AVES

Introducción

Con frecuencia, la Biblia habla de las aves, sobre todo para enseñarnos lecciones. Por ejemplo, Dios le habló sobre el avestruz a un hombre llamado Job. Le dijo que es tan veloz que cuando extiende las alas, “se ríe del caballo y de su jinete” (Job 39:13, 18). Además, Dios le preguntó a Job: “¿Se debe al entendimiento tuyo que el halcón se remonte […]? ¿O es por orden tuya que un águila vuela hacia arriba[?]” (Job 39:26, 27). ¿Qué lección quería transmitirle? Que las aves hacen cosas extraordinarias sin la ayuda del ser humano y que su capacidad se debe a la sabiduría de Dios, no a la nuestra.

En una de sus canciones, el rey Salomón habló sobre “la voz de la tórtola”, que anuncia la llegada de la primavera (El Cantar de los Cantares 2:12). Otro escritor bíblico mencionó a la golondrina en uno de los salmos. Él quería servir a Dios en su templo y sentía envidia del ave porque ella había hecho un nido para sus polluelos cerca del altar de Jehová (Salmo 84:1-3).

Algunas de las palabras más hermosas que se han dicho sobre las aves son de Jesucristo. Por ejemplo, en Mateo 6:26 dijo: “Observen atentamente las aves del cielo, porque ellas no siembran, ni siegan, ni recogen en graneros; no obstante, su Padre celestial las alimenta. ¿No valen ustedes más que ellas?”. Esa conmovedora ilustración les enseña a los cristianos que son muy valiosos para Dios y que no tienen por qué preocuparse, pues él les dará lo necesario para vivir (Mateo 6:31-33).

Fuente: Revista ¡Despertad!

Simbologia-de-las-aves-en-la-Biblia

Palestina es el hogar de unas 375 clases de aves, de las cuales quizá 25 son peculiares de esa región. La Biblia menciona unas 50, usando los nombres heb. o gr. que a veces pueden identificarse con especies particulares de la actualidad. Las aves se mencionan en más de dos tercios de los libros bí­blicos.

En lenguaje moderno, las aves con mayor frecuencia se refieren a aves domésticas y a aves de corral, más que a aves en general. Los humanos son más sabios que las aves (Job 35:11) y los seguidores de Jesús valí­an mucho más que muchas aves (Luc 12:24).

Aves mencionadas en la Biblia

Abubilla. Ave solitaria y un tanto tí­mida, que asegura su dieta de insectos metiendo su pico en la tierra. Esto, junto con su hábito de ensuciar su propio nido, puede mostrar por qué era considerada inmunda (Lev 11:19; Deu 14:18).

Aguila. Durante muchos siglos el águila ha sido adoptada como un sí­mbolo de poder y majestad, en forma apropiada se puede decir, en vista de sus poderes y su apariencia real. Al pueblo de Israel se le recordó que habí­a sido levantado de la cautividad egipcia como sobre alas de águila (Exo 19:4; Deu 32:11). El Salmista declara que su juventud habí­a sido renovada como la del águila (Psa 103:5; comparar Isa 40:31; ver también Lev 11:13; Deu 14:12).

La Escritura se refiere a su rápido descenso sobre su presa (Deu 28:49; Job 9:26), su velocidad (2Sa 1:23; Job 9:26; Jer 4:13), su vuelo (Pro 23:5) y su poder (Eze 1:10, Eze 1:17; Dan 7:4).

Ave de rapiña. Las aves rapaces eran descritas por la palabra hebrea ayit y son las que se alimentan de carne (Eze 39:4). Abram ahuyentó las aves de rapiña de su sacrificio (Gen 15:11). Ninguna ave de rapiña conocí­a el camino escondido de una mina de metales preciosos (Job 28:7).

Las aves de rapiña también deben obedecer el llamado de Dios (Isa 46:11).

Avestruz. La más grande de todas las aves, hasta de 2,5 m. de altura, célebre en la Escritura por su falta de corazón (Job 39:16; Lam 4:3) y su vida en lugares desolados (Jer 50:39). El ensayo de Job sobre el avestruz (Job 39:13-18) confirma una observación aguda sobre esta ave.

Búho. El gran búho, búho cornudo y pequeño búho son aves inmundas (Lev 11:16-18; Deu 14:15-16). Los búhos con frecuencia habitan en ruinas (Psa 102:6; Isa 34:11, Isa 34:15). El pequeño búho (Lev 11:17; Deu 14:16) era el más común en Palestina.

Buitre. Ave grande e inmunda, que devora ávidamente animales muertos (Mat 24:28; Luk 17:37; comparar Isa 34:15). Ver Ave de rapiña.

Calamón. Pájaro acuático grande, estaba en la lista de aves inmundas. En algunas versiones se traduce como búho cornudo, o búho blanco (Lev 11:18; Deu 14:16).

Cigüeña. Ave migratoria grande que estaba prohibida (Lev 11:19; Deu 14:18). Era alerta y conocí­a sus tiempos (Jer 8:7).

Codorniz. Pequeña ave migratoria cuya carne es deliciosa (Exo 16:13; Num 11:31; Psa 105:40).

Corvejón. Ave marina buceadora, cuyos hábitos de comer carne la hací­an inmunda (Lev 11:16; Deu 14:15).

Cuervo. Ave grande e inmunda (Lev 11:15). Noé envió un cuervo desde el arca (Gen 8:7); Dios usó cuervos para alimentar a Elí­as (1Ki 17:4); y los cuervos a su vez eran alimentados por el Señor (Job 38:41; Luk 12:24).

Falcón. Una de las aves inmundas (Lev 11:14; Deu 14:13), equipada con alas largas, puntiagudas, pico encorvado y fuerte, y una cola larga.

Gallinazo. Una referencia general a los buitres. Son inmundos porque consumen carne de muerto (Deu 14:17).

Gallo. En tiempos bí­blicos, el canto matutino del gallo se asociaba con el comienzo de un nuevo dí­a (Mar 13:35), y también se asoció con la negación de Pedro de Jesús (Mat 26:74; Mar 14:30; Luk 22:34, Luc 22:61; Joh 13:38; Joh 18:27).

Garza. Una de las aves inmundas (Lev 11:19; Deu 14:18), la garza es una ave zancuda de cuello y piernas largas.

Gaviota. Ver Grulla.

Golondrina. La Escritura se refiere a su habilidad en ejecutar maniobras (Pro 26:2) y a su agudo llamado (Isa 38:14).

Gorrión. Pajarito pequeño, de pico corto, que se alimenta de semillas. Es ruidoso, activo y prolí­fico. Los pajaritos estaban protegidos dentro de los recintos del templo (Psa 84:3). Eran tan baratos que el comprador de cuatro recibí­a un quinto sin costo. Dios sabe cuándo cae a la tierra cualquier pajarito, pero valora a las personas mucho más que a los pajaritos (Mat 10:29, Mat 10:31; Luk 12:6-7).

Grulla. Ave zancuda de cuello y piernas largas, con un graznido fuerte. El lamento de Ezequí­as por su enfermedad fue comparado por Isaí­as con el chillido de una grulla, como si el rey hablara en voz fuerte de su aflicción y luego se desvaneciera entre dientes (Isa 38:14). Las aves, incluyendo la grulla, conocen el tiempo de su venida, esto es, de su jornada migratoria (Jer 8:7); en contraste con la perspectiva del hombre de los eventos, con frecuencia descuidada.

Halcón. Nombre genérico aplicado a algunas aves de rapiña de tamaño chico a mediano. Todos los halcones eran inmundos y no debí­an comerse (Lev 11:16; Deu 14:15). Las impresionantes habilidades voladoras del halcón fueron comparadas con las del águila cuando el Señor respondió a Job desde la tormenta (Job 39:26-27).

Ibis. Ave inmunda, el ibis fue considerado sagrado en el antiguo Egipto. El historiador griego Herodoto dice que el ibis era considerado tan sagrado que cualquiera que matara uno, incluso por accidente, era sentenciado a muerte.

Milano. Ave inmunda (Lev 11:14; Deu 14:13). Su dieta consistí­a mayormente de carroña y aves pequeñas, aunque algunos milanos viven de insectos.

Paloma. La paloma es una ave de tamaño mediano, de la familia Columbidae, a la cual pertenece también la tórtola, siendo esta última una ave un poco más grande. A una tórtola blanca doméstica se le llama generalmente la paloma de la paz. En los dibujos se muestra con una ramita en su pico conmemorando el enví­o de la paloma desde el arca de Noé (Gen 8:8-12). El Salmista escribió que deseaba poseer las alas de la paloma (Psa 55:6). Los creyentes compartirán gloria tal que puede compararse con las alas de la paloma cubiertas de plata y sus plumas con el brillo del oro (Psa 68:13).

