REVOQUE

Las paredes interiores, y a veces también las exteriores, de los edificios se recubrían con revoque preparado, generalmente, con arcilla (Lv. 14.42–43; heb. ṭûaḥ, ‘recubrir’; arm. ṭāḫa). Hay indicaciones de que existió este tipo de revoque desde tiempos prehistóricos (* Jericó). Se fabricaba un revoque de mejor calidad calentando piedra caliza o yeso triturados (heb. śı̂ḏ, ‘hervir’). Esto permitía cubrir piedras sin labrar o paredes de ladrillos con una fina superficie que podía pintarse o inscribirse, como se hizo en el altar de Ebal (Dt. 27.2, 4). (Se encontró un ejemplo en Deir Alla en el valle del Jordán.) Se utilizaba para estanques, cisternas y muros. Se obtenía una superficie vidriada en enladrillados mediante el horneado (Is. 27.9; heb. gı̂r). Fue sobre este tipo de revoque que quedá grabada la escritura en la pared del palacio de Babilonia (Dn. 5.5; arm. gı̂râ; °vrv2 “encalado”). (* Jericó )

D.J.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico