Comentario de Génesis 1:3 – Exégesis y Hermenéutica de la Biblia

Entonces dijo Dios: “Sea la luz,” y fue la luz.

y dijo Dios. Sal 33:6, Sal 33:9; Sal 148:5; Mat 8:3; Jua 11:43.

Sea la luz. Job 36:30; Job 38:19; Sal 97:11; Sal 104:2; Sal 118:27; Isa 45:7; Isa 60:19; Jua 1:5, Jua 1:9; Jua 3:19; 2Co 4:6; Efe 5:8, Efe 5:14; 1Ti 6:16; 1Jn 1:5; 1Jn 2:8.

Fuente: El Tesoro del Conocimiento Bíblico

Sea la luz: Estas palabras nos expresan un tema de gran importancia en la Biblia. Dios trae luz en las tinieblas (Isa 9:1, Isa 9:2). Aquí, Dios nos provee de luz física; el NT. nos dice que Dios envió a su Hijo para ser la luz del mundo (Jua 8:12). Y al final, las tinieblas no existirán (Apo 21:23). Dios lo dijo, y fue hecho.

fue la luz. Su orden se hizo realidad.

Fuente: Nuevo Comentario Ilustrado de la Biblia Caribe

SEA LA LUZ. La palabra hebrea para “luz” es ‘or, que se refiere a las ondas iniciales de energía de luz que llegaban a la tierra. Más tarde Dios puso “lumbreras” (heb. mayor, v. Gén 1:14) en los cielos como permanentes generadores y reflectores de ondas de luz. El propósito primordial de esas lumbreras era servir de señales para las estaciones y para indicar los días y los años (vv. Gén 1:5 Gén 1:14). Para comentarios sobre el papel de la palabra de Dios en la creación, véase el ARTÍCULO LA CREACIÓN, P. 6. [Gén 1:1]

Fuente: Biblia de Estudio Vida Plena

dijo Dios. Sin esfuerzo alguno, Dios habló la luz a la existencia (cp. Sal 33:6; Sal 148:5). Esto disipó las tinieblas del v. Gén 1:2. luz. Las lumbreras mayor y menor (el sol y la luna) fueron creadas más tarde (Gén 1:14-19) en el cuarto día. Aquí, Dios fue el dador de la luz (2Co 4:6) y será en la eternidad futura la fuente de la luz (cp. Apo 21:23).

Fuente: Biblia de Estudio MacArthur

— dijo Dios: Esta frase pone de relieve el poder creador de la palabra divina. La orden de Dios se cumple de forma inmediata, y el efecto producido coincide con el pensamiento y la voluntad del Creador.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

Sal 33:9; Sal 27:1 ss; Sal 104:2 ss; Jer 10:12; Pro 8:22-31; Jua 1:3; 2Co 4:6; Heb 11:3.

Fuente: Traducción Interconfesional HispanoAmericana

La creación de la luz. El oscuro mundo fue iluminado cuando Dios dijo: Sea la luz. Más precisamente, el día fue distinguido de la noche al crearse la luz. La luz es una forma de energía y puede ser producida en diferentes maneras, no sólo por el sol y las estrellas (los cuales no habían sido creados sino hasta el día cuarto). Cosmólogos contemporáneos dicen que el universo comenzó con un gran estallido ardiente, el cual debió producir una luz muy brillante. El orden comienza a aparecer y a reemplazar el oscuro caos. El refrán Dios vio que (esto) era bueno (cf. vv. 10, 12, 18, 21, 25, 31) afirma la bondad intrínseca de la creación y de su Creador.

Nota. Es posible que el orden de tarde-mañana en la frase Y fue la tarde y la mañana del primer día (cf. vv. 8, 13, 19, 23, 31) refleje el concepto hebreo del día comenzando con el atardecer y terminando con el amanecer siguiente. Lo que más importa en Gén. es que Dios trabajó durante seis “días” y descansó. Al ser estos los días de la actividad de Dios y no de la actividad humana, no es probable que deban ser considerados como días de 24 horas. Además, la palabra hebrea para “día” cubre una variedad de períodos, que van desde las horas de luz en el día (Gén. 29:7), a un día de 24 horas (Gén. 7:4), o a un período indefinido (Gén. 35:3). Que ellos fueron diferentes de los días ordinarios se muestra por el hecho de la no existencia del sol hasta el día cuarto. Otra insinuación de que la creación no tomó seis días literales es la mención de la creación de los cielos y la tierra, eso es, el universo desorganizado (1) antes que los seis días fuesen contados. Finalmente, se debe notar que 1:1-2:3, diferente a todas las otras secciones de Gén., no está encabezada por el título: “Estos son los orígenes”, que es lo que une la protohistoria (2:4-11:26) con la historia patriarcal (11:27-50:26). Todas estas diferencias indican que 1:1-2:3 sirve como una obertura para el resto del libro y que no debe ser tomada lit. como aquello que continúa. No obstante, que Dios trabajó seis días y que descansó el día séptimo (sea cual fuere el largo de sus días por medidas humanas) es un modelo para ser seguido por la humanidad.

