AGUILA

Concordancia bíblica

Deu 28:49 que vuele como águila, nación cuya lengua…
Deu 32:11 el águila que excita su nidada, revolotea…
2Sa 1:23 más ligeros eran que águila, más fuertes que…
Job 39:27 ¿se remonta el águila por tu mandamiento…
Psa 103:5 de modo que te rejuvenezcas como el águila…
Pro 30:19 el rastro del águila en el aire; el rastro de la…
Jer 4:13 más ligeros son sus caballos que las águila…
Jer 49:16 aunque alces como águila tu nido, de allí…
Eze 17:3 una gran águila vino al Líbano, y tomó el…
Oba 1:4 si te remontares como águila, y aunque entre…
Mat 24:28; Luk 17:37 muerto, allí se juntarán las águila…
Rev 4:7 y el cuarto era semejante a un águila volando…


aguilasÁguila (heb. nesher; aram. neshar; gr. aetós). Ave de rapiña grande y majestuosa. El término hebreo incluye los buitres y las águilas; de las últimas hay 8 especies comunes en Palestina. En los pasajes donde ocurre nesher, a menos que se describan caracterí­sticas especí­ficas del buitre, se debe entender y traducir “águila”. En la Biblia se habla de su velocidad (Deu 28:49; Job 9:26), nido (Jer 49:16), forma de alimentarse (Job 39:30; Mat 24:28) y altura de vuelo (Pro 30:19). En Pro 23:5 quizá se hable el águila imperial, y tal vez también en 2Sa 1:23, Jer 4:13 y Lam 4:19 (aunque algunos creen que se tratarí­a del águila dorada, cuya hembra lleva sus polluelos sobre sus alas, como lo describen Exo 19:4 y Deu 32:11). En la visión de Ezequiel del trono de Dios, una de las caras de los seres vivientes se parecí­a al de un águila (Eze 1:10; etc.); en la visión de Juan, al de un águila que volaba (Rev 4:7). En el simbolismo profético de Daniel, un león tení­a alas de águila, sin duda para indicar su desusada velocidad (Dan 7:4). El águila está en la lista de los animales inmundos (Lev 11:13; Deu 14:12). Véase Buitre.

Fuente: Diccionario Bíblico Evangélico

Ave de rapiña de las falconiformes, muy grande y robusta, de gran envergadura, pico ganchudo, vista aguda y vuelo alto y muy rápido Pr 23, 5, y anida en lugares altos y escarpados Jr 49, 16; Jb 39, 27. El á. está clasificada en A. T. entre los animales impuros y abominables, prohibidos de comer Lv 11, 13. La imagen de esta ave se ha utilizado a través de la historia como sí­mbolo de poder, como en las banderas de Asiria, Persia, y en los lábaros de los romanos. En las Sagradas Escrituras, la mención del á. en sentido figurado es abundante Dt 28, 49; 2 S 1, 23; Jb 9, 26; Jr 4, 13; Os 8, 1; y, tal vez, de las más hermosas alusiones a este animal rapaz es aquella de que usa la Sagrada Escritura comparándola con la divina providencia Ex 19, 4; Dt 32, 11-12. En algunos pasajes bí­blicos el á. se confunde con el ® buitre.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Ave de gran tamaño. Sobresalen en el águila su rico plumaje, sus amplias alas, su pico curvo y sus garras. Es depredadora, usando una poderosa vista y un raudo vuelo para conseguir sus presas (Job 9:26). Tanto Babilonia como Egipto son comparados a †œuna gran á. de grandes alas y de largos miembros, llena de plumas de diversos colores† (Eze 17:2-3). La Biblia usa la palabra á. para referirse en términos generales a aves carní­voras de presa, pero en algunas ocasiones debe entenderse como referente al †¢buitre, que es †œcalvo como á.† (Miq 1:16). De igual manera en Mat 24:28 y Luc 17:37, pues la palabra en griego es la misma que se usa para buitre.

