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Idea, doctrina o pensamiento que se asume como objeto de adhesión personal sin necesidad de argumentos lógicos que la conviertan en certeza o en evidencia. Si la creencia es ingenua, superficial e inmotivada, puede ser simple credulidad. Si tiene por objeto algo a lo que se atribuye poderes mágicos o soluciones míticas a los problemas es superstición.
Si versa sobre misterios revelados por Dios y se asumen con adhesión respetuosa y agradecida a quien los revela o los transmite, entonces nos movemos en el terreno de la fe.
Es importante explorar, juzgar, cultivar, clarificar, purificar, orientar, simplificar las creencias cristianas, para que no se desvíen hacia ritos y supersticiones y para que se conviertan en cauces de la expresividad religiosa de los creyentes.
Pedro Chico González, Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa, Editorial Bruño, Lima, Perú 2006
Fuente: Diccionario de Catequesis y Pedagogía Religiosa
Fuente: Diccionario de Teología