David y Betsabé

por Stuart Briscoe

Las Escrituras no dudan en hablar acerca de las faltas de otros con el fin de que aprendamos a cómo manejarlas nosotros mismos.

Texto Bíblico: 2 Samuel 11:1-27

I. La realidad del pecado.

A. La realidad de la presencia del pecado. Romanos 5.12–21

1. El pecado entró.

2. El pecado abundó.

3. El pecado reinó.

B. La realidad del principio del pecado. Santiago 1.14–15

1. La realidad de la tentación.

a. El éxito de David.

b. La pereza de David.

c. El egoísmo de David.

2. La realidad de la seducción.

a. La lujuria de David.

b. La sensualidad de Betsabé.

3. La realidad de rendirse.

a. La intención de David.

b. La disposición de Betsabé.

II. Los resultados del pecado.

A. Usted cosecha lo que siembra.

1. El fruto físico del embarazo.

2. El fruto emocional de la culpa.

3. El fruto espiritual del juicio.

B. Otros cosechan lo que no sembraron.

1. El abuso sobre la humanidad de Urías.

a. Perdió su matrimonio.

b. Perdió su dignidad.

c. Perdió su vida.

2. El abuso de la lealtad de Joab.

a. Implicado en el engaño.

b. Involucrado en un asesinato.

C. Usted cosecha más de lo que siembra.

1. La combinación del pecado.

III. La reacción ante el pecado.

A. La reacción de encubrirlo. Proverbio 28.13; Salmos 32.1–5

1. La miseria de encubrirlo.

a. Aridez en la vida.

b. Distanciado de Dios.

c. Obstinación de espíritu.

2. La inutilidad de encubrirlo.

a. Sí daña.

b. No puede tener éxito. Número 32.23

B. La reacción de confesar.

1. Disposición para decirle al pecado pecado.

2. Dispuesto a admitir la responsabilidad.

3. Abierto a aceptar las consecuencias.

4. Deseo de conocer el perdón.

Usado con permiso, Briscoe Ministries, Traducido y adaptado por DesarrolloCristiano.com. Todos los derechos reservados