Eso explica que se considerara al á. como impura, o no apta para comerse (Lev 11:13), ya que los buitres se alimentan de carroña (Pro 30:17). Los israelitas siempre admiraban al á. por su poder y vuelo majestuoso. Dios utiliza la figura de un á. para expresar la forma en la cual él condujo a su pueblo (Exo 19:4) porque las á. llevan a sus aguiluchos sobre sí­ o van junto a ellos en la fase de aprendizaje de vuelo. Se creí­a que el á. se rejuvenecí­a cuando cambiaba su plumaje, lo cual probablemente dio motivo a la expresión: †œde modo que te rejuvenezcas como el á.† (Sal 103:5; Isa 40:31). En varias ocasiones en el AT se hace alusión a la rapidez del á. Así­ vuelan ciertas riquezas (Pro 23:5). Algunos ejércitos vienen con esa rapidez (Jer 4:13; Lam 4:19; Ose 8:1; Hab 1:8). O para indicar que alguien se protege en lugares altos como el á. hace su nido (Jer 49:16; Abd 1:4). También Dios †œcomo á. volarᆝ para hacer juicio (Jer 48:40; Eze 17:3, Eze 17:7). Los seres vivientes en la visión de Ezequiel tení­an †œcara de á.† (Eze 1:10), y uno de los seres de alrededor del trono celestial es †œsemejante a un á. volando† (Apo 4:7). Nombre cientí­fico: Aquila sp. †¢Animales de la Biblia.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

Varios animales reciben este nombre en Palestina; generalmente se aplica a la más poderosa de las aves de rapiña y, con ella, a otras especies de animales rapaces, por lo cual figura entre los animales impuros. Vuela a gran altura, con rapidez y majestuosidad, guardando con ferocidad su nido. Tanto en el Antiguo como en el Nuevo Testamento se cita frecuentemente en imágenes y comparaciones. Existen muchas variedades de águilas, y en Palestina se encuentran casi todas, siendo una de las más conocidas el águila real (“Aquila heliacea”). El nombre hebreo designa también otras aves de rapiña, con las que no debe confundirse (Dt. 14:12, 28; 32:11; Jb. 39:30; Ap. 4:7). El águila es frecuentemente asociada a las visiones de seres misteriosos que toman formas visibles por los hombres (Ez. 1:10). Ilustra también la rapidez con que se disipan las riquezas (Pr. 23:5). En la visión de Ezequiel hay una semejanza de águila (Ez. 1:10; 10:14) que vuelve a mencionarse en Ap. 4:7. En la parábola de Ez. 17, Babilonia y Egipto son comparadas a un águila.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

(-> mujer, dragón, guerra, tetramorfo). Suele aparecer como signo del poder de Dios que ayuda a sus amigos (cf. Ex 19,4; Dt 32,í2; Jr 49,16). Ciertamente, en muchos pueblos se la asocia, de modo antitético o complementario, con la serpiente de las aguas, y así­ puede recibir, en la misma Biblia, un sentido negativo; lógicamente, algunos apócrifos judí­os (4 Esd 11,1.4.7.45) la presentan como signo de Roma. Por otra parte, ella es un animal impuro, que no puede comerse, lo mismo que el quebrantahuesos (Lv 11,13; Dt 14). A pesar de eso, el águila aparece como uno de los signos divinos (querubines) de Ez 1,10; 10,14. En esa lí­nea, el Apocalipsis la presenta como uno de los cuatro Vivientes celestes, como expresión de la divinidad (Ap 4,7). Significativamente, el águila grande (¿Dios?) ofrece a la Mujer sus alas para liberarla del agua de muerte de la serpiente (Ap 12,14). Aguila es, en fin, el ave que anuncia la gran crisis de las últimas trompetas (8,13). En el contexto de la persecución de la mujer por el dragón, se habla de unas alas de águila: “Y cuando vio el dragón que habí­a sido arrojado a la tierra, persiguió a la mujer que habí­a dado a luz al hijo varón. Y se le dieron a la mujer las dos alas de la gran águila, para que volase delante de la serpiente al desierto, a su lugar, donde es sustentada por un tiempo, y tiempos, y la mitad de un tiempo” (Ap 12,13-14). Esta imagen evoca liberación (Dios no deja que la Iglesia sea destruida), pero también riesgo: la mujer debe mantenerse en el desierto, mientras sólo ve la salvación como esperanza. Evidentemente, aquí­ se evoca el camino de Israel hacia la tierra prometida, como en el texto en el que Dios mismo dice: “Habéis visto lo que hice a los egipcios: os llevé en alas de águila, os traje hacia mí­” (Ex 19,4). La Sabidurí­a de Dios se habí­a mostrado como ave (águila) que busca morada sobre el mundo y no la encuentra hasta que llega a la tierra israelita, a la ciudad del templo (Eclo 24,8-10). Ella aparece ahora como Mujer (Sabidurí­a/Iglesia) que debe morar perseguida, fuera de la cultura (imperio), en el desierto. Ciertamente, la alimentan, Dios la cuida (como al pueblo israelita en otro tiempo). Pero debe sufrir fuera del imperio, expulsada de la tierra, sin ciudad y sin derechos, sin ley ni garantí­as sociales, mientras el Dragón impone su terror sobre la corta historia (tres tiempos y medio, 1.260 dí­as: Ap 12,6), hasta que llegue la liberación que espera el Apocalipsis.

