Comentario de Efesios 2:13 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos habéis sido acercados por la sangre de Cristo.

2:13 — “Pero ahora”, en contraste con “en otro tiempo”. Dice Isa 57:18-19, “He visto sus caminos, pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré”.

Los gentiles estaban lejos (v. 12), y los judíos estaban cercanos (Sal 148:14). Este pensamiento se originó con la idea de que todos los que vivieron lejos de Jerusalén, estando lejos del propiciatorio, estuvieron, por lo tanto, lejos de Dios. El propiciatorio (la cubierta del arca de la alianza, Lev 16:14; Heb 9:15) era lo más cercano a Dios que uno podía llegar.

“Pero ahora” nos acercamos a Dios “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en paciencia, los pecados pasados” (Rom 3:24-25).

Jesús dijo en Jua 10:16, “también tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”. Esto concuerda perfectamente con lo que Pablo enseña en este capítulo, porque es el mismo tema.

Por consiguiente, Pedro pudo decir en el día de Pentecostés, “Porque para vosotros (judíos) es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estén lejos (gentiles); para cuantos el Señor vuestro Dios llamare” (Hch 2:39).

— “por la sangre de Cristo”. Los judíos se acercaban al propiciatorio, el símbolo de la presencia divina, por medio de la sangre que se ofrecía en los sacrificios que apuntaban hacia Cristo, “el cordero de Dios que quita los pecados del mundo” (Jua 1:29), pero ahora Cristo ha ofrecido a sí mismo como la verdadera expiación por los pecados, tanto de los gentiles como de los judíos (1Jn 2:1-2).

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento por Partain

mas ahora en Cristo Jesús. Rom 8:1; 1Co 1:30; 2Co 5:17; Gál 3:28.

vosotros … estabais lejos. Efe 2:12, Efe 2:17, Efe 2:19-22; Efe 3:5-8; Sal 22:7; Sal 73:27; Isa 11:10; Isa 24:15, Isa 24:16; Isa 43:6; Isa 49:12; Isa 57:19; Isa 60:4, Isa 60:9; Isa 66:19; Jer 16:19; Hch 2:39; Hch 15:14; Hch 22:21; Hch 26:18; Rom 15:8-12.

por la sangre de Cristo. Efe 2:16; Efe 1:7; Rom 3:23-30; Rom 5:9, Rom 5:10; 1Co 6:11; 2Co 5:20, 2Co 5:21; Col 1:13, Col 1:14, Col 1:21, Col 1:22; Heb 9:18; 1Pe 1:18, 1Pe 1:19; 1Pe 3:18; Apo 5:9.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

lejos. Un término común en los escritos rabínicos que se usaba para describir a los gentiles, aquellos que estaban separados por completo del Dios verdadero (cp. Isa 57:19; Hch 2:39). hechos cercanos. Cada persona que confía solo en Cristo para su salvación, sea judío o gentil, entra a una unión espiritual e íntima con Dios. Este es el proceso de reconciliación que se describe en 2Co 5:18-21. La obra expiatoria lograda por la muerte de Cristo en la cruz se lleva por completo el castigo del pecado y en últimas su misma presencia.

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

2:13 — “Pero ahora”, en contraste con “en otro tiempo”. Dice Isa 57:18-19, “He visto sus caminos, pero le sanaré, y le pastorearé, y le daré consuelo a él y a sus enlutados; produciré fruto de labios: Paz, paz al que está lejos y al cercano, dijo Jehová; y lo sanaré”.
Los gentiles estaban lejos (v. 12), y los judíos estaban cercanos (Sal 148:14). Este pensamiento se originó con la idea de que todos los que vivieron lejos de Jerusalén, estando lejos del propiciatorio, estuvieron, por lo tanto, lejos de Dios. El propiciatorio (la cubierta del arca de la alianza, Lev 16:14; Heb 9:15) era lo más cercano a Dios que uno podía llegar.
“Pero ahora” nos acercamos a Dios “siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en paciencia, los pecados pasados” (Rom 3:24-25).
Jesús dijo en Jua 10:16, “también tengo otras ovejas que no son de este redil; aquéllas también debo traer, y oirán mi voz; y habrá un rebaño, y un pastor”. Esto concuerda perfectamente con lo que Pablo enseña en este capítulo, porque es el mismo tema.
Por consiguiente, Pedro pudo decir en el día de Pentecostés, “Porque para vosotros (judíos) es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que estén lejos (gentiles); para cuantos el Señor vuestro Dios llamare” (Hch 2:39).
— “por la sangre de Cristo”. Los judíos se acercaban al propiciatorio, el símbolo de la presencia divina, por medio de la sangre que se ofrecía en los sacrificios que apuntaban hacia Cristo, “el cordero de Dios que quita los pecados del mundo” (Jua 1:29), pero ahora Cristo ha ofrecido a sí mismo como la verdadera expiación por los pecados, tanto de los gentiles como de los judíos (1Jn 2:1-2).

Fuente: Notas Reeves-Partain

EL FINAL DE LAS BARRERAS

Efesios 2:13-18

Pero, tal como ahora están las cosas, en virtud de lo que Jesucristo ha hecho, los que antes estabais lejos habéis sido acercados al precio de la sangre de Cristo. Porque es Él el Que ha hecho la paz entre nosotros; es Él el Que ha hecho de los judíos y los gentiles un solo pueblo, y el Que ha derribado la muralla intermedia de separación, y acabado con la enemistad al venir en la carne, y abolido la ley de los mandamientos con todos sus decretos. Esto lo hizo para formar con los dos una nueva humanidad haciendo la paz entre ellos para reconciliar a ambos con Dios en un solo Cuerpo por medio de la Cruz, después de haber dado muerte por medio de lo que Él hizo a la enemistad que había entre ellos. Así es que vino a predicar la paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estábamos cerca; porque por medio de Él los dos tenemos derecho de acceso a la presencia del Padre, porque venimos en un solo y mismo Espíritu.

Ya hemos visto que los judíos despreciaban y odiaban a los gentiles. Ahora Pablo usa dos ilustraciones que serían claras para los judíos, para mostrar cómo surge una nueva unidad.
Dice que los que estaban lejos han sido Hechos cercanos. Isaías había oído decir a Dios: «Paz, paz para el que está lejos y para el que está cerca» Isa 57:19 ). Cuando los rabinos hablaban de recibir a un converso en el judaísmo, decían que había sido traído cerca. Los escritores rabínicos judíos cuentan que una mujer gentil se dirigió a rabí Eliezer. Confesaba que era pecadora, y pedía ser admitida a la fe judía. «Rabí -le dijo ella-,tráeme cerca.» El rabino se negó: le cerró la puerta en la cara a la mujer. Pero en Cristo la puerta está abierta. Los que habían estado lejos de Dios eran traídos cerca, y la puerta no se le cerraba a ninguno.

Pablo usa una ilustración aún más gráfica. Dice que se ha suprimido la barrera intermedia de separación.
Esta es una figura tomada del templo. El recinto del templo consistía en una serie de atrios, cada uno un poco más elevado que el anterior, con el templo propiamente dicho en el patio más interior. En primer lugar se encontraba el Atrio de los Gentiles; luego, el Atrio de las Mujeres; después, el Atrio de los Israelitas; después, el Atrio de los Sacerdotes, y finalmente el Lugar Santo propiamente dicho.
Los gentiles no podían entrar nada más que al primero de esos atrios, entre el cual y el de las mujeres había un muro, o más bien una especie de celosía de mármol, hermosamente trabajada, en la que se encontraban a intervalos tabletas que anunciaban que si un gentil pasaba más al interior se exponía a la muerte inmediata. Josefo dice en su descripción del templo: ” Cuando se pasaba de estos primeros claustros al segundo atrio del templo, había una partición todo alrededor hecha de piedra, de tres codos (metro y medio) de altura. Su construcción era muy elegante; sobre ella había pilares a distancias regulares entre sí, con carteles en los que se exponía la ley de la pureza, algunos en letras griegas y otros en romanas, de que ningún forastero podía entrar en el santuario. (Las guerras de los judíos, 5, 5, 2). En otra descripción dice del segundo atrio del templo: ” Este estaba rodeado de un muro de piedra a manera de partición con una inscripción que prohibía a todos los forasteros las entrada bajo pena de muerte» (Antigüedades de los judíos, 15, 11, 5). En 1871 se descubrió una de esas tablas de prohibición, en la que se puede leer: «Que nadie de ninguna otra nación se acerque a la verja o a la barrera alrededor del Lugar Santo. Quienquiera que sea sorprendido haciéndolo responderá con su propia vida.»

Pablo conocía muy bien esa barrera. Cuando le arrestaron en Jerusalén se debió al hecho de que le acusaran falsamente de introducir a Trófimo, un gentil efesio, más allá de esa barrera del templo (Hch 21:28 s). Así que el muro intermedio, con su barrera, excluía a los gentiles de la presencia de Dios.

LAS DISCRIMINACIONES
DE LA NATURALEZA HUMANA SIN CRISTO

Efesios 2:13-18 (continuación)

No se debe pensar que los judíos fueran el único pueblo que pusiera barreras y excluyera a otros. El mundo antiguo estaba lleno de barreras. Hubo un tiempo, más de cuatrocientos años antes del de Pablo, cuando Grecia estuvo en peligro de una invasión persa. Era la edad de oro de la ciudad-estado. Grecia estaba formada por ciudades famosas como Atenas, Tebas, Corinto y las demás. Y estuvo a punto de acabar en un desastre porque las ciudades se negaron a cooperar para enfrentarse al común enemigo. ” El peligro estaba -escribía T R. Glover- en cada generación en el mismo hecho de las ciudades aisladas, empeñadas en su independencia a toda costa.»

Cicerón pudo ‘escribir mucho más tarde: «Como dicen los griegos, toda la humanidad se divide en dos partes: los griegos, y los bárbaros.» Los griegos llamaban bárbaros a todos los que no sabían griego; y los despreciaban y les ponían barreras. Cuando Aristóteles estaba discutiendo la bestialidad, decía: ” Se encuentra de lo más frecuentemente entre los bárbaros.» Y por bárbaros quería decir simplemente los que no eran griegos. Habla de ” las tribus remotas de bárbaros que pertenecen a la- clase bestial.» La forma más vital de religión entre los griegos eran los misterios, de muchos de los cuales estaban excluidos los bárbaros. Livio escribe: «Los griegos mantienen una guerra sin cuartel contra los pueblos de otras razas, contra los bárbaros.» Platón decía que los bárbaros son «nuestros enemigos por naturaleza.»

Este problema de las barreras no se limita al mundo antiguo ni mucho menos. Rita Snowden cita dos dichos muy pertinentes. El padre Taylor de Boston solía decir: “En el mundo hay sitio para todos los pueblos que hay en él, pero no queda sitio para más barreras de esas que los separan.» Sir Philip Gibbs, en La cruz de la paz, escribía: ” El problema de las barreras se ha convertido en uno de los más acuciantes que tiene que arrostrar el mundo. Hoy en día hay toda clase de vallas separatorias en zigzag que pasan por todas las razas y los pueblos del mundo. El progreso moderno ha convertido el mundo en una gran vecindad: Dios nos ha dado la tarea de convertirlo en una fraternidad. En estos días de muros divisorios de raza y clase y credo, nosotros tenemos que sacudir la Tierra otra vez con el mensaje del Cristo que nos incluye a todos, en Quien no hay ni siervos ni libres, ni judíos ni griegos, ni escitas ni bárbaros, sino que todos somos uno.”

El mundo antiguo tenía sus barreras. Lo mismo sucede en el nuestro. En cualquier sociedad sin Cristo no puede haber nada más que paredes intermedias de separación.

LA UNIDAD EN CRISTO

Efesios 2:13-18 (continuación)

Así que Pablo pasa a decir que en Cristo desaparecen esas barreras. ¿Cómo las ha echado abajo Cristo?
(i) Pablo dice de Jesús: ” Él es nuestra paz.” ¿Qué quería decir con eso? Usemos una analogía humana. Supongamos que dos personas tienen una diferencia y acuden con ella a los tribunales; y los expertos en la ley redactan un documento que establece los derechos del caso, y piden a las dos partes contendientes que se pongan de acuerdo sobre esa base. Todas las posibilidades están en contra de que se resuelva así el problema, porque rara vez se consigue la paz por medio de documentos legales. Pero supongamos que alguien a quien aman las dos partes en conflicto se interpone, y les habla: entonces sí es posible la reconciliación. Cuando dos partes están en conflicto, la única manera en que pueden llegar a hacer las paces es mediante la intervención de alguien a quien aman los dos.

Eso es lo que Cristo ha hecho. Él es nuestra paz. Es en un común amor a Él como las personas llegan a amarse entre sí. Esa paz se ganó al precio de Su sangre, porque no hay nada que despierte el amor como la Cruz. La vista de esa Cruz despierta el amor a Cristo en los corazones de las personas de todas las naciones, y solamente cuando todos amen a Cristo se amarán entre sí. La paz no se produce mediante tratados y ligas. Sólo puede haber paz en Jesucristo.

(ii) Pablo dice que Jesucristo abolió la ley de los mandamientos con todos sus decretos. ¿Qué es lo que quería decir? Los judíos creían que una persona solo podía alcanzar la amistad de Dios guardando la ley judía. Esa ley se había desarrollado en miles y miles de mandamientos y decretos. Había que lavarse las manos de una cierta manera; había que limpiar los cacharros de una cierta manera; había página tras página acerca de lo que se podía y de lo que no se podía hacer en sábado; este y ese y aquel sacrificios se tenían que ofrecer en relación con esta y esa y aquella situaciones de la vida. Los únicos que pretendían cumplir plenamente la ley judía eran los fariseos, que no sumaban más que unos seis mil. Una religión basada en toda clase de reglas y normas acerca de los rituales y sacrificios y días santos no puede nunca llegar a ser una religión universal. Pero, como dijo Pablo en otro lugar: ” Cristo es el fin de la ley” (Rm 10:4 ). Jesús acabó con el legalismo como principio de religión.

En su lugar Cristo puso el amor a Dios y a nuestros semejantes. Jesús vino a decirnos que no podemos ganar la aprobación de Dios guardando una ley ceremonial, sino que tenemos que aceptar el perdón y la comunión que Dios nos ofrece gratuitamente en Su misericordia. Una religión basada en el amor puede convertirse un seguida en una religión universal.
Rita Snowden cuenta una historia de la guerra. En Francia, algunos soldados y su sargento trajeron el cuerpo de un camarada muerto para enterrarle en un cementerio francés. El sacerdote les dijo amablemente que estaba obligado a preguntar si su camarada era un católico romano bautizado. Dijeron que no lo sabían. El sacerdote dijo entonces que lo sentía mucho, pero, en ese caso, no podía permitir que le enterraran en terreno sagrado. Así que los soldados se llevaron el cuerpo de su camarada entristecidos, y le enterraron al otro lado de la valla. Al día siguiente volvieron a ver si la tumba estaba bien; y, para su gran sorpresa, no la pudieron encontrar. Por mucho que buscaron no dieron con las señales de tierra removida. Ya estaban a punto de marcharse confusos, cuando se les acercó el sacerdote. Les dijo que había tenido el corazón inquieto por haberles negado el permiso de enterrar a su camarada muerto en su cementerio; así que, de madrugada, se había levantado y había movido la valla para incluir el cuerpo del soldado que había muerto por Francia. Eso es lo que el amor puede hacer. Las reglas y las normas ponen barreras; pero el amor las quita. Jesús removió las barreras entre las personas porque abolió toda religión fundada en reglas y normas, y trajo a las personas una religión cuyo fundamento es el amor.

LOS DONES DE LA UNIDAD EN CRISTO

Efesios 2:13-18 (conclusión)

Pablo pasa. a hablar de los dones de valor incalculable que nos trae la unidad en Cristo.

(i) Él unió a judíos y gentiles en una nueva humanidad.

