Para entender correctamente este tema a menudo mal entendido, debemos mirar a Aquel que creó el cuerpo humano. Si bien Dios dice: “Fructificad y multiplicaos” ( Génesis 1:28 ), y “He aquí, herencia de Jehová son los hijos ” ( Salmo 127:3 ), también responsabiliza a los padres de proveer para sus hijos ( I Timoteo 5:8 ; II Corintios 12:14 ; Proverbios 13:22 ). Una pareja no debe tener más hijos de los que puede cuidar y apoyar en todos los sentidos con profunda preocupación y amor.
Esto, por supuesto, significa que es probable que cada pareja deba considerar el uso de alguna forma de control de la natalidad. Otra consideración es el bienestar de la madre. La salud de una mujer puede verse gravemente afectada por tener demasiados hijos demasiado juntos. Los esposos deben tener una preocupación adecuada por la salud de sus esposas ( Efesios 5:25 ).
La Biblia no describe los diversos métodos modernos de control de la natalidad. Este es un asunto físico, y Dios espera que investiguemos y evalúemos la información disponible y lleguemos a una conclusión responsable. Cada pareja debe tener en cuenta sus circunstancias particulares a la hora de evaluar qué método es mejor para ellos.
Cabe señalar que algunos métodos son menos confiables, algunos pueden ser permanentes y otros pueden tener efectos secundarios no deseados. Además, una pequeña cantidad de métodos, los llamados medicamentos del “día después”, inducen un aborto temprano aún después de la fertilización. Estos, por supuesto, no deben ser considerados, ya que violan el sexto mandamiento ( Éxodo 20:13 ).
Muchos libros sobre el tema de los métodos anticonceptivos están disponibles en las bibliotecas o librerías locales. Dichos libros contendrán información sobre cada tipo de anticonceptivo disponible en la actualidad y describirán las ventajas y desventajas. También se pueden consultar los muchos recursos de salud en Internet para obtener dicha información.