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En general se alude con el término a la Iglesia cristiana que se considera verdadera seguidora de la doctrina de Jesús. Se resalta el término desde el Cisma de Oriente, en el siglo XI, que originó la separación de la Iglesia de Oriente, la cual se autoproclama “ortodoxa” (recta doctrina) y se organiza como una comunidad de Iglesias sin una la jerarquía definida. Desde entonces se reserva el término de católica (universal) para la de Occidente.
El uso del término se consagró en los tiempos de la reforma protestante, cuando los grupos disidentes se refugiaron en el término de “evangélicos”. Los llamados por ellos “papistas” o fieles al Papa, al Pontífice romano sucesor de Pedro, Primado personal querido por Jesús para el Apóstol, se quedaron con el término de “católicos”.
De hecho, el concepto y el término de “catolicismo” se extendó pronto por el mundo, caracterizándose por hacer referencia y expresar reconocimiento de la autoridad del Obispo de Roma como primado, por la aceptación de las normas disciplinares emanadas de su autoridad y sobre todo por su alusión a la integridad de los dogmas cristológicos de los primeros Concilios y de las definiciones magisteriales sobre Cristo, posteriores a la ruptura ortodoxa, protestante y anglicana.
La Iglesia católica se considera a sí misma como la única Iglesia legítima de Jesús, aunque reconoce en las otras confesiones, llamadas cristianas, retazos de verdad y de autenticidad, según conserven las doctrinas primitivas: sacramentos, dogmas, conceptos morales, etc., lo cual se da plenamente en los ortodoxos, casi del todo en los anglicanos y parcialmente en los grupos protestantes y mucho menos en determinas iglesias derivadas de la Reforma. El movimiento ecuménico, en la confluencia entre católicos, ortodoxos y protestantes, intentó siempre limar las diferencias para llega a una sola Iglesia cristiana, según el deseo de Jesús.
El término de “católicas” se aplica también a determinadas realidades sociales que mantienen su dependencia jerárquica de la Iglesia católica: universidades católicas, asociaciones católicas, Acción católica, Historia católica, etc.
Se denominan también como “Epístolas católicas” a las siete del Nuevo Testamento que no pertenecen al grupo de las paulinas. El término surgió en el siglo XIX y fue elegido por determinados exégetas católicos y protestantes en atención a su validez universal a su referencia a la comunidad de los seguidores de Jesús extendidos por el mundo entero.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa