Biblia

Significado Bíblico de REY

Significado Bíblico de REY

Significado de Rey

Ver Concordancia

(heb. melek; gr. basiléus).

Soberano que tiene la autoridad suprema sobre una tribu o una nación.
Generalmente, su mandato es de por vida y la sucesión es hereditaria. El
territorio que gobierna es su reino, y reinado el tiempo de su actuación. Los
reyes de las antigua, naciones paganas a menudo eran considerados como deidades
o descendientes directos de ellas.

La idea de un reino tuvo poca o ninguna importancia en los primeros tiempos de
la historia hebrea. La autoridad civil estaba centrada en la familia y en la
tribu. Sin embargo, después del éxodo se desarrolló un sentido de unidad
nacional. La relación especial del pacto presentaba a Dios como el supremo
gobernante de Israel; y sus leyes, como la base del gobierno. Dios era su rey
(cf Dt. 33:1-5); la forma de administración fue la teocracia. Sin embargo, los
israelitas pronto desearon tener un rey «como tienen todas las naciones» (1 S.
8:5); así lo demuestra su pedido a Gedeón de que fuera su soberano (Jue. 8:22,
23). A Samuel le exigieron directamente un rey; al hacerlo, rechazaron a Dios
como su gobernante (1 S. 8:7; cf 10:19; 12:12, 17, 19). Los reyes más dignos
se consideraban a sí mismos sólo «virreyes» bajo Dios (Sal. 5:1, 2; 1 R. 3:6,
7; 2 Cr. 20:5, 6; 2 R. 19:14-19; etc.) y estaban dispuestos a ser instruidos
por los profetas del Señor (2 S. 12:7-15). Los menos dignos, ignorándolo
completamente, condujeron a la nación a la degradación moral y espiritual.

El rey ejercía amplios poderes e influencia en asuntos civiles, militares y
religiosos. Era considerado como la suprema autoridad judicial (2 S. 14:4, 15;
15:2: 2 R. 3:16-28), y poseía el poder de vida y muerte (1 R. 1:51, 52).
También era el comandante de sus ejércitos (1 S. 8:20; 1 R. 12:21-24; 2 Cr.
32:2, 3; cf Gn. 14:5; Nm. 21:23), y realizaba alianzas militares sin consultar
a su pueblo (1 R. 15:18, 19). El poder legislativo de los reyes de las
naciones paganas (Est. 3:12, 13; Dn. 3:1-6) funcionaba mucho menos en Israel,
porque, idealmente, las leyes de Israel eran dadas por Dios. A causa de su
autoridad en asuntos religiosos, los reyes podían dirigir a toda la nación en
el servicio al verdadero Dios (2 S. 6:12; 1 R. 6:1, 2; 2 Cr. 35:1-6) o usar su
cargo y su influencia para extender la adoración de dioses falsos y diversos
corruptos cultos de fertilidad (1 R. 14:21-24; 16:31-33; 2 R. 23:12-14). A
veces ejercían su poder en la designación y eliminación de sacerdotes (1 R.
2:26, 27), pero sólo rara vez sin protestas (2 Cr. 13:9). Ordinariamente había
una línea de separación clara entre las funciones sacerdotales y las del rey (1
S. 13:9-13; Mt. 12:3, 4). Los pecados de los reyes a menudo traían castigos
sobre toda la nación (2 S. 24:10-15; 21:8-17).

Isaías 11 presenta un hermoso cuadro simbólico del reinado y el reino de
Cristo, introduciendo al lector al significado más profundo y eterno de Cristo
como el «Rey de los judíos» (Mt. 27:11; etc.). Jesús poseía el derecho
hereditario de ser rey de Israel (1:1-16), pero su apelación a la lealtad
siempre estuvo basada en una verdad más profunda y espiritual que la gente no
comprendió (Jn. 6:15; 12:13). Satanás reconoció la divina realeza de Cristo, y
por medio del soborno trató de quitarle su derecho en el monte de la tentación
(Mt. 4:8-10; Lc. 4:5-7). Jesús continuamente procuraba guiar al pueblo a
aceptar a Dios como su rey y a comprender la naturaleza de su reino (Mt. 5:35;
18:23; Lc. 22:29, 30). Desafortunadamente, los judíos no reconocieron a Cristo
como su largamente esperado Mesías. Dejaron de entender que su soberanía no
tenía la naturaleza de un gobierno humano (Jn. 18:36; Fil. 3:20). Era el reino
espiritual de la gracia, que un día sería reemplazado por el reino de la gloria
(CBA 5:288, 289, 309).

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: REY

REY según la Biblia: Soberano investido de la autoridad suprema, generalmente de por vida y por derecho de sucesión. El fervor religioso caracterizaba a los reyes de Babilonia y de Asiria.

Soberano investido de la autoridad suprema, generalmente de por vida y por derecho de sucesión. El fervor religioso caracterizaba a los reyes de Babilonia y de Asiria.

