:8; Ez. 17:6). En ocasiones se hacia trepar la vid por árboles o bien sobre y entre enrejados (1 R. 4:25; Mi. 4:4). Se cultivaba en particular la uva negra (Is. 63:2; Ap. 14:19-20). En lugares privilegiados, la maduración terminaba antes del mes de agosto. Se consumí­a la uva fresca o pasa (Nm. 6:3; Dt. 23:24); elemento muy apreciado de la alimentación, se conservaba también en forma de tortas (1 S. 25:18; 1 Cr. 16:3). Su jugo se bebí­a fresco o fermentado (véase VINO). Las vendimias comenzaban a mediados de septiembre y proseguí­an hasta octubre, en medio de un ambiente festivo. Las uvas eran pisadas en el lagar para obtener el mosto (Jue. 9:27; Is. 16:10; Jer, 25:30; 48:33). Israel es asemejada a una vid (Sal. 80:8-13). En Is. 5 es asemejada a una viña. Dios la dispuso en una fértil ladera, plantándola con las más escogidas vides, y haciendo todo lo posible para su protección y rendimiento. Pero cuando se buscó fruto de ella, resultó que sólo daba uvas silvestres. Finalmente, Dios quitó su vallado, abandonándola a los elementos y a ser hollada por todos; una imagen profética de Israel en su estado de apostasí­a. El Señor Jesús, así­ como vino a ser el verdadero Siervo de Jehová allí­ donde Israel habí­a fracasado (véase SIERVO DE JEHOVí), vino también a ser la vid verdadera; Sus discí­pulos vienen a ser los pámpanos. No puede haber ningún verdadero fruto en sus vidas excepto en tanto que permanezcan en El (Jn. 15:1-5).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Planta vivaz y trepadora. Pertenece a la familia de las ampélidas. Produce la uva, de la cual se elabora el vino.

La vid se halla frecuentemente citada en la Biblia, sobre todo en los Profetas. Es emblema de virtud y presencia divina: Is. 5.4; Jer. 2.21; Joel. 1.7; Am. 5. 17.

Y es la idea que se hará presente con frecuencia en el Nuevo Testamento. Hasta 32 veces se cita la idea de viña o de vid (ampelos) en los diversos textos evangélicos y de las Epí­stolas. Y se relaciona esta planta con la vida, la fecundidad, la solidaridad, el amor.

Es normal que Jesús mismo la propusiera como modelo de su Iglesia, haciéndose El mismo cepa fecundante y llamando a sus discí­pulos sarmientos fecundados, que dan vida unidos a la cepa. “Yo soy la vid y mi Padre el Viñador. Vosotros sois los sarmientos. Unidos conmigo daréis mucho fruto.” (Jn. 15. 1-5)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

—>Sarmientos

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Planta con tallos largos, finos y trepadores que se arrastran por el suelo o trepan por medio de los zarcillos; la variedad más común es la Vitis vinifera. La palabra hebrea gué·fen por lo general se refiere a †œla enredadera del vino† (Nú 6:4; Jue 13:14), y excepcionalmente, a la †œenredadera silvestre† que producí­a calabazas silvestres. (2Re 4:39.)
La historia de la viticultura empieza con la declaración: †œNoé […] procedió a plantar una viña†. (Gé 9:20.) Melquisedec, rey de Salem, sacó †œpan y vino† para presentárselo a Abrahán, lo que prueba que antes del año 1933 a. E.C. se cultivaba la uva en la tierra de Canaán. (Gé 14:18.) En las inscripciones egipcias se representa la vendimia y la pisa en lagares ya en el II milenio a. E.C.; los Faraones de aquel tiempo tení­an coperos oficiales. (Gé 40:9-13, 20-23.) Sin embargo, la industria egipcia de hacer vino sufrió un severo golpe cuando Jehová †œse puso a matar la vid† con una plaga de granizo. (Sl 78:47; 105:33.)
Los espí­as que entraron en la Tierra Prometida, †œtierra de […] vides e higos y granadas†, se llevaron del valle torrencial de Escol un racimo de uvas tan grande, que tení­an que llevarlo con una barra entre dos hombres. (Dt 8:8; Nú 13:20, 23, 26.) Se dice que los racimos de uvas de esta región pesan entre 4,5 y 5,5 Kg., y se guarda registro de un racimo que pesaba 12 Kg., y de otro de más de 20 Kg.
Además del valle torrencial de Escol, otras regiones mencionadas en la Biblia donde se cultivaba la uva son: En-guedí­, junto al mar Muerto (Can 1:14); Siquem (Jue 9:26, 27); Siló (Jue 21:20, 21), y, al otro lado del Jordán, Sibmá, Hesbón y Elealé. (Isa 16:7-10; Jer 48:32.)

