UNIGENITO

v. Hijo
Joh 1:14 vimos su gloria .. como del u del Padre
Joh 3:16 que ha dado a su Hijo u, para que todo
Heb 11:17 por la fe Abraham .. ofrecía su u
1Jo 4:9 en que Dios envió a su Hijo u al mundo


Traducción del término gr. monogenes, que se utiliza nueve veces en el NT. Tres veces aparece en Lucas, aplicado a un contexto de familia común y traducido en diferentes versiones como único/a y unigénito (Luk 7:12; Luk 8:42; Luk 9:38). Una vez aparece referido a Isaac en Heb 11:17. Las otras cinco están referidas a Cristo (Joh 1:14; Joh 1:18 [BJ, DHH y RVA:
Dios único, ver nota de la RVA; BA: único Dios engendrado]; Joh 3:16, Joh 3:18; 1Jo 4:9), en relación con la doctrina de la †œgeneración eterna del Hijo de Dios† (comparar Psa 2:7 con Act 13:33; Heb 1:5; Heb 5:5).

Fuente: Diccionario Bíblico Mundo Hispano

(único engendrado, único en su género).

Tí­tulo aplicado por Juan a Nuestro Senor Jesucristo, Jua 1:14, Jua 1:18, Jua 3:16, Jua 3:18, 1Jn 4:9 : (ver también Amo 8:10, Zac 12:10, Heb 11:17.

Jesús no es sólo el “primogénito” de la Virgen Marí­a, sino su “unigénito” el único que tuvo.

(Ver “Hermanos” y “Primogénito”).

Diccionario Bí­blico Cristiano
Dr. J. Dominguez

http://biblia.com/diccionario/

Fuente: Diccionario Bíblico Cristiano

Traducción del término griego monogenes (único hijo). Cuando Abraham iba a sacrificar a Isaac, †œofrecí­a su u.† a Dios (Heb 11:17). Un hijo único guarda una especial relación con sus padres, siendo muy apreciado por éstos, por lo cual su muerte causarí­a gran dolor (†œ… la volveré como en llanto de u.† [Amo 8:10]); †œ… y llorarán como se llora por hijo u.† [Zac 12:10). Este tipo de relación y sentimiento entre un padre y un hijo único se utiliza para decir que el Señor Jesús es el †œu. del Padre … lleno de gracia y de verdad† (Jua 1:14). †œA Dios nadie le vio jamás†, pero el Señor Jesús, el Verbo, que habita desde la eternidad con él como †œel u. Hijo†, es quien puede revelarle (Jua 1:18). Aunque todos los creyentes son hijos de Dios, la frase †œu. Hijo† señala a la singularidad del Señor Jesús, quien tiene una relación con el Padre como ninguna otra persona.

Fuente: Diccionario de la Biblia Cristiano

ver, HIJO

vet, (gr. “monogenês”). Se usa en sentido literal, significando “hijo único” (Lc. 7:12); “hija única” (Lc. 8:42); “el único que tengo” (Lc. 9:38). En otros pasajes del NT se refiere a Jesucristo como “el unigénito Hijo de Dios” (Jn. 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Jn. 4:9). Aquí­ el énfasis recae sobre Su singularidad más que en Su naturaleza de Hijo, aunque ambas ideas están ciertamente presentes. El es el Hijo de Dios de una manera que nadie más es. “Monogenês describe la relación absolutamente singular del Hijo con el Padre en Su naturaleza divina; prõtotokos describe la relación del Cristo Resucitado en Su humanidad glorificada con el hombre” (Westcott acerca de He. 1:6). La singularidad de Cristo tal como es expuesta en los anteriores pasajes es ambivalente: (a) Revela al Padre (Jn. 1:14, 18). (b) Es el mediador de la salvación (1 Jn. 4:9; Jn. 3:16). El término “monogenês” es también indicador de un intenso afecto derivado de una í­ntima relación paterno-filial (cfr. He. 11:17). La lectura de “Dios unigénito” que se halla en una cantidad de mss. griegos, aunque tiene considerable apoyo textual, es poco probable, y puede explicarse como originada por el celo del partido “ortodoxo” contra las tesis “adopcionistas” (cfr. Grimm-Thayer, “Lexicon”; Westcott, loc. cit.). (Véase HIJO DE DIOS, (d))

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico Ilustrado

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Hijo único engendrado por una madre o un padre. En el ámbito bí­blico “unigénito se reviste en diversidad de pasajes de tonalidad afectivas, al presuponer que el amor matrimonial se concentra en una sola persona (Gen. 22.2; Tob. 3.15; Jue. 11. 34; Jer. 6.26. Am. 8.10).

