Predicas Cristianas | Mensajes Cristianos
Texto Bíblico: “…He aquí yo vengo pronto, y mi galardón conmigo, para recompensar a cada uno según sea su obra…” Apocalipsis 22:12
Introducción:
Querido amigo, o hermano que buscas el consejo de Dios, a través de mensajes cristianos o prédicas Cristianas, en esta ocasión quiero hacer mención que el capítulo 22 de Apocalipsis es el último capítulo, del último libro de la palabra de Dios, o sea que Jesucristo, cierra la revelación del plan de Dios a los hombres a través del apóstol Juan, con esta alentadora declaración, ¡He aquí yo vengo pronto!, para recompensar a cada uno según lo que haya hecho.
Un galardón a menudo tiene un carácter honorífico, y se otorga a quienes han cumplido satisfactoriamente una labor o un servicio, mientras que el premio o recompensa puede tener valor material. Jesucristo nos habla de ambas cosas, pero nuestra motivación no debe ser la recompensa, porque estando en este mundo en los caminos de Dios, ya gozamos de sus bendiciones; de lo que si debemos estar atentos es porque viene pronto, dijo que vendría otra vez, Juan 14:3, y que de la misma forma que se fue ascendiendo al cielo, así lo veríamos venir, Hechos 1:10, también nos dice que antes de su venida veríamos señales, las cuales se están cumpliendo. Mateo 24.
Cuerpo:
Para comprender un poco el tema, podemos apoyarnos sobre lo cotidiano que hacemos muchos padres de familia cuando recomendamos a nuestros hijos que se porten bien, y queda a nuestra elección el tipo de recompensa para ellos, lo cual no debe ser siempre material; en cambio sí se portan mal no hay halagos sino reprensión. Igualmente puede imaginarse si le han dejado una tarea en clases, si es estudiante; que su Padre le encomiende una labor; si vives aun con él, o bien si eres trabajador y el jefe le encomienda una labor porque va a salir; pero usted ha mal invertido el tiempo en otros asuntos; luego se inquieta por que es hora que el jefe regrese y no ha cumplido la tarea, comienzan un sinnúmero de ideas posibles para tratar de entregar la tarea a como sea, o simplemente responder; no he terminado. Esta desesperación también la tendremos si no estamos preparados a como Dios quiere que estemos cuando Jesucristo regrese; si somos sinceros con nosotros mismos sabemos en que andamos mal, porque a Dios, no lo podemos engañar.
En su palabra está revelado el plan divino, para aquellos que voluntariamente han decidido amarle, y esperan su venida, así como vivir en este mundo apartados del mal, de toda injusticia, obrando a favor del prójimo, etc.; todo con la ayuda del espíritu santo de Dios. Su plan se cumplirá, pero no nos dejó a ciegas, el problema es que muchos piensan que el señor tarda, y quieren seguir viviendo a su manera, seguir construyendo la obra de Dios, a como les parece, desaprovechando el tiempo.
El emocionalismo ha confundido a muchos creyendo servir a Dios, pero no obedeciéndole, juzgando de religioso, de fanático, etc., al que decide apartarse, por eso es importante escuchar y reflexionar en predicas cristianas, estudios bíblicos y mensajes cristianos. Lamentablemente el tiempo de Dios, no es como el nuestro, dice que un día de Dios es como mil años, II Pedro 3:8, sin caer en el error de establecer la fecha de su venida, porque el día y la hora nadie lo sabe, solo quiero mencionar que prácticamente estamos viviendo en el tercer día de Dios, en cualquier momento aparecerá, el día está cercano, en el año 2000 concluyó el año dos de nosotros, en el libro profético de Joel 6:2 dice; nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitara, y viviremos delante de él.
Jesucristo, aparecerá en cualquier momento, vendrá como ladrón en la noche, no para nosotros porque a sus hijos les ha sido revelado que regresará, y encomendó que estemos preparados velando, orando unos por otros para consolarnos, alentarnos, y esperar en él, vendrá a recompensar a sus servidores fieles, aquellos que han trabajado arduamente por amor, en agradecimiento por la salvación de su alma, por la bendición recibida, en fin por todas sus bondades.
Conclusión
Querido amigo o hermano, todos hemos sido invitados a cenar en las bodas del cordero, la intransmisible para entrar a la fiesta es llevar vestido de lino, fino, limpio y resplandeciente, el cual se consigue andando en santidad cada día, sirviendo con entusiasmos como para el señor. ¿Está listo tu vestido?, si Cristo viene hoy ¿Estas Firme?