Su cultivo. Las viñas a menudo se cultivaban en las laderas de los montes. Era costumbre cercarlas o poner un muro a su alrededor (Nú 22:24; Pr 24:30, 31), y también edificar cabañas o torres de vigilancia (Isa 1:8; 5:2) con el fin de protegerlas de ladrones o animales intrusos, como zorras y jabalí­es. (Sl 80:8, 13; Can 2:15.) La ley mosaica permití­a que un caminante comiese hasta quedar satisfecho, pero no podí­a llevarse nada en un receptáculo, puesto que esto se considerarí­a robo. (Dt 23:24.)
Para mayor comodidad se excavaba cerca un lagar y una tina, pues por lo general la mayor parte de la cosecha se pisaba para hacer vino. (Isa 5:2; Mr 12:1; véase VINO Y BEBIDAS ALCOHí“LICAS.) Por supuesto, las uvas también se comí­an frescas y se secaban al sol para hacer pasas. (1Sa 25:18; 30:12; 2Sa 16:1; 1Cr 12:40.)
Las viñas antiguas estaban estructuradas de diferentes maneras. A veces las vides se plantaban en filas con una separación entre ellas de unos 2,5 m. o más en un suelo bien preparado. Según la ley mosaica, no se podí­an plantar otras semillas en una viña, aunque podí­an plantarse árboles, como la higuera. (Dt 22:9; Lu 13:6, 7.) A veces, las vides que se cultivaban en las laderas de los montes se dejaban en el suelo y se levantaban los racimos con palos ahorquillados, aunque normalmente se colocaban sobre emparrados de madera o montones de piedras.
Para producir buenas uvas, es necesario podar las viñas. Jesús dijo que †œtodo sarmiento […] que no lleva fruto, él lo quita, y todo el que lleva fruto él lo limpia [podándolo], para que lleve más fruto†. (Jn 15:2.) El podar las ramas productivas y cortar las estériles permite conseguir fruto de buena calidad pues se aprovecha mejor la vitalidad de la planta. En las tierras bí­blicas, la poda empezaba en la primavera, alrededor de marzo, y se repetí­a de nuevo en abril y mayo si era necesario. (2Cr 26:10; Isa 18:5; Lu 13:7.)
Si se cuida y poda bien una vid productiva, puede vivir y crecer mucho. Por ejemplo, se informa que una vid de Jericó tení­a más de trescientos años, y su tronco tení­a un diámetro de casi 46 cm. A veces, estas vides viejas alcanzaban una altura de 9 m. y eran verdaderos †˜árboles†™. Pero a pesar de su tamaño comparable al de los árboles del bosque, la madera de la vid no serví­a ni como †œpalo con el cual hacer algún trabajo† ni como †œestaca en la cual colgar cualquier clase de utensilio† porque es demasiado blanda, y no es suficientemente recta para usarla como madera. La madera de vid solo serví­a como combustible para el fuego. Por lo tanto, esta madera que solo serví­a como combustible para el fuego, se empleó por Jesús como ilustración apropiada de los habitantes infieles de Jerusalén cuyo destino final serí­a semejante al de la vid infructí­fera. (Eze 15:2-7; Jn 15:6.)
La vendimia era una temporada de canto y de alegrí­a en la que participaban los vendimiadores y los pisadores de los lagares. (Jue 9:27; Isa 16:10; Jer 25:30; véase LAGAR.) También era un tiempo gozoso para los pobres y los residentes forasteros de la tierra, a quienes se permití­a rebuscar las viñas después de la cosecha general. (Le 19:10; Dt 24:21.) Lo contrario también era cierto cuando las vides se habí­an marchitado o no producí­an uvas, o las viñas se convertí­an en yermos desolados de espinos, eran tiempos calamitosos de gran pesar. (Isa 24:7; 32:10, 12, 13; Jer 8:13.)
Las leyes sabáticas requerí­an que los dueños dejasen sus viñas sin cultivar, sin podar y sin cosechar cada séptimo año y durante el Jubileo. (Le 25:3-5, 11.) Durante aquellos años, cualquier persona —fuera dueño, esclavo, extranjero o pobre— podí­a comer libremente de lo que crecí­a por sí­ solo, como también podí­an hacerlo los animales. (Ex 23:10, 11; Le 25:1-12.)

