HERODIANOS

Mat 22:16 le enviaron los discípulos .. con los h
Mar 3:6 tomaron consejo con los h contra él para


partidarios de la casa de Herodes Antipas, seguramente judí­os polí­ticos con influencia ante el rey. Los h. se aliaron con los fariseos, a pesar de ser contrarios, para buscar la manera de sorprender a Jesús en alguna palabra que sirviera para prenderle. Los h. y los fariseos fueron quienes interrogaron a Jesús sobre si era lí­cito pagar el tributo al César, Mt 22, 16-22; Mc 12, 13. Cuando Jesús entró en la sinagoga y curó en dí­a sábado a un hombre que tení­a la mano paralizada, los fariseos le asechaban y al salir se confabularon con los h. buscando eliminarle, Mc 3, 6.

Diccionario Bí­blico Digital, Grupo C Service & Design Ltda., Colombia, 2003

Fuente: Diccionario Bíblico Digital

Un partido que se unió con los fariseos para oponerse a Jesús (Mat 22:16; Mar 3:6; Mar 12:13). Aparentemente no eran ni una secta religiosa ni un partido polí­tico, sino un grupo de judí­os que apoyaban la dinastí­a de los Herodes y, por lo mismo, el gobierno romano.

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

En los Evangelios se menciona a los h. No se dice explí­citamente que eran una secta de los judí­os, pero a lo menos actuaban como un grupo, pues los fariseos †œtomaron consejo con los h.† para destruir al Señor Jesús (Mar 3:6). Vinieron adonde él estaba y le hicieron la famosa pregunta sobre el tributo a César (Mat 22:16; Mar 12:13). La pregunta, evidentemente, era una trampa de carácter polí­tico que intentó poner al Señor Jesús en conflicto con las autoridades. La mayorí­a de los eruditos entienden que el nombre de h. les vino porque apoyaban al gobierno de la dinastí­a de Herodes, que era de origen idumeo pero gozaba del favor del Imperio Romano. Tení­an una tendencia helenizante.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

tip, RELI

vet, Un partido polí­tico judí­o adicto a los Herodes. Como los prí­ncipes herodianos dependí­an de Roma, sus partidarios se sometí­an de buena voluntad al poder romano, y sostení­an que era justo pagar tributo a los emperadores, cosa que negaban los fariseos. Sin embargo, ambos partidos deseaban la continuación de la religión judí­a, y se unieron para oponerse a la obra de Cristo, el verdadero Mesí­as (Mr. 3:6; 12:13; Lc. 12:20).

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Se denominaron así­ a los gobernantes posteriores a Herodes, reconocidos por Roma como tetrarcas, que se repartieron el reino desde el año de su muerte, 4. a de C. y según su testamento.

Arquelao quedó con Judea hasta el 6 d. de Cristo, en que fue destituido y desterrado hasta su muerte el 18. Su reino pasó a ser provincia imperial, gobernada directamente desde Roma por un Procurador (Poncio Pilato, 26 al 36).

Herodes Antipas permaneció en Galilea, cuya capital construyó hacia el 18 en Tiberias, en la costa oeste del Lago.

Es el Herodes más citado en el Evangelio (ejecutó a Juan Bautista, despreció a Jesús). Su reino duró hasta su muerte el 39 d de C. en que su reino se repartió. Filipo gobernó en Iturea y Traconí­tide y vivió hasta el 34. Le sucedió Agripa I, del 37 al 44 y luego Agripa II hasta final del siglo, pues murió el 93.

En el contexto evangélico se habla dos veces de los herodianos o partidos de Herodes (Mt. 22.16 y Mc. 3.6). Formaron un grupo de adictos a los reyes herodianos, tal vez sus funcionarios o beneficiarios, pero con poca significación social fuera de los entornos palaciegos, si es que estos se dieron.

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

DJN
 
El nombre de Herodianos aparece tres veces en el N.T.: Mc 3,6 (sin paralelo en Mt y Lc); Mt 22,16=Mc 12,13 (sin paralelo en Lc). Se les cita unidos a los fariseos en su hostilidad hací­a Jesús. Estos herodianos no deben confundirse con la secta judí­a que consideró a Herodes el Grande como el Mesí­as (Pseudo Tertuliano, “Adversus omnes haereses”). E. Bikermann demuestra que semejante secta nació de la imaginación de los heresiólogos, al considerar como doctrina de una secta judí­a sobre el Mesí­as una interpretación judí­a de Gn 49,10 según la cual Herodes habrí­a sido el que puso fin a la realeza o dominio de Judá. (HAAG-AUSEJO, de la Biblia, col. 838).