PIKAZA, Javier, Diccionario de la Biblia. Historia y Palabra, Verbo Divino, Navarra 2007

Fuente: Diccionario de la Biblia Historia y Palabra

(heb. né·scher; arameo, neschár; gr. a·e·tós).

Ave de rapiña de gran envergadura. Algunos sostienen que el nombre hebreo se deriva de una raí­z que significa †œromper en pedazos; lacerar†, mientras que otros lo consideran onomatopéyico (es decir, un nombre cuyo sonido imita a aquello que designa), y creen que né·scher representa un †œsonido de viento† o †œdestello reluciente†, esto es, un pájaro que se lanza en picado hacia su presa, cayendo en vertical con un sonido de viento, como un rayo fulgurante a través del aire. En cualquier caso, el término hebreo describe bien al águila, cuya caí­da desde grandes alturas, cual rayo, provoca un silbido al atravesar el aire con toda rapidez sus extendidas plumas remeras. El águila, ave de rapiña y bebedora de sangre (Job 39:27, 30), estaba incluida entre las aves que la ley mosaica consideraba †œinmundas†. (Le 11:13; Dt 14:12.)

Variedades de Palestina. Entre las águilas que se hallan en la actualidad en Israel se cuentan: el águila imperial (Aquila heliaca), el águila real (Aquila chrysaëtos) y el águila culebrera (Circaëtus gallicus). El águila real, conocida también como águila dorada debido a los brillantes reflejos dorados de su cabeza y nuca, es un ave impresionante de color marrón oscuro que mide aproximadamente un metro de largo y tiene una envergadura de unos dos metros. Las águilas se distinguen por tener una cabeza bastante ancha, con un saliente que se proyecta por encima de los ojos, un pico ganchudo corto y fuerte, patas robustas y garras potentes y aguzadas.

†˜Llevados sobre alas de águila†™: ¿qué base hay para esta figura retórica?
En la región del Sinaí­, llamada †œzona de águilas†, estas aves se remontan y planean con sus alas fuertes y amplias. Por eso, los israelitas liberados que estaban reunidos en el monte Sinaí­ podí­an apreciar bien lo apropiado del cuadro que comunicaban las palabras de Dios de que se les habí­a sacado de Egipto †œsobre alas de águilas†. (Ex 19:4; compárese con Rev 12:14.) Casi cuarenta años después, Moisés comparó la manera de conducir Jehová a Israel a través del desierto a la de un águila que †œrevuelve su nido, revolotea sobre sus polluelos, extiende sus alas, los toma, los lleva sobre sus plumas remeras†. (Dt 32:9-12.) Cuando llega el tiempo para que los aguiluchos empiecen a volar, el padre o la madre aletea para incitarlos a que lo imiten y después los hace salir del nido para que prueben sus alas.
Aunque algunos han puesto en duda que alguna vez el águila lleve a su prole sobre el dorso, sir W. B. Thomas presenta el testimonio de un guí­a de Escocia que dice, hablando del águila real, que †œlos padres, después de instar y a veces empujar al aguilucho al vací­o, descienden en picado hasta quedar debajo de él y dejan que el neófito se pose por un instante sobre su dorso y sus alas†. (The Yeoman†™s England, Londres, 1934, pág. 135.) En el Bulletin de la Smithsonian Institution (1937, núm. 167, pág. 302) se cita a un observador de Estados Unidos que dijo: †œLa madre comenzaba en el nido, que estaba situado en lo alto de los peñascos. Prendí­a bruscamente al aguilucho, lo dejaba caer —yo dirí­a que por unos noventa pies [30 m.]— y luego descendí­a en picado hasta colocarse debajo de él, con las alas extendidas, para que se posara en su dorso. El águila entonces se remontaba hasta la cima de la cordillera con el aguilucho y repetí­a el proceso. […] Mi padre y yo lo observamos, fascinados, durante más de una hora†. G. R. Driver dice lo siguiente sobre estas declaraciones al comentar: †œEl cuadro [de Deuteronomio 32:11] no es pues un simple vuelo fantástico, sino que se basa en la realidad†. (Palestine Exploration Quarterly, Londres, 1958, págs. 56, 57.)