En griego hay dos palabras para nuevo. Hay la palabra néos, que quiere decir sencillamente nuevo en relación con el tiempo. Una cosa que es néos ha empezado a existir hace poco, pero puede que hubiera antes en existencia millares de la misma cosa. Un lapicero que sale de una fábrica esta semana es néos, pero ya existían millones exactamente iguales. La otra palabra es kainós, que quiere decir nuevo en cuanto a su cualidad. Una cosa que es kainós es nueva en el sentido de que trae al mundo una nueva especie de cosa que no existía antes.

La palabra que usa Pablo aquí es kainós; dice que Jesús une a judíos y a gentiles, y produce con ellos una nueva clase de humanidad. Esto es muy interesante y muy significativo; no es que Jesús convierta a todos los judíos en gentiles, ni a todos los gentiles en judíos; produce de ambos una nueva especie de persona, aunque siguen siendo gentiles y judíos. Crisóstomo, el famoso predicador de la Iglesia Primitiva, dice que es como si uno fundiera una estatua de plata y otra de plomo, e hiciera de las dos una de oro.

Jesús no logra la unidad haciendo desaparecer todas las características raciales, sino haciendo hijos de Dios a todos los hombres y mujeres de todas las naciones. Bien puede ser que tengamos que aprender algo aquí. En muchos casos se han mandado misioneros a los países paganos para hacer que los de allí vivan como los del país que los manda. Hay algunas iglesias resultantes de la obra misionera que tienen la misma forma de culto de las iglesias madre. Sin embargo, no es el propósito de Jesús el que hagamos de toda la humanidad una sola nación, sino que haya cristianos africanos, e indios, y de todos los pueblos y razas, cuya unidad radique exclusivamente en su cristianismo. La unidad en Cristo es en Cristo y no en cambios externos.
(ii) Él reconcilió con Dios a los dos. La palabra que usa Pablo (apokatallassein) quiere decir hacer volver a la amistad a personas que han estado enemistadas. La obra de Cristo consiste en mostrar a todos que Dios es su amigo, y por tanto deben ser amigos los unos de los otros. La reconciliación con Dios conlleva y hace realidad la reconciliación entre los seres humanos.

(iii) Por medio de Jesús, tanto los judíos como los gentiles tenemos el derecho de acceso a Dios. La palabra que usa Pablo para acceso es prosagógué, una palabra con muchos matices. Es la palabra que se usa para presentarle a Dios un sacrificio; para introducir a personas a la presencia de Dios para que se consagren a Su servicio; para presentar a un conferenciante o a un embajador a una asamblea; y, sobre todo, es la palabra que se usa para introducir a una persona a la presencia del rey. Había de hecho en la corte real persa un funcionario que se llamaba el prosagógueus, cuya función era introducir a las personas que deseaban una audiencia personal con el rey. Es una posibilidad que no tiene precio el tener el derecho de acudir a cualquier persona amable y sabia y santa en cualquier momento; el tener el derecho de contar con su atención para presentarle nuestros problemas, nuestra soledad y nuestro dolor. Ese es exactamente el derecho que nos da Jesús en relación con Dios.

La unidad en Cristo produce cristianos cuyo cristianismo trasciende todas las diferencias locales y raciales; produce personas que son amigas entre sí porque son amigas de Dios; produce hombres que son uno porque se reúnen en la presencia de Dios, a Quien todos tienen acceso.

Fuente: Comentario al Nuevo Testamento

La clave de este versículo radica en que el traductor se asegure de hacer claros los siguientes elementos: El contraste entre el ahora y el otro tiempo pasado que se vuelve a señalar en este texto.

También se debe notar la diferencia entre lo que significa estar en el mundo (Efe 2:12) y estar en Cristo Jesús. Ambos estados se describen en términos de distancia: estabais lejos y habéis sido hechos cercanos. El texto no indica a qué o a quién fuimos acercados. Es posible que aquí se use el lenguaje de Isa 57:19 donde se habla de los que se encontraban lejos de Sion, la ciudad de Dios. Algunos comentaristas señalan que la expresión era usada por los rabinos para describir cuando un gentil se convertía al judaísmo. El sentido metafórico de la expresión se debe expresar de otra manera, sobre todo si en algunos idiomas no comunica el sentido que en este texto tiene de acercarse a Dios y al prójimo. Expresiones como “renovar la amistad”, “vivir cerca de”, “reconciliarse”, pueden ser útiles para que el traductor comunique esa idea de la distancia que existía entre esas personas y que ahora viven cerca la una de la otra. Esto depende de que identifiquemos “a qué” o “a quién hemos sido acercados”. Como veremos más adelante, se refiere tanto a acercarse a Dios como también a estar cerca el uno del otro. De hecho, es éste último aspecto que recibe mayor énfasis en este pasaje, como lo muestre el versículo siguiente.

