La caridad con todos. En Cadena de Amistad, la voz del ex portavoz vaticano, J. Navarro Valls
REFLEXIONES EN FRONTERA, jesuita Guillermo Ortiz
Con lectura del Evangelio dominical según San Mateo 11,25-30.
(RV).- En el Evangelio del domingo Jesús aparece contento, alegre. Es que este es el espíritu constante de Jesús, aquello que lo mueve, la alegría y la gratitud por el amor del Padre. “Te doy gracias Padre” dice Jesús lleno de alegría, con el calor y la luz que brotan de su corazón enamorado del amor del Padre que no lo abandona. A Dios lo llama, “Señor del cielo y de la tierra”, aunque no todos en ese momento estén cumpliendo la voluntad de Dios, como decimos en el Padrenuestro, porque el Señorío y el poder del amor de Dios es más fuerte que todo, más fuerte que el mal. Y esa es una razón fuerte para la alegría y la gratitud de Jesús.
Pero Jesús revela otra razón para su alegría y es que hay mucha gente humilde, buena, que tienen conciencia de su pequeñez frente al desborde del amor desproporcionado de Dios, y son los que sintonizan con Jesús la misma frecuencia de su alegría y gratitud.
Él los llama, ellos responden y lleno de amor les dice “Vengan a mí todos los que están cansados y agobiados que yo les daré descanso. Aprendan de mí que soy paciente y humilde corazón”, porque esa es la clave de la felicidad la humildad, la mansedumbre, la paciencia.
Escuchemos el llamado de Jesús: “Vengan a mí que yo les daré descanso” y abramos el corazón de par en par a su gratitud y su alegría. @jesuitaGuillo