El termino “yahid” hebreo fue traducido por los LXX por el de “agapetos” (amado) recogiendo este sentido de polarización del amor en el otorgado singularmente por Dios, a diferencia de la abundancia de hijos que siempre fue mirado como una bendición divina
Por eso el término “Unigénito”, aplicado a Jesús en el Nuevo Testamento está cargado de resonancias de amor divino. Sólo S. Juan lo afirma explí­citamente seis veces en cuanto “unigénito de Dios” (Jn. 1. 14 y 18; Jn. 3. 16 y 18), mientras que los demás textos aluden a lo mismo, pero en referencia al primer engendrado de Marí­a (Mt. 3. 17; Lc. 7.12) o al elegido de Dios.

(Ver Jesucristo. Doctrina)

Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogí­a Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006

Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa

Jesucristo es el unigénito del Padre, el Hijo Único de Dios (Jn 1,14.18; 3,16). Los demás somos también hijos de Dios, pero lo somos adoptivos, mientras que hijo natural sólo es El, el Unigénito; al ser Unigénito hereda todas las posesiones, todas las cosas del Padre (Jn 17,10). Jesús manifestó especial predilección por los hijos únicos: resucitó a un hijo único (Lc 7,12) y a una hija única (Lc 8,42) y curó a otros (Lc 9,38).

E. M. N.

FERNANDEZ RAMOS, Felipe (Dir.), Diccionario de Jesús de Nazaret, Editorial Monte Carmelo, Burbos, 2001

Fuente: Diccionario de Jesús de Nazaret

Algunos lexicógrafos definen la palabra griega mo·no·gue·nes como †œsolo en su clase, único† o †œel único miembro de una familia o género†. (Greek-English Lexicon of the New Testament, de Thayer, 1889, pág. 417; Greek-English Lexicon, de Liddell y Scott, Oxford, 1968, pág. 1144.) El término define la relación de hijos e hijas respecto a sus padres.
Las Escrituras hablan del †œhijo unigénito† de una viuda que viví­a en la ciudad de Naí­n, de la †œhija unigénita† de Jairo y del hijo †œunigénito† de un hombre, de quien Jesús expulsó un demonio. (Lu 7:11, 12; 8:41, 42; 9:38.) La Septuaginta griega usa esta palabra con referencia a la hija de Jefté, de quien está escrito: †œAhora bien, ella era absolutamente la única hija. Además de ella, él no tení­a ni hijo ni hija†. (Jue 11:34.)
El apóstol Juan dice repetidas veces que el Señor Jesucristo es el Hijo unigénito de Dios (Jn 1:14; 3:16, 18; 1Jn 4:9), aunque este término no hace referencia a su nacimiento humano ni a su condición de hombre. Como el Ló·gos o Palabra, †œeste estaba en el principio con Dios†, incluso †œantes que el mundo fuera†. (Jn 1:1, 2; 17:5, 24.) Ya entonces, en su existencia prehumana, era el †œHijo unigénito†, a quien su Padre envió †œal mundo†. (1Jn 4:9.)
También se dice que tiene una †œgloria como la que pertenece a un hijo unigénito de parte de un padre† y que está †œen la posición del seno para con el Padre†. (Jn 1:14, 18.) Es difí­cil pensar en una relación entre un padre y su hijo más í­ntima o más amorosa y tierna que esta. (Véase SENO, POSICIí“N DEL.)
Los ángeles del cielo son hijos de Dios, tal como Adán fue un †œhijo de Dios†. (Gé 6:2; Job 1:6; 38:7; Lu 3:38.) Pero el Ló·gos, a quien más tarde se llamó Jesús, es el †œHijo unigénito de Dios†. (Jn 3:18.) El es el único de esta clase, el único a quien Dios mismo creó directamente sin la mediación o colaboración de ninguna criatura. Es el único a quien Dios, su Padre, utilizó para traer a la existencia a todas las otras criaturas. Es el primogénito y el principal entre todos los otros ángeles (Col 1:15, 16; Heb 1:5, 6), a los que las Escrituras llaman †œlos que tienen parecido a Dios† o †œdioses†. (Sl 8:4, 5.) Por lo tanto, según algunos de los manuscritos mejores y más antiguos, al Señor Jesucristo se le llama apropiadamente †œel dios unigénito [gr. mo·no·gue·nes the·ós]†. (Jn 1:18; BAS; CB; CEBIHA; DGH; EMN; Ga; NTI; PIB; UN; Val, 1989.)
Algunas versiones, en apoyo del concepto trinitario †œDios el Hijo†, traducen la frase mo·no·gue·nes the·ós por †œDios Unigénito† (AF; AFEBE, 1972; NC) o por otras fórmulas que recuerdan la fraseologí­a trinitaria. No obstante, según expresa W. J. Hickie en su Greek-English Lexicon to the New Testament (1956, pág. 123), resulta difí­cil entender por qué estos traductores no traducen mo·no·gue·nes the·ós por †œel Dios unigénito† o †œel unigénito Dios†, si traducen mo·no·gue·nes hui·ós por †œel Hijo unigénito†.
Pablo llamó a Isaac el †œhijo unigénito† de Abrahán (Heb 11:17), aunque Abrahán engendró a Ismael por medio de Agar, así­ como a varios hijos más por medio de Queturá. (Gé 16:15; 25:1, 2; 1Cr 1:28, 32.) Sin embargo, el pacto de Dios solo se hizo por medio de Isaac, el único hijo de Abrahán que vino por la promesa de Dios y el único hijo de Sara. (Gé 17:16-19.) Además, cuando Abrahán ofreció a Isaac, él era el único hijo en la casa de su padre, pues todaví­a no le habí­an nacido hijos a Queturá, e Ismael, que se habí­a marchado unos veinte años antes, ya estarí­a casado para ese tiempo y serí­a cabeza de su propia casa. (Gé 22:2.)
De modo que, desde varios puntos de vista relacionados con la promesa y el pacto —temas sobre los que Pablo estaba escribiendo a los hebreos—, Isaac era el hijo unigénito de Abrahán. Así­ Pablo compara †œlas promesas† y el †œhijo unigénito† con la †œ†˜descendencia tuya†™ […] mediante Isaac†. (Heb 11:17, 18.) Ya fuera por estas razones u otras, Josefo también llamó a Isaac †œunigénito† de Abrahán. (Antigüedades Judí­as, libro I, cap. XIII, sec. 1.)