Uso ilustrativo y figurado. Los escritores bí­blicos mencionaron con frecuencia la vid, puesto que su cultivo, la vendimia, la rebusca y otras labores afines les eran muy familiares a los israelitas. Las viñas que producí­an fruto en abundancia reflejaban la bendición de Jehová. (Le 26:5; Ag 2:19; Zac 8:12; Mal 3:11; Sl 128:3.) La expresión †˜sentarse cada uno bajo su propia vid y bajo su propia higuera†™ llegó a ser proverbial y significaba paz y seguridad. (1Re 4:25; 2Re 18:31; Isa 36:16; Miq 4:4; Zac 3:10.)
Las vides infructí­feras reflejarí­an la desaprobación de Dios. (Dt 28:39.) Israel habí­a sido como uvas en el desierto, pero llegó a ser como una vid degenerada (Os 9:10; 10:1), como una vid extranjera que producí­a uvas silvestres. (Isa 5:4; Jer 2:21.) Un dicho proverbial común en el tiempo de Jeremí­as y Ezequiel se referí­a al hecho de que el agraz daba dentera, debido a su sabor agrio. (Jer 31:29, 30; Eze 18:2.)
Aunque se ha tratado de identificar la †œvid de Sodoma† con diversas plantas originarias de la zona del mar Muerto, el contexto de esta expresión en el único lugar en que aparece (Dt 32:32) indica inequí­vocamente que se empleó de forma figurada. Además, Sodoma se utiliza repetidas veces en la Biblia para representar la maldad y la corrupción moral. (Isa 1:10; 3:9; Jer 23:14.)
Jesús mismo habló en diversas ocasiones sobre viñas y uvas (Mt 20:1-16), y tan solo tres dí­as antes de su muerte explicó la parábola de los viñadores inicuos. (Mr 12:1-9; Lu 20:9-16; véase ILUSTRACIONES.)
Cuando Jesús instituyó la cena del Señor, utilizó vino, el †œproducto de la vid†, como sí­mbolo de su †œsangre del pacto†. Durante aquella noche final de su vida terrestre también dijo que él mismo era †œla vid verdadera†, y su Padre, †œel cultivador†. Asemejó a sus discí­pulos a †œsarmientos†, que o bien serí­an podados para dar más fruto o totalmente desgajados. (Mt 26:27-29; Mr 14:24, 25; Lu 22:18; Jn 15:1-10.)

Uso profético. Cuando Jacob bendijo a Judá, sus palabras tuvieron significado profético: †œAtará su asno adulto a una vid [lag·gué·fen], y el descendiente de su propia asna a una vid selecta [welas·so·re·qáh], y ciertamente lavará su ropa en vino y su prenda de vestir en la sangre de uvas. De color rojo oscuro están sus ojos debido al vino†. (Gé 49:8-12.) La palabra so·re·qáh denota una vid roja que produce el fruto más rico o selecto. (Compárese con Isa 5:2; Jer 2:21, donde aparece el término relacionado so·réq.) Unos cuantos dí­as antes de que se clavara la inscripción †œEl rey de los judí­os† en el extremo superior del madero de tormento, Jesucristo (Mr 15:26), que era de la tribu de Judá, entró en Jerusalén montado en un pollino de un asna, presentándose así­ ante Jerusalén como su rey. (Mt 21:1-9; Zac 9:9.) Aunque no ató al pollino del asna a una vid literal, enlazó sus derechos reales a una vid simbólica, espiritual: el reino de Dios. (Compárese con Mt 21:41-43; Jn 15:1-5.)
Además de este significado mayor, la profecí­a de Jacob tuvo una aplicación literal en la herencia dada a la tribu de Judá en la Tierra Prometida. Esta incluí­a la región montañosa, con sus valles productivos y las elevadas †˜laderas fértiles†™ que formaban terrazas con viñas. (Isa 5:1.)
En el libro de Revelación, después de mencionar †œla mies de la tierra†, se oye a un ángel que da el mandato: †œVendimia los racimos de la vid de la tierra, porque sus uvas se han madurado†. Por consiguiente, se recogió †œla vid de la tierra† y se arrojó †œen el gran lagar de la cólera de Dios†. Esta vid es diferente de la †œvid verdadera†, que produce fruto para la gloria de Dios. La †œvid de la tierra† debe producir fruto perjudicial, pues es destruida por mandato de Dios. (Rev 14:15, 18, 19.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

ampelos (a[mpelo”, 288), se emplea: (a) lit., p.ej., Mat 26:29 y pasajes paralelos; Jam 3:12; (b) en sentido figurado: (1) de Cristo (Joh 15:1,4,5); (2) de sus enemigos (Rev 14:18, 19: “la viña de la tierra”, VM); “viña” (v. 19), probablemente figurativo de la masa restante de la cristiandad apóstata.¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

La palabra aparece muchas veces en las Escrituras puesto que los hebreos eran viñadores y las viñas abundaban en la tierra.

El significado teológico de la palabra emerge en su uso figurativo. Israel es referido como la «vid» (śōrēq) escogida, que el maestro ha plantado (Is. 5). Debería haber producido las uvas más finas, pero en cambio la cosecha fue de uvas silvestres. Este lenguaje simbólico ilustra la desobediencia de Israel a Dios, y la decepción de Dios por sus acciones. La ternura, el cuidado, y la sabia planificación terminan en decepción y una predicción del castigo que Dios enviaría a Israel por su desobediencia.

Jesús se refirió a sí mismo como la vid verdadera y a sus discípulos como los pámpanos (Jn. 15). Este uso figurativo de la palabra «vid» es una de las referencias más impresionantes a la relación íntima del hijo de Dios con el Salvador. Pablo se refirió a ésta como una comunión «en Cristo». El discípulo está espiritualmente vivo sólo cuando permanece en Cristo y recibe vida y fortaleza del Cristo vivo. A través del hijo de Dios es capaz no sólo de ser un cristiano dinámico, pero también de llevar frutos para el Maestro.

Véase además Fruto.

BIBLIOGRAFÍA

KD; IB.

Lewis T. Corlett

KD Keil and Delitzsch, Commentary on the OT

IB Interpreter’s Bible

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (637). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología