Por: Inma Alvarez
El pasado 3 de mayo, el joven Samer Farran estaba presente en el Aula Pablo VI, en el encuentro que el Papa Francisco mantuvo con los jóvenes de la Acción Católica italiana. Farran era uno de los treinta representantes de otros países acogidos en el Convenio nacional italiano, en el que participaron más de mil personas, y que culminó con la audiencia del Papa.
Para su sorpresa, como él mismo relata a Aleteia, el Papa Francisco se dirigió a él y le preguntó de dónde venía. “Vengo de Nazaret, Tierra Santa”, respondió el joven.
Acto seguido, Samer le entregó una talla en madera, realizada por los jóvenes católicos de la parroquia de Nazaret: la Última Cena, realizada a mano en leño de olivo. “Quiero entregarle este regalo de Nazaret, porque si no vas a venir a Nazaret, Nazaret vendrá a ti”. Y el Papa se echó a reír.
Nazaret es uno de los lugares de Tierra Santa que el Papa no podrá visitar en el breve y apretadísimo viaje del próximo 24 de mayo: en tres días, el pontífice irá a Amán (Jordania), Belén y Jerusalén.
Samer respondió al Papa: “Te queremos, te queremos por ser así, la Iglesia necesita alguien como tu”. Y el Papa le pidió: “Por favor, rezad por mi en Nazaret”. “El Papa puso sus manos sobre mi cabeza… ¡era el Cielo! ¡No puedo explicar lo que sentí! El testimonio del joven Samer Farran es sólo una pequeña muestra de la gran expectación de los cristianos de Tierra Santa ante la próxima visita del Papa Francisco.