Fuente: Diccionario de la Biblia

monogenes (monogenhv”, 3439), se emplea en cinco ocasiones, todas ellas en los escritos del apóstol Juan, de Cristo como el Hijo de Dios. Se traduce “unigénito” en Heb 11:17 de la relación de Isaac con Abraham. Con referencia a Cristo, la frase “el unigénito del Padre” (Joh 1:14) indica que como el Hijo de Dios, El era el único representante del ser y carácter de aquél que le envió. En el original se omite el artí­culo determinado tanto delante de “unigénito” como delante de “Padre”, y su ausencia en cada caso sirve para destacar la caracterí­stica a que se hace referencia en los términos empleados. El objeto del apóstol es demostrar qué clase de gloria era la que él y sus compañeros en el apostolado habí­an contemplado. Que no está él simplemente haciendo una comparación con las relaciones terrenas queda indicado por para, “procedente de”. La gloria era la de una singular relación, y la palabra “engendrado” (unigénito = único engendrado) no implica un inicio de su filiación. Sugiere ciertamente relación, pero tiene que distinguirse de generación en tanto se aplica al hombre. Solo podremos comprender acertadamente el término “el unigénito”, cuando se emplea del Hijo, en el sentido de una relación inoriginada. “El engendramiento no es un evento temporal, por muy remoto que se quiera, sino un hecho independiente del tiempo. El Cristo no “vino a ser”, sino que necesaria y eternamente “es” el Hijo. El, una persona, posee todos los atributos de la misma Deidad. Ello demanda eternidad, el ser absoluto; en este respecto, El no es “después” del Padre” (Moule). La expresión sugiere asimismo el concepto del más profundo afecto, como en el caso de la palabra hebrea del AT yajid, variadamente traducida como “único” (Gen 22:2,12); “hijo único” (Jer 6:26); “unigénito” (Am 8.10), etc. En Joh 1:18 la cláusula “El unigénito Hijo, que está en el seno del Padre” expresa tanto su eterna unión con el Padre en la Deidad y la inefable intimidad y amor entre ellos, participando el Hijo en todos los consejos del Padre y gozando de todos sus afectos. Otra lectura es monogenes Theos, “Dios unigénito”. En Joh 3:16 la declaración “De tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito” no debe entenderse en el sentido de que Cristo vino a ser el Unigénito Hijo por la encarnación. El valor y la grandeza del don reside en la filiación de aquél que fue dado así­. Su filiación no fue el efecto de ser dado. En Joh 3:18 la frase “el nombre del Unigénito Hijo de Dios” pone el acento sobre la plena revelación del carácter y de la voluntad de Dios, su amor y gracia, comunicada en el nombre de aquél que, teniendo una singular relación con El, fue dado por El como el objeto de la fe. En 1 Joh 4:9 la declaración “Dios envió a su Hijo unigénito al mundo” no significa que Dios envió a uno al mundo que por su nacimiento en Belén vino a ser su Hijo. Cf. la expresión paralela: “Dios envió †¦ el Espí­ritu de su Hijo” (Gl 4.6), lo cual no puede significar que Dios envió a aquél que vino a ser su Espí­ritu una vez lo hubo enviado.¶

