Los estigmas son la aparición de las heridas de Jesucristo en el cuerpo de una persona. Algunos estigmas incluyen representaciones de las heridas en la espalda de Cristo causadas por la flagelación y/o las heridas en la cabeza causadas por la corona de espinas. Pero tradicionalmente los estigmas consisten en cinco puntos clásicos: el costado (donde Jesús fue traspasado con la lanza para confirmar que estaba muerto), y ambas manos y ambos pies (las heridas causadas por los clavos de la crucifixión). Los estigmas también se conocen como las “Cinco Llagas” o las “Llagas Sagradas de nuestro Señor”.
Varias personas en la historia de la iglesia han afirmado haber recibido estigmas milagrosamente. Sin embargo, existen serios desafíos a la legitimidad de estas supuestas apariciones. Se ha demostrado que muchos se han autoinfligido en un intento de falsificar estigmas milagrosos. La Biblia en ninguna parte instruye a nadie a recibir estigmas o afirma que Dios dará estigmas. En Gálatas 6:17, Pablo declara, “…porque yo traigo en mi cuerpo las marcas de Jesús”. Esto no significa que Pablo literalmente tuviera las cicatrices de la crucifixión. Más bien, indica que el cuerpo de Pablo tenía cicatrices debido a su compromiso de seguir a Cristo. Jesús sufrió las heridas para que nosotros no tuviéramos que hacerlo. Las heridas de la crucifixión que se infligieron milagrosamente en el cuerpo de un creyente contradicen el hecho de que “Él fue traspasado por nuestras transgresiones, molido por nuestras iniquidades; el castigo que nos trajo la paz fue sobre Él, y por Sus heridas fuimos curados”. ( Isaías 53:5 ).