Las enseñanzas de Pablo y otros apóstoles sobre sufrimiento y enfermedad – El Cristiano y la Enfermedad

El Cristiano y la Enfermedad

Las enseñanzas de Pablo y otros apóstoles sobre el sufrimiento y la enfermedad ofrecen una perspectiva profunda y espiritual sobre estas experiencias humanas. Aquí hay algunas reflexiones basadas en sus escritos:

  1. Paulo sobre el sufrimiento:
    • Sufrimiento y Gloria: En Romanos 8:18, Pablo dice: “Pues considero que los sufrimientos de este tiempo presente no son dignos de ser comparados con la gloria que nos ha de ser revelada”.
    • Sufrimiento y fortaleza: En 2 Corintios 12:7-10, Pablo habla de un “aguijón en su carne”, una aflicción o debilidad que le fue dada. Pero dice: “Me jacto de mis debilidades, para que la potencia de Cristo repose sobre mí… porque cuando soy débil, entonces soy fuerte”.
    • Sufrimiento y madurez: En Romanos 5:3-4, él escribe que el sufrimiento produce perseverancia, la perseverancia carácter, y el carácter esperanza.
  2. Pedro sobre el sufrimiento:
    • Sufrimiento y gracia: En 1 Pedro 5:10, Pedro anima a los creyentes diciendo: “Pero después de haber sufrido un poco de tiempo, el Dios de toda gracia, que os llamó a su gloria eterna en Cristo, él mismo os perfeccionará, afirmará, fortalecerá y establecerá”.
    • Sufrimiento como prueba de fe: En 1 Pedro 1:6-7, Pedro describe las pruebas como el fuego que prueba y purifica el oro, demostrando la autenticidad de la fe.
  3. Santiago sobre la enfermedad:
    • Oración y sanación: En Santiago 5:14-16, él instruye a los enfermos a llamar a los ancianos de la iglesia para orar por ellos, ungirlos con aceite en el nombre del Señor y confesar sus pecados unos a otros para ser sanados. La “oración de fe” sanará al enfermo, dice.
  4. Juan sobre la aflicción:
    • Triunfo sobre el mundo: En 1 Juan 5:4, Juan escribe que todo lo que ha nacido de Dios vence al mundo, y la fe es la victoria que ha vencido al mundo.

Estas enseñanzas subrayan una comprensión cristiana del sufrimiento y la enfermedad: no son necesariamente un castigo, sino que pueden ser oportunidades para el crecimiento espiritual, la profundización de la fe, y una dependencia renovada de Dios. Los apóstoles animan a los creyentes a mantener su esperanza y fe, incluso en medio de la adversidad, y a confiar en Dios para la fortaleza y la sanación.