Significado Bíblico de PACIENCIA
Significado de Paciencia
Ver Concordancia
(gr. makrothumía, «paciencia», «firmeza», «constancia», «resistencia»;
hupomone, «paciencia», «constancia», «fortaleza», «perseverancia», «firmeza»).
Paciencia es la cualidad de resistir con firmeza, con la confiada expectativa
de un fin deseado, a pesar de las dificultades, del desánimo y de las
circunstancias desalentadoras y, a menudo, del sufrimiento. Repetidas veces
los escritores del NT incluyen la paciencia en la lista de las virtudes 879
cristianas (Ro. 5:3, 4; 2 Co. 6:4; 1 Ti. 6:11;2 P. 1:6; 2 Ti. 3:10). La
paciencia se basa en la esperanza (Ro. 8:24, 25; 1 Ts. 1:3, BJ). En vista de
que «a través de muchas tribulaciones entraremos en el reino de Dios» (Hch.
14:22), y particularmente por cuanto la entrada en ese reino venidero de gloria
involucra un prolongado período de espera, la paciencia o constancia
perseverante llega a ser una virtud cristiana cardinal (He. 10:36; Stg. 1:3,
4); paciencia que siempre nos recuerda: «Las aflicciones del tiempo presente
no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse»
(Ro. 8:18). El término «paciencia» aparece 2 veces en el AT: en Job 6:11
traduce el heb. arîk, que tiene el sentido de «prolongar la vida», en Pr.
25:15 traduce el heb. ôrek appayim, «soportar con buen ánimo».
Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: PACIENCIA
PACIENCIA según la Biblia: Implica sufrir circunstancias adversas esperando, pero de una manera voluntaria, y no por mera necesidad.
Implica sufrir circunstancias adversas esperando, pero de una manera voluntaria, y no por mera necesidad.
Hay muchas exhortaciones al cristiano para el ejercicio de esta virtud, a fin de que el creyente pueda soportar sin murmuraciones aquellas pruebas ordenadas por el Señor, así como las oposiciones, injusticias y provocaciones que puedan caer sobre él por causa del nombre de Cristo (Ro. 5:3, 4; 8:25; 15:4; Gá. 5:22; Ef. 4:22; Col. 1:11; 3:12; Tit. 2:2; He. 6:12; 10:36; Stg. 1:3, 4; 5:7, 8, 10, 11; 2 P. 1:6, etc.).
Esta paciencia de los santos debe ser reflejo de la paciencia del mismo Dios, que es llamado «el Dios de la paciencia» (Ro. 15:5), quien ciertamente la ha mostrado hacia un mundo lleno de pecado, con vistas a la cruz de Cristo: «habiendo pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados» (Ro. 3:25).
También en el mundo antiguo Dios reveló su paciencia dejando un largo espacio de tiempo para el arrepentimiento a los contemporáneos de Noé (1 P. 3:20), y se insiste en que «la paciencia de Dios es para salvación» (2 P. 3:15).
Por cuanto el creyente tiene que manifestar el espíritu de Cristo, es llamado a ejercitar «la paciencia de Cristo» (cfr. 2 Ts. 3:5), y ello «hasta la venida del Señor» (Stg. 5:7).