Las opiniones se agrupan en dos clases: : serí­an un grupo bien definido de la vida religioso-polí­tica del primer siglo en la sociedad judí­a de Palestina. En esta lí­nea se ha sugerido que el tí­tulo “herodiano” significa: miembros de la familia de Herodes, o de su corte, o de su ejército: -un grupo polí­tico-religioso semejante al de los Saduceos, Esenios, etc. : serí­an (los herodianos) un grupo mucho más amorfo (aristócratas influyentes) que tendrí­an preferencia por Herodes (Rowley). Al mencionarlos juntamente con los fariseos, como grupos contrarios a Jesús, se harí­a referencia a un grupo de partidarios de Herodes Antipas, quienes, como amigos de los romanos, desempeñaban en Galilea el mismo papel que los saduceos en Jerusalén (compárese Mt 16,6 con Mc 8,15). Flavio Josefo menciona la existencia de tales grupos en tiempos de Herodes 1 o el Grande (cfr. U. Kellermann, DENT, col. 1800). Serí­a una “retroproyección no histórica de circunstancias existentes en tiempo de Agripa I, que mantuvo relaciones amistosas con los fariseos, o en tiempo de Agripa li (U. Kellermann, ibid.)”. Estas opiniones se fijan tanto en las frases de Josefo como en la tradición rabí­nica y en los escritos de los Padres, pero tienen poco en cuenta el evangelio de Marcos.

Presentamos una original teorí­a de W. J. Bennett, Jr.: Examina un elemento importante estructural en el evangelio de Marcos, es decir, la relación de Jesús a Juan Bautista. La relación de Juan a Jesús en el evangelio de Marcos es la del heraldo al Mesí­as. Marcos identifica a Juan con Elí­as, el profeta del Mesí­as. El Hijo del hombre es identificado con Jesús (Mc 1,6; 9,11-13). Es importante notar que el centro de la predicación de Juan en Marcos no es la penitencia, la conversión. Se centra en uno que es “más poderoso que yo”. Lo importante en Marcos no es la predicación de Juan, sino el destino de Juan y Jesús. De muchas maneras enlaza el destino de estas dos figuras escatológicas: a) Muerte de Juan en Marcos 6. b) Tanto Elí­as como el Hijo del hombre están destinados a padecer antes de la inauguración del Reino de Dios (Mc 9,11-13). c) Los viñadores homicidas (Mc 12,1-12). Juan (en Marcos) cumple su destino a manos de Herodes Antipas. Jesús, a manos de Poncio Pilato, aunque instigado por los fariseos, saduceos y otros grupos judí­os vagamente definidos. Es este grupo (herodianos) el lazo entre los enemigos de Juan y los de Jesús. Finalmente, es crucial notar que los “herodianos” aparecen en el evangelio en un lugar que más parece haber sido puesto por el evangelista. Mc 3,6 puede ser una afirmación escrita por el evangelista al final de la serie de controversias que van de Mc 2 a 3,5. Otra vez que aparecen los herodianos es en una introducción a otra controversia: la cuestión concerniente al pago del tributo, que es también probablemente producto de la pluma del evangelista (12,13). Ahora bien, a la luz de la clara tendencia de enlazar el destino de Juan y el de Jesús, ¿no serí­a posible que este grupo no mencionado (los herodianos) fuese un producto del interés teológico de Marcos más que un actual y funcional grupo del pueblo? En esta perspectiva podrí­a entenderse que los “herodianos”, fuese una creación del mismo Marcos, hecha especí­ficamente para enlazar a los enemigos de Jesús con los de Juan. No hacemos juicios de valor. Solamente una pregunta: ¿Vale una explicación semejante para la mención de “herodianos” en Mateo? -> histórico.

BIBL. — H. H. Roma’, Herodians in the Gospels, JTHS 41 (1940) 14-27; W. J. BENNETr, Herodians of Mark’s Gospel, NovT 17 (1975) 9-14; U. KELLERMANN, “Herodians”, en H. BALZ – G. SCHNEIDER, Exegético del Nuevo Testamento (DENT), vol. l., Salamanca, 1996, 1800-1801.

de Villapadierna

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Se los menciona como enemigos de Jesús, una vez en Galilea y luego en Jerusalén (Mr. 3.6; 12.13; Mt. 22.16). Su asociación con los fariseos en la cuestión referente al pago del tributo al César sugiere que estaban de acuerdo sobre este asunto, o sea el nacionalismo por oposición a la sumisión al yugo extranjero. Este hecho, y la formación de la palabra (cf. caesariani), parecen probar que constituían un partido judío que favorecía a la dinastía herodiana. La opinión de que constituían un partido religioso conocido en la literatura rabínica como los “boetosianos”, e. d. adherentes de la familia de Boeto, cuya hija Mariamne fue una de las esposas de Herodes el Grande, y cuyos hijos fueron elevados por él al sumo sacerdocio, actualmente no tiene gran aceptación.

Bibliografía. V. Taylor, Evangelio según san Marcos, 1979, pp. 251; J. González-Echegaray, “Herodianos”, °EBDM, t(t). III, cols. 1206–1207.

H. Hoehner, Herod Antipas , 1972; N. Hillyer, NIDNTT 3, pp. 441–443.

J.W.M.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico