ESCRITURA, ESCRITURAS

I. Vocabulario

Dos términos gr. se traducen “Escritura (ss)” en las versiones de la Biblia. gramma como originalmente “signo alfabético”, se emplea en el NT para “documento” (Lc. 16.6; Hch. 28.21), en un sentido especial por Pablo para la ley (Ro. 2.27, 29; 7.6; 2 Co. 3.6) y en plural “escritos” de Moisés (Jn. 5.47); “para conocimiento”, sagrado o profano (Jn. 7.15; Hch. 26.24), y solamente una vez en la frase ta hiera grammata “las Sagradas Escrituras” (2 Ti. 3.15). Por otra parte, grafē, que en el gr. secular significaba simplemente un escrito” (aunque a veces un escrito autorizado en particular), se adopta en el NT para “las Escrituras” en sentido técnico alrededor de 50 veces, en la mayor parte de los casos sin duda alguna referido al AT. Relacionada con grafē se encuentra la fórmula gegraptai, “está escrito”, que aparece alrededor de 60 veces en el NT, y también en el uso gr. para formulaciones legales (cf. A. Deiss-mann, Bible Studies², 1909, pp. 112ss). Formas análogas aparecen en la Misná, pero los rabinos más a menudo utilizan fórmulas como “afirmase …”. También se usa “la Escritura” (ha-kāṯûḇ). (Véase B. M. Metzger, JBL 70, 1951, pp. 297ss, para consultar sobre formas de citar en documentos rabínicos y en el NT.)

II. Significación

gegraptai significaba “está escrito en las Escrituras”, y todos los cristianos o judíos helenísticos reconocían que estas comprendían (Lc. 24.44) “la ley, … los profetas, y … los salmos” (e. d. los Keṯuḇim, o Escritos; * Canon del Antiguo Testamento). Aunque la traducción de 2 Ti. 3.16 en °vrv2 (“toda la Escritura es inspirada”) probablemente sea preferible a otras, a ningún contemporáneo de la época se le hubiera ocurrido dudar del alcance de la frase “toda escritura inspirada” (cf. °nbe y °ci). Era lo que los cristianos llamaban el AT, en el que se fundaba el evangelio, del cual Cristo fue el cumplimiento; era ese conjunto de escritos que, mediando la fe en Cristo, a orientar al hombre hacia la salvación, y que fue utilizado por la iglesia primitiva para todos los propósitos mencionados en 2 Ti. 3.15–17.

Surge la cuestión, sin embargo, de la fecha y el sentido en que los cristianos empezaron a utilizar el término “Escrituras” para los escritos cristianos. A veces se ha sugerido que “conforme a las Escrituras” en 1 Co. 15.3s se refiere a los libros de testimonio cristianos, o a los primeros evangelios, ya que ningún pasaje del AT especifica la resurrección al tercer día. Esto es inaceptable: Pablo se refiere al AT como el fundamento de la predicación cristiana (* Evangelio), y con toda probabilidad simplemente relaciona el hecho de la resurrección, y no el que se haya producido al tercer día, con la profecía (cf. B. M. Metzger, JTS s.n. 8, 1957, pp. 118ss). Menos aceptable aun es la sugerencia de Selwyn de que la forma sin artículo en grafēi en 1 P. 2.6 significa “por escrito” (p. ej. en un himno), porque el pasaje citado es del AT. Sin embargo, no cabe duda de que había colecciones de dichos autorizados del Señor en la iglesia apastólica (cf. O. Cullmann, SJT 3, 1950, pp. 180ss; * Tradición), y aparentemente 1 Ti. 5.18 representa una cita tomada de esas colecciones, ligada a una mención veterotestamentaria, y ambas se describen como “escritura”. Además, en 1 Co. 2.9 Pablo cita por gegraptai un pasaje que, a menos que se trate de una traducción sumamente libre de Is. 64.4, no se puede reconocer. Aparece en diferentes formas en otras partes en la literatura primitiva, sin embargo, y actualmente como logión 17 del Evangelio de Tomás (* Apócrifos del Nuevo Testamento). Quizás valga la pena considerar que Pablo está citando un dicho del Señor no registrado en nuestros evangelios (como en Hch. 20.35) y citándolo como si fuese “escritura”. Si la tradición de las palabras del Señor se consideraba realmente “Escritura” ya en época tan temprana, sería fácil considerar como tal las cartas apostólicas que se leían en la iglesia; y a pesar de muchas declaraciones dogmáticas en contra, no habría razón para suponer que no pudo haber ocurrido ya en épocas apostólicas, como lo sugiere 2 P. 3.16, en la forma en que normalmente se lo traduce, aunque quizás debería traducirse “tuercen las Escrituras también” (cf. C. Bigg, St. Peter and St. Jude², ICC, 1901, in loc.).

No obstante, hemos llegado a un punto oscuro en la historia del NT, aunque es un punto sobre el que podemos esperar luz en el futuro (* Biblia; * Canon; * Inspiración).

Bibliografía. R. Mayer, “Escritura”, °DTNT, t(t). II, pp. 119–128; H. Haag, “La Palabra de Dios se hace libro en la Escritura”, Mysterium salutis, vol. I, t(t). I, pp. 338–521; M. García Cordero, Problemática de la Biblia, 1971, pp. 3ss; B. Ramm, La revelación especial y la Palabra de Dios, 1967; K. H. Schelkle, Palabra y Escritura, 1972; P. Lengsfeld, Tradición, Escritura e iglesia en el diálogo ecuménico, 1967.

G. Schrenk, TDNT 1, pp. 742–773; B. B. Warfield, DCG (= Inspiration and Authority of the Bible, 1948, pp. 229–241); C. H. Dodd, According to the Scriptures, 1952; E. E. Ellis, Paul’s Use of the Old Testament, 1957.

A.F.W.

Douglas, J. (2000). Nuevo diccionario Biblico : Primera Edicion. Miami: Sociedades Bíblicas Unidas.

Fuente: Nuevo Diccionario Bíblico