ZAQUEO

Luk 19:2-10


Zaqueo (gr. Zakjáios; del heb. Zakkay, “sin tacha [puro, justo]”). Publicano (recaudador de impuestos) judí­o de Jericó que, cuando Jesús pasó por su ciudad, se esforzó especialmente por verlo. Jesús reconoció en él a alguien honesto, se alojó en su casa y lo convirtió (Luk 19:1-10).

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

hebreo, puro. Nombre abreviado de Zacarí­as. Rico jefe de los publicanos, que eran recaudadores de impuestos para Roma, en Jericó, Lc 16, 1-10, poseedor de una gran fortuna. En su casa se hospedó Jesús y la gente comentaba que lo habí­a hecho en casa de un pecador, Lc 19, 1-10. Z. fue el primer obispo de Cesárea.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

(gr., Zakchaios, del hebreo zakkay, puro). Un principal de los cobradores de impuestos. Cuando en una oportunidad Jesús iba pasando por Jericó Zaqueo deseó grandemente verle. Siendo pequeño de estatura, se subió a un árbol a la orilla del camino. Jesús se detuvo en su viaje bajo este mismo árbol, y mirando hacia arriba instó a Zaqueo a descender, porque habí­a decidido quedarse en la casa de él (Luk 19:6). Zaqueo bajó con gozo e invitó a Jesús a su hogar. Desde ese dí­a su vida fue cambiada (Luk 19:8).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(puro).

Principal de los publicanos. Se subió a un árbol para ver a Jesús: Llamado por Jesús, se arrepintió, confesó su pecado y se hizo discí­pulo del Senor, Luc 19:1-10.

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

(Puro). Jefe de los colectores de impuestos de la ciudad de Jericó. Siendo de pequeña estatura y queriendo ver a Jesús, †œsubió a un árbol sicómoro† con ese propósito. Fue Jesús quien le vio a él y le dijo que bajara porque querí­a posar en su casa. Z. le recibió gozoso en su casa, lo cual trajo la crí­tica de la gente hacia el Señor Jesús, †œdiciendo que habí­a entrado a posar con un hombre pecador†, concepto que se tení­a de los publicanos, servidores del odiado Imperio Romano. Pero Z. decidió dar muestras de su arrepentimiento ofreciendo la mitad de sus bienes para los pobres, por lo cual el Señor Jesús dijo que la salvación habí­a llegado a esa casa †œpor cuanto él también es hijo de Abraham† (Luc 19:1-10). Es cierto que los publicanos eran famosos por cobrar más de lo que debí­an para provecho propio. Y muchos piensan que Z. no era una excepción. Otros señalan que es difí­cil, entonces, entender por qué en el momento de su arrepentimiento, frente al Señor, prometió hacer devolución diciendo:”… si en algo he defraudado a alguno”, lo cual no sugiere conciencia de haberlo hecho.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, BIOG HOMB HONT

ver, PUBLICANO

vet, (forma gr.; probablemente contracción del heb. Zacarí­as). Hombre rico de Jericó. Los romanos lo habí­an nombrado jefe de los publicanos. Zaqueo se hizo discí­pulo de Cristo (Lc. 19:1-10). (Véase PUBLICANO.)

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

[016]

Publicano cobrador de impuestos, por lo tanto de maña reputación en el pueblo de Israel y presunto defraudador a cuenta de los contribuyentes.

Su interés por Jesús le llevó a la conversión, pues fue reclamado por el Maestro para que le diera hospedaje en su casa. (Luc 19. 1-10). La tradición cristiana le hace luego Obispo de Cesarea, al haberse mantenido adicto a los discí­pulos y muy cercano al Apóstol Pedro.

En todo caso quedó como sí­mbolo de los hombres malos por las circunstancias (y oficios) pero de buenos sentimientos e interesados por las cosas de Dios, que terminan cercanos al Reino de Dios.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Jefe de publicanos en Jericó, convertido por Jesús, que luego se hospedó en su casa (Lc 19,1-10). Según una leyenda, luego fue consagrado obispo de Cesarea por San Pedro.