¿Cuál es la motivación de tu servicio?, la recompensa, o el agradecimiento. Recordemos que somos colaboradores de la obra de Dios en este mundo, no nos desviemos del fundamento que es Jesucristo y sus apóstoles, si así lo hemos hechos recibiremos recompensas, sino las obras hechas bajo otros fundamentos, serán desechas; aunque seremos salvos, pero estaremos avergonzados cuando se premien a aquellos que permanezcan fieles hasta ese gran día. I Corintios 3:14
El reino de los cielos, es de los pobres en espíritu, Mateo 5:3, de los que padecen persecución por causa del nombres de Cristo, Mateo 5:10, también serán llamados grandes en el reino de los cielos, los que hagan y enseñen los mandamientos de Dios, sin quebrantarlos, Mateo 5:19, así mismo entrarán con toda confianza aquellos que hacen la voluntad de Dios, y no la suya.
A continuación les describo las coronas que Jesucristo, entregará según la obra realizada, evaluemos nuestra vida cristiana si seremos merecedores de ellas, las cuales serán para adorarle a Él, o solo veremos de largo a nuestros hermanos que permanecieron firmes.
§ Corona incorruptible, será dada a los que han sometido su voluntad al señorío de Dios, o sea a los que han muerto a la carne. I Corintios 9:25
§ Corona de gozo, para el que ha ganado almas para Cristo. I Tesalonicenses 2:19, Fil. 4:1
§ Corona de Justicia, para los que aman su venida. II Timoteo 4:8
§ Corona de Vida, a los que soportan la tentación del maligno, y resisten las pruebas, por amor a Dios. Santiago 1:12, Apocalipsis 2:10
§ Corona incorruptible de Gloria, a los Pastores que han apacentado a las ovejas de Dios, que dejó a su cuido; estimándolas, no por ganancias deshonestas. I Pedro 5:4
C. Condenación. Mateo 5: 22
Ya vimos que Dios condena a todo aquel que insulte a su prójimo. Así que ante esta verdad, tenemos la opción de seguir igual o cambiar de rumbo.
IV. EL EFECTO SOBRE LOS DEMÁS
A. Levanta barreras
A nadie le gusta recibir insultos ni injurias ya que esto genera distanciamiento de la persona agresora.
B. Es un punto de partida para la enemistad
Si la persona ofendida responde con otros insultos, se da inicio entonces a una enemistad que podría desembocar en consecuencias peores.
C. Mal testimonio
Para un cristiano debe ser importante su testimonio. No se trata de vivir pendientes de lo que digan de nosotros, no. Se trata de hablar de Jesucristo con nuestra propia conducta. No es fácil convencer a otras personas con nuestras palabras cuando nuestros actos no nos respaldan. Las groserías e insultos no son propias de un cristiano y pueden ser un obstáculo para poder ganar a las personas para Cristo.
V. ¿QUÉ DEBERÍAMOS HACER?
A. Bendecir y no maldecir
La Biblia enseña que debemos bendecir aun a nuestros enemigos. I Pedro 3: 9.
B. La blanda respuesta. Proverbios 15: 1.
En algún momento de nuestra vida puede que nos enfrentemos a situaciones conflictivas en las que se acelera el pulso y la adrenalina se segrega por todo nuestro cuerpo. Pero como se trata de considerar lo que debemos hacer ante situaciones donde hay propensión a insultar, pues aquí un consejo del sabio Salomón: La blanda respuesta.
La lengua puede acrecentar un fuego y convertirlo en un incendio abrasador. Pero también puede servir como un bálsamo que apacigüe los ánimos. Así que aquí está un sabio consejo: usar la lengua para calmar, para tranquilizar y para ser pacificadores.
C. Pedir perdón
Naturalmente, habrá momentos en los que erremos y malas palabras salgan de nuestra boca. Sea que éstas vayan dirigidas a alguien para ofenderlo o no, igual lastimaremos el corazón de Dios y contristaremos su Espíritu. Por lo cual, si lo que queremos es estar en paz con Dios (100% recomendado sobre cualquier otra alternativa), pidamos perdón a nuestro prójimo ofendido –cuando así haya sido-, y a Dios. Luego de esto, sentiremos cómo una gran carga cae de sobre nuestros hombros y experimentaremos Su paz.
Conclusión
Estimado lector de estos estudios bíblicos, ante todo, gracias por tomarse unos minutos para leer un mensaje de la palabra de Dios.
Recuerde que la moral divina está sobre cualquier cultura. No importa si en el colegio o la universidad nos enseñan que las groserías y vulgaridades hacen parte de las manifestaciones propias de una comunidad, Dios dice que bendigamos y no maldigamos y eso es lo que un verdadero cristiano debe entonces obedecer.
Si por alguna razón usted ha insultado a alguien, proceda a pedir perdón. De esta forma agradará a Dios y usted sentirá una paz maravillosa, esa paz que nuestro mundo necesita para salir de tantos conflictos que cobran incluso vidas inocentes.
El acercarnos a Dios será el mejor combate contra ese órgano que es capaz de grandes tragedias.
Bendiciones.