Nidificación en las alturas y agudeza visual. En las preguntas que Dios formula a Job en Job 39:27-30, se destacan los hábitos del águila al construir su nido. El nido puede estar en un árbol alto o sobre el risco de un acantilado o de un cañón rocoso. Con el paso de los años, puede llegar a tener 2 m. de alto y, en algunos casos, pesar hasta 900 Kg. Los profetas, en sus mensajes contra el encumbrado reino de Edom, en las escarpadas montañas del Arabá (Jer 49:16; Abd 3, 4), también usaron de manera figurada la aparente seguridad e inaccesibilidad del nido del águila.

Rutherford Platt, en su libro The River of Life (1956, págs. 215, 216), confirma la vista de largo alcance del águila, mencionada en Job 39:29. También muestra el diseño poco común del ojo del águila, testimonio de la sabidurí­a del Creador. El libro dice: †œEncontramos los ojos campeones de todo el reino animal […] [en] los ojos del águila, el buitre y el halcón. Son tan penetrantes, que pueden mirar hacia abajo desde mil pies [300 m.] en el aire y localizar un conejo o una perdiz medio escondidos en la hierba.

†La aguda visión del ojo cazador se debe a la proyección del reflejo del objeto sobre un denso grupo de células puntiagudas de forma cónica. Esta minúscula agrupación en el fondo del globo ocular absorbe los rayos de luz del objeto por medio de miles de puntos, y transmite al cerebro una imagen clara. Para casi todos los cazadores, como la mofeta, el puma y nosotros mismos, es suficiente un único punto de conos, pues al mirar adelante nos acercamos en lí­nea recta al objeto de nuestra mirada. Pero no es así­ en el caso del águila o del halcón; estos pueden lanzarse en picado desde lejos al divisar al conejo entre la hierba gracias al ní­tido enfoque de los conos de sus ojos. Esta caí­da causa que la imagen del blanco se desplace en el fondo del globo ocular según una lí­nea curva. Este desplazamiento de la imagen se ha planeado precisamente para el ojo del águila, de modo que posee los conos en lí­nea curva en vez de agrupados en un punto. Por esta razón, cuando se lanza en picado, el águila mantiene constantemente enfocado al conejo que está en la hierba.† (Compárese con Jer 49:22.)

El vuelo del águila. La rapidez del águila se pone de relieve en muchos textos. (2Sa 1:23; Jer 4:13; Lam 4:19; Hab 1:8.) Hay registro de águilas que han sobrepasado la velocidad de 130 Km. por hora. Salomón advirtió que la riqueza †œ[hace] para sí­ alas† como las de un águila que vuela hacia el cielo (Pr 23:4, 5), mientras que Job se lamentaba por la rapidez con que transcurre la vida, comparándola a la velocidad de un águila en busca de presa. (Job 9:25, 26.) Sin embargo, los que confí­an en Jehová reciben poder para seguir adelante, como si se elevasen en las alas aparentemente incansables de un águila que se remonta. (Isa 40:31.)