Fuente: Nuevo Comentario Bíblico Siglo Veintiuno

NOTAS

(1) “Y […] procedió a decir.” Heb.: wai·yó’·mer. El primero de más de 40 casos en el capítulo 1 de Génesis en que la acción progresiva se indica mediante un verbo heb. en el estado imperfecto. Véase Ap. 3C.

REFERENCIAS CRUZADAS

h 7 Sal 33:9

i 8 Isa 45:7

Fuente: Traducción del Nuevo Mundo

Entonces dijo Dios. La creación por decreto es una directa expresión del poder soberano de Dios (cp. Sal 33:6– 9; 148:3– 5; He 11:3; 2 P 3:5).

Sea la luz. La luz simboliza vida, y bendición (cp. Job 3:20; 30:26) y está vinculada con el carácter de Dios mismo (cp. Sal 104:2; Is 60:1– 3). Aún no han sido creados el sol, la luna ni las estrellas (vers. 14– 18). Esta luz irradia de Dios mismo (cp. Sal 56:13; Is 60:19; 1 Jn 1:5; Ap 22:5); Cristo es luz (cp. Mt 4:16; Jn 8:12; 12:35).

Fuente: La Biblia de las Américas

luz. No es el sol (el cual fue creado en el cuarto día, v. Gén 1:16), sino alguna fuente fija de luz fuera de la tierra. Con referencia a esa luz, la tierra al rotar completaba un ciclo de día y noche.

Fuente: Biblia de Estudio Anotada por Ryrie

Entonces… → §003.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

Haya luz… Es decir, resplandezca luz2Co 4:6.

Fuente: Biblia Textual IV Edición

g 2Co 4:6

Fuente: La Biblia Textual III Edición

[o] DIOS HABLA Dijimos en el comentario que este primer capítulo era algo así como el prefacio del primer núcleo de la Biblia, cuando Esdras reunió los libros de Moisés y de los profetas (Ne 8 ; 2 Mac 2,13). Si comparamos este primer capítulo con otros relatos de los pueblos antiguos – podríamos hablar de sus cosmogonias (escritos referentes a la formación del universo) o de sus mitos (cuentos que expresan en forma figurada creencias referentes al orden del mundo)- aparecerán algunos puntos en que éste dice lo que otros no dicen. Unos de los más importantes es el enfasis puesto en esas palabras : Dios dijo: Las Escrituras son nuestra regla, pero antes que cualquier escritura, ha sido dicha una palabra. La expresión Dios dijo volverá un sinnúmero de veces a través de la Biblia, pero, según los lugares, el enfasis estará puesto en que Dios toma la iniciativa de expresarse, o en que Dios da una enseñanza o una orden. En estos primeros Dios dijo, debemos entender lo uno y lo otro. Génesis DIOS ES UN DIOS QUE HABLA Presentar la Biblia solamente como una enseñanza de Dios sería reducir la fe. Enseñanzas sí las hay, pero más importante todavía es el hecho de que Dios hable. ¡Qué revelación más decisiva acerca de Aquel o de Aquello que debe de ser la eternidad misma! De entrada se descartan las dudas del que pregunta: ¿Acaso tiene conciencia ? ¿Nos conoce? ¿Puede comunicarse con su creación? ¿Querrá algo de nosotros? Muy pocos filósofos se han atrevido a dar una respuesta positiva a estas preguntas.. Pero ya en estos textos antiguos se define la fe judía y cristiana: Dios sale de sí y se dirige a nosotros esperando una respuesta. Trás el universo, su inmensidad, sus misterios, sus sombras y sus luces, existe Alguien que ha desatado una aventura de incalculables consecuencias. Y lo más arriesgado de esta aventura ha sido que El entablara un dialogo con sus criaturas. Cuando hablamos nosotros, no es solamente para dar órdenes, o para pedir. Cuando hablo, estoy tocando a la puerta de otro para que él vea que yo existo, para ponerlo a prueba y ver si él también existe de verás. Y cuando haya sido escuchado, yo también sabré que existo y cuento para algo. La revelación cristiana no será en primer lugar una ley del Cielo que tendríamos que seguir so pena de un fracaso o de un castigo: Dios es “el Otro” que despierta en nosotros nuestra misma conciencia y nos saca de nuestra soledad. Este es el punto a partir del cual podremos entender las numerosas páginas que testimonian de una llamada de Dios a sus profetas: Moisés, Elías, Isaías, Jeremías y muchos más, como ya sabemos. Cualquier llamada de Dios produce en el que la recibe una nueva conciencia de sí mismo y le da capacidad para cumplir con la misión recibida. De ahí que toda la historia bíblica será de alguna manera la obra de profetas. Dios es un Dios que habla. No esperó para hacerlo que tuviera criaturas capaces de oirle, sino que habló primero para decirse a sí mismo. La Palabra está en Dios desde el comienzo. Ella es su misma Sabiduría y él no la conoce sino dándole vida, frente a sí mismo para luego volver a traerla a sí mismo para que comparta su propia plenitud. Este misterio del Dios-que-se-dice-a-sí-mismo o, del Padre con su Hijo, está en el origen de la creación, y por eso nuestro mundo es un mundo en el que Dios habla.

Fuente: Notas de la Biblia Latinoamericana