Significado Bíblico de PROVINCIA
Significado de Provincia
Ver Concordancia
 (heb. y aram. generalmente medînâh, «distrito administrativo», «satrapía», 
«jurisdicción»; gr. eparjéia). 
Distrito administrativo a 956 cargo de un gobernador* o un prefecto. Los 
babilonios (Dn. 2:48, 49; etc.), y más tarde los persas (Est. 1:1, 3; etc.), 
dividieron sus respectivos imperios en distritos bajo la administración de 
oficiales designados por el gobierno central (1:3; 3:12). Darío el Grande, 
cuyo imperio se extendió desde la India hasta Etiopía, lo dividió en 20 
satrapías, que a su vez estaban divididas en unidades menores llamadas 
provincias. En tiempos de Ester había 127 provincias (subdivisiones menores) 
en el Imperio Persa (Est. 1:1). Durante el período persa, Judá fue una 
provincia que formaba parte de la satrapía llamada «Más Allá del Río» (Esd. 
5:8, 3, 6); tuvo sus propios gobernadores, como Sesbasar y Nehemías (Esd. 5:14; 
Neh. 5:14, 15). Las provincias del Imperio Romano eran de 2 clases: imperiales 
y senatoriales. Estas últimas eran administradas por el Senado romano, que 
designaba un procónsul como gobernador de cada una de ellas. 
Eran regiones que ya no necesitaban la presencia de un ejército romano para 
mantener el control. Acaya* (Hch. 18:12) y Chipre* (13:4; cf v 7) fueron 
provincias senatoriales. Las imperiales eran administradas directamente por el 
emperador, quien designaba un oficial militar, un legado, como gobernador. 
Generalmente adquiridas hacía poco, o de zonas de frontera, necesitaban (así se 
creía) de la presencia de un ejército de ocupación. Cuando Arquelao fue 
depuesto (6 d.C.), Judea fue anexada a la provincia imperial de Siria, y sus 
asuntos fueron administrados por un procurador* imperial responsable en parte 
ante el gobernador sitio. 
Bib.: Herodoto i.192; iii.89-94.
Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: PROVINCIA
PROVINCIA según la Biblia: Los jóvenes «siervos de los príncipes de las provincias», que combatían bajo las órdenes de Acab contra Ben-adad (1 R. 20:14, 15) no eran israelitas.
(heb. y aram. «m’dinah», jurisdicción; gr. «eparcheia», gobierno).
Los jóvenes «siervos de los príncipes de las provincias», que combatían bajo las órdenes de Acab contra Ben-adad (1 R. 20:14, 15) no eran israelitas.
Indudablemente, estaban al servicio de los reyezuelos de diversas regiones de Galaad y Haurán, y se unieron a Israel para resistir el embate de los sirios sobre el territorio situado al sur de Damasco.
Las provincias constituían divisiones administrativas de los imperios de Babilonia y Persia (Dn. 2:49; 3:3).
Darío el Grande, rey de Persia, que reinó desde la India hasta Etiopía (Herodoto 3:90-94), dividió sus dominios en veinte gobiernos, llamados satrapías (1:192; 3:89). (Véase SÁTRAPA.)
Estas circunscripciones se subdividían en jurisdicciones más pequeñas, que los judíos denominaban provincias (Est. 3:12; 8:9; cfr. Herodoto 3:120, 128; 6:42 con 3:127; 5:11, 27, 30).
En la época de Asuero, la cantidad de estas provincias más pequeñas era de ciento veintisiete (Est. 1:1).
Durante el período persa, el país de Judá fue puesto bajo la jurisdicción del «gobernador del otro lado del río» (Esd. 5:3, 6); posteriormente, un decreto real hizo de ella una provincia propia con su propio gobernador (Esd. 2:63; 5:8).
Bajo el Imperio Romano había dos tipos de provincias: las imperiales y las senatoriales. Las imperiales dependían directamente del emperador.
Tenían este carácter todas las provincias fronterizas que precisaran de la presencia permanente de un ejército para prevenir insurrecciones.
Estas provincias eran administradas por un legado, delegado militar, nombrado por el emperador. Los procuradores, magistrados imperiales, percibían los impuestos y los entregaban al tesoro privado del soberano.
Las provincias imperiales más pequeñas, y ciertas partes de las mayores (como Judea), eran administradas sólo por un procurador, no juzgándose necesaria la presencia de un legado.
Cilicia (Hch. 23:34), Galacia y Siria (de la que Judea era una subprovincia), eran provincias imperiales. Las provincias senatoriales dependían del Senado romano; no era precisa su ocupación militar.
Su gobernador tenía el título de procónsul, y era ayudado por cuestores, que percibían los impuestos y los entregaban al tesoro público, que era administrado por el Senado.
La isla de Chipre (Hch. 13:4, 7), Macedonia (Hch. 16:12), Acaya (Hch. 18:12) y Asia (Hch. 19:10) eran provincias senatoriales.