A los cientí­ficos modernos, al igual que al escritor de Proverbios 30:19, les ha maravillado †œel camino del águila en los cielos†. Clarence D. Cone, Jr., explica que la observación de las águilas, halcones y buitres, que se remontan con majestuosidad y casi sin esfuerzo, †œha ayudado a señalar el camino hacia el descubrimiento de un mecanismo fundamental de la meteorologí­a†. Describe cómo estas grandes aves aprovechan al máximo la fuerza dinámica de las grandes †œburbujas† de aire caliente que se elevan desde la tierra debido al calor del Sol y cómo las puntas †œacanaladas† de las alas del águila están diseñadas de forma aerodinámica para eliminar la resistencia del aire sobre el ala. (Scientific American, abril 1962, págs. 131, 138.)

Uso figurado. Esta poderosa ave de rapiña era un sí­mbolo que los profetas usaban con frecuencia para representar las fuerzas guerreras de las naciones enemigas en sus ataques repentinos y a menudo inesperados. (Dt 28:49-51; Jer 48:40; 49:22; Os 8:1.) A los gobernantes babilonios y egipcios se les representó como águilas. (Eze 17:3, 7.) Es notable que en muchas naciones antiguas, como Asiria, Persia y Roma, se usó con frecuencia la figura del águila en los cetros reales, los estandartes y las estelas, como en tiempos modernos también la han usado Alemania, Estados Unidos y otras naciones.

Algunos han puesto en duda el uso de la palabra †œáguilas† en Mateo 24:28 y Lucas 17:37, y piensan que estos textos deben referirse más bien a buitres que se reúnen alrededor de un cadáver. Sin embargo, si bien el águila no se alimenta principalmente de carroña, como el buitre, a veces sí­ come cadáveres. (Palestine Exploration Quarterly, 1955, pág. 9.) También se sabe que aunque el águila suele cazar en solitario, a diferencia del buitre, que es gregario, de vez en cuando caza en parejas. El libro The Animal Kingdom (edición de F. Drimmer, 1954, vol. 2, pág. 965) informa de una ocasión en la que †œvarias se lanzaron conjuntamente sobre un berrendo [antí­lope americano]†. La profecí­a de Jesús supracitada se dio en relación con su prometida †œpresencia†, de modo que no aplicó solo a la desolación en el año 70 E.C. de la nación judí­a por los ejércitos romanos, con sus estandartes blasonados con figuras de águila.

En Revelación se usan las águilas para representar a las criaturas que atienden el trono de Dios y anuncian mensajes de juicio divino para los habitantes de la Tierra. Se las representa como águilas probablemente para resaltar su rapidez y clarividencia. (Rev 4:7; 8:13; compárese con Eze 1:10; 10:14.)

Otro texto que para muchos eruditos aplica al buitre más bien que al águila es Miqueas 1:16, donde dice, de manera figurada, que Israel †˜ensancha su calvicie como la del águila†™. La cabeza del águila está bien cubierta de plumas, incluso la del †œáguila de cabeza blanca† o †œáguila calva† de Norteamérica, que debido a las plumas blancas de su cabeza, desde lejos da la impresión de ser calva. El buitre leonado (Gyps fulvus), que aún se ve en Israel, solo tiene un poco de plumón blanco suave en su cabeza y el pescuezo está escasamente cubierto de plumas. Si el texto mencionado aplica al buitre, indicarí­a que la palabra hebrea né·scher tiene una aplicación más amplia. Puede observarse que, aunque los ornitólogos no clasifican al buitre leonado dentro del mismo †œgénero† que el águila, sí­ le cuentan como de la misma †œfamilia† (Accipitridae). Sin embargo, algunos opinan que Miqueas 1:16 se refiere a la muda que experimenta el águila, aunque se dice que este es un proceso bastante gradual y casi imperceptible. Por otra parte, este proceso de muda, que reduce algo la actividad y la fuerza, y que es seguido por una vuelta a la vida normal, puede ser a lo que hiciera referencia el salmista cuando habló de la juventud de uno †œrenovándose tal como la de un águila†. (Sl 103:5.) Otros ven en estas palabras una alusión a la vida relativamente larga del águila, pues se sabe de algunas que han alcanzado los ochenta años.

El nombre latino Áquila (Hch 18:2) significa †œáguila†.

Fuente: Diccionario de la Biblia

Aves en la Biblia

Aguila