Varias iglesias continúan ayudando en la recuperación de las víctimas del huracán Matthew en el extremo oriental de Cuba.
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Desolación: esa es la palabra repetida cada vez que se recuerda el paso del huracán Matthew por la zona más oriental de Cuba.
El puente que unía a las ciudades de Moa y Baracoa, se vio sumamente afectado. Los vientos de categoría cuatro fraccionaron esta mole de concreto como si fueran fichas de dominó.
Aun así, las ayudas de varias iglesias llegan de ambos lados del Toa, el río más caudaloso de la isla. Ropa, alimentos y medicinas, son transportados por tres botes que el Estado cubano ha puesto a disposición de los locales gratuitamente. Hasta ahora es el único modo en que se conectan las dos orillas.
Un equipo de líderes de la Liga Evangélica de Cuba (LEC) recorrió los mil 100 kilómetros entre La Habana y la provincia de Guantánamo, para llevar esperanzas a los damnificados.
“Fue algo nacional, porque pasamos por la provincia de Sancti Spiritus. Ahí la comunidad y la Iglesia se unieron para dar bastante ayuda. Luego pasamos por Magarabomba, eso pertenece a Camagüey, y ellos también hicieron su aporte, y después, en Palma Soriano, Santiago de Cuba, también el presbiterio y las iglesias se sumaron a apoyar”, dice Álida León, presidenta de LEC.
“La visión es apoyar y hay tanta necesidad que hubiéramos querido tener para cubrir todas las necesidades del pueblo también. Pero alcanzamos cinco denominaciones, y 25 iglesias. No pudimos llegar a todas, pero a través de algunos pastores dejamos algunas ayudas que serán entregadas”, añade.
No es la primera vez en que la Iglesia cubana se moviliza ante esta clase de eventos naturales. Por décadas ha tejido redes de cooperación, que intervienen de manera decisiva en la recuperación luego de la tragedia.
“Yo acostumbro a pasar por esa zona, sobre todo de La Farola, y es una belleza, exuberante la vegetación, y fue bien doloroso ver como si hubiera habido un incendio, todo devastado”, comenta León.
Aún hay quienes miran el desastre con cierto optimismo. La intervención de la Defensa Civil cubana evitó que se reportaran muertes. Y desde la perspectiva del pastor bautista Miguel Vázquez, Matthew brinda nuevas oportunidades a la Iglesia.
“Realmente Dios lo ha permitido para que la Iglesia crezca, impacte más en la comunidad. Estamos cocinando para los barrios, en cuatro días hemos elaborado mil 648 raciones de comida y lo hemos repartido a cristianos y no cristianos. Hemos estado recibiendo los recursos y lo hemos estado compartiendo con la comunidad”, asegura.
Fuente: www.MundoCristiano.tv