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Desde la perspectiva de un Jesús que es “amigo de publí­canos y pecadores” (Lc 7,34; cf. Leví­*, Mc 2,13-17) puede y debe interpretarse el texto de Zaqueo: “Habiendo entrado en Jericó, atravesaba la ciudad. Habí­a un hombre llama do Zaqueo, que era jefe de publí­canos, y rico. Trataba de ver quién era Jesús, pero no podí­a a causa de la gente, porque era de pequeña estatura. Se adelantó corriendo y se subió a un sicómoro para verle, pues iba a pasar por allí­. Y cuando Jesús llegó a aquel sitio, alzando la vista, le dijo: Zaqueo, baja pronto; porque conviene que hoy me hospede yo en tu casa. Se apresuró a bajar y le acogió con alegrí­a. Al verlo, todos murmuraban diciendo: Ha ido a hospedarse a casa de un hombre pecador. Zaqueo, puesto en pie, dijo al Señor: Daré, Señor, la mitad de mis bienes a los pobres; y si en algo defraudé a alguien, le devolveré el cuádruplo…” (Lc 19,1-10). Este publicano es la vertiente masculina de la pecadora de Lc 7,36-50; la gente que aquí­ murmura es como el fariseo de Lc 7,39. Lc 7 supone que la pecadora habí­a sido amada primero, respondiendo luego a Jesús. En nuestro texto se dice que fue el mismo Jesús quien llamó a Zaqueo. Pero las exigencias que Jesús pide a una y a otro son distintas. A la pecadora de Lc 7,3649 no le exigí­a nada, ni siquiera que dejara la prostitución; bastaba su gesto de amor. A Zaqueo, el publicano, le pide (o, al menos, le insinúa) que se convierta y haga un gesto de justicia económica, que devuelva lo robado, que resarza el daño que ha hecho. Estas exigencias responden a un estereotipo de género (la mujer está más vinculada al amor, el varón está más relacionado con el dinero), pero no pueden tomarse al pie de la letra, pues una y otro (publicana y publicano) son signo de una humanidad que puede y debe encontrar concordia de amor por unos gestos que son, al mismo tiempo, í­ntimos y externos, corporales y sociales.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

(del heb., posiblemente, de una raí­z que significa: †œlimpio; puro†).
Principal recaudador de impuestos de Jericó que se hizo discí­pulo de Cristo. Probablemente estaba sobre los demás recaudadores de impuestos de Jericó y sus alrededores. La zona de Jericó, fértil y productiva, proporcionaba considerables impuestos debido a su comercio, y Zaqueo, como muchos otros recaudadores de impuestos, probablemente se valió de prácticas dudosas para procurarse parte de su notable riqueza, pues el registro dice que †œera rico†. (Lu 19:1, 2, 8; véase RECAUDADOR DE IMPUESTOS.)
Cuando en la primavera de 33 E.C. Jesús llegó a Jericó, antes de ir a Jerusalén a enfrentarse a la muerte, Zaqueo buscó la manera de verle, pero como era de baja estatura, no podí­a ver por encima de la muchedumbre. Así­ que se adelantó corriendo y se subió a un árbol. Este interés impresionó de tal modo a Jesús, que le dijo a Zaqueo que se alojarí­a en su casa mientras estuviese en Jericó. No obstante, los habitantes de la ciudad objetaron, diciendo que Jesús se hací­a amigo de los pecadores. Zaqueo mostró un cambio en su actitud, pues dijo que devolverí­a el cuádruple de lo que habí­a obtenido injustamente y darí­a la mitad de sus bienes a los pobres. Jesús reconoció que entonces su casa estaba en ví­as de salvación. (Lu 19:3-10.) Fue en aquella ocasión cuando Jesús pronunció la ilustración de las minas. (Lu 19:11-28.)

Fuente: Diccionario de la Biblia