Mujer dedicó el último año de su vida para tejer cobijas para huérfanos
¿Qué relación pueden tener dos estudiantes de una universidad en Estados Unidos, una mujer de 96 años y niños huérfanos de la India? En la siguiente historia descubrirá cómo las vidas de éstas personas, están unidas por amor.
Estos huérfanos en Nueva Delhi, India, no lo saben aún, pero van a recibir algo especial para Navidad, de alguien que nunca han conocido…
…Al otro lado del mundo, en Virginia, Estados Unidos.
Connie Vitolo de 95 años ha pasado el último año tejiendo cobijas para los niños… una puntada a la vez.
Ella dice que ora por cada cobija que hace…
«Yo oro por cada una. Oro a Jesús y le doy gracias cada día. Cuando termino una digo: ‘Gracias Jesús, no me dejes morir antes de terminar mi cobija’», dijo Vitolo.
No hace mucho, a Vitolo no le importaba si vivía o moría. Tras una terrible caída, tuvo que dejar su casa en Nueva Jersey para vivir con su hija en Virginia. Poco después, entró en depresión.
«Sí, yo dije: ¿Qué hago aquí? Y dije: Quiero que Jesús me llame a casa. Pero mi hija me dijo: No, Él aún no te quiere allí», indicó Vitolo.
«Yo oré y dije: Señor, pongo todo en tus manos y confío que vas a mostrarle el camino, para que encuentre su propósito aquí. Y así lo hizo», asevera Anne Farrell, hija de Vitolo.
Anne vio un anuncio que pedía voluntarios para crear artículos para huérfanos en la India y así, Vitolo encontró su propósito.
«Ella realmente disfruta mucho hacer esto. Puede hacerlo todo el día y no se cansa», dijo Vitolo.
«Lo que esa señora hace es increíble, porque es ella, es algo que le da vida y también trae vida y nutre a un niño en otro país», expresa Ranjit Abraham.
Ranjit Abraham conoce muy bien lo que es no tener propósito. Él creció a la sombra de su padre, un conocido pastor en la India, quien fundó 17 orfanatos.
«Nunca quise ser parte de esto. No sé cómo es en este país, pero en India cuando eres pastor, eres lo más bajo que hay y he visto sufrir mucho a mis padres», dijo Abraham.
Ranjit estudiaba ingeniería en la Universidad Regent, cuando surgió una alianza inesperada.
«De todos mis compañeros, había uno en particular con quien no me llevaba muy bien, siendo una mujer afroamericana de Nueva York, con una fuerte personalidad, y él un hombre indio de un país muy chauvinista. Entonces no nos llevábamos. Pero Dios tenía un plan mayor», comentó Aisha Bascom.
Ranjit y Aisha ahora son mejores amigos y parte de un movimiento llamado “Glocalización”…
Motivando gente a servir a nivel local y crear un impacto global.
Luego de terminar sus estudios, Ranjit regresó a India. Él y Aisha trabajan mundialmente para proveer a los orfanatos de su padre más que solo lo básico… como cuartos de juego para niños que no tienen juguetes…
… O cobijas hechas a mano, para cubrirlos con calor y amor. Ellos ven a la señora Vitolo como un ejemplo perfecto de una sierva “glocal”.
«Es una abuelita italiana en Estados Unidos que dice: ‘Tomaré mis frágiles manos para crear algo que supla una necesidad práctica…’”, dijo Bascom.
«Versículos que dicen como el hombre mira lo exterior, pero Dios ve el corazón tienen significado cuando vemos lo que hace la señora Vitolo», comentó Abraham.
Una vez al año, Ranjit regresa a Estados Unidos. Esta vez, tuvo el gran privilegio de conocer a la señora Vitolo. Él le enseñó fotos de los niños que se verán beneficiados con las cobijas que ella teje. Muchos de ellos no tienen madre, ni tienen padre.
«…personas que no tienen a nadie. Si una de estas puede cubrirlos cuando tienen frío, estaré feliz. Quisiera conocer alguno, los abrazaría y les daría un beso…
Estoy en esta tierra y no podía morir hasta hacer cobijas para los huérfanos en India.
¿Qué le parece eso?», indicó Vitolo.
«Jesús tiene un propósito para todos nosotros. Pero nunca pensé que sería así para mí. Estoy muy feliz, honrada y humillada. Jesús, te amo y te doy gracias. Te alabaré todos mis días, hasta que llegue a casa contigo», añadió Vitolo.
Comunicado importante sobre este reportaje
La señora Vitolo falleció tiempo después de que nuestros compañeros produjeron éste reportaje. Ella alcanzó a tejer todas las cobijas necesarias para los niños pobres de India y no dudamos que se fue feliz a morar con el Señor.
Fuente: www.MundoCristiano.tv