Fuente: Diccionario Vine Nuevo testamento

La palabra monogenēs aparece nueve veces en el NT: con referencia a Isaac (Heb. 11:17), el hijo de la viuda (Lc. 7:12), la hija de Jairo (Lc. 8:42), el niño endemoniado (Lc. 9:38) y Jesucristo (Jn. 1:14, 18; 3:16, 18; 1 Jn. 4:9). En la LXX se usa para traducir yaḥîḏ, «el único» (Jue. 11:34, p. ej.). La sabiduría es monogenēs (Sabiduría 7:22), sin par, única.

La segunda parte de la palabra no se deriva de gennaō, «engendrar,» sino que es la forma adjetiva de genos, «origen», «raza», «linaje», etc. De manera que, monogenēs puede traducirse «único en su clase». La traducción «único» es adecuada para las referencias de Lucas y Hebreos. Pero ¿qué de los pasajes de los escritos juaninos? «El adjetivo ‘unigénito’ comunica la idea, no de derivación o subordinación, sino de unicidad y consubstancialidad: Jesús es todo lo que Dios es, y sólo él es esto» (B.B. Warfield, Biblical Doctrines, Oxford University Press, New York, 1929, p. 194). Cremer halla un paralelo en la frase paulina idios huios (= propio Hijo, Ro. 8:32). Dado que los sinópticos usan «amado» (agapētos) para referirse al Hijo, algunos han concluido que las dos palabras agapētos y monogenēs son equivalentes en fuerza. Pero «amado» no apunta a la unicidad de la relación que el Hijo tiene con el Padre como lo hace monogenēs.

Aunque la traducción «único» es léxicamente sana para los pasajes juaninos, ya que estrictamente hablando «unigénito» requeriría monogennetos, la antigua traducción «unigénito» no está sin justificación cuando se considera el contexto de Juan 1:14. El verbo gennaszai aparece al final de 1:13 («engendrado») y ginesthai en 1:14 («fue hecho»). Estas palabras a fin de cuentas llegan a derivarse de la misma raíz que la mitad del compuesto monogenēs. Especialmente importante es 1 Jn. 5:18, donde la frase «Aquel que fue engendrado por Dios» (RV60) se refiere a Cristo, según el texto griego superior. Como ejemplo de la interpretación patrística, véase Justino Mártir, Diálogo con Trifón, 105. Al menos está claro que la relación expresada por monogenēs no se limita a la vida terrenal de tal forma que pueda adaptarse a una cristología adopcionista. La calidad de hijo en Juan está unida a la preexistencia (17:5, 24 y las muchas referencias sobre que el Padre envió al Hijo).

En su significado monogenēs se relaciona con diversas áreas: (1) ser o naturaleza (Hijo de Dios en forma única), (2) la revelación de Dios al hombre (Jn. 1:18), (3) salvación a través del Hijo (Jn. 3:16; 1 Jn. 4:9).

El Credo Apostólico se conforma con «único Hijo» la que es la antigua forma del Antiguo Símbolo Romano. En la Antigua versión latina del NT monogenēs se traduce unicus, pero en la Vulgata llegó a ser unigenitus por la influencia que la formulación cristológica nicena causó sobre Jerónimo.

BIBLIOGRAFÍA

Arndt; W. Bauer, HZNT (Jn. 1:14); Buechsel en TWNT; MM; Dale Moody, JBL 72, 213–219; B. E. Westcott, Epistles of John, pp. 169–172; G. Vos, The Self Disclosure of Jesus, pp. 213–227.

Everett F. Harrison

LXX Septuagint

RV60 Reina-Valera, Revisión 1960

HZNT Handbuch zum Neuen Testament (Lietzmann)

TWNT Theologisches Woerterbuch zum Neuen Testament (Kittel)

JBL Journal of Biblical Literature

Harrison, E. F., Bromiley, G. W., & Henry, C. F. H. (2006). Diccionario de Teología (625). Grand Rapids, MI: Libros Desafío.

Fuente: Diccionario de Teología