La institución del rey-pontífice se remonta a la época de Sumer. La obediencia a los dioses, la práctica de la virtud, la defensa de la justicia, el castigo de los culpables, eran deberes que incumbían a los reyes.

En Sumer el rey era divinizado. La Biblia cita a:
Nimrod como rey de varias ciudades de Babilonia (Gn. 10:9-10).

Quedorlaomer, rey de Elam, era jefe de una liga de reyes (Gn. 14:1, 5).
Nabucodonosor, de Babilonia, y
Artajerjes, de Persia, se daban a sí mismos el titulo de «rey de reyes» (Esd. 7:12; Dn. 2:37; cfr. 2 R. 24:17).
En la época de Abraham, los monarcas cananeos eran frecuentemente reyes sólo sobre una ciudad (Gn. 14:2, 18; 20:2); al principio de la era sumeria había asimismo estados-ciudades.

Algunos siglos más tarde, Josué enumera a más de treinta y un monarcas cananeos vencidos (Jos. 12:7-24).

La incredulidad y el deseo de imitar a sus vecinos empujó a los israelitas a pedir un rey. (Véase TEOCRACIA.) Moisés lo había previsto (Dt. 17:14-20).

La institución de la monarquía no implicaba por sí misma la abolición de la teocracia. La monarquía, en apariencia absoluta, tenía que estar sometida a Jehová, que tan sólo le había delegado Su poder.

Por haber querido sustraerse a la autoridad del Señor, Saúl fue reemplazado por otro, y sus descendientes perdieron el derecho al trono.

Los reyes sucesores de David sufrieron la misma suerte: cuando abandonaron al Señor, perdieron la corona (1 R. 11:31-36). Para la lista de los reyes de Judá e Israel, véase el cuadro adjunto.

La designación del soberano era hecha por un profeta o por un personaje investido de autoridad (1 S. 9:16; 16:1, 13; 2 R. 23:33, 34; 24:17); por el pueblo (1 S. 18:8; 2 S. 5:1-3; 1 R. 12:20; 2 R. 23:30).

Ciertas personas usurpaban la realeza (1 R. 15:27, 28; 2 R. 11:1-3 ss., etc.); la mayor parte obtenían la corona por derecho de sucesión (2 R. 11:36).

La entronización implicaba, para los israelitas, la coronación, la unción con aceite, la proclamación (2 R. 11:12; cfr. 1 S. 10:24; 2 S. 2:4; 5:3; 1 R. 1:34; 2 R. 23:30), sacrificio y, en ocasiones, un solemne cortejo (1 S. 16:2, 5; 1 R. 1:25, 43-46).

El rey cumplía también con frecuencia con el cometido de general en jefe (Gn. 14:5; Nm. 21:23; 1 S. 8:20; 14:20), concluía tratados (Gn. 21:22-32; 1 R. 15:19), promulgaba las leyes y las hacía cumplir (Est. 3:12, 13; 8:7-12; Dn. 3:1-6, 29; 6:6-9), impartía justicia (2 S. 15:2; Is. 33:22), tenía derecho de vida y muerte (2 S. 14:1-11; 1 R. 1:51, 52; 2:24-34; Est. 4:11; 7:9, 10).

El temor de Dios y del hombre podían regular esta autoridad, que en ocasiones tenía que tener en cuenta la voluntad popular (1 S. 14:45; 15:24), por cuanto era peligroso oprimir al pueblo (1 R. 12:4).

Los sacerdotes y los profetas, independientes de la esfera religiosa, no dudaban en reprender a los reyes (1 S. 13:10-44; 15:10-31; 2 S. 12:1-15; 1 R. 18:17, 18; 21:17-22; 2 Cr. 26:16-21).

El ejercicio del poder supremo exigía unas cualidades física, mentales y morales de orden superior. La presencia de Saúl atrajo al pueblo (1 S. 10:23, 24 cfr. 16:7). Era necesario que el rey estuviera dotado de discernimiento y de un juicio certero.

Salomón cumplió estas condiciones en tal alto grado que obtuvo desde el principio el favor de sus súbditos (1 R. 3:28). Igual de necesarias que la perspicacia eran la fuerza de carácter y la imparcialidad.

El rey contaba, para su protección y asistencia, con una guardia, cuyo capitán ejecutaba sus órdenes (2 S. 15:18; 20:23; cfr. 1 R. 1:43, 44; 2:25, 29). (Véase GUARDIA) Ciertos soberanos se rodeaban de un lujo inaudito (1 R. 10).

Las Escrituras presentan a Dios como Rey que usa de Su infinito poder para el bien de Sus súbditos (Sal. 5:3; 10:16).

Recibe el nombre de «Rey de reyes» (1 Ti. 6:15). Cristo, que se declara cabeza de un reino «no de este mundo» (Jn. 18:33-37), lleva asimismo el título de «Rey de reyes» (Ap. 19:16)

Diccionario Enciclopédico de Biblia y Teología: REY