Ezequí­as se lamentó de su enfermedad como una paloma que gemí­a (Isa 38:14), como el pueblo en arrepentimiento (Psa 59:11). Los que escaparon de la espada en la ciudad gemirí­an como palomas del valle (Eze 7:16). Pero se prometió ayuda a quienes volaran como palomas a sus nidos (Isa 60:8), siendo Dios su verdadero hogar. El Espí­ritu Santo descendió como una paloma sobre la cabeza de Jesús en su bautismo (Mat 3:16). Jesús exhortó a sus seguidores a ser astutos como serpientes y sencillos como palomas (Mat 10:16).

Pavo real. Los pavos reales, con sus cuerpos de colores brillantes, se exhibí­an en cualquier corte respetable del mundo antiguo. Se importaron pavos reales en gran número para el palacio de Salomón (1Ki 10:22; 2Ch 9:21).

Pelí­cano. El pelí­cano es una de las aves más grandes del mundo. Su dieta de carne es una de las razones para su inclusión en la lista de aves inmundas (Lev 11:18; Deu 14:17). Se incorporó al pelí­cano en la tradición de la iglesia y en la arquitectura porque era considerado como piadoso. Al alimentar a sus crí­as, el adulto que anida excreta un lí­quido rojizo que se destaca al limpiar el ave sus alas. Se sugerí­a que el pelí­cano, de alguna forma, sustentaba a sus crí­as con su propia sangre.

Perdiz. Por su carrera rápida y escurridiza, las perdices son excelentes aves de caza, de tamaños mediano, cuerpo rollizo y cola corta. Cuando Saúl lo estaba cazando, David se comparó a sí­ mismo con una perdiz (1Sa 26:20).

Se suponí­a que las perdices robaban los huevos de otras aves y los empollaban, sí­mbolo de la adquisición de riquezas injustas (Jer 17:11).

Pollitos o polluelos. El cuidado de la gallina por sus polluelos es un ejemplo notable del cuidado de Jesús por Jerusalén (Mat 23:37; Luk 13:34).

Tórtola. Abundante en número, esta ave se usaba en ceremonias de lavamiento o sacrificio (Gen 15:9; Lev 12:6-8; Num 6:10).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

A veces son empleadas como sí­mbolos de agentes del mal (cp. Gn. 40:17); en la parábola del Sembrador, las aves que devoraban la simiente al lado del camino son interpretadas por Cristo como “el Maligno” (Mt. 13:4, 19). En la parábola de la Semilla de Mostaza el reino de los cielos deviene en un gran sistema con raí­ces en la tierra, bajo cuya protección hallan refugio las aves (Mt. 13:31, 32). La palabra griega es la misma en ambos pasajes. En el AT tenemos dos listas de aves impuras (Lv. 13:20; Dt. 14:12-18): El águila, el quebrantahuesos, el azor, el gallinazo, el milano, los cuervos, el avestruz, la lechuza, la gaviota, el gavilán, el búho, el somormujo, el ibis, el calamón, el pelí­cano, el buitre, la cigüeña, la garza, la abubilla y el murciélago (la clasificación hebrea de las aves era “funcional”; clasificaban como aves todo lo volador. Al ser la clasificación una actividad basada en criterios que se pueden establecer arbitrariamente, no se puede en absoluto considerar como un error, sino sólo como una clasificación basada en un distinto criterio al que estamos acostumbrados).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

La Biblia conoce muchas clases de aves. Las leyes sobre los animales puros e impuros afecta también a las aves, muchas de las cuales no pueden comerse (Lev 11,13-19). Les afecta asimismo la prohibición de comer la sangre (Lev 17,13). Si se cogí­an los huevos de un nido, debí­a dejarse libre a la madre (Dt 22,6). En los evangelios se pone de relieve la providencia de Dios sobre las aves, que, sin trabajar, encuentran alimento; la naturaleza ofrece espontáneamente comida a las aves y facilidad para que construyan sus nidos, todo deparado por la Providencia, en la que el hombre debe confiar (Mt 6,26; 8,20; 13,4. 32; Mc 4,4. 32; Lc 8,50; 9,58; 12,24; 13,19).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Aves en la simbología Cristiana