La diferencia entre ambos estados la ha determinado el sacrificio de Jesús: por la sangre de Cristo (cf. Efe 1:7-8 donde se mencionó por primera vez en relación con nuestra redención y perdón). Lo notable es que ahora se subraya no sólo la reconciliación con Dios sino, de manera preponderante, también la reconciliación con nuestros enemigos.

Es posible que la expresión, por la sangre, represente alguna dificultad en ciertos contextos. Su significado proviene de los sacrificios levíticos practicados por los israelitas, en los cuales la sangre representaba la redención y propiciación ante Dios. Así, por medio de estas palabras, el autor nos remite al sacrificio de Cristo como aquel que hace posible el paso del “ayer” al “hoy” de los lectores, entre el “estar lejos” y ahora “haber sido hechos cercanos”. Esta forma pasiva es resuelta por la NVI que dice: «Dios los ha acercado mediante la sangre de Cristo» (cf. Efe 1:7). Esto es lo que hacen algunas versiones: DHH dice: «Pero ahora, unidos a Cristo Jesús por la sangre que él derramó, ustedes que antes estaban lejos están cerca». La única nota que se añade es que esa sangre fue derramada. TLA sí interpreta la metáfora y dice: «Pero ahora, ustedes que estaban lejos de Dios, ya han sido acercados a él, pues están unidos a Jesucristo por medio de su muerte en la cruz». Nótese que, a diferencia de RV95, BJ, NBE, NVI, LPD y BNM que hacen de la sangre el medio por el cual nos acercamos a Dios, la DHH y TLA interpretan la sangre/muerte de Cristo como la causa o medio que hizo posible nuestra unión con Cristo. El estar cerca es consecuencia de ello. Las BP liga la unión y la sangre como causales o medios para acercarnos: «Gracias a Cristo Jesús y en virtud de su sangre, los que un tiempo estabais lejos estáis cerca». De manera similar, la BL traduce así: «Pero ahora, en Cristo Jesús y por su sangre, ustedes que estaban lejos han venido a estar cerca».

Fuente: Comentario para Exégesis y Traducción

Isa 57:19; Rom 3:25; Rom 5:9; Col 1:20; Heb 9:14; Heb 10:19; 1Pe 1:18-19; 1Jn 1:7.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

REFERENCIAS CRUZADAS

h 101 Heb 10:19

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

la sangre de Cristo. Es decir, la muerte expiatoria de Cristo (cp. He 9:14).

Fuente: La Biblia de las Américas

13 (1) Pero ahora es una frase preciosa, la cual indica que ahora en Cristo tenemos esperanza y también tenemos a Dios.

13 (2) Es decir, lejos de Cristo, de la ciudadanía de Israel y de los pactos de la promesa de Dios. Esto equivale a estar lejos de Dios y de todas Sus bendiciones.

13 (3) Es decir, cercanos a Cristo, a Israel y a la promesa de Dios. Esto equivale a estar cercanos a Dios y a todas Sus bendiciones.

13 (4) Estábamos lejos porque habíamos caído. Pero la sangre redentora de Cristo nos trajo de nuevo. Así que, en esta sangre hemos sido hechos cercanos a Israel y a Dios.

Fuente: Comentario Del Nuevo Testamento Versión Recobro

cercanos (a Dios).

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

M206 El participio de presente ὄντες se refiere a lo que antecede al verbo principal, y tiene un sentido duradero: ustedes quienes una vez estaban.

Fuente: Ayuda gramatical para el Estudio del Nuevo Testamento Griego

O, en

Fuente